15.04.09

Acercarse a algo vivo

He estado releyendo la biografía que Evelyn Waugh escribió sobre Ronald Knox, famoso converso al catolicismo desde el anglicanismo, y me ha parecido que el breve texto que les ofrezco hoy podría ser útil con respecto a las últimas discusiones del blog. Se trata de una introducción a un libro, que Knox dejó inacabado, sobre la explicación de la fe cristiana a los que no la conocen.

El término “apologética”, que usa el texto para designar la defensa de la fe, no está de moda y muchos le tienen una cierta alergia, pero si fue suficientemente bueno para San Justino y otros Padres de la Iglesia y para Knox, también lo es para mí.

Espero que podamos aprender algo.

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13.04.09

A Roma, a por la Cruz

Lucía, una chica de 18 años de mi parroquia, que ya nos ha contado sus experiencias en alguna otra ocasión, me ha enviado estos párrafos sobre la peregrinación a Roma realizada la semana pasada por multitud de jóvenes de Madrid.

He oído muchas veces criticar este tipo de peregrinaciones, llamándolas despectivamente “turismo religioso”. A los que piensen así, les animo a que lean lo que Lucía ha sacado de esta brevísima peregrinación de cinco días, para que juzguen por sí mismos si ha merecido o no la pena.

Si tienen alguna pregunta, es posible que Lucía quiera responderla.

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10.04.09

¿Quién puede ser razonable?

Perdonen que este artículo no sea ordenado y coherente, como otros. ¿Quién puede ser ordenado y razonable en Viernes Santo? ¿Quién conservará la lógica ante la locura de Dios, que es más sabia que la sabiduría de los hombres? ¿Es que alguien puede mantener la calma al contemplar a Cristo crucificado?

Antes que un solo salivazo manchase su rostro, hubiera sido preferible que se apagasen innumerables soles, que desaparecieran las galaxias y que el universo entero se extinguiese. Todas las buenas obras de la Humanidad a lo largo de miles de años no compensan una sola de las bofetadas que sufrió. Una gota de su sangre valía más que el mundo entero y cuanto hay en él.

Todo lo hermoso, bueno y verdadero que haya existido o vaya a existir en el futuro no es más que un pálido reflejo de la belleza y el esplendor de ese rostro desfigurado por los golpes. Las leyes, teoremas y principios que las Ciencias descubran hasta el final de los tiempos y la sabiduría de todos los sabios de la Tierra apenas son balbuceos de niño y palabras que se lleva el viento ante el Misterio de su sufrimiento.

El Hijo de Dios se rebajó hasta someterse incluso a la muerte… ¡y una muerte de cruz! Ante este gran Misterio, sólo podemos guardar un silencio asombrado, regado por nuestras lágrimas y lleno de un agradecimiento sin límites. ¿Quién puede hablar cuando enmudece la Palabra, camino del suplicio? ¿Cómo no arrodillarnos, cuando el Rey de Reyes cae por los suelos? ¿Quién rechazará el abrazo generoso de los brazos divinos abiertos en la Cruz?

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8.04.09

Tú que lees estas líneas

Recorriendo las calles de Verona hace un par de semanas, entré en una pequeña iglesia cerca de la Piazza Signori, con el bonito nombre de Santa María la Antigua. El interior no era nada especial desde el punto de vista artístico, así que, después de arrodillarme ante el Dueño de la casa y de pedir por mis lectores y otras intenciones, como acostumbro a hacer en esas ocasiones, decidí marcharme a seguir viendo la ciudad.

Estaba a punto de salir, cuando llamó mi atención una losa de piedra, en una capillita lateral, con una larga inscripción en latín. No se trataba, como sucede en otras ocasiones, de alabanzas a un noble o a un rico comerciante por las donaciones que habían hecho, sino de una preciosa historia, sucedida en el s. XVIII.

Empieza la inscripción de una forma verdaderamente magistral, captando la atención con una de esas frases latinas tan sonoras y vibrantes: Arcana eligentis dei revere qui legis. Tú que lees estas líneas, asómbrate de los misterios de la elección de Dios. Sólo con leer esa frase ya quedé sobrecogido.

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6.04.09

Creo por la fe de Gallizo

Signos de la fe XIV. Gallizo, desde su postura fundamentalmente atea y materialista, ha hablado varias veces en este blog de la diferencia entre la ciencia y la fe, como si la primera fuera la respuesta a todos los interrogantes humanos y la segunda fuese algo esotérico y ajeno a su experiencia y, probablemente, a lo sensato y razonable.

Se trata de una actitud frecuente entre las personas no cristianas y estoy convencido, por supuesto, de que son afirmaciones sinceras y de buena fe. Sin embargo, lo cierto es que este tipo de argumentos me impresionarían más si Gallizo y la totalidad de los materialistas que en el mundo han sido no utilizaran todos los días la fe. Más aún, si no estuvieran utilizando la fe precisamente en el momento en que intentan convencerme de que tener fe es algo irracional.

¿Parece un juego de palabras? No lo es en absoluto, como veremos. Es simplemente el fruto inmediato de analizar lo que hacemos, pensamos y decimos todos los días. Aunque lo que he dicho es cierto en multitud de aspectos distintos, vamos a centrarnos esta vez en un punto muy sencillo: la relación con otras personas.

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