Del Sínodo alemán al referendum chileno: dos cosas iguales pero distintas

Cuentan que, en plena revolución bolchevique, allá, en tiempos del “paraíso comunista” ruso, un grupo de parlamentarios quiso realizar una seria votación que definiría el futuro del proletariado. Había que plantear, ¡de una vez por todas!, si Dios existía o no.

La votación se hizo y, por un voto…, Dios siguió existiendo…

Esta historia -real o leyenda no lo sabemos- nos hizo acordar a lo que hace días sucedió en dos países por completo diversos en sus culturas pero cercanos en sus actuales gobiernos, en ámbitos diversos: Alemania y Chile, donde, en el ámbito estatal, se votó en el país hermano, una nueva constitución y, en el país de Lutero, un nuevo evangelio.

Sobre Chile ya hemos hablado aquí y aquí:

Sobre Alemania, baste decir que la sodomía no se ha institucionalizado -todavía- como “católica” porque el 27 % de los obispos que quedan en ese país, han dicho que no… (ver aquí).

Es verdad, dirá alguno: en ambos casos el proyecto no prosperó; pero quizás sólo por ahora pues, como dice el Señor, “los hijos de las tinieblas, en sus asuntos, son más prudentes que los hijos de la luz” (cfr. Lc 16,8).

Para algunos, si un gobernante, si una mayoría, si un obispo o un papa dice algo, eso es lo que es la realidad

Fueron dos pasos para adelante y uno para atrás. ¿Será sólo cuestión de tiempo?

Pero independientemente del ejemplo, lo que hay que sacar como conclusión es el principio: y es que, el mundo moderno, cree que, la verdad o mentira, lo bueno o lo. malo, Dios o la nada, la pureza o la pornocracia se maneja por mayorías, por gobernantes de turno, laicales o eclesiales. Y eso está metido hasta los tuétanos. Es el principio renacentista del “cuius regio, eius religio” (más o menos, “según el rey, así será la religión").

Para algunos, si un gobernante, si una mayoría, si un obispo o un papa dice algo, eso es lo que es la realidad. Y esta no es la culpa de los gobernantes o los okupas eclesiales de turno, sino de una decadencia cultural que debe ser restaurada desde sus bases, desde sus raíces, no intentando alimentar una piara decadente sino criando desde sus orígenes, bolsones de cristiandad que transmitan lo real, natural o sobrenatural. 

¡Ánimo! Que los tenemos rodeados.

Que no te la cuenten

P. Javier Olivera Ravasi, SE 

 

 

 

12 comentarios

  
claudio
Respetado Javier: hay una división real, profunda, antigua, dolorosa, entre los que creen en la existencia de Dios y los que se creen como dioses, así empezó todo y se repite. En oportunidades se hace más visible y numérica, entonces aparece como un llamado, una advertencia a la conversión, seria, muy seria, es la que claramente invoca San Pablo, "hay de mí si no predicara el Evangelio" y que hoy debería resonar en la Iglesia con una fuerza tal que conmueva.
09/09/22 3:43 PM
  
Yo pecador
Gracias.
09/09/22 4:04 PM
  
Tarcilin
En el 2019, El Papa Benedicto nos escribio una carta para explicar la corrupción sexual dentro de algunos clérigos como el vacío de Dios.

Nos, explico que las libertades por las que la Revolución de 1968 peleó estaba la libertad sexual total, una que ya no tuviera normas.


1980, El Estado comenzó a educar en sexualidad a los jovenes, y muchos seminarios se contaminaron con el ambiente como cine pornográfico empujados por teólogos católicos de la escuela del protestantismo, interpretando mal el CVII quienes negaban que la ley natural pudiera dictarnos las normas, ya que ellos alegan que fuera de la Biblia no había más ley moral.
Entonces se encargó a un teólogo desarrollar la moral sistemática desde la Biblia sinembargo no lo consiguió y este trato de encontrar una sistematizacion pero de moral práctica desde la Biblia sin conseguirlo, concluyó que la intención de cada persona justificaría si su acto era moralmente bueno o malo,

Entro el principio subjetivo de "el Fin Justifica los Medios" que hoy está instalado en Alemania y puede llegar a justificar la pedofilia y peores aberraciones.

