Castellani y las llagas de la Iglesia
El interesantísimo blog Theseus, está publicando estos días, por entregas, un texto de Leonardo Castellani en el que éste comenta un libro clásico de Rosmini de mediados del S. XIX: “Las cinco llagas de la Iglesia”. Este libro fue muy escandaloso en su tiempo y, de hecho, se incluyó en el índice, porque, aunque es perfectamente ortodoxo, realizaba una crítica muy dura contra diversos abusos y prácticas escandalosas en la Iglesia. Cada llaga era uno de estos grandes abusos y Rosmini los fustigaba sin piedad. Castellani hizo un comentario breve, de unas ocho páginas, de estas llagas de la Iglesia. Recomiendo a los lectores que acudan a este blog para leer todo el texto, porque no tiene desperdicio.
He recogido aquí el brevísimo comentario que hace Castellani a una de las llagas, la de la situación de los seminarios. Se escribió hace unas cuantas décadas, pero podría haberse escrito hoy. Es muy interesante lo que dice, profundamente católico y muy poco clerical. Además, me ha gustado especialmente darme cuenta de que lo que propone Castellani es precisamente lo que hizo Don Francisco Pérez y Fernández-Golfín, el primer obispo de Getafe, cuyo proceso de beatificación acaba de comenzar. ¿Es casualidad que el Seminario de Getafe sea hoy uno de los mejores de España? No creo.
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Por una gripe inoportuna y especialmente virulenta, me ha resultado difícil escribir en los últimos días. Sin embargo, no quiero dejar pasar la ocasión de comentar una noticia de esta semana pasada: Roma ha aprobado la apertura del proceso de beatificación de Don Francisco Pérez y Fernández-Golfín, primer obispo de Getafe. Es decir, el primer paso oficial para una futura canonización, si Dios quiere.
Hace unos días, se aprobó definitivamente en el Senado la nueva ley del aborto, que no hace sino empeorar aún más, si cabe, la repugnante ley anterior sobre esa misma materia. Después de haber hablado tanto contra la barbarie del aborto, casi no me quedan ya indignación ni epítetos para calificar este despropósito.
Los cristianos sabemos que Cristo nos ha liberado. Sin embargo, es una de esas cosas que, de tan sabidas, a veces se olvidan. Por eso es una alegría cuando ocurre algo que nos recuerda que, sin mérito alguno por nuestra parte, Cristo nos ha liberado de los ídolos, los pecados, los vicios, la desesperanza y la muerte.
Como ganador ¡en dos categorías! del I Concurso de Blogs Católicos Espada de Doble Filo, he entrevistado a D. Guillermo Juan Morado, sacerdote diocesano de la diócesis de Tuy Vigo. En su blog de InfoCatólica, la Puerta de Damasco, se tratan temas muy diversos y los lectores ofrecen sus comentarios, discuten, y entablan amistades que, a veces, rompen los límites del mundo virtual.



