(650) Ángeles, y 7. -Finalmente

Ghirlandaio - Virgen y Niño, ángeles y santos

–Parece increíble que muchos teólogos, incluso los especializados en espiritualidad, ignoren tanto a los ángeles.

–Algunos hay que se parecen al autor hipotético de un libro de 450 páginas sobre estrategias militares, que dedicara al Arma de la Aviación un nota de tres líneas a pie de página. ¡Y es sin duda en la guerra el Arma más fuerte y decisiva!

 

Termino esta serie sobre los Ángeles con algunas aclaraciones y complementos que pueden ayudar a los más interesados en el tema. Este artículo final se ha visto ayudado en varios puntos por el estudio del jesuita luxemburgués P. Joseph Duhr (1885-?): –Anges, voz del Dictionnaire de Spiritualité - Ascétique et Mystique - Doctrine et Histoire (Beauchesne, Paris 1937, tome I, col. 580-625).

Este Diccionario excelente, fundado y dirigido en 1937 por varios miembros de la Compañía de Jesús, J. De Guibert y otros, llegó en 1994, con el concurso de un gran número de colaboradores, a su último fascículo, el CVII, terminando con la voz Zypaeus. Los que fuimos durante decenios suscriptores, aunque lamentando su final, hubimos de aceptar la dura realidad: después de Zypaeus no hay nada.

* * *

–¿A quién y cuándo es dado el Ángel guardián?

No hay sobre el tema Magisterio eclesial. Quizá Dios lo da cuando infunde el alma. Así lo enseñó Orígenes (+253; Comm. in Jo, XIII,49); pero sin seguridad, pues en otro texto indica que quizá después del Bautismo (In Matth, XIII,26). El Pastor de Hermas (Mand. VI,2, 1-3), que refleja la fe en el siglo II, San Juan Crisóstomo (+407; In Act. Ap., hom. XXVI) y San Jerónimo (+420; In Matth 18,10) piensan que todos los hombres tienen sus ángeles guardianes. Otros, como San Basilio (+379; In Ps 33,5) y San Cirilo de Alejandría (+444; De Adorat. in Spiritu IV), limitan el privilegio a los fieles. Y hay otras opiniones diferentes.

Parece probable que, infundiendo Dios el alma a todo niño recién concebido, a todos les concede ya un ángel que sea custodio de esa nueva vida sobrenatural. Así lo enseñó claramente Honorio de Autun (+1151):

«Cada alma, en el momento en que es infundida [por Dios] en el cuerpo, es confiada a un ángel, que la impulsa siempre al bien en la relación de todas sus acciones con Dios» (Elucidariium II,31).

 

–A lo largo de toda la vida del hombre su Ángel le acompaña

Enseña el Catecismo:

336  Desde su comienzo (Mt 18,10) hasta su muerte (Lc 16,22), la vida humana está rodeada de su custodia (Sal 34,8; 91,10-13) y de su intercesión (Job 33,23-24; Zac 1,12; Tob 12,12). “Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida» (San Basilio, Adversus Eunomium 3,1). Desde esta tierra, la vida cristiana participa por la fe en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios». Nótese que lo que primero se afirma de «la vida humana» en general, se reduce luego a «cada fiel». Aunque no hay contradicción.

-Sal 34: «El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege»-

-Sal 91: «No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra».

-Job 33: cuando el moribundo se acerca a su fosa, «pero si tiene un ángel junto a él, un abogado entre mil, capaz de responder de su honradez, este pedirá piedad en su favor: “líbralo de bajar a la fosa, pues he encontrado un rescate”».

-Tob 12,14: Curada la ceguera del padre. «Bendito sea Dios y bendito sea su gran nombre; benditos todos sus santos ángeles; que su gran nombre nos proteja. Benditos por siempre todos los ángeles. Tras el castigo se ha apiadado, y ahora veo a mi hijo Tobías». Por tanto:

350   «Los ángeles son criaturas espirituales que glorifican a Dios sin cesar y que sirven sus designios salvíficos con las otras criaturas. “Ad omnia bona nostra cooperantur angeli” (Los ángeles cooperan en toda obra buena que hacemos)» (Santo Tomás de Aquino, STh I,114, 3 ad 3).

