Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio -20

Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio, edición de 2017

Introducción

Capítulo 1. Redescubrimiento de la tradición clementina del Evangelio

Capítulo 2. El zigzag sinóptico y los dobletes

Capítulo 3. El origen del Evangelio de Marcos

Capítulo 4. El Evangelio de Marcos y Lucas-Hechos

Capítulo 5. Antijudaísmo en Mateo

Capítulo 6. La evidencia histórica temprana

Capítulo 7. Las liturgias (typicon o ustav) de las Iglesias orientales

Capítulo 8. La fuente Q y las profecías del Templo

Capítulo 9. Entender “según…”

Capítulo 10. El mundo romano

Capítulo 11. El mundo judío y la taquigrafía

Capítulo 12. Cronología de 2.000 años

Capítulo 13. Datación de Mateo

Capítulo 14. Un Mateo hebreo

Capítulo 15. Lucas y Hechos

Capítulo 16. La narración de la infancia en Lucas

Capítulo 17. El estilo de Lucas

Capítulo 18. Las Epístolas y la seudonimia

Capítulo 19. La Epístola a los Hebreos

 

Capítulo 20. El Evangelio de Juan: el gnosticismo y la complementación

La historia y la datación del Evangelio de Juan

Los registros de los historiadores son consistentes entre sí. Según el Prólogo a Juan latino antiguo, el Obispo Papías de Hierápolis (60-138) relató que él había escrito el Evangelio tal como Juan se lo había dictado (RO 150).

Esta afirmación puede haberse referido sólo al último capítulo. Papías dijo que Juan lo había compuesto a petición de los obispos de Asia contra Cerinto y otros herejes, especialmente los ebionitas. Papías agregó que Juan conocía los otros tres evangelios y que había escrito para complementarlos (RO 151).

Ireneo (120-180) escribió: “Más tarde también Juan, el discípulo del Señor, quien se había incluso reclinado sobre su pecho, también él publicó un Evangelio mientras habitaba en Éfeso de Asia” (RO 129). (La actual Turquía).

Un largo fragmento del Canon Muratoriano fue descubierto en 1740 por el Cardenal Muratori en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. La evidencia interna muestra que fue compuesto entre 141 y 155 DC. Algunos atribuyen su autoría a Hipólito. El texto latino, confirmado por otros hallazgos, parece haber sido traducido del griego (RO 138-139).

Explica que Juan escribió ante la insistencia de sus compañeros discípulos y obispos. Juan estuvo de acuerdo y les pidió “ayunar con él durante tres días, y lo que fuere revelado a cada uno fuese relatado a los otros". Esa misma noche fue revelado a Andrés, uno de los Apóstoles, que lo que viniera a las mentes de todos ellos Juan, en su propio nombre, debería ponerlo todo por escrito (EH 6:14,5-7 y RO 139).

Clemente de Alejandría (150-215) mencionó que Juan escribió el cuarto Evangelio después de ser urgido por sus amigos (EH 6:14 y CCHS 777a).

El Prólogo Antimarcionita de Juan dice que los obispos de Asia (la actual Turquía) pidieron al Apóstol Juan que respondiera a Cerinto y otros herejes, y que ésta fue la razón por la que Juan escribió su evangelio (AMJ y RO 151-152).

En una época se aceptaba que Juan escribió su evangelio alrededor del 96 DC (CCHS 781j). Empero recientemente Tresmontant (CTH 324), Thied (CTR xii), Orchard (BOO 18) y Robinson (JATR 311) concluyeron separadamente que los primeros veinte capítulos fueron escritos antes del 70 DC y el capítulo 21 fue añadido en torno al 95 DC.

El desafío gnóstico

En los primeros 18 versículos Juan dio una respuesta teológica al desafío gnóstico y luego giró para comentar temas específicos.

La creencia gnóstica de que los hombres eran espíritus inmortales buenos aprisionados en cuerpos malos estaba muy difundida en varias formas a través del mundo de habla griega. Este aprisionamiento condujo a una batalla entre la luz y la oscuridad, el espíritu y la carne. Pese a que su influencia se puede ver en gran parte de la literatura pagana y la literatura cristiana primitiva no canónica, no poseemos afirmaciones coherentes de las creencias de sus sectas varias.

