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12.05.25

Descarga gratis la tercera edición (muy mejorada) de mi libro "Tres Evangelios"

Esquema de la hipótesis de las dos fuentes

Tengo el agrado de anunciar que acabo de publicar la tercera edición de mi libro: Tres Evangelios: Una revisión de la cuestión sinóptica y de la datación del Nuevo Testamento.

A partir de hoy y de modo permanente, esa nueva versión ha quedado disponible para descarga gratuita en formato PDF desde el enlace indicado.

La versión impresa de esta tercera edición se podrá comprar más adelante en Amazon.

Este libro de 151 páginas, publicado como Volumen 9 de la Serie Aportes para una contracultura cristiana, reúne mis principales aportes sobre los dos temas señalados en su subtítulo. Además de una introducción y una conclusión, contiene dieciseis capítulos, a saber:

1. La cuestión sinóptica

2. La teoría de las dos fuentes

3. El prólogo del Evangelio de Lucas

4. La evidencia externa de la prioridad de Mateo

5. La evidencia interna de la prioridad de Mateo

6. El ocaso de la prioridad de Mateo

7. Crítica de la prioridad de Marcos: la evidencia interna

8. Crítica de la prioridad de Marcos: la evidencia externa

9. Crítica de la fuente Q

10. Crítica de la teoría de las dos fuentes

11. Crítica de la hipótesis clementina

12. El idioma de los sinópticos

13. Datación del Nuevo Testamento: generalidades

14. Datación de los Sinópticos y los Hechos

15. Datación del resto del Nuevo Testamento

16. Una propuesta de datación lingüística

El contenido de esta tercera edición es un 14% mayor que el de la segunda edición, pero el cambio principal fue cualitativo, no cuantitativo. En la segunda edición yo me inclinaba por la hipótesis clementina; en cambio, en la presente edición me inclino por la otra hipótesis que sostiene la prioridad de Mateo: la hipótesis agustiniana. Además, todo el material de la edición anterior fue revisado y reorganizado.

Los invito a descargar, leer y compartir la nueva edición de mi libro. Desde ya muchas gracias.

Les deseo una buena lectura. Que el Señor los bendiga y los guarde día tras día.

Daniel Iglesias Grèzes

1.02.25

Masonería y Estado

Un Gran Maestro masón rememoró un tiempo en que los masones tenían un poder determinante en Uruguay.

Daniel Iglesias Grèzes

Les propongo un experimento mental. Imaginen que el Arzobispo de Montevideo hubiera dicho lo siguiente: “En el pasado nosotros tuvimos gente muy importante. Y sin duda influían mucho. En una época teníamos al rector de la Universidad, al presidente de la Asamblea General, al presidente de la Suprema Corte de Justicia, eran cuatro que se reunían y cambiaban al país. Era imposible que la Iglesia Católica no pasara a primer plano.” ¿Qué habría sucedido después de esa declaración hipotética? Es fácil preverlo: un amplio coro de reacciones indignadas y condenas airadas, un desfile continuo de políticos en los noticieros y otros programas de televisión, turnándose para acusar al Arzobispo y a la Iglesia de conspirar contra la democracia, violar la laicidad del Estado, proyectar un retorno a la teocracia y al oscurantismo medieval, etc. Probablemente hasta se habría creado una comisión investigadora en el Parlamento. Por supuesto, el Cardenal Sturla nunca dijo nada semejante. Empero, según un libro muy conocido, quien sí dijo eso textualmente, cambiando “Iglesia Católica” por “Masonería", fue Carlos Bolaña, Venerable Gran Maestro de la Gran Logia de la Masonería uruguaya1. Sin embargo, la reacción de nuestros políticos, intelectuales y periodistas ante esa declaración tan extraordinaria fue imperceptible: cero coma cero. El Sr. Bolaña pareció dar la razón al agudo observador que, a mediados del siglo XX, llamó al Uruguay “los Estados Pontificios de la Masonería".

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11.01.25

Anticristianismo en la génesis del Uruguay moderno

José Batlle y Ordóñez

José Batlle y Ordóñez odió el cristianismo.

Daniel Iglesias Grèzes

Don José Batlle y Ordóñez (1856-1929), dos veces Presidente de la República Oriental del Uruguay (1903-1907 y 1911-1915) dominó el escenario político uruguayo desde el comienzo de su primer gobierno hasta su muerte.