Entonces San Juan Pablo II y Cardenal Ratzinger vieron la aberración teológica que implica teología donde nada puede constituir un bien absoluto, ni nada que fuera fundamentalmente malo; (podía haber) solo juicios de valor relativos.

Podías hacer sexualmente lo que se quisiera por amor igual que los hippies.

Papa Juan Pablo II, comisionó el trabajo para una encíclica con el título de "Veritatis splendor" (El esplendor de la verdad) el 6 de agosto de 1993 y generó diversas reacciones vehementes por parte de los teólogos morales

. Antes de eso, el Catecismo de la Iglesia Católica (1992) ya había presentado persuasivamente y de modo sistemático la moralidad como es proclamada por la Iglesia.


El error de los alanes es negar los mandamienros y la ley natural
10/09/22 12:40 PM
  
Tarcilin
Transcripción de Carta de BXVI
Benedicto explica el contexto de donde surge la corrupción y abusos dentro de la Iglesia.

Considero confirme a la profesora Beatriz Ozores que este contexto coincide con el previsto en el Apocalipsis como el humo que surge del infierno y se expande y con un ejército de las langostas con cara humana y cabellera con cola que causan heridas.

Benedicto expone ahora el contexto de la revolución sexual anos 68.


I. (1) "El asunto comienza con la introducción de los niños y jóvenes en la naturaleza de la sexualidad, algo prescrita y apoyado por el Estado. En Alemania, la entonces ministra de salud, (Käte) Strobel, tenía una cinta en la que todo lo que antes no se permitía enseñar públicamente, incluidas las relaciones sexuales, se mostraba ahora con el propósito de educar. Lo que al principio se buscaba que fuera solo para la educación sexual de los jóvenes, se aceptó luego como una opción factible.

Efectos similares se lograron con el "Sexkoffer" publicado por el gobierno de Austria (N. DEL T. Materiales sexuales usados en los colegios austríacos a fines de la década de 1980). Las películas pornográficas y con contenido sexual se convirtieron entonces en algo común, hasta el punto que se transmitían en pequeños cines (Bahnhofskinos) (N. del T. cines baratos en Alemania que proyectaban pequeñas cintas cerca a las estaciones de tren).




Todavía recuerdo haber visto, mientras caminaba en la ciudad de Ratisbona un día, multitudes haciendo cola ante un gran cine, algo que habíamos visto antes solo en tiempos de guerra, cuando se esperaba una asignación especial. También recuerdo haber llegado a la ciudad el Viernes Santo de 1970 y ver en las vallas publicitarias un gran afiche de dos personas completamente desnudas y abrazadas.

Entre las libertades por las que la Revolución de 1968 peleó estaba la libertad sexual total, una que ya no tuviera normas. La voluntad de usar la violencia, que caracterizó esos años, está fuertemente relacionada con este colapso mental. De hecho, las cintas sexuales ya no se permitían en los aviones porque podían generar violencia en la pequeña comunidad de pasajeros. Y dado que los excesos en la vestimenta también provocaban agresiones, los directores de los colegios hicieron varios intentos para introducir una vestimenta escolar que facilitara un clima para el aprendizaje.

Parte de la fisionomía de la Revolución del 68 fue que la pedofilia también se diagnosticó como permitida y apropiada.

Para los g
10/09/22 12:49 PM
  
Tarcilin
En la Parte Dos de la Carta BXVI nos muestra como en los 20 años entre 1960 y 1980, los estándares vinculantes hasta entonces respecto a la sexualidad colapsaron completamente, y surgió una nueva normalidad ( yo digo vida viciosa y licenciosa del mundo ) que hasta ahora ha sido sujeta de varios laboriosos intentos de disrupción.


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14 de abril de 2019 - 5:27 PM | ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN 14 de abril de 2019 8:38 pm
El documento de Benedicto XVI sobre la Iglesia y los abusos sexuales
Redacción ACI Prensa
Noticias por email
Benedicto XVI. Foto: © Vatican Media/ACI Prensa
Benedicto XVI. Foto: © Vatican Media/ACI Prensa
En el texto “La Iglesia y los abusos sexuales” el Papa Benedicto XVI ofrece sus reflexiones sobre la actual situación eclesial y expone sus propuestas para enfrentar esta grave crisis.

El texto (escrito en alemán) está dividido en tres partes. En la primera presenta el contexto histórico desde la década de 1960, en la segunda se refiere a los efectos en la vida de los sacerdotes y en la tercera hace una propuesta para una adecuada respuesta de la Iglesia.