La palabra “gnosis” significaba “conocimiento", pero los herejes la usaban en el sentido de “conocimiento secreto". En su Epístola a los Colosenses, Pablo escribe: “Vigilad para que nadie os seduzca por medio de vanas filosofías y falacias, fundadas en la tradición de los hombres y en los elementos del mundo, pero no en Cristo” (Colosenses 2:8). Es ampliamente aceptado que esta carta fue enviada mientras Pablo estaba en prisión antes del 70 DC.

En 1 Timoteo 6:20 leemos: “Evita las palabrerías mundanas y las discusiones de la falsa ciencia”. El Papa Juan Pablo II consideró que Pablo se refería aquí a las enseñanzas gnósticas (JPFR 4:37). En el Apocalipsis (2:6 y 2:15) leemos una advertencia acerca de los nicolaítas, una secta gnóstica.

En el siglo II los gnósticos se volvieron más organizados, pero sus ideas causaron problemas a los cristianos desde mucho antes. Ireneo describió las creencias de Cerinto antes de describir las de los ebionitas. Él acusó a los ebionitas de “adorar a Jerusalén". Esto indica que los ebionitas, y por lo tanto los cerintianos, estaban activos antes de la destrucción de Jerusalén.

Ireneo registra que Juan tenía en mente “los errores sembrados por Cerinto y aún antes por los llamados nicolaítas” (IAH 3:11,1 y CCHS 778h). Los gnósticos afirmaban ser “los hombres sabios de luz y conocimiento".

Ireneo y otros hicieron muchas referencias a los gnósticos, y Henry Owen en 1764 usó esta información para construir un esbozo de sus enseñanzas. Lo que sigue está basado en el trabajo de Owen, pero es necesario recordar que los nicolaítas, los cerintianos, los ebionitas y muchas sectas más variaban entre sí en sus creencias precisas.

Según la creencia gnóstica, el desconocido Dios altísimo vivía en el cielo con los espíritus principales o eones. Él engendró a un hijo unigénito, llamado Monogenes, quien engendró al inferior Logos ("Palabra” en griego). Había dos altos eones llamados Vida y Luz. De estos eones procedieron órdenes inferiores de espíritus, incluyendo a Cristo y al Demiurgo. Fue el Demiurgo quien creó este mundo visible a partir de materia eterna. Este Demiurgo era ignorante del Dios supremo y muy inferior a los eones invisibles. Era protector de los israelitas y les envió a Moisés con leyes de obligación perpetua. (Muchas de las sectas heréticas observaban las leyes judías tradicionales).

Jesús fue un mero hombre, el verdadero hijo de José y María. Pero Cristo descendió sobre él en la forma de una paloma cuando él fue bautizado. Cristo le reveló al Padre desconocido y le dio el poder de obrar milagros. De un modo semejante el eón Luz entró en Juan el Bautista. Dado que Luz era superior a Cristo, en algunos aspectos se debía preferir a Juan el Bautista más que a Jesús.

Después que Jesús había propagado el conocimiento de Dios, llegó a sufrir. Por lo tanto Cristo lo dejó y se fue al cielo más alto. Fue sólo Jesús quien sufrió. Cristo regresaría para reinar durante mil años, con la humanidad esclavizada por la lujuria y el placer (EH 3:28). Algunos grupos negaron que Cristo había resucitado y que habría una resurrección de los muertos (HO 92).

Conociendo este trasfondo podemos entender las palabras iniciales del evangelio de Juan.

Juan dice que Cristo es el Logos (la Palabra) de Dios (Juan 1:1). La Palabra y Monogenes (el hijo unigénito de Dios) son una y la misma persona (1:14). Cristo, o la Palabra, no es un eón inferior, sino Dios (1:1). Cristo no era ignorante de Dios sino que lo conoció siempre y perfectamente en el cielo (1:18). Cristo no debe ser distinguido del Demiurgo porque él es el creador del mundo entero (1:10). VIDA y LUZ no son espíritus particulares y separados, sino el mismo LOGOS y CRISTO (Juan 1:4; 1:7-9).