Hablando de sí mismo en tercera persona, Batlle dijo: “[En su niñez y adolescencia] Ignoraba que la impostura [católica] no tiene límites. No sospechaba que, detrás de todo aquello, había un negocio lucrativo que hacía posible la ignorancia de los demás, como la suya propia… En la edad de la reflexión había notado la falsedad de las ideas de que lo habían imbuido, aunque no se había despojado aún del respeto a Jesús, a quien creía un gran hombre, una gran luz moral, y de quien piensa ahora que no era más que un insensato. El señor Batlle y Ordóñez piensa actualmente que el Cristianismo es una fuente de males inconmensurables, y está seguro de que no caerá a este respecto en contradicción en el porvenir, como no ha caído en el pasado en nada de lo que se refiere al catolicismo1.”

Domingo Arena, uno de los principales colaboradores de Batlle, lo describió así: “No podía soportar… ninguna religión positiva, sobre todo la católica, por creer que todas, y especialmente la última, sólo sirven para nublar la conciencia del pueblo, envenenándola con prejuicios embrutecedores. Si se ensañaba especialmente con el catolicismo, era porque lo consideraba como el culto que había hecho más daño… De ahí que malquisiera tanto a los sacerdotes… De ahí que consagrara buena parte de su tiempo… para comentar la Biblia, ya que le parecía… importante poner de relieve, ante el pueblo, que el llamado libro santo hace a cada rato la apología de… crímenes abominables2.”

Un hijo de otro de los principales colaboradores de Batlle escribió: “[Para Batlle y los batllistas] Todas las oportunidades… son buenas para mover alguna iniciativa anticatólica… Se volverá casi una obsesión, cuyo paradigma se encuentra en aquella inculpación primaria atribuida al diputado batllista Román Freire, quien ante cualquier catástrofe y frente a todo problema, exclamaba: ‘¡Es la mano del Papa!’… Los años y los tiempos fueron después suavizando actitudes… Hubo sí un sector del batllismo, con Batlle al frente y rodeando a [su diario] El Día, que mantuvo intacta la irreligiosidad filosófica y el más inflexible anticlericalismo formal, lo que concluía por hacer sonreír cuando suprimía las cruces de los avisos mortuorios, escribía dios en lugar de Dios y llamaba a Pío XI el señor Ratti; prosiguiendo una agresiva y activa propaganda de divulgación anticristiana con su sección Leyendo el Evangelio, que redactó el mismo Batlle y Ordóñez hasta su fallecimiento3.”

Por ejemplo, el artículo La Resurrección, publicado el Domingo de Pascua de 1906 en El Día con la firma de Judas, pseudónimo de Batlle y Ordóñez, afirma que María concibió a Jesús en una relación extramarital y engañó a José; que Jesús no murió en la cruz, sino que fue enterrado vivo en el sepulcro; que más tarde sus discípulos, después de hacer dormir a los guardianes por medio de una intoxicación, sacaron a Jesús del sepulcro; que la resurrección de Jesús no es más que un grosero embuste; y que luego Jesús fue a Roma y vivió allí con un nombre supuesto, en las catacumbas, predicando su propia religión a los primeros cristianos, hasta que, al cabo de algunos años, murió tísico4.

Como se deduce de un artículo de su autoría, Batlle admiró a Lenin, inventor del totalitarismo y sanguinario perseguidor de los cristianos: “Con él [Lenin] se extingue un magnífico ejemplar humano… Lenin era en estos momentos la palabra de sensatez y de cordura, la mirada avizora y penetrante, la mano que no temblaba en el timón… Desaparece con Lenin un hombre excepcional, ante cuya tumba, prematuramente abierta, sería pueril no descubrirse con respeto5.”

En 1926 Batlle vetó la candidatura presidencial del batllista Gabriel Terra (quien fue Presidente de la República entre 1931 y 1938, después de la muerte de Batlle) porque Terra había actuado como padrino en el matrimonio cristiano de su propia hija.

Batlle “denigraba en toda ocasión a sacerdotes y monjas; se complacía en relatar las infracciones a los votos –particularmente el de castidad– y atacaba en forma constante al arzobispo [de Montevideo] Aragone, a quien llamaba el Cotorrón6.”

Una biografía de Batlle y Ordóñez escrita por dos de sus partidarios elogia su labor descristianizadora: “En el Uruguay nada tiene que hacer ninguna religión ni en los centros de enseñanza ni en los establecimientos hospitalarios del Estado. El niño, antes de Batlle, cumplía ciertas prácticas religiosas en la escuela [pública]. No eran muchas, es cierto. Todo se reducía a rezar un padre-nuestro, terminada la hora de clase, y a aprender todo o parte de un sucinto resumen del Catecismo. Contra estas prácticas reaccionó la tendencia francamente librepensadora del batllismo, que fue haciéndose camino en este país poco a poco, pero de manera tan segura y firme que puede afirmarse que es hoy nuestra República la tierra menos religiosa del mundo. Fueron abolidas así todas las enseñanzas y prácticas religiosas que se efectuaba[n] en la escuela primaria. Hoy, a ningún niño se le impone[n] determinadas creencias que sólo podrán contribuir a deformar su espíritu7.”

