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5.07.22

Philip Trower, La Iglesia Católica y la Contra-fe -19

La Iglesia Católica y la Contra-fe: Un estudio de las raíces del secularismo moderno, el relativismo y la descristianización

Por Philip Trower

Contenidos

Parte 1. La civilización occidental en los siglos XX y XXI: creencias centrales

Capítulo 1. Por favor use la puerta principal

Capítulo 2. ¿Qué fue la Ilustración?

Capítulo 3. Las denominaciones

Capítulo 4. El progreso perpetuo

Capítulo 5. Los principios de 1789

Capítulo 6. La salvación por la política

Capítulo 7. Los derechos humanos y los males humanos

Parte 2. Influencias secundarias

Capítulo 8. El cambio al sujeto humano en filosofía

Capítulo 9. El existencialismo: Heidegger y Sartre

Capítulo 10. El personalismo: Buber, Marcel y Scheler

Capítulo 11. El personalismo: Maritain y Mounier

Capítulo 12. La idea evolutiva

Capítulo 13. El teilhardismo

Capítulo 14. Mayormente sobre Freud

Capítulo 15. Principalmente acerca de Jung

Capítulo 16. El hombre en plural

Capítulo 17. Las palabras y su significado

Capítulo 18. El encuentro con el protestantismo

CAPÍTULO 19. BARTH Y LA NEO-ORTODOXIA

Después de su ruptura con Bultmann, Brunner y Gogarten, Karl Barth (1886-1968) desarrolló una alternativa a la teología liberal a medio camino, o aparentemente a medio camino, entre el protestantismo histórico y el modernismo protestante.

[Su libro] La Epístola a los Romanos no sólo lo había hecho famoso. Lo transformó de un pastor en un profesor de teología, eventualmente de renombre mundial. Entre la aparición de la primera y la segunda ediciones de La Epístola, le ofrecieron una cátedra en Göttingen, y se mudó a Münster en 1925 y a Bonn en 1930. Con el ascenso de los nazis, se unió a la minoría opositora protestante alemana y tomó la iniciativa en la redacción de la Declaración de Barmen contra las pretensiones pseudorreligiosas de los nazis (1934). Cuando se vio obligado a abandonar Alemania al año siguiente, se le ofreció un puesto en la universidad de Basilea, y permaneció en Basilea durante el resto de su vida.

A lo largo de la Segunda Guerra Mundial utilizó su reputación para endurecer la resistencia suiza al régimen nazi, e incluso se unió al ejército suizo como un gesto de solidaridad con la oposición anti-nazi. Pero después, como Buber, sin excusar en ningún sentido los crímenes de guerra nazis, trabajó para reconciliar a Alemania y sus conquistadores. Durante la Guerra Fría, por otro lado, adoptó lo que entonces era la línea “políticamente correcta” para la mayor parte de la intelectualidad occidental. Hizo hincapié en desvincularse de las campañas anticomunistas177. En 1962 se retiró de la enseñanza, pero continuó escribiendo y, en general, siendo un oráculo sobre asuntos religiosos, políticos y sociales hasta su muerte seis años más tarde.

Mientras tanto, desde fines de la década de 1920, había estado trabajando en su formidable Dogmática Eclesial, un estudio y una reinterpretación de la mayor parte de la teología anterior a la Reforma y de la Reforma a la luz de sus nuevos principios y enfoques. Para el momento de su muerte era más larga que la Summa de Santo Tomás. Hay 13 volúmenes en 4 partes, dedicadas respectivamente a La Palabra de Dios, Dios, La Creación y La Reconciliación178. A medida que los volúmenes aparecieron uno a uno, su reputación se expandió hasta ser mayor que la de cualquier otro erudito protestante de la época. El primer volumen reescrito, publicado en 1932, marcó su ruptura definitiva con Bultmann. La quinta y última parte (sobre la Redención) quedó sin escribir.

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22.06.22

Philip Trower, La Iglesia Católica y la Contra-fe -18

La Iglesia Católica y la Contra-fe: Un estudio de las raíces del secularismo moderno, el relativismo y la descristianización

Por Philip Trower

Contenidos

Parte 1. La civilización occidental en los siglos XX y XXI: creencias centrales

Capítulo 1. Por favor use la puerta principal

Capítulo 2. ¿Qué fue la Ilustración?

Capítulo 3. Las denominaciones

Capítulo 4. El progreso perpetuo

Capítulo 5. Los principios de 1789

Capítulo 6. La salvación por la política

Capítulo 7. Los derechos humanos y los males humanos

Parte 2. Influencias secundarias

Capítulo 8. El cambio al sujeto humano en filosofía

Capítulo 9. El existencialismo: Heidegger y Sartre

Capítulo 10. El personalismo: Buber, Marcel y Scheler

Capítulo 11. El personalismo: Maritain y Mounier

Capítulo 12. La idea evolutiva

Capítulo 13. El teilhardismo

Capítulo 14. Mayormente sobre Freud

Capítulo 15. Principalmente acerca de Jung

Capítulo 16. El hombre en plural

Capítulo 17. Las palabras y su significado

Capítulo 18. EL ENCUENTRO CON EL PROTESTANTISMO

A través de contactos hechos durante la Segunda Guerra Mundial, muchos católicos franceses y alemanes descubrieron por primera vez las virtudes y el amor de Cristo de sus hermanos protestantes y llegaron a apreciar mejor las creencias que tenían en común con ellos, lo que a su vez, cuando terminó la guerra, despertó el interés en el movimiento para la unidad de los cristianos.

Sin embargo, no pocos comenzaron, al parecer, a mirar con simpatía lo que, desde el punto de vista católico, son errores protestantes. Éstos eran de dos tipos, que reflejan la gran división dentro del protestantismo contemporáneo entre el protestantismo histórico y el protestantismo modernista.