Originalmente iba a ser publicado en Semana Santa por el Klerusblatt, periódico mensual para el clero en la mayoría de diócesis bávaras de Alemania; sin embargo fue filtrado este miércoles 10 de abril por el New York Post.

ACI Prensa ofrece la traducción al español del documento, un aporte de Benedicto XVI para “ayudar en esta hora difícil” de la Iglesia, como el mismo Papa Emérito escribe.

A continuación, el texto completo del Papa Emérito Benedicto XVI:

La Iglesia y el escándalo del abuso sexual
Del 21 al 24 de febrero, tras la invitación del Papa Francisco, los presidentes de las conferencias episcopales del mundo se reunieron en el Vaticano para discutir la crisis de fe y de la Iglesia, una crisis palpable en todo el mundo tras las chocantes revelaciones del abuso clerical perpetrado contra menores. La extensión y la gravedad de los incidentes reportados han desconcertado a sacerdotes y laicos, y ha hecho que muchos cuestionen la misma fe de la Iglesia. Fue necesario enviar un mensaje fuerte y buscar un nuevo comienzo para hacer que la Iglesia sea nuevamente creíble como luz entre los pueblos y como una fuerza que sirve contra los poderes de la destrucción.

Ya que yo mismo he servido en una posición de responsabilidad como pastor de la Iglesia en una época en la que se desarrolló esta crisis y antes de ella, me tuve que preguntar –aunque ya no soy directamente responsable por ser emérito– cómo podía contribuir a ese nuevo comienzo en retrospectiva. Entonces, desde el periodo del anuncio hasta la reunión misma de los presidentes de las conferencias episcopales, reuní algunas notas con las que quiero ayudar en esta hora difícil. Habiendo contactado al Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal (Pietro) Parolin, y al mismo Papa Francisco, me parece apropiado publicar este texto en el "Klerusblatt".

Mi trabajo se divide en tres partes.

En la primera busco presentar brevemente el amplio contexto del asunto, sin el cual el problema no se puede entender. Intento mostrar que en la década de 1960 ocurrió un gran evento, en una escala sin precedentes en la historia. Se puede decir que en los 20 años entre 1960 y 1980, los estándares vinculantes hasta entonces respecto a la sexualidad colapsaron completamente, y surgió una nueva normalidad que hasta ahora ha sido sujeta de varios laboriosos intentos de disrupción.

En la segunda parte, busco precisar los efectos de esta situación en la formación de los sacerdotes y en sus vidas.

Finalmente, en la tercera parte, me gustaría desarrollar algunas perspectivas para una adecuada respuesta por parte de la Iglesia.

I.

(1) El asunto comienza con la introducción de los niños y jóvenes en la naturaleza de la sexualidad, algo prescrita y apoyado por el Estado. En Alemania, la entonces ministra de salud, (Käte) Strobel, tenía una cinta en la que todo lo que antes no se permitía enseñar públicamente, incluidas las relaciones sexuales, se mostraba ahora con el propósito de educar. Lo que al principio se buscaba que fuera solo para la educación sexual de los jóvenes, se aceptó luego como una opción factible.

Efectos similares se lograron con el "Sexkoffer" publicado por el gobierno de Austria (N. DEL T. Materiales sexuales usados en los colegios austríacos a fines de la década de 1980). Las películas pornográficas y con contenido sexual se convirtieron entonces en algo común, hasta el punto que se transmitían en pequeños cines (Bahnhofskinos) (N. del T. cines baratos en Alemania que proyectaban pequeñas cintas cerca a las estaciones de tren).

Todavía recuerdo haber visto, mientras caminaba en la ciudad de Ratisbona un día, multitudes haciendo cola ante un gran cine, algo que habíamos visto antes solo en tiempos de guerra, cuando se esperaba una asignación especial. También recuerdo haber llegado a la ciudad el Viernes Santo de 1970 y ver en las vallas publicitarias un gran afiche de dos personas completamente desnudas y abrazadas.

Entre las libertades por las que la Revolución de 1968 peleó estaba la libertad sexual total, una que ya no tuviera normas. La voluntad de usar la violencia, que caracterizó esos años, está fuertemente relacionada con este colapso mental. De hecho, las cintas sexuales ya no se permitían en los aviones porque podían generar violencia en la pequeña comunidad de pasajeros. Y dado que los excesos en la vestimenta también provocaban agresiones, los directores de los colegios hicieron varios intentos para introducir una vestimenta escolar que facilitara un clima para el aprendizaje.

