5.12.17

Polonia, la aldea de Astérix

Hace años, cuando no existía aún internet y las personas sabían leer, muchos de nosotros leíamos. Y una de las cosas más deliciosas para un niño de mi tierra era el sentarse con Patoruzú, Mafalda o los geniales Astérix y Obélix (personajes inmortales ideados por Uderzo y Goscinny, cuya aldea jamás había sido dominada por Roma).

Pues bien: Polonia es parecida a esa aldea.

En Polonia los curas se visten de curas, las monjas de monjas, hay vocaciones y un catolicismo militante que mete miedo. Acá no existen dubia de que la comunión debe recibirse en gracia, de que la homosexualidad es una depravación grave y que el laicismo es un invento de la revolución francesa para acabar con el catolicismo en la vida pública.

Conversando acerca de la Amoris laetitia con un alto prelado se nos decía que aquí poco y nada ha llegado, además de que es inaceptable que cada diócesis tenga su propia doctrina o que cada cual viva a su antojo esta dictadura del relativismo, como la llamó Benedicto XVI.

Con el cardenal Zenón Grocholewski

Claro que los embates de la laicidad también llegan a estas tierras; no se vayan a creer. Pero si uno tuviese que nacer de nuevo y pudiese elegir el lugar para hacerlo, al menos lo pensaríamos.

Basta saber que -como es de público conocimiento aquí- “Radio María”, fundada en Polonia por los padres redentoristas, fue clave al momento de desarrollarse las últimas elecciones que llevaron a varios católicos de derecha (con perdón del exabrupto), al poder.

“La Iglesia no debe meterse en política partidista”, nos decía ayer nomás el Padre Tadeusz Rydzyk, pero sí debe iluminar la vida de la pólis con la Doctrina Social de la Iglesia, o lo que es lo mismo, con la “Doctrina política de la Iglesia”, aunque hoy poco y nada se sepa de ella.

Dios quiera que esta “aldea” de héroes y santos, ilumine y resucite a otras que hoy languidecen bajo los escrúpulos de su ser católico.

Que no te la cuenten…

 

P. Javier Olivera Ravasi


 

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2.12.17

Esbozo de aforismos. Primer libro del Padre Federico Highton

Nuestro querido amigo y hermano, el Padre Federico Highton, acaba de publicar un libro excelente con aforismos.

Venga aquí un extracto del Prólogo y abajo, para quien quiera leer de qué se trata, algunas muestras.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

 


 

(Del prólogo, por Antonio Caponnetto)

El género aforístico tiene su encanto y su riesgo; ambas cosas. Lo primero porque nos hace olvidar que estamos leyendo, para sentirnos parte de un coloquio amable, de una tertulia grata, de la típica charla de café a la que somos tan dados en estas orillas. Pero con el agregado –que no suelen tener los meros charlistas- de que con cada sentencia se aprende, con cada adagio se contempla, con cada frase redonda y acuñada sobreviene el pensamiento profundo y genuino.

     Es casi el sueño de ciertos pedagogos pero sin convertirse en la pesadilla en que ellos lo han convertido: el sueño de ser instruidos mientras uno se divierte, se entretiene, ameniza.Son tantas las relecturas a las que nos invitan los aforismos, como grande es el gusto de la memoria por retenerlos, por volverlos a paladear, por conservarlos siempre a flor de labio para usarlos cada vez que cuadre. Como el facón de Fierro, cada filo de palabras sale cortando; ora un error, ora una mentira, ora una pastoral aborigen o una moda revolucionaria.

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30.11.17

En el "College of Social and Media Culture" (Toruń, Polonia), con la Primer Ministro Beata Szydło

Como explicaba aquí hace unos días, hace tiempo fuimos invitados a disertar en el X Simposio internacional del College of Social and Media Culture in Toruń, organizado por esa casa de altos estudios; la temática a desarrollar -aprovechando el centenario, en 2018, de la recuperación de la independencia polaca, en 1918- trató acerca de la relación entre catolicismo y patriotismo, un tema sensible si los hay hoy en Europa.