Así, Juan está diciendo que Cristo, el Logos, la Vida, la Luz y Monogenes (el unigénito) no son eones distintos sino una y la misma persona divina. Juan dice que un eón, la Luz, no entró en Juan el Bautista y le comunicó el conocimiento supremo de la Voluntad Divina. Él fue sólo un hombre y, aunque inspirado, muy inferior a Jesús, siendo sólo su precursor (Juan 1:6, 1:8, 1:15).

Juan explica que el Dios Supremo no era enteramente desconocido antes de la época de Cristo. Los hombres fueron iluminados en sus propias conciencias, pero no quisieron conocerlo (1:9-10). Los judíos no eran el pueblo particular de un dios inferior, el Demiurgo, sino de Cristo, el Hijo unigénito de Dios (1:11). Eventualmente Él se hizo hombre (1:14) y cumplió la Ley de Moisés, que era sólo una sombre de las cosas buenas por venir, e instituyó su plenitud. Cristo vino para todos los hombres, no sólo para los judíos (1:12-13). Jesús era el Hijo del Padre (1:14).

En sus siguientes versículos y capítulos, Juan seleccionó incidentes y milagros para apoyar lo que él había afirmado. Juan refuta la idea de que Juan el Bautista, por predicar la Ley de Moisés, era superior a Cristo (Juan 1:15-34). Juan mostró que Cristo era superior a Juan el Bautista.

Los pasajes anteriores muestran que Ireneo tenía razón en cuanto al motivo que dio del por qué este Evangelio fue escrito. Por lo tanto, es lógico asumir que él tiene razón al nombrar al Apóstol Juan como su autor.

Algunos partidarios de la prioridad de Marcos afirman que Cerinto no vivió hasta después que Juan había muerto. Empero, según Eusebio, Cerinto fundó su religión “en el tiempo en discusión” (EH 3:28, 1). Dado que él había escrito recién acerca de los ebionitas, esto debe de haber sido muy temprano.

Tenemos también una historia gráfica registrada por Ireneo: “El apóstol Juan fue una vez a una casa de baños para lavarse, pero cuando supo que Cerinto estaba adentro,  saltó fuera del lugar y huyó por la puerta, porque no soportaba estar siquiera bajo el mismo techo con él, y mandó a los que estaban con él hacer lo mismo, diciendo: ‘Huyamos, no sea que esta casa de baños se caiga, porque Cerinto, el enemigo de la verdad, está adentro’.”

Ireneo añadió que él había obtenido esta historia del Obispo Policarpo, quien había conocido a Juan personalmente (EH 3:28,6).

También leemos: “En su época, también, existió durante un corto tiempo la herejía de los nicolaítas, de la que el Apocalipsis de Juan [Apocalipsis 2:6 y 2:15] también hace mención” (EH 3:29,1). Por lo tanto vemos de nuevo que Ireneo estaba escribiendo sobre un período muy temprano.

 

Juan complementa y aclara los Evangelios Sinópticos

En su evangelio, Juan no repite detalles que ya se encuentran en los tres evangelios existentes. Si él hubiera escrito sin conocimiento de los evangelios existentes, sería increíble que él pudiera haber evitado con tanto éxito repetir tanto de lo contenido en ellos, como por ejemplo la Transfiguración y la confesión de Cristo de su divinidad ante Caifás (CCHS 778h).

Eusebio informa que los tres evangelios existentes fueron distribuidos a todos y que Juan testificó sobre su verdad. (Juan avaló a los tres). Luego Juan los complementó (EH 3:24,7 y 11) y, corriendo cualquier impresión falsa que pudieran haber dado, cerró las aberturas para los ataques heréticos.

Mirando varios pasajes, podemos ver cómo él logró esto. Podemos notar cómo Juan supone que muchos de sus lectores tenían un conocimiento vívido del ambiente de la predicación de Cristo, que fue cambiado radicalmente en el 70 DC.

1. Habría sido extraño que el Mesías no hubiera predicado en Judea y Jerusalén o asistido a las grandes fiestas. No obstante los Sinópticos mencionan sólo a Galilea. Juan provee la información adicional (Juan 3:22, 4:54, 5:1, 6:1). Él ignora el ministerio galileo, excepto por un incidente, donde hay una razón específica para mencionarlo.