 

–El ángel custodio no abandona al pecador que le ha sido encomendado

Algunos enseñaron que los ángeles guardianes cesan su ministerio en las almas pecadoras (Glosa interlineal, In Is. V,25). Pero grandes maestros, como San Alberto Magno (+1280; STh II,36) y Santo Tomás (+1274; STh I,113,5 art. 6) rechazaron esa opinión, y se hizo común su enseñanza, que viene a ser la de San Pablo: «Los dones y la vocación de Dios son irrevocables» (Rm 11,29).

Francisco Suárez (+1617; De Ángel. VI, 17,14) sigue con firmeza esta doctrina: «No solamente los justos, sino también los pecadores; los fieles y también los infieles; los bautizados y los no-bautizados, tienen cada uno su ángel guardián». Este custodio angélico es dado a todo hombre en su nacimiento (ib. VI,17,17). Y aunque peque, nunca será abandonado por su tutor (ib. VI,17,20). Por don de Dios, el ángel custodio nos es dado para que nos ayude a no caer; pero si caemos, nos ayuda a levantarnos.

 

–Cada nación recibe de Dios un ángel custodio particular

Así lo enseñaron ya los Santos Padres y los teólogos escolásticos, viniendo a ser una convicción común. Se apoyaron a veces en algunos textos del AT (Dt 32,8; Dan 10,12-20), pero sobre todo en la razón teológica. Para Suárez es una verdad indudable (De Angelis,VI,17,23). En numerosos pasajes de la Escritura se nombre al «Ángel de Yavé» como guardián de Israel (p. ej., Ez 14,19; 23,20-23; 32,34; 33,2). El profeta Daniel señala concretamente a San Miguel arcángel (Dan 10,13.21; 12,1). Y ese mismo ángel protector especial de Israel viene a serlo ahora de la Iglesia, sucesora del antiguo Pueblo elegido.

La convicción de que cada nación o gran entidad humana tiene su Custodio particular fue frecuente en los Padres (Clemente de Alejandría, Orígenes, San Basilio, San Cirilo de Alejandría, San Jerónimo, San Agustín). Y arraigó especialmente en algunas naciones como Francia en tiempos de Carlomagno (+814), que daba a San Miguel la primacía absoluta sobre el gobierno de su imperio. El nombre del santo arcángel honraba el estandarte personal de Santa Juana de Arco (+1431).

También las ciudades cristianas han reconocido con frecuencia a un cierto patrón angélico particular. Un gran maestro espiritual, el Cardenal De Bérulle (+1629), lo explica muy bien:

«Los ángeles son los primeros ciudadanos y los más honorables de la ciudad, con quienes debemos tratar en todo y con frecuencia. La misiones nuestras y nuestros asuntos son semejantes a los de ellos, y nuestra conducta debe ser paralela. Debemos ser nosotros ángeles visibles, asociados a estos ángeles invisibles» (Opusc.186, Pour se conduire chrétiennement dans les voyages et dans les affaires).

San Francisco de Sales (+1622), entrando en la región de Chablais, saludaba primero al ángel de la provincia. Y como refiere el padre sulpiciano, Andrés Hamon, uno de sus principales biógrafos, «cuando se reunía para discutir con los herejes, saludaba a su buen ángel y se encomendaba a él». Y lo mismo hacía cuando iniciaba una predicación (P. Andrés Hamon, Vida de S. Francisco de Sales, Difusión, BAires 1948).

La escuela espiritual de San Ignacio de Loyola (+1556), la difundida por San Francisco de Sales (+1622), y tantas otras, difundieron siempre la devoción a los ángeles. Como también hoy destaca en ella la derivada de San Josemaría Escrivá. En todo caso, mirando la historia de la antigua Iglesia, recordemos que los principales iniciadores del culto a los ángeles fueron Orígenes (+253), los monjes primeros y  los Santos Padres. Más tarde, San Bernardo de Claraval (+1153), con su gran prestigio como maestro espiritual, difunde esa devoción con obras muy valiosas, como los Diecisiete sermones sobre el salmo 90: Qui habitat. Es el precioso salmo que nos mueve a rezar la Iglesia semanalmente, en las Completas del domingo, para que crezcamos en la amistad con los ángeles.