El protestantismo histórico ofreció estas tentaciones perennes: ningún Papa y, por lo tanto, ningún árbitro final sobre lo que se debe creer; la Biblia interpretada en privado como la única fuente de la revelación; la supremacía e infalibilidad de la conciencia individual; y la Eucaristía como una simple comida conmemorativa. Para Lutero, el Evangelio había acabado con el sacerdocio, el sacrificio y el ritual. El profeta o maestro de la Palabra había reemplazado al sacerdote como líder de la comunidad. Entre el Evangelio y la ley (ley que significa para Lutero autoridad eclesiástica, instituciones y prácticas piadosas), había una oposición radical. La libertad cristiana significaba la liberación de esta “ley”170.

El modernismo protestante ofreció tentaciones de otro tipo. En Turmoil and Truth [El alboroto y la verdad] observamos el estado del modernismo protestante alrededor de 1900. Lo que los eruditos católicos encontraron ahora fueron los desarrollos elaborados durante las décadas de 1920 y 1930 en Alemania y Suiza por teólogos neo-protestantes como Barth, Brunner, Bultmann, Tillich y Gogarten.

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29.12.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -5B

(Véanse en este blog los cuatro capítulos anteriores y la primera parte del Capítulo V).

LA SEDUCTORA TEOLOGÍA PROTESTANTE

Desde la época del primer modernismo, los eruditos de la Iglesia miraban cada vez más hacia ciertos tipos de protestantismo con ojos comprensivos; sus atractivos radicaban, a medida que la fe fracasaba, en lo que este protestantismo rechazaba más que en las creencias positivas que había mantenido.

En el período de entreguerras (1918-1939), el interés por el protestantismo estuvo confinado a un grupo relativamente pequeño, aunque aún así muy influyente, del alto clero, y, dejando de lado el trabajo legítimo para la reunión [de los cristianos], se centró principalmente en las teorías de los críticos bíblicos protestantes más radicales y las ideas del pensador luterano danés Kierkegaard (fallecido en 1855), cuyos escritos son un libro de consulta para el existencialismo. La presión para que la Iglesia aceptara los principios de la crítica bíblica neo-protestante y racionalista fue tratada por Pío XII en su encíclica Divino Afflante Spiritu (1943). Las ideas de Kierkegaard fueron tomadas directamente de sus propios escritos o filtradas a través de la teología neo-luterana y neo-calvinista.

Pero después de la Segunda Guerra Mundial, que en Alemania, Holanda y otras partes del continente a menudo había juntado a católicos y protestantes en oposición al gobierno nazi, el interés por el protestantismo se intensificó y más tarde, a través de libros y revistas, se extendió mucho más allá a un amplio círculo de católicos, clérigos y laicos.

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27.04.21

Pensamientos N° 15 -El principio protestante de la "Sola Escritura"

Cristo Pantocrátor

Pensamientos N° 15 - 26 de abril de 2021

Bienvenidos a mi boletín electrónico semanal “Pensamientos", en el que comparto mis escritos sobre temas de religión, teología, filosofía, apologética, ciencia, historia o política.

El N° 15 de “Pensamientos” está dedicado a un artículo crítico sobre el principio protestante de la “Sola Escritura” que publiqué en InfoCatólica el 08/01/2016. Está basado en el excelente libro de Scott y Kimberly Hahn “Roma, dulce hogar. Nuestro camino al catolicismo".

Les deseo una buena lectura y me despido hasta el próximo lunes. Que Dios los bendiga y los guarde día tras día. Fraternalmente, Daniel Iglesias Grèzes.

Para acceder a mi artículo sobre el principio protestante de la “Sola Escritura", presiona este enlace

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8.01.16

El principio protestante de la “Sola Escritura” no es bíblico

Uno de los principios fundamentales de la Reforma protestante es el de la sola Escritura (sola Scriptura).El principio protestante de la sola Escritura dice que la Divina Revelación no es transmitida por la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición (como enseña la Iglesia Católica), sino sólo por la Sagrada Escritura. También dice que la Sagrada Escritura es la única autoridad en materia religiosa establecida por Dios en la tierra, lo cual implica el rechazo del Magisterio de la Iglesia (contra lo que enseña la Iglesia Católica).

En este artículo mostraré que siete doctrinas protestantes contradicen el principio protestante de la sola Escritura, basándome sobre todo en argumentos tomados del estupendo libro: Scott y Kimberly Hahn, Roma, dulce hogar. Nuestro camino al catolicismo, Ediciones Rialp, Madrid 2001. Presentaré esas siete doctrinas en el orden en que aparecen en esa narración del dramático camino de conversión al catolicismo del pastor y teólogo presbiteriano Scott Hahn y su esposa Kimberly. Junto al subtítulo de cada una de las siete secciones del artículo indicaré las páginas del libro en las que se trata la doctrina respectiva.

1. El bautismo de los niños (cf. pp. 30-32)

Dentro del protestantismo hay algunas comunidades eclesiales que aceptan y practican el bautismo de los niños pequeños y otras comunidades eclesiales que lo rechazan. La fuerte corriente que niega la validez del bautismo de los niños pequeños tuvo su origen histórico en el movimiento anabaptista del siglo XVI, que se enfrentó a Lutero y sus seguidores. Los protestantes que rechazan el bautismo de los niños pequeños sostienen que ese bautismo es inválido porque los niños que no han alcanzado la edad del uso de razón no pueden creer. También enfatizan que los adultos que fueron bautizados de pequeños ni siquiera recuerdan su bautismo. Sin embargo, la doctrina de la invalidez del bautismo de los niños no es bíblica.

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