2. Esta razón específica se refería a la Eucaristía. Los Sinópticos habían dado narraciones de su institución (Mateo 26:26-27, Lucas 22:19-20 y Marcos 14:22-24), pero no la anterior promesa de Cristo de hacerla. En el Capítulo 6, Juan provee un discurso eucarístico elaborado, incluyendo la promesa de Cristo (Juan 6:54-58), y [en otro capítulo] un largo relato de la última cena. Él no repite la institución de la Eucaristía en sí misma.

3. Los Sinópticos reportan el gran entusiasmo de la entrada triunfal en Jerusalén, pero no lo que lo había causado. Juan explica que Cristo recién había resucitado a Lázaro (Juan 11:17).

4. Mateo cuenta cómo Cristo llamó a Pedro, Andrés, Santiago y Juan a ser sus discípulos (Mateo 4:18-22), y Lucas suministra en relato similar pero más breve (Lucas 5:10-11). Los críticos podían decir que la manera de esta llamada no dio ni el tiempo suficiente para una consideración seria e inteligente ni la oportunidad para tomar provisiones para los familiares dependientes.

Marcos había indicado que el padre de Santiago y Juan no sería dejado sin asistencia (Marcos 1:20). Pero es Juan, que estuvo allí, quien provee una explicación más completa. Él informa que dos de los discípulos del Bautista habían hablado durante un largo rato en privado con Cristo (Juan 1:35-51). Lo que se dijo durante ese día y esa noche no lo sabemos, pero podemos suponer que se les dijo claramente lo que se requería de ellos. Después de esto, Cristo habló a los otros que pretendía llamar.

Mateo y Lucas nos dicen que luego Cristo se fue al desierto por más de un mes, y continuó esto con un período de predicación (Mateo 4:1-2, Lucas 4:1-2 y Marcos 1:12-13). No era necesario que Juan repitiera esta información. Para el momento en que Cristo finalmente llamó a Sus discípulos (Mateo 4:18-22), cada uno había tenido tiempo para considerar seriamente su llamada y para tomar provisiones para sus dependientes.

5. Mateo reporta la intención de Cristo de nombrar a Pedro como líder de Su iglesia (Mateo 16:18), pero no cómo Pedro obtuvo este nombre. Por lo tanto Juan suministra esta información (Juan 1:42). El cambio de nombre era importante porque en arameo “Cefas” era la palabra tanto para “Pedro” como para “Roca". Pero Juan no repite la narración de la promesa formal del nombramiento porque Mateo ya lo había hecho.

6. Mateo nos dice que Cristo nació en Belén y menciona la profecía de que Cristo vendría de allí (Mateo 2:1-6), pero no que Belén es la ciudad de David. Juan agrega este detalle importante (Juan 7:42).

7. El Evangelio de Mateo se lee como si Simón [de Cirene] hubiera llevado la cruz para Cristo (Mateo 27:32). Las palabras de Lucas (23:26) y Marcos (15:21) transmiten la misma información. Pero Juan deja claro que Cristo estaba “llevando su propia cruz” (Juan 19:17) y no menciona la ayuda de Simón. Nótese cómo introduciendo la palabra “propia” Juan enfatiza el significado de esta frase. Sabemos que los herejes afirmaban que Cristo no había sufrido porque había dejado el cuerpo de Jesús antes de la crucifixión. Ellos probablemente citaban la narración de Mateo, para “probar” que quien llevó la cruz fue Simón de Cirene, porque Jesús, ahora un simple hombre, había sido demasiado débil.

8. Mateo reporta en 27:35 que los soldados se dividieron por sorteo las vestimentas de Jesús. Esto era similar a la profecía en el Salmo 22 (23) pero Mateo no mencionó qué había sucedido a la túnica de Cristo. Los críticos podían decir que los reportes de los Sinópticos no cumplían la profecía exactamente. Mateo había huido de la escena por lo que informaba de segunda mano. Lucas (23:34) y Marcos (15:24) proveen meramente versiones abreviadas, por lo que no aclaran la cuestión. Fue Juan, que había estado presente, quien fue capaz de proveer una narración detallada de la discusión entre los soldados y la razón de que ellos trataran de un modo diferente la túnica de Jesús. Es la narración en Juan 19:23-24 la que muestra que los eventos encajan exactamente con la profecía.