 

–Los ángeles enseñan y guían a los hombres

San Esteban reprocha a los que van a causar su martirio: «Recibisteis la Ley por le ministerio de los ángeles, y no la guardasteis» (Hch 7,53). Incumplieron y deformaron los judíos la Ley que el Señor les dió por sus ángeles. Y no quieren ahora recibir a Cristo, enviado por Dios desde el cielo como Maestro supremo, honrado gloriosamente en su nacimiento por un ejército de ángeles.

Como mensajeros y embajadores de Dios, los ángeles iluminan la mente de los profetas (p. ej., Elías, IV Rey 1,3; Isaías, Is 6,6-7), median en la institución de los gobernantes (p. ej., Gedeón, Juec 6,13ss), etc. Y de estos y otros modos, sirven al Señor en la ejecución de su providencia, procurando siempre el bien de los hombres y de las naciones. Permiten, claro está, los males que Dios providente permite.

¿Y por qué Dios se sirve de los ángeles para cumplir sus designios?

¿Por qué hace a veces mediatamente lo que Él mismo podría hacer in-mediatamente? –No por necesidad, ciertamente, sino por su bondad amorosa: Bonum est diffusivum sui. Porque quiere que sus criaturas participen no solo de su Ser, sino también de su Obrar. Lo que dice de los cristianos el Apóstol, vale igualmente para los ángeles: «es Dios quien actúa en vosotros el querer y el obrar según su beneplácito» (Flp 2,13). 

Estos sobrehumanos servicios de los ángeles se hicieron especialmente importantes en el Nuevo Testamento, como bien lo sabemos (Mt 1,20; 2,13; 2,19; 28,7). Y también hemos de afirmar lo mismo en referencia a los hombres, los cristianos, los elegidos. En la plenitud de los tiempos, la colaboración de los  hombres con el Salvador, habiendo sido comunicado el Espíritu Santo, es inmensamente mayor que antes en la historia de la salvación.

 

–Los ángeles a la hora de nuestra muerte

Cuando Cristo en Getsemaní había «entrado en agonía», nos dice el evangelista San Lucas, «un ángel del cielo se le apareció para confortarlo» (Lc 22,43). También los miembros de su Cuerpo, siendo unos con Él, seremos confortados a la hora de la muerte por un ángel. Y por la Virgen María, nuestra Madre: que «ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte». Y por la Santísima Trinidad, nuestro origen y nuestro fin eterno. En el anterior Ritual de la unción de enfermos, había una Recomendación del alma muy elocuente:

«Querido hermano, te entrego a Dios, y como criatura suya, te pongo en sus manos, pues es tu Creador, que te formó del polvo de la tierra. Y al dejar esta vida, salgan a tu encuentro la Virgen María y todos los ángeles y santos» (Ritual de los sacramentos, aprobado por la Conferencia Episcopal Española, reimpresión 2012, pg. 457). En los Rituales antiguos latinos era frecuente la súplica: “In paradisum deducant te angeli”. Y la misma petición se halla en los modernos: «Recíbelo (la) con tus santos Ángeles en el Cielo, su patria definitiva. Y porque creyó y esperó en ti, concédele para siempre las alegrías del Cielo. Por Cristo nuestro Señor».

Los ángeles custodios no se desentienden de sus encomendados cuando están muriendo, pues es entonces precisamente cuando más necesaria es su asistencia, protección e intercesión. Ante las posibles tentaciones del enemigo, que pretende aprovechar ese tiempo débil del agonizante, debemos contar con el auxilio de los ángeles, especialmente de nuestro ángel custodio. Los ángeles son muchísimo más potentes que los demonios, porque unidos a Dios, obran con su poder, como «poderosos ejecutores de sus órdenes» (Sal 102,20).

En la parábola de Lázaro y el rico dice San Lucas que «murió el pobre, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham» (16,22). En la Actas del martirio de las Santas Perpetua y Felicidad (203), fidedignas y admirables, se incluyen algunos manuscritos de los mártires de Cartago, especialmente el minucioso y largo de Perpetua.