Batlle y Ordóñez es considerado el principal constructor del Uruguay moderno. Concluyo con una variación sobre una frase atribuida a Porfirio Díaz8: ¡Pobre Uruguay! ¡Tan lejos del Primer Mundo y tan lejos de Dios!

1) José Batlle y Ordóñez, en: El Día, 02/06/1929.

2) Domingo Arena, Batlle. Recuerdos, anécdotas, reflexiones. La muerte, 1930, p. 16.

3) Carlos Manini Ríos, Anoche me llamó Batlle, 2ª edición, Montevideo, 1973, pp. 88-89.

4) Cf. Ibídem, pp. 387-390.

5) José Batlle y Ordóñez, De pie, ha muerto Lenin, en: El Día, 26/01/1924.

6) Jorge Pelfort, Iglesia y Estado, en: El Observador, 21/08/1999, Correo del Lector.

7) Roberto B. Giúdice y Efraín González Conzi, Batlle y el batllismo, Segunda edición, Editorial Medina, Montevideo, 1959, pp. 363-364. La primera edición de esa obra es de 1928.

8) “¡Pobre México! ¡Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!”

1.11.24

Un plan (hipotético) para conquistar el mundo

Tapa del libro "¿Crisis climática?"

¿Qué medidas favorecerían grupos elitistas

que quisieran acaparar el poder mundial?

En el capítulo anterior analicé la notable fobia a la superpoblación que aflige a muchos multimillonarios. Al final de ese capítulo, aplicando el método científico, formulé una hipótesis consistente con todos los datos analizados: grupos elitistas podrían querer reducir la población para concentrar cada vez más poder en sus manos en todo el mundo. El propósito de este capítulo es seguir analizando esa hipótesis. Ahora procederé al revés, enunciando siete objetivos adicionales (además del objetivo de disminuir la población, ya analizado) que podrían ser útiles para un hipotético plan de concentración de poder, explicando cómo encajaría cada objetivo dentro del plan y enumerando los medios que servirían para alcanzar cada objetivo.

1. Objetivo: disminuir la libertad económica de los individuos, las familias y las naciones. Motivo: es más fácil controlar a individuos, familias y naciones que tienen menos libertad económica. Medios: aumento del gasto público, de la carga fiscal y de la deuda pública y privada.

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7.08.24

El ocaso de la prioridad de Mateo

Esquema de la hipótesis de las dos fuentes

Un proceso gradual que comenzó en la Reforma protestante

Desde la Antigüedad hasta fines de la Edad Media la prioridad de Mateo se mantuvo como una opinión unánime de los biblistas cristianos. Sin embargo, en el siglo XVI comenzó un proceso gradual de apartamiento de esa visión, que finalmente fue abandonada de forma casi generalizada en el siglo XX.

En este capítulo analizaré tres aspectos de ese proceso: en primer lugar, la desvalorización o el rechazo del Mateo hebreo; en segundo lugar, la sustitución de la prioridad de Mateo por la prioridad de Marcos; y en tercer lugar la difusión de la teoría de la prioridad de Marcos entre los teólogos católicos.

Tres ataques sucesivos al Mateo hebreo

La tesis cristiana tradicional de que el Evangelio de Mateo fue redactado originalmente en hebreo generó el estudio de los “semitismos”, es decir de las influencias de las lenguas semíticas que a veces afectan y deforman el griego del Nuevo Testamento. Ya Orígenes y San Jerónimo explicaron muchas veces el griego del Nuevo Testamento mediante el hebreo.

El estudio de los semitismos del Nuevo Testamento recibió un fuerte impulso en 1518, gracias a una obra de Erasmo. Su trabajo fue continuado por excelentes filólogos de las principales universidades de Alemania y Holanda. Los tratados y las tesis consagrados a este problema entre 1550 y 1750 superan la centena. Muchos humanistas de esa época tenían una cultura prodigiosa: no sólo conocían el griego, sino también el hebreo, el siríaco e incluso el árabe. En cambio hoy muchos expertos en el Nuevo Testamento están tan especializados en griego que han descuidado el hebreo.

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