InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Etiquetas: evangelios sinópticos

4.08.24

La prioridad de Mateo

San Mateo

La tesis tradicional en la Iglesia

Dentro de la cuestión del orden de composición de los tres Evangelios sinópticos, la cuestión principal es ésta: ¿Cuál de ellos fue el primero en ser escrito? Obviamente las respuestas posibles son tres: prioridad de Mateo, prioridad de Marcos o prioridad de Lucas. Las tres teorías han tenido defensores, pero, como ya vimos, la prioridad de Lucas puede ser descartada fácilmente. En este capítulo trataré la teoría de la prioridad de Mateo, dejando para más adelante la teoría de la prioridad de Marcos.

La teoría de la prioridad de Mateo, que es la tradicional en la Iglesia, está basada principalmente en tres razones muy fuertes: a) es la sostenida por los historiadores o escritores cristianos más antiguos; b) es la más probable intrínsecamente; o sea, es la más lógica en función de la historia de la Iglesia primitiva; y c) es la más consistente con los descubrimientos papirológicos más recientes.

Datos biográficos de Mateo

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3.08.24

El prólogo del Evangelio de Lucas

San Lucas

La teoría de la prioridad de Lucas es desmentida por el propio Lucas

La teoría de la prioridad de Lucas (o sea de que Lucas fue el primer Evangelio sinóptico en ser escrito) puede ser descartada por tres razones principales:

  1. Los argumentos a favor de la teoría de la prioridad de Lucas son mucho más débiles que los que sustentan la teoría de la prioridad de Mateo o incluso la teoría de la prioridad de Marcos, por lo que muy pocos expertos han sostenido la prioridad de Lucas.
  2. En la antigua tradición cristiana no hay ningún testimonio a favor de la prioridad de Lucas; en cambio esa tradición brinda un testimonio sin fisuras a favor de la prioridad de Mateo.
  3. Lucas, en el prólogo de su Evangelio, afirma explícitamente que éste no fue el primer evangelio.  

“Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido1.”

Veamos paso a paso qué podemos deducir de este pasaje.

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2.08.24

Una introducción al problema sinóptico

Esquema de la hipótesis de las dos fuentes

El problema más célebre de la crítica bíblica

Planteo del problema

Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas son llamados los Evangelios sinópticos porque son tan semejantes entre sí en contenido, orden y redacción que pueden ser colocados fácilmente en tres columnas paralelas para obtener una visión de conjunto o sinopsis. No obstante, los tres Evangelios sinópticos tienen también muchas diferencias entre sí. La cuestión sinóptica (o el problema sinóptico) consiste en cómo explicar las semejanzas y diferencias de esos tres Evangelios.

Cada perícopa o versículo de un Evangelio sinóptico se puede clasificar en uno de tres grupos y de siete subgrupos:

1. Tradición simple: si está presente en un solo Evangelio sinóptico (Mateo, Marcos o Lucas).

2. Tradición doble: si está presente en dos Evangelios sinópticos (Mateo-Marcos, Mateo-Lucas o Marcos-Lucas).

3. Tradición triple: si está presente en los tres Evangelios sinópticos (Mateo-Marcos-Lucas).

El problema sinóptico se puede subdividir en dos cuestiones principales: la cuestión del orden de composición de los Evangelios sinópticos y la cuestión de la dependencia o independencia literaria entre los Evangelios sinópticos.

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19.11.21

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio -20

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio, edición de 2017

Introducción

Capítulo 1. Redescubrimiento de la tradición clementina del Evangelio

Capítulo 2. El zigzag sinóptico y los dobletes

Capítulo 3. El origen del Evangelio de Marcos

Capítulo 4. El Evangelio de Marcos y Lucas-Hechos

Capítulo 5. Antijudaísmo en Mateo

Capítulo 6. La evidencia histórica temprana

Capítulo 7. Las liturgias (typicon o ustav) de las Iglesias orientales

Capítulo 8. La fuente Q y las profecías del Templo

Capítulo 9. Entender “según…”

Capítulo 10. El mundo romano

Capítulo 11. El mundo judío y la taquigrafía

Capítulo 12. Cronología de 2.000 años

Capítulo 13. Datación de Mateo

Capítulo 14. Un Mateo hebreo

Capítulo 15. Lucas y Hechos

Capítulo 16. La narración de la infancia en Lucas

Capítulo 17. El estilo de Lucas

Capítulo 18. Las Epístolas y la seudonimia

Capítulo 19. La Epístola a los Hebreos

 

Capítulo 20. El Evangelio de Juan: el gnosticismo y la complementación

La historia y la datación del Evangelio de Juan

Los registros de los historiadores son consistentes entre sí. Según el Prólogo a Juan latino antiguo, el Obispo Papías de Hierápolis (60-138) relató que él había escrito el Evangelio tal como Juan se lo había dictado (RO 150).

Esta afirmación puede haberse referido sólo al último capítulo. Papías dijo que Juan lo había compuesto a petición de los obispos de Asia contra Cerinto y otros herejes, especialmente los ebionitas. Papías agregó que Juan conocía los otros tres evangelios y que había escrito para complementarlos (RO 151).

Ireneo (120-180) escribió: “Más tarde también Juan, el discípulo del Señor, quien se había incluso reclinado sobre su pecho, también él publicó un Evangelio mientras habitaba en Éfeso de Asia” (RO 129). (La actual Turquía).

Un largo fragmento del Canon Muratoriano fue descubierto en 1740 por el Cardenal Muratori en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. La evidencia interna muestra que fue compuesto entre 141 y 155 DC. Algunos atribuyen su autoría a Hipólito. El texto latino, confirmado por otros hallazgos, parece haber sido traducido del griego (RO 138-139).

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4.02.16

Diez razones para cuestionar a Q (Mark Goodacre)

Éste es un resumen de los motivos para el escepticismo sobre Q (1). Se pretende que estos diez puntos funcionen, no como objeciones auto-contenidas y demoledoras, sino más bien, cuando se los considera juntos, para estimular algunos cuestionamientos críticos de la hipótesis Q.

1. Nadie ha visto jamás a Q

La literatura actual sobre Q abunda en ediciones de Q, investigaciones de sus estratos, estudios de las comunidades que estaban detrás de él y análisis de su teología. En tales circunstancias, vale la pena que nos permitamos el sobrio recuerdo de que no existe ningún manuscrito de Q. Nadie ha encontrado aún siquiera un fragmento de Q.

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