«También el bendito Sáturo [que había sido su catequista] publicó la siguiente visión suya, que él escribió de su mano. “Habíamos ya sufrido el martirio y habíamos salido de la carne, y cuatro ángeles nos transportaban en dirección al oriente, sin que sus manos nos tocaran. Íbamos no boca arriba, vueltos hacia el cielo, sino como quien sube una suave colina. Y pasado el primer mundo, vimos una luz inmensa, y yo le dije a Perpetua (pues ésta venia a mi lado):

«“Esto es lo que el Señor nos prometía. Ya tenemos cumplida su promesa”. Y mientras éramos llevados por los cuatro ángeles dichos, se abrió ante nosotros un espacio grande, como un vergel, poblado de rosales y de toda clase de flores. La altura de los rosales era como la de un ciprés, y sus hojas caían al suelo incesantemente. Allí, en el vergel, había otros cuatro ángeles más gloriosos que los demás; y así que nos vieron, nos rindieron honores y dijeron a los otros ángeles con admiración: “¡Son ellos, son ellos!”. Y estremeciéndose los cuatro ángeles que nos llevaban, nos dejaron en el suelo. Allí encontramos a Jocundo, a Saturnino y Artaxio, que habían sido quemados vivos en la misma persecución, y a Quinto, que había muerto, mártir también, en la misma cárcel. Les preguntamos dónde estaban los demás. Pero los ángeles nos dijeron: “Venid antes, entrad y saludad al Señor”» (XI). 

Son muchos los testigos absolutamente fidedignos que afirman de los ángeles su misteriosa función de «recibir las almas de los difuntos», y llevarlas a la presencia del Señor. Expresan esa realidad inefable en lenguaje humano, por supuesto, ya que no tienen otro. Pero ése es el modo de hablar de los sagrados Evangelios en tantas cuestiones, como lo hemos visto hace un momento en la parábola de Lázaro. Son palabras que verdaderamente «revelan» realidades que, gracias a ellas, nos enseña la fe.

 

Después de la muerte

Orígenes (+253) enseñó muy pronto: «En el momento de la muerte, el ángel custodio… recoge el alma que abandona el cuerpo» (In Jo XIX, 4), y la lleva a la presencia de Dios. Esa convicción de fe, fundamentada en los Evangelios, se extendió desde ellos por toda la Iglesia, en Oriente y Occidente. Partiendo de ella, San Carlos Borromeo (+1584) prepara espiritualmente su muerte, y escribe a su ángel custodio. Reproduzco algunos fragmentos del texto (La doctrina del ángel custodio, Tarragona 1946, 136):

«Declaro, ángel mío querido, que estoy bajo vuestra guarda y protección, que quiero salir de esta vida con gran confianza en vuestro auxilio y con la esperanza firme puesta en la misericordia de mi Dios. Combatid en aquel último momento contra los enemigos de mi salvación, y recibid mi alma cuando se separe de su cuerpo, y después de mi muerte, haced que me sea propicio mi Salvador Jesucristo.

«Declaro además, amigo fidelísimo, que me abandono a vuestra guarda y a vuestra afectuosa caridad en el gran paso de mi muerte. Y que, aunque deseo volar al cielo, también estoy dispuesto para expiar con el sufrimiento la enormidad de mis pecados, a soportar cualquier castigo que a la divina justicia plazca enviarme, aunque sean penas más terribles que las del Purgatorio».

La misericordia de Dios sigue haciendo en los difuntos su amorosa obra de santificación en el sagrado Purificatorio, y acoge nuestras oraciones y ofrendas por las benditas almas del Purgatorio. Admitirá también la de los santos ángeles, especialmente la confortación del bendito Ángel custodio.

* * *

Terminó la serie Ángeles. Finis coronat opus.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;

delante de los ángeles tañeré para ti (Sal 137,1).

José María Iraburu, sacerdote

 

Índice de Reforma o apostasía 

14 comentarios

  
Soledad
Padre Iraburu:
Cuando empezó esta serie hize un comentario en el que exponía mi devoción al Angel de la guarda, inculcado por mis padres y por San José Maria Escriva con posterioridad. Rezo a San Miguel todos los días, le reconozco en su función y nombre. En dicho comentario le hacía una pregunta, que con los siguientes artículos quedó contestada.

