Buena noticia para la Iglesia sevillana
El Papa ha nombrado arzobispo coadjutor de Sevilla a monseñor Asenjo, hasta hoy obispo de Córdoba. El nombramiento lleva aparejada la sucesión en la archidiócesis sevillana, al frente de la cual sigue el cardenal Amigo. En cuanto a don Carlos se le acepte la renuncia que presentará el verano que viene, monseñor Asenjo pasará a ser el pastor de la iglesia sevillana.
La Iglesia católica en España ha tenido tres obispos coadjutores en las dos últimas décadas: monseñor Fernando Sebastián Aguilar, que fue arzobispo coadjutor de Granada de mayo de 1988 a marzo de 1993; monseñor Ignacio Noguer Carmona, que fue obispo coadjutor de Huelva de octubre de 1990 a noviembre de 1993; y monseñor Joan Enric Vives Sicilia, que fue obispo coadjutor de Urgell de julio de 2001 a noviembre de 2003. Monseñor Sebastián fue trasladado a Pamplona-Tudela antes de ocupar la sede granadina, mientras que monseñor Nogue y monseñor Vives pasaron a gobernar las diócesis citadas cuando quedaron vacantes.
Estamos, por tanto, ante un hecho no excepcional pero sin duda poco habitual. No sé bien cómo se tomará el cardenal Amigo en su fuero interno esta decisión del Santo Padre. De cara al público se mostrará encantado, agradecido, feliz, etc, etc. Pero no es menos cierto que Roma pone a su sucesor antes de que le toque retirarse, en un claro intento de que dicho sucesor se haga cuanto antes con los mandos de la archidiócesis. Y para ello, es fundamental que la conozca de primera mano. En este año que queda hasta la renuncia de monseñor Amigo, al cual no hay que descartar que sigan algún otro año de prórroga, monseñor Asenjo podrá hacer todo lo que hacen los obispos cuando llegan de nuevas a una diócesis: ver, oír y meditar en los posibles cambios. De esa manera, cuando le llegue el momento de ser el sucesor de San Isidoro no tendrá que dejar pasar mucho tiempo antes de rodearse de los colaboradores que estime oportunos.