Parte de la fisionomía de la Revolución del 68 fue que la pedofilia también se diagnosticó como permitida y apropiada.

Para los jóvenes en la Iglesia, pero no solo para ellos, esto fue en muchas formas un tiempo muy difícil. Siempre me he preguntado cómo los jóvenes en esta situación se podían acercar al sacerdocio y aceptarlo con todas sus ramificaciones. El extenso colapso de las siguientes generaciones de sacerdotes en aquellos años y el gran número de laicizaciones fueron una consecuencia de todos estos desarrollos.

(2) Al mismo tiempo, independientemente de este desarrollo, la teología moral católica sufrió un colapso que dejó a la Iglesia indefensa ante estos cambios en la sociedad. Trataré de delinear brevemente la trayectoria que siguió este desarrollo.

Hasta el Concilio Vaticano II, la teología moral católica estaba ampliamente fundada en la ley natural, mientras que las Sagradas Escrituras se citaban solamente para tener contexto o justificación. En la lucha del Concilio por un nuevo entendimiento de la Revelación, la opción por la ley natural fue ampliamente abandonada, y se exigió una teología moral basada enteramente en la Biblia.

Aún recuerdo cómo la facultad jesuita en Frankfurt entrenó al joven e inteligente Padre (Schüller) con el propósito de desarrollar una moralidad basada enteramente en las Escrituras. La bella disertación del Padre (Bruno) Schüller muestra un primer paso hacia la construcción de una moralidad basada en las Escrituras. El Padre fue luego enviado a Estados Unidos y volvió habiéndose dado cuenta de que solo con la Biblia la moralidad no podía expresarse sistemáticamente. Luego intentó una teología moral más pragmática, sin ser capaz de dar una respuesta a la crisis de moralidad.

Al final, prevaleció principalmente la hipótesis de que la moralidad debía ser exclusivamente determinada por los propósitos de la acción humana. Si bien la antigua frase “el fin justifica los medios” no fue confirmada en esta forma cruda, su modo de pensar si se había convertido en definitivo.

En consecuencia, ya no podía haber nada que constituya un bien absoluto, ni nada que fuera fundamentalmente malo; (podía haber) solo juicios de valor relativos. Ya no había bien (absoluto), sino solo lo relativamente mejor o contingente en el momento y en circunstancias.

La crisis de la justificación y la presentación de la moralidad católica llegaron a proporciones dramáticas al final de la década de 1980 y en la de 1990. El 5 de enero de 1989 se publicó la “Declaración de Colonia”, firmada por 15 profesores católicos de teología. Se centró en varios puntos de la crisis en la relación entre el magisterio episcopal y la tarea de la teología. (Las reacciones a) este texto, que al principio no fue más allá del nivel usual de protestas, creció muy rápidamente y se convirtió en un grito contra el magisterio de la Iglesia y reunió, clara y visiblemente, el potencial de protesta global contra los esperados textos doctrinales de Juan Pablo II. (cf. D. Mieth, Kölner Erklärung, LThK, VI3, p. 196) (N. del T. El LTHK es el Lexikon für Theologie und Kirche, el Lexicon de Teología y la Iglesia, cuyos editores incluían al teólogo Karl Rahner y al Cardenal alemán Walter Kasper)
10/09/22 12:53 PM
  
Tarcilin
Continúa carta 2019 BXVI


El Papa Juan Pablo II, que conocía muy bien y que seguía de cerca la situación en la que estaba la teología moral, comisionó el trabajo de una encíclica para poner las cosas en claro nuevamente. Se publicó con el título de Veritatis splendor (El esplendor de la verdad) el 6 de agosto de 1993 y generó diversas reacciones vehementes por parte de los teólogos morales. Antes de eso, el Catecismo de la Iglesia Católica (1992) ya había presentado persuasivamente y de modo sistemático la moralidad como es proclamada por la Iglesia.

Nunca olvidaré cómo el entonces líder teólogo moral de lengua alemana, Franz Böckle, habiendo regresado a su natal Suiza tras su retiro, anunció con respecto a la Veritatis splendor que si la encíclica determinaba que había acciones que siempre y en todas circunstancias podían clasificarse como malas, entonces él la rebatiría con todos los recursos a su disposición.