Hoy acaba, y tengo una segunda pregunta, que agradecería me contestara, si es posible.
He conocido un niño de seis años, por razones laborales, con el nombre de Haziel. Nombre que jamás había oído.

Hablando con una compañera de trabajo, me dijo que posiblemente era bíblico, dada la religiosidad de su madre. Buscamos en Internet y aparece como un querubín, el de la misericordia y perdón. Mi extrañeza nace en que el nombre viene referenciado en páginas donde existe una mezcla de términos sobre energías y palabrería de la Nueva Era.
No logro localizar una referencia de criterio cierto, y he descubierto con pena que se utiliza los nombres y funciones de los ángeles desde una perspectiva no católica. Si es así, no entiendo muy bien el porqué de ese nombre en un bautizado.

Son pocos los nombres propios de ángeles concretos que aparecen mencionados en las Sagradas Escrituras. No se si este aparece.

Gracias por la serie, altamente reconfortante y enriquecedora para cimentar la devoción a los ángeles.

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JMI.- Gracias por su gratitud.
La Iglesia, que yo sepa, recomienda dar a los niños bautizados nombres cristianos. Si se le pone un nombre angélico, convendrá que haya sido recibido en la tradición de la Iglesia: Miguel, Gabriel, Rafael. En este sentido, ponerle Haziel no me parece conveniente, pues más parece remitirse a la Nueva Era u otros movimientos gnósticos que a la Biblia y a la Iglesia, aunque aparezca citado en la Escritura. Digo que no me parece conveniente, es decir, que lo estimo inconveniente.

Pero añado que si la Iglesia no prohíbe un nombre así, como no prohíbe tampoco otros nombres totalmente ajenos a la tradición cristiana ((abundan en los bautizos parroquiales de mi diócesis Navarra: Asier, Sayoa... hay un monte Sayoa en el Pirineo navarro, y otros nombres más estrafalarios)), sino que los permite de hecho, nosotros no tenemos autoridad para prohibirlos o reprobarlos.
Sólo podemos lamentarlo, y pedirle a Dios que purifique hoy a su Iglesia del espíritu secularizado que afecta a tantos pastores y fieles, y acreciente en ella el espíritu sagrado, humildemente fiel a la Tradición católica.

Siendo yo párroco, un matrimonio feligrés quería poner a su hija en el bautismo el nombre de Sayoa... Traté de convencerles de, etc. Lo más que conseguí (más porque éramos amigos, que porque le convencieran mis razones) es que le pusiéramos María Sayoa. Pero en seguida, de hecho, se quedó en Sayoa, desapareciendo el María. ¡Quedó en su vida hasta hoy honrando con su nombre a una montaña!... Qué pena.
Bendición +
14/07/21 12:29 PM
  
M.Angels
Bueno, padre. Para contar una experiencia contraria a la suya, cuando fuimos mi marido y yo a pedir el bautismo de nuestra hija mayor (Carmen), el párroco nos preguntó qué otros nombres le poníamos. No sé si en otros lugares se hace, pero en Cataluña sí existía la costumbre de poner varios nombres a los niños. Le preguntamos al párroco si eso era necesario, y contestó: "necesario no, pero así tendrá más santos en el cielo que pidan por ella". Nos pareció una razón de mucho peso, así que todos mis hijos llevan tres nombres.
Pero sí es verdad que existe la moda de poner nombres mirando únicamente que suenen bien, sin preocuparse de si son cristianos o no. Es un criterio bueno para los perros, pero no para los niños. Una lástima y muy mal síntoma.
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JMI.- Es una pena, sí.
Oremos, oremos, oremos.
14/07/21 6:13 PM
  
pedro de Madrid
Yo fuí avisado de un caída que me afectó y afecta en una rodilla de forma clara, con una voz interior, indescriptible pero oida con toda claridad, para que me fuese a casa y no lo hice, pedí el alargamiento de la vida de mí padre, con todas mis ansias estando en viaje, lo ví vivo segundos y soy protegiodo en accidentes de carretera, le rezo a diario
14/07/21 9:37 PM
  
Javidaba
Muchas gracias, D. José María.
He leído estos escritos suyos sobre los ángeles, teniendo como "telón de fondo" el altar a nuestra Patrona, la Virgen del Camino, en la Parroquia de San Saturnino, pues posiblemente el conjunto altar, retablo entorno, muestre una de las mayores concentraciones de ángeles tallados.