Como invitados extranjeros, además de este servidor, participaban algunos estudiosos venidos de lugares tan diversos como México, Filipinas o Namibia, entre otros. ¿Cuál era la idea del encuentro? Pues sencilla: en Polonia todavía existe el sentido común católico y apostólico -incluso en las clases dirigentes- por lo que, para no perder la identidad bajo el yugo de una Unión Europea atada con alfileres, los sacerdotes redentoristas de la provincia de Varsovia realizan cada año este tipo de encuentros para mover el avispero entre la clase política y los estudiantes en general.

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28.11.17

Leído para Ud.: “Las neuronas de Dios. Una neurociencia de la religión, la espiritualidad y la luz al final del túnel”. Por el Dr. Jordán Abud (3-3)

3- OTRA VEZ EL MATERIALISMO PRESOCRÁTICO

Por todo lo expuesto diremos que, efectivamente, el libro unifica. Pero explicando lo más por lo menos, y no lo menos por lo más. Es decir, más allá de los avances tecnológicos y de las novedades de laboratorio, no ha sabido sobreponerse a la fuerza del materialismo y terminó siendo otro exponente de lo que Mario Caponnetto llama el  retorno de los presocráticos.

Decimos que unifica porque la obra pareciera una recusación del dualismo cartesiano, lo cual es plenamente válido. Pero, paradójicamente, los fenómenos que avalan tal recusación son interpretados a la luz del monismo materialista que aparece como el rasgo común y más sobresaliente de las neurociencias.

Citemos entonces, por última vez, a quien hemos recurrido en este tramo de la crítica. Resulta ineludible, por tanto, un fuerte cuestionamiento crítico frente a lo que a todas luces es, cuanto menos implícitamente, una muestra evidente de  materialismo ingenuo y acrítico que, en definitiva no es sino una aporía. Es lícito, por tanto, desde el hilemorfismo objetar que sin la presencia de un principio formal no pueden  explicarse los fenómenos en cuestión; y resulta plenamente lícito, también, sostener que ese principio formal no puede ser corpóreo. La argumentación de Santo Tomás tiene, a nuestro entender, plena vigencia[1].

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26.11.17

Leído para Ud.: “Las neuronas de Dios. Una neurociencia de la religión, la espiritualidad y la luz al final del túnel”. Por el Dr. Jordán Abud (2-3)

2 - REPROBADO EN FILOSOFÍA

                Resulta conveniente señalar un puñado de desaguisados filosóficos o, para no exponer al desprecio un término que las neurociencias suelen fustigar (“filosófico”), digamos mejor, un puñado de “desaguisados conceptuales”. Ellos (los principios de orden nocional) tienen enorme vigencia en el mundo neurocientista, en el psicológico y en el clínico -aunque no pertenezcan propiamente a ellos- . Y como tal deben calibrarse con medido rigor.

                En primer lugar, nos encontramos en el libro con una clara contradicción epistemológica interna. ¿Qué se propone estudiar el autor?, ¿qué realidad está dispuesto a aceptar?, ¿qué alcance le dará a la razón en su proceso investigativo?

                Podremos disentir en la noción de ciencia, lo cual es grave e impide posiblemente un diálogo fructífero. Pero más grave aún, descendiendo un peldaño más, es la propia contradicción en los fundamentos epistemológicos de aquello que se estudia. En aras de definir el objeto propio, el autor aclara que antes de generar polémicas innecesarias, antes de avivar hogueras y discusiones estériles, vale la pena reflexionar una vez más sobre lo que hemos intentado hacer en este libro. Habrán notado (espero) que no se trata sobre la existencia de Dios. Ni siquiera sobre Dios. Esas, en todo caso, no son preguntas científicas, por lo que caen fuera de nuestro análisis; casi podría decirse que ni siquiera son interesantes desde el punto de vista que perseguimos[1] .

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