Chiodi y Castillo van a discernir
El pasado martes la Santa Sede dio el nombre de los componentes de 15 grupos de estudio a los que «se les confía la tarea de profundizar en los temas surgidos del informe de síntesis de la primera sesión e identificados por el Papa al final de una consulta internacional. Estos grupos de estudio, formados por pastores y expertos de todos los continentes, utilizan un método de trabajo sinodal»
El grupo 9 tiene como epígrafe “Criterios teológicos y metodologías sinodales para el discernimiento compartido de cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas". Muy pomposo, como casi todo lo que tiene que ver con este sínodo. El coordinador de dicho grupo es uno de los prelados más modernistas de todo el continente americano: Mons. Carlos Castillo Mattasoglio, arzobispo de Lima. Entre otras lindezas el primado del Perú por obra y gracia del papa Francisco, sostiene la tesis de que nadie se convierte con el Sagrario. Desde luego es evidente que tal tesis se le puede aplicar a él, pero no a muchos fieles como es el caso de Marina Frattaroli, que acaba de dar testimonio de que rezar ante la Eucaristía le ha cambiado la vida. Mucho más grave fue cuando dijo que la muerte de Cristo en la Cruz no es un sacrificio. Es evidente que quien afirma semejante barbaridad no es cristiano, por mucho que sea arzobispo.
Con tal coordinador, cabe esperar que ese grupo pueda entrar en un deriva muy peligrosa. Y tal temor se confirma cuando se lee el nombre de uno de sus miembros: P. Maurizio Chiodi, profesor de teología moral en el Pontificio Instituto Teológico «Juan Pablo II» de Roma.
Que este señor sea profesor de teología moral en una institución católica es como que un Testigo de Jehová sea profesor de teología trinitaria en dicha institución. O un cuáquero profesor de teología sacramental.