Cantar tus glorias quisiera
como te cantan los ángeles.
¡Salve, Virgen del Camino!
¡Que jamás nos desampares!

Nuevamente, muchas gracias.
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JMI.-Gracias, paisano, por la información. No lo sabía o no me acordaba.
Cuando pueda visito SSaturnino y lo miro. La primera vez que pueda escaparme al Rosario de los Esclavos, del que soy muy devoto.
Bendición +
Cuando nos hablan o presentan una Camino, casi seguro que será de Pamplona.
A no ser que se llame Lenny, Azira, Jeny... o Sayoa.
Ay, Señor.
15/07/21 12:23 PM
  
Feri del Carpio Marek
En mi parroquia cuando vivía en Brasil, iba un laico con dones místicos a rezar el Rosario una vez al mes. Influyó no poco en mi conversión y devoción a la Virgen Santísima, de quien nos transmitía mensajes cuando rezábamos. En ocasiones hubo un intenso olor a rosas durante el rezo, que no solo llenó el templo, sino que se sentía en toda la cuadra.

Él veía a su ángel custodio, y a los de otras personas. Y en una de las ocasiones que fue a rezar, nos contó la buena noticia de que estaba esperando su tercer hijo, y que lo supo porque vio al ángel de su nuevo hijo, y se lo dijo a su esposa, la que se quedó estupefacta, pues todavía no había comunicado la noticia a nadie.
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JMI.-El mundo de la gracia está lleno de maravillas invisibles.
Bendición +
15/07/21 8:28 PM
  
Marina
He gozado mucho, con estos árticulos sobre los ángeles.
Me han hecho recordar en cuantas ocasiones, he sido favorecida con su ayuda. Siempre los he tenido muy presentes y ahora, siento reforzada mi devoción.
Dia y noche van tus ángeles, Señor, conmigo....
Muchas gracias por todo.
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JMI-Los ángeles y los lectores buenos me ayudan a escribir estos artículos.

Por cierto, estimada Marina, en su comentario encuentro que su acentuación de la palabra artículos resulta un tanto prematura. Pero se entiende. He intentado sonorizar la palabra como viene y no lo he conseguido. No sé si mi mente, mi lengua, o ambas dos se niegan en absoluto. O quizá sea que la disminución mental y verbal mía, que cumplo los 86 en una semana, sean la causa de la aludida incapacidad. Y tampoco es imposible que mi dificultad proceda simplemente de la aversión a los cambios, normal en personas muy ancianas.
Pero seguiré intentándolo.

Gracias y bendición +

A última hora se me ha ocurrido que también su "árticulos" pudiera tratarse de algún cambio innovado o permitido por la Real Academia, que últimamente en su DRAE nos tiene acongojados con un buen número de voces modificadas en forma totalmente arbitraria.

16/07/21 11:12 AM
  
PEDRO
Le parecera curioso, pero en algunas ocasiones rezo con los Ángeles el Rosario, y me acompañan en el Santo Rosario. Y siento en mi corazón que me contestan - en grupo - a las Avemarías. Es una sensación no psicológica sino de plenitud espiritual en en referido Rosario. También - dicho con la debida humildad -y sólo en pocas ocasiones, experimente los aplausos cuando tomaba una especial y positiva decisión en favor de DIOS. Creo que el CIELO se alegra de los que intentan seguir a la FAMILIA CELESTIAL. Con mis respetos.
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JMI.-Oremos, oremos, oremos.
Bendición +



