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23.03.22

Consagración al Corazón Inmaculado de María. S. Juan Pablo II. 1984

Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María. S. Juan Pablo II.

25 de Marzo de 1984.

Y por esto, oh Madre de los hombres y de los pueblos,

tú que conoces todos sus sufrimientos y esperanzas,

tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal,

entre la luz y las tinieblas que invaden el mundo contemporáneo,

acoge nuestro grito que, movidos por el Espíritu Santo,

elevamos directamente a tu corazón:

abraza con amor de Madre este mundo humano nuestro,

que te confiamos y consagramos, llenos de inquietud

por la suerte terrena y eterna de los hombres y de los pueblos

¡Oh Corazón Inmaculado!

¡Del hambre y de la guerra, líbranos!

¡De la autodestrucción incalculable y de todo tipo de guerra, líbranos!

¡De los pecados contra la vida del hombre desde su primer instante, líbranos!

¡Del odio líbranos!

¡De toda clase de injusticias en la vida social, nacional e internacional, líbranos!

¡De la facilidad de pisotear los mandamientos de la ley de Dios, líbranos!

¡De la tentativa de ofuscar en los corazones humanos la verdad misma de Dios, líbranos!

¡Del extravío de la conciencia del bien y del mal, líbranos!

¡De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos! ¡líbranos!

Oh Madre de Cristo, Aparezca, una vez más, el infinito poder salvador de la Redención: Que éste detenga el mal.

Que en tu Corazón Inmaculado se abra a todos la luz de la Esperanza.

27.07.14

27.04.14

2.07.12

Enrico e Chiara: el don de la Vida

Parte del testimonio de Enrique Petrillo y Chiara Corbella, subtitulado (click en YouTube y clic en CC) por teachervideos

Chiara falleció el mes pasado, con 28 años. Feligreses de una parroquia de Roma, se conocieron en una peregrinación mariana y han vivido un matrimonio marcado por una especial llamada a la vivencia de la Cruz, el valor de la Vida de sus hijos, la obediencia a la Voluntad de Dios y la confianza serena y feliz en su Providencia.

Acogieron así a María, anencefálica, y la acompañaron en sus treinta minutos de vida. Recibieron también a Davide, privado de piernas y con malformaciones de las vísceras, manteniéndose a su lado en las pocas horas de su existencia terrena.

Por fin fue engendrado Francesco, pero Chiara, embarazada, recibió el diagnóstico de un carcinoma; afrontarlo significaría poner en peligro la gestación. La decisión fue llegar a dar a luz serenamente. Después del parto, la madre inició el tratamiento del tumor, cuya agresividad fue tal que no pudo curarse.

El pasado mes de mayo los esposos fueron recibidos y abrazados por Benedicto XVI y ellos le explicaron qué era ser «jóvenes de la generación Wojtyla». Veintiocho años ella, treinta y tres él. Chiara expresó así su proyecto de familia a Enrico: «Ahora que voy allá yo me ocupo de María y Davide; tú, que permaneces aquí, cuida bien de Francesco».

Entrevista a Enrico

Testimonio (en italiano, 20 minutos) de Chiara-Enrico

4.06.11