Fue Dios, el Misericordioso, quien evitó que pusiera en práctica su resolución ya que Böckle murió el 8 de julio de 1991. La encíclica fue publicada el 6 de agosto de 1993 y efectivamente incluía la determinación de que había acciones que nunca pueden ser buenas.
10/09/22 12:55 PM
  
Tarcilin
Continúa carta BXVI

"El Papa era totalmente consciente de la importancia de esta decisión en ese momento y para esta parte del texto consultó nuevamente a los mejores especialistas que no tomaron parte en la edición de la encíclica. Él sabía que no debía dejar duda sobre el hecho que la moralidad de balancear los bienes debe tener siempre un límite último. Hay bienes que nunca están sujetos a concesiones.

Hay valores que nunca deben ser abandonados por un valor mayor e incluso sobrepasar la preservación de la vida física. Existe el martirio. Dios es más, incluida la sobrevivencia física. Una vida comprada por la negación de Dios, una vida que se base en una mentira final, no es vida.

El martirio es la categoría básica de la existencia cristiana. El hecho que ya no sea moralmente necesario en la teoría que defiende Böckle y muchos otros demuestra que la misma esencia del cristianismo está en juego aquí.

En la teología moral, sin embargo, otra pregunta se había vuelto apremiante: había ganado amplia aceptación la hipótesis de que el magisterio de la Iglesia debe tener competencia final (“infalibilidad”) solo en materias concernientes a la fe y los asuntos sobre la moralidad no deben caer en el rango de las decisiones infalibles del magisterio de la Iglesia. Hay probablemente algo de cierto en esta hipótesis que garantiza un mayor debate, pero hay un mínimo conjunto de cuestiones morales que están indisolublemente relacionadas al principio fundacional de la fe y que tiene que ser defendido si no se quiere que la fe sea reducida a una teoría y no se le reconozca en su clamor por la vida concreta.

Todo esto permite ver cuán fundamentalmente se cuestiona la autoridad de la Iglesia en asuntos de moralidad. Los que niegan a la Iglesia una competencia en la enseñanza final en esta área la obligan a permanecer en silencio precisamente allí donde el límite entre la verdad y la mentira está en juego.

Independientemente de este asunto, en muchos círculos de teología moral se expuso la hipótesis de que la Iglesia no tiene y no puede tener su propia moralidad. El argumento era que todas las hipótesis morales tendrían su paralelo en otras religiones y, por lo tanto, no existiría una naturaleza cristiana. "
10/09/22 12:58 PM
  
Birlibirloque
Pensé que había entrado en la columna del cura Ravasi, pero me encontré con la de "Tarcillín".
Parafraseando a los atenienses de San Pablo: "otro día te leeremos".
10/09/22 8:16 PM
  
maru
Lo del camino sinodal alemán es de pena y qué no haya quién les pare los pies!!! Me alegré muchísimo que no hubieran conseguido lo que se proponían, pero visto lo visto , lo conseguirán...... Y qué solo haya 21 obispos en contra! Qué pena cómo está la Jerarquía, qué pena .
11/09/22 3:53 PM
  
Miguel
Estimado Padre Javier, estás personas del sendero luminoso teutónico están fuera de la Iglesia. Roguemos por su conversión, que Dios proveerá.

Aplaudo de pie su último párrafo. Cuente con mis oraciones.
13/09/22 9:19 PM
  
Ángel
Según tenía entendido la votación sobre la existencia de Dios tuvo lugar en el Ateneo de Madrid, durante la 2ª República...
Me extraña que fuera en el régimen bolchevique, oficialmente ateo...
Un saludo cordial.
.............................
Interesantísimo el dato. Si tiene la fuente me encantaría usarla para el futuro. PJOR
19/09/22 8:07 PM
  
Ángel
No he encontrado una fuente fiable, pero sí infinidad de artículos donde se hace referencia a aquella votación en el Ateneo en 1936. Pero, en contra de lo que yo pensaba, casi todos afirman que Dios PERDIÓ por un voto, así que supongo que Nuestro Señor tuvo que esperar algún tipo de enmienda o recurso para poder volver a existir....
Un cordial saludo
22/09/22 9:08 PM

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