9. En el tiempo de Cristo había dos sumos sacerdotes. Mateo nos dice que, cuando Cristo fue arrestado, fue llevado a Caifás el sumo sacerdote, los escribas y los ancianos. Ellos lo enviaron a Pilato porque querían que él fuera ejecutado (Mateo 26:57). Lucas y Marcos añaden poco al relato de Mateo. Aunque según la ley judía la posición de sumo sacerdote era vitalicia, Anás había sido depuesto por los romanos y reemplazado por Caifás.

Por lo tanto un crítico podía argumentar que el verdadero sumo sacerdote no había sido culpable. Juan responde a esto afirmando: “Primero lo llevaron ante Anás, porque él era el suegro de Caifás, quien era el sumo sacerdote ese año” (Juan 18:13).

Luego Juan narra el juicio ante Anás (Juan 18:19-24), que tuvo lugar antes de que Anás enviara a Cristo a Caifás. Juan muestra cómo ambos sumos sacerdotes estuvieron involucrados y por lo tanto fueron responsables de la muerte de Cristo. También se muestra que el destacamento del arresto consistió de hombres empleados por Anás. Nótese cómo Juan introduce la palabra “primero” (Juan 18:13), que enfatiza el significado de la frase.

10. Grupos de judíos piadosos seguían la tradición de arrepentimiento tal como fue predicada por Juan el Bautista. Ellos no aceptaron la superioridad de Jesús ni sus mayores pretensiones y podían argumentar que Jesús se había sometido a Juan para el bautismo. Además, las palabras del Bautista podrían haber estado referidas a alguien que aún debía venir.

Mateo no había sido un testigo ocular [del bautismo de Jesús], por lo que su narración (Mateo 3:11-15) fue de segunda mano. Juan, habiendo sido un discípulo cercano del Bautista y habiendo estado presente en el bautismo de Jesús, fue capaz de dar un testimonio personal de que Jesús era “el poderoso” (Juan 1:26-42).

11. Las palabras “Porque aún no habían encarcelado a Juan [el Bautista]” (Juan 3:24) son interesantes porque presuponen que los lectores sabían del encarcelamiento de Juan, tal como fue reportado por los evangelios sinópticos.

12. Debido a que Mateo construyó su Evangelio de una forma litúrgica, no cronológica, transmite la impresión de que el ministerio público de Cristo duró sólo un año. Juan corrige esto dejando claro que [ese ministerio] tuvo lugar a través de tres Pascuas (CCHS 779c).

13. Mateo, al construir su liturgia, pasa rápidamente de la cena en Betania a la Última Cena y la crucifixión (Mateo 26:2 y 26:6). Esto podía dar la impresión de que las dos últimas ocurrieron dentro de 24 horas. Nuestra liturgia moderna, al celebrar la última cena el Jueves Santo, continúa este modelo. Empero, la actividad entre los dos eventos habría requerido un período más largo. Juan explica que la cena en Betania tuvo lugar algunos días antes (Juan 12:1).

Hay otras inconsistencias aparentes de tiempo relativas a esta semana, pero la arqueología muestra que los esenios, los saduceos y los fariseos tenían cada uno sus propios calendarios para las fiestas (CTH 292 y CTJ 118), por lo que esto podría haber causado confusión. Además, así como Mateo había condensado tres años en uno para adaptarlos a su leccionario, él se habría sentido libre de condensar los eventos de la Semana Santa.

14. Algunos han planteado un supuesto problema de datación del censo de Quirino. Empero, si Lucas hubiera cometido un error serio, éste habría sido impugnado en esa época. No obstante Juan no aprovecha la oportunidad de aclarar o enmendar la fecha. La datación del censo de Lucas aparentemente no era un problema para los que vivían en el siglo I.

