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7.06.22

Philip Trower, La Iglesia Católica y la Contra-fe -16

La Iglesia Católica y la Contra-fe: Un estudio de las raíces del secularismo moderno, el relativismo y la descristianización

Por Philip Trower

Contenidos

Parte 1. La civilización occidental en los siglos XX y XXI: creencias centrales

Capítulo 1. Por favor use la puerta principal

Capítulo 2. ¿Qué fue la Ilustración?

Capítulo 3. Las denominaciones

Capítulo 4. El progreso perpetuo

Capítulo 5. Los principios de 1789

Capítulo 6. La salvación por la política

Capítulo 7. Los derechos humanos y los males humanos

Parte 2. Influencias secundarias

Capítulo 8. El cambio al sujeto humano en filosofía

Capítulo 9. El existencialismo: Heidegger y Sartre

Capítulo 10. El personalismo: Buber, Marcel y Scheler

Capítulo 11. El personalismo: Maritain y Mounier

Capítulo 12. La idea evolutiva

Capítulo 13. El teilhardismo

Capítulo 14. Mayormente sobre Freud

Capítulo 15. Principalmente acerca de Jung

Capítulo 16. EL HOMBRE EN PLURAL

La influencia de la sociología y la antropología en el pensamiento católico y el desarrollo del neomodernismo no ha sido proporcional a la de la psicología, pero no obstante ha sido significativa. El clero probablemente la ha sentido más que nadie. Por ejemplo, en julio de 1999, Juan Pablo II dijo a un grupo de obispos irlandeses visitantes que “un concepto sociológico más que teológico de la Iglesia” era responsable de los reclamos en Irlanda para poner fin al celibato sacerdotal. Básicamente, esto significa perder de vista la dimensión sobrenatural de la Iglesia.

La sociología y la antropología, a diferencia de la psicología, son ciencias relativamente nuevas cuyo surgimiento a fines del siglo XIX puede ser atribuido en parte a la pérdida de la idea, después del final de la edad de la razón, de que es natural para los hombres vivir juntos en sociedad, o incluso que existe tal cosa como la “naturaleza". Si Dios hizo al hombre y a la mujer el uno para el otro, junto con el poder de engendrar nuevos seres humanos con necesidad de alimento, techo, compañía y ejercicio de sus facultades, entonces la convivencia social y todo lo que se deriva de ella —la tribu, la nación, el gobierno, la agricultura, la arquitectura, las profesiones, etc.— se explican por sí mismos. Pero si no hay Dios, ni naturaleza ni razón última de las cosas, si la naturaleza es un campo de fútbol de fuerzas físicas sin rostro que interactúan, surge toda una serie de preguntas que hasta ahora difícilmente parecía valer la pena plantear. ¿Por qué los hombres viven en sociedad? ¿Por qué las sociedades varían? ¿Qué evita que se desmoronen? ¿Es una forma tan buena como otra? ¿Son necesarias formas fundamentales como la familia, o podemos organizarnos de cualquier manera que queramos? ¿Cuáles son las causas principales del cambio social? ¿Existen leyes discernibles del cambio social?147

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