Diálogo sobre la Santísima Trinidad (4)
Felipe: Según los eruditos, la traducción correcta de Juan 1,1 es: “En el principio era la Palabra y la Palabra era hacia el Dios y la Palabra era un ser divino".
El “Dios” con quien está la Palabra es “ton Theon” ("el Dios", con artículo). El “dios” que es la Palabra es “theos” ("dios", sin artículo). Como este “theos” no tiene artículo determinado, entonces resulta que el “Logos” (la Palabra) no es “Theos", sino que tiene cualidades de “theos". Es un ser divino, pero no es Dios. Si quieres una explicación erudita, lee el Journal of Biblical Literature, volumen 92.
Pablo: Mi respuesta tendrá tres momentos.
En primer lugar, no admito que apoyes tu tesis en la autoridad de “los eruditos". La inmensa mayoría de los eruditos, a lo largo de dos milenios, a pesar de sus diversas tendencias religiosas y filosóficas, ha apoyado la traducción tradicional, que es una clara afirmación de la divinidad de Jesucristo, Hijo de Dios Padre; de modo que en realidad no te refieres a los eruditos en general, sino a los eruditos de tu tendencia “unitaria” (antitrinitaria).
En segundo lugar, quiero destacar que nuestro versículo no presenta ningún problema de crítica textual, por lo cual nuestra discusión se reduce estrictamente a un simple problema de traducción. Entre los miles de manuscritos antiguos del Nuevo Testamento que se conservan no figura ninguna variante del texto griego de Juan 1,1. Esto se puede comprobar en cualquier buscador de Internet utilizando las palabras clave “Greek New Testament Critical Edition” u otras semejantes, lo cual da como resultado un material abundantísimo.
En tercer lugar, pasaré a refutar tu tesis. Dado que mis conocimientos de griego son escasos, me limitaré a mostrar que las traducciones del prólogo del Evangelio de Juan de los testigos de Jehová no son coherentes con tu tesis, a dar un argumento de tipo histórico-teológico y a consultar a un experto en griego bíblico.