15. Nuestro Señor había prometido la supremacía espiritual a Pedro (Mateo 16:19). Juan, en su capítulo final, informa cuándo Cristo cumplió esa promesa, encargando a Pedro el cuidado de sus ovejas (Juan 21:15-17).

Podemos hacer observaciones acerca de lo anterior.

a) El Evangelio de Juan, a la vez que contiene muchas perspectivas teológicas, también apunta a proveer datos históricos exactos acerca del mismo período cubierto por los otros Evangelios. Habla de los mismos Apóstoles y santas mujeres y menciona a Caifás, Pilato, José de Arimatea y muchos incidentes de las vidas de Juan el Bautista y Cristo.

b) Hoy en día a menudo oímos llamar al Evangelio de Juan “un Evangelio espiritual". Esto es verdad, pero no se debería permitir que la palabra “espiritual” excluya su aspecto histórico. Juan afirmó repetidamente ser un testigo ocular confiable de eventos en la vida de Cristo (Juan 19:35; 20:30-31; 21:24). Justo como en las palabras iniciales de su primera Epístola.

c) Se debería reflexionar sobre la acción de Juan al complementar los Sinópticos con detalles históricos y explicaciones tan precisos y pequeños. Esto muestra que él los trataba como documentos históricos, no como “teología creativa". También indica que Juan estaba muy atento a las necesidades reales de las iglesias.

d) Mateo informa que el discípulo anónimo mencionado por Juan (Juan 1:35), que había estado con Juan el Bautista, también se llamaba Juan (Mateo 4:21). Esto explica cómo el autor del cuarto Evangelio fue capaz de escribir con autoridad acerca de la misión de Juan el Bautista y también del ministerio de Cristo. Mostró cómo conocía la conversación inmediatamente anterior al encuentro con Cristo (Juan 1:6, 1:15-37).

e) En Juan 5:2, vemos a Juan referirse a Jerusalén en el tiempo presente. Los críticos pueden tratar de dar explicaciones para desestimar esto, pero no tienen evidencia de que el versículo no debería entenderse tal como está escrito. Esto indica que la primera parte del Evangelio de Juan fue escrita antes del 70 DC.

f) Mateo narra cómo una persona anónima corta una oreja del servidor del Sumo Sacerdote (Mateo 26: 51-52). Lucas 22:50 y Marcos 14:47 también reportan esto, pero todos tienen cuidado de no revelar el nombre de la persona que usó la espada. Esto lo habría expuesto a ser enjuiciado. Empero Juan en 18:10 dice que fue Pedro y que la víctima fue Malco. Aquí tenemos una señal de que los Sinópticos fueron escritos durante la vida de Pedro, cuando los Apóstoles tenían que protegerlo. Pero Juan, al escribir después de la ejecución de Pedro en el 65 DC, estaba libre de esta restricción.

Es interesante que Mateo, un testigo ocular, no especifique cuál oreja fue cortada. Pedro, al leer esta sección del Evangelio de Mateo, y siendo reportado así por Marcos, no agrega nada. Pero Lucas especifica que fue la oreja derecha. Dado que Lucas no estuvo presente en el incidente, esto debe haber sido información de segunda mano y por consiguiente puede haber sido visto como no confiable. Pero ahora Juan, que había estado presente en el incidente, confirma la información de Lucas.

g) A partir de nuestros hallazgos, especialmente e) y f), podemos fechar la escritura de la sección principal (es decir sin el capítulo final) del Evangelio según Juan entre 65 y 70 DC.

h) Si aceptamos que la mayor parte del Evangelio de Juan fue escrito antes del 70 DC y que aclaró los Evangelios Sinópticos, entonces estos evangelios también deben haber estado en circulación antes del 70 DC.

i) Los partidarios de la prioridad de Marcos afirman que Mateo y Lucas reportaron la destrucción de Jerusalén por medio de parábolas no históricas. Es interesante considerar la reacción de Juan. Él estaba aclarando los evangelios de Mateo y Lucas. Por lo tanto, si los marcanos tienen razón y Juan escribió después del 70 DC, ¿por qué él no aclaró el significado de las parábolas sinópticas? Las referencias a la destrucción de Jerusalén están entremezcladas con las referencias al fin del mundo.

j) Palestina en tiempos de Cristo era una sociedad peculiar y muy complicada. Los romanos compartían la administración con el concejo de jueces judíos, conocido como el Sanedrín. El Sanedrín a menudo estaba en conflicto con los oficiales civiles, los impuestos se pagaban en moneda griega, la moneda romana era usada en el comercio, y las cuotas del Templo se pagaban en moneda judía. Se hablaba hebreo, arameo, griego y latín. La vida pública y privada era afectada de muchas formas sutiles por esta diversidad de lenguaje y cultura y esta división de autoridad.

