Para ser libres nos liberó Cristo
Los cristianos sabemos que Cristo nos ha liberado. Sin embargo, es una de esas cosas que, de tan sabidas, a veces se olvidan. Por eso es una alegría cuando ocurre algo que nos recuerda que, sin mérito alguno por nuestra parte, Cristo nos ha liberado de los ídolos, los pecados, los vicios, la desesperanza y la muerte.
Algo así me ha sucedido esta mañana, al leer los comentarios a un artículo de Eleuterio, en el blog “Mera defensa de la fe“. El artículo se refería a la petición que ha hecho la Asociación para la Preeminencia del Derecho de demoler el Sagrado Corazón de Monteagudo, en Murcia. Lo que me llamó la atención fue el siguiente comentario, firmado por un tal Giordano Bruno (ningún parentesco conmigo), que criticaba lo que había afirmado el autor del blog:

Como sólo estamos en febrero, puede resultar algo prematuro elegir ahora cuál va a ser la peor idea de este año 2010. Sin embargo, si bien no es completamente seguro que tengamos ya un ganador para esta categoría, estoy convencido de que nos encontramos por lo menos ante uno de los finalistas.
Como ganador ¡en dos categorías! del I Concurso de Blogs Católicos Espada de Doble Filo, he entrevistado a D. Guillermo Juan Morado, sacerdote diocesano de la diócesis de Tuy Vigo. En su blog de InfoCatólica, la Puerta de Damasco, se tratan temas muy diversos y los lectores ofrecen sus comentarios, discuten, y entablan amistades que, a veces, rompen los límites del mundo virtual.
Hoy me ha enviado este correo una amiga, que ha empezado a trabajar hace muy poco tras un tiempo en el paro, contándome las cosas que se le ocurrían al pasear a su perro. Son unas líneas muy sencillas, sin sucesos extraordinarios ni grandes argumentos metafísicos.
Leo en



