26.05.17

26 de Mayo: San Felipe Neri: humor y humildad

“Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse” (Santo Tomás Moro)

Desde hacía muchos años por las calles de Roma se solía encontrar a un humilde capuchino de estatura mediana y de modales amables y graciosos.

Llevaba siempre en sus espaldas una bolsa y era llamado por la población “Fra Deo gratias”, ya que a quienquiera que encontrase por el camino, se dirigía a él con este particular saludo, que significa “Gracias a Dios”. Era el religioso una especie de hermano lego que pasaba la vida haciendo el bien por las calles de Roma y pidiendo limosnas. Su nombre era Felice da Cantalice, quien, por humildad, solía llamarse a sí mismo “el asno de los capuchinos”.

Un día, teniendo cierta prisa y en medio de una multitud, comenzó a decir:

- ¡Paso, señores! ¡Dejad pasar el asno de los frailes!

La gente, haciéndose a un lado, se preguntaba dónde estaría dicho animal.

- ¿No lo veis? –respondía Fra Felice–, soy yo, ¡el asno de los capuchinos!.

Su compostura era tan similar a la del santo florentino que casi podría decirse que eran almas gemelas. Cuando ambos se encontraban parecía como si quisiesen ver quién hacía el mayor ridículo.

Uno se arrodillaba frente al otro; el otro bailaba una pieza en su honor y, cuando se despedían, se decían:

- ¡Podría verte morir reventado por amor de Dios!

A lo que el otro respondía:

- ¡Y yo podría verte colgado y destrozado por el mismo amor!

La gente que asistía a estos extraños encuentros se divertía sobremanera y quedaba totalmente edificada por tanta gracia y simplicidad.

Narremos otro episodio entre ambos.

Una calurosa tarde, Fra Felice se encontró en Vía dei Banchi Vecchi con Felipe; luego de las acostumbradas payasadas de bienvenida, le preguntó:

- ¡Eh, florentino!, ¿tienes sed?

- Es la Providencia que te manda con este calor endemoniado –respondió Felipe.

- ¿Sabes? Tengo aquí un vino realmente bueno –dijo el fraile.

En tanto, algunos de los que pasaban por allí comenzaron a observar el espectáculo.

Fra Felice tomó la botella que le acababan de donar para los capuchinos y se la dio al Padre Felipe. Éste, mostrando mucha avidez, la tomó con ambas manos y la llevó hasta la boca como si fuese todo un borracho profesional, bebiendo con enorme placer.

La gente reía y se decía para sí:

- ¡Mira, mira a estos dos frailes cómo beben!

Luego de que Felipe bebiera, le tocaba el turno a su amigo:

- Ahora quiero que tú también te mortifiques públicamente –le dijo en voz baja.

Fra Felice haciendo lo mismo, se llevó la botella a la boca y después de haber terminado hasta la última gota, se saludaron mutuamente y siguieron cada uno su camino.

Eran muestras públicas de humildad para no pasar por santos.

24.05.17

Páginas difíciles de la Biblia

Para quienes a veces nos encontramos con dudas y objeciones acerca de las narraciones bíblicas y de sus interpretaciones, comparto aquí un libro clásico y en español de Galbiatti-Piazza titulado así: “Páginas difíciles de la Biblia. Antiguo Testamento".

A modo de muestra, extracto alguno de sus subtítulos a partir del índice:

  • La Prehistoria: el paleolítico inferior, medio y superior. El mesolítico. El neolítico. Edad de bronce y de hierro. La antigüedad del género humano y las genealogías bíblicas
  • La creación en seis días
  • La creación de Adán y Eva
  • La extensión y la época del diluvio
  • Universalidad del diluvio
  • El diluvio y la prehistoria
  • Las plagas de Egipto
  • El paso del Mar Rojo
  • El maná
  • El milagro del sol en el Cap. 4 de Josué
  • El odio a los enemigos
  • Las guerras de exterminio
  • El divorcio y la poligamia
  • Las impurezas legales

 

 

El mismo puede ser descargado desde aquí

O leído online aquí 

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

20.05.17

Desde el "introito" hasta la oración colecta. Explicando la Misa tradicional

Para oír o descargar el sermón, hacer clic aquí

San Justino, mártir, uno de los más grandes padres de la Iglesia de los primeros siglos, así nos describe la Misa de un domingo, allá por el siglo II:

“El día llamado de sol (domingo) todos los habitantes de la ciudad o del campo se reúnen en un mismo lugar. Allí se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los Profetas, según la oportunidad.