Sin embargo, en los evangelios encontramos innumerables referencias a características geográficas y condiciones sociales y religiosas transitorias. Esta sociedad fue completamente barrida en el 70 DC, [año] seguido por cambios en la población y el gobierno. ¿Cómo un escritor podría retratar la vida de esta sociedad, tan exacta y minuciosamente, viviendo una vida aislada lejos de Palestina cincuenta o más años después?

k) Una persona que vive de un lado de un río, tal como el Támesis en Londres, a menudo se referirá al otro lado como “cruzando el agua". El autor de este evangelio usa esta expresión cuando se refiere al Jordán (Juan 1:28). Esto implica que él era un nativo de Palestina o al menos había vivido allí durante un período largo. También indica que él era consciente de otra Betania. Ésta es una pequeña ilustración de cómo el retrato del escritor de la sociedad de Jerusalén era muy exacto.

l) El autor usa la expresión “el discípulo que Jesús amaba” seis veces. Éstas son en la Última Cena, al pie de la Cruz, al serle confiada la protección de María, al correr más que Pedro, al ser el primero en reconocer al Señor y cuando Cristo dice que él tendrá una larga vida. En Juan 21:24-25 él por fin explica que “el discípulo que Jesús amaba” escribió el evangelio. La Tradición siempre ha visto la frase como referida al autor, que se sentía turbado al informar sobre sí mismo en una posición tan privilegiada. Muchas de esas instancias fueron de una naturaleza privada o semi-privada, donde sólo la persona involucrada habría podido suministrar un registro detallado.

m) Mateo, Lucas, Marcos y Juan ignoran la destrucción de Jerusalén y de su Templo, la persecución bajo Nerón y los mártires de esa época, que incluyeron a Pedro y Pablo. Si ellos escribieron después de estos eventos, ¿por qué los habrían omitido?

 

EVIDENCIA SÓLIDA DE TESTIGOS OCULARES

Al aceptar la Tradición Clementina, vemos que el Evangelio de Mateo fue compuesto por un Apóstol que había sido un testigo ocular de la vida y la predicación de Cristo. El Evangelio de Lucas fue usado, y por ende autorizado, por otro testigo ocular, Pedro. Marcos escribió exactamente lo que el testigo ocular, Pedro, había hablado. Luego el Apóstol Juan, testigo ocular, avaló los evangelios sinópticos en su propio Evangelio. Por lo tanto los cuatro Evangelios deben su importancia al haber sido escritos por un testigo ocular o haber sido aprobados por un testigo ocular. No es de extrañar que los primeros cristianos los hayan incluido en el canon bíblico.

Fuente: http://www.churchinhistory.org/pages/book-clementine-tradition-edited-version/The-Clementine-Gospel-Tradition-by-Dennis-Barton-edited-version.pdf

Copyright ©; Estate of Dennis Barton & Mark Alder 2017.

Traducido del inglés al español por Daniel Iglesias Grèzes con autorización de Mark Alder.


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4 comentarios

  
Daniel Iglesias
Faltan sólo dos capítulos. ¡Ánimo!
19/11/21 11:05 AM
  
Marcelo
Excelente, despues tomare notas mas detalladas. Estuve leyendo a los historicistas y demas teologos , ellos niegan la mayoria de esta tradicion. Muchas gracias!
19/11/21 3:06 PM
  
Lohengrin
Para mí no es una noticia tan buena que falten solo dos porque me encanta esta serie...
19/11/21 4:03 PM
  
Norberto E.
Reitero mi agradecimiento.
20/11/21 9:32 AM

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