Extraños fenómenos físicos en Lugo
El pasado 25 de julio, solemnidad de Santiago Apóstol, estaba en Lugo, pasando unos días de descanso con mi familia. Desde allí fuimos a Mondoñedo y a Betanzos, pero también aprovechamos para recorrer la propia ciudad de Lugo.
El recinto rodeado por las murallas romanas es muy bonito y especialmente apropiado para dar un buen paseo en las horas de menos calor. Sin embargo, resultaba desagradable y agobiante, la verdad, leer las pintadas llenas de odio, en algunos muros de la ciudad, contra España, los españoles o la lengua castellana. Qué pobre idea de su región deben de tener esos absurdos nacionalismos, si necesitan denigrar otras regiones, lenguas, naciones o razas para exaltar las propias.
En ese contexto, fue un descanso entrar en una pequeña iglesia, la Parroquia de San Froilán, para la celebración de la Eucaristía de la Solemnidad del Apóstol Santiago. Es una bonita parroquia, muy cerca de las murallas, pero lo verdaderamente interesante de ella es que, desafiando todas las leyes de la física, el interior es mucho mayor que el exterior.

Este último fin de semana, algo más largo de lo habitual, aprovechamos mi mujer y yo, junto con nuestros hijos, para dar una vuelta por tierras galaicas. Visitamos por primera vez Mondoñedo, una preciosa ciudad en miniatura, agrupada en torno a su catedral y rodeada de montañas, bosques y espesura. Vista de lejos, se diría casi una ciudad francesa de los Pirineos transplantada por encantamiento al noroeste de España.