Terminada la lectura, quien preside la asamblea hace uso de la palabra para instruir y exhortar a la imitación de tan hermosas enseñanzas. Luego todos se levantan y rezan en voz alta. Terminada la oración, se lleva al altar el pan, el vino y el agua; el que preside eleva hacia el cielo acciones de gracias. Todo el pueblo responde por aclamación: Amén.

Luego tiene lugar la distribución y repartición de los manjares eucarísticos. También lo reciben los ausentes por el ministerio de los diáconos. Aquellos que viven en la abundancia y quieren hacer limosna, dan libremente cada uno lo que buenamente quiere; lo recolectado se remite al presbítero, que lo distribuye a los huérfanos, a las viudas, a los enfermos, a los indigentes, a los prisioneros, a los huéspedes extranjeros, en una palabra, a todos los necesitados.

Hasta aquí la explicación de la Misa, sustancialmente la misma que hasta ahora.

Expliquemos ahora una parte de ella, como se celebra según el “modo extraordinario”, como buenamente nos permita el espacio de una homilía.

 

  1. SALMO 42: JUDICA ME

Apenas el sacerdote abandone la sacristía, se dirigirá hasta los pies de las gradas del altar y allí, antes de comenzar la Misa propiamente dicha, recitará un salmo, el número 42. Se trata de una oración dialogada, en la cual el pueblo participa desde el primer momento, creando una verdadera comunidad entre los fieles y su pastor.

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18.05.17

Curso de historia de la Iglesia. Invitación a clase 2: el Nacimiento de la Iglesia y vídeo de clase 1

El mes pasado, aquí, señalábamos el inicio del Curso introductorio de Historia de la Iglesia.

Presentamos al final el vídeo de esa clase e invitamos a su continuación a la segunda reunión:

Curso introductorio de Historia de la Iglesia

P. Dr. Javier Olivera Ravasi

Año 2017:

Clase 2: El nacimiento de la Iglesia: entre divisiones y persecuciones 

Miércoles 24 de Mayo

a las 19.30 hs

Barrio “San Benito” – Complejo Villanueva

LOTE 81

Ingeniero Maschwitz (Bs.As.)

Ubicación en Google maps, AQUÍ

Coordenadas: -34.373500, -58.710254

(al ingresar al barrio, decir que se va a la Capilla)

Entrada libre y gratuita, sin inscripción previa

VÍDEO DE LA CLASE 1: “La Iglesia ante los pueblos paganos y los semina Verbi

15.05.17

Sobre la Independencia del Paraguay

(Por la Hna Claudia Ortiz, de Paraguay)

El mes de mayo es un mes de celebraciones en Paraguay, es llamado «el mes de la Patria», porque en él se gestó la independencia nacional. Pero, ¿cuáles fueron los motivos que impulsaron a nuestros antepasados a buscar la independencia?

En los corrientes libros de historia leemos que fueron varias las causas; entre ellas se citan circunstancias económicas, sociales y políticas y casi siempre se afirma que fueron influenciados por las ideas liberales de la Revolución Francesa.  Pero ¿realmente podríamos ver las ideas liberales en nuestros próceres? Es muy común pensar que la independencia fue gestada por hombres que se sentían oprimidos por el yugo español representados por la cruz y la espada. Pero eso, quizá sea un error.

Como dice el Dr. Antonio Caponnetto, un prolífico autor argentino:

 

«Una cosa es la “independencia” de los ideólogos masones y liberales; otra (muy distinta es) la autonomía gubernativa conservando las formas monárquicas, las grandes unidades geopolíticas americanas y la prosapia cultural de tres siglos gloriosos de evangelización española. Una cosa es la emancipación –concepto netamente kantiano, iluminista y rousseauniano- y otra cosa es la autodeterminación, fruto del legítimo del ejercicio del ius resistendi a la tiranía.»

 

Paraguay no se independizó por un odio contra España. Es más, ya tenían en común trescientos años de historia.

 

«Los conquistadores españoles radicados desde 1537 a orillas del río Paraguay, en unión con los guaraníes originaron, a través de los años, un pueblo numeroso, homogéneo, trabajador y valiente, que sabía lo que el Paraguay, fundador de ciudades, significó en la civilización del Río de la Plata, se enorgullecía de su ascendencia hispánica y poseía una robusta conciencia nacional»[1].

 

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