16/07/21 1:26 PM
  
Fatima Villar
Mi queridísimo Padre José María
Mis respeto y admiración por Ud. Es un verdadero placer beber de ese manantial de sabiduría que Dios le nutre. Agradezco infinitamente al Señor por que nos ha dado a Ud .como dádiva divina. Ha sido crucial para mi en la caminada de la fe y conversión sus audios de Gratis Date. Los escritos de sus artículos en Infocatolica, espero que Dios , la Santísima Virgen y San José le den larga vida.
Y si una vez tenga que dejarnos espero que Dios le conceda la gracia de ser elevado a los altares y de su intercesion aquí en la Patria Celestial.
Dios os bendiga siempre, de Paraguay.
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JMI.- Gracias por su gratitud, que como Dios manda, toma forma de oración por mí. No sabe usted cuánto la necesito. Cumplo en unos días los 86, y verme como me veo... es de vergüenza, la verdad. Si la misericordia de Dios por su bondad me acoge cuando muera, voy a necesitar mucho Purgatorio. Mucho. Y a Dios le agrada mucho que recemos no sólo por los vivos, sino también por los difuntos.
Oración y bendición +


16/07/21 10:54 PM
  
Marina
Agradezco su corrección, me he reido a gusto. Me ha sorprendido su edad,con esa destreza que escribe, pensaba que era mucho más joven. Está claro que los ángeles le ayudan.
Me propongo revisar lo que escribo, antes de enviarlo.
Cuidese mucho, !le necesitamos¡
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JMI.-Gracias, Marina, rece por mí. "Solo Dios basta": a Él es a quien de verdad necesitamos.
Que el Señor la conserve en su amor y gracia. Y le guarde también en el sentido del humor, que no todos hubieran entendido el comentario jocoso que le hice.
Bendición +
19/07/21 8:47 AM
  
templario
Me gustaría saber que opinión tiene Vd. sobre lo acontecido con la Santa Misa de S. Pio V.
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JMI.-Estos días el trabajo de InfoCatólica es efervescente. Y ya tengo bastante con buscar, acoger, rechazar, corregir, tantos textos de diversa orientación, y a veces contrarios entre sí: como el post de Bruno y el de Fray Nelson. Si publico yo algo, siendo el Editor, se entenderá que ésta es la posición de InfoCatólica. Y no quiero que tal cosa suceda. Yo escribo sobre un tema discutido, si es que escribo, cuando lo estimo conveniente. No antes.
20/07/21 12:52 PM
  
María del Carmen
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JMI.-Ya le dije que no enviara comentarios, aunque sea con otro nombre. Cree Ud. que lo que se le ocurre, vale. Y lo dice. Y normalmente lo que dice incluye grandes errores. Puede Ud. ser un buen cristiano sin saber teología, sólo el Catecismo y poco más. Pero si no sabiendo, escribe, como si supiera, lo que se le ocurre, hace daño.
No puedo en conciencia publicar lo que manda.
Y tampoco puedo publicarlo y dedicarme luego un buen rato laborioso a señalar y rebatir los errores.
Ya basta. Sea un buen cristiano y déjelo.
21/07/21 1:05 PM
  
jose javier
En su entrada 117-3, da alguna nota sobre el cuadro de Murillo Las dos trinidades. No se si percató de la perpendicular trazada entre la mirada de Dios Padre, la figura de la paloma y la mirada del niño Jesus forma una cruz con la paralela formada por los ojos de la Virgen y San Jose
Saludos y encomiable su blog
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JMI.- Muchas gracias.
En los cuadros de antiguos pintores había con frecuencia signos misteriosos que la mayoría no captaba.
Bendición +
26/07/21 12:57 PM
  
LINA MARIA
Buenas tardes Padre, llegue a su blog leyendo el de Maria Arratibel, y estoy como quien recién encuentra un tesoro. Solo he leído la serie sobre Los Angeles, pero me quedo para siempre en su blog. Muchas gracias ! Por compartir con nosotros , sus lectores, los frutos de los dones que ha recibido. Dios le guarde y siga santificando, y a través suyo, a cuantos le leemos y escuchamos.
Con admiración y aprecio.
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JMI.- Bienvenida a mi blog. Póngase cómoda, porque aunque estoy más cerca de los 90 que de los 80, parece que el Señor me sigue iluminando y moviendo el corazón y la mano. Pida al Señor por mí, que me queda poco y me falta MUCHO. Es de vergüenza.
Bendición +

26/07/21 6:53 PM
  
Ecclesiam
Muchas gracias por esta serie estimado pater.

Yo le animo a que, si es voluntad de Dios, siga con las catequesis y la defensa de la fe que ha comenzado y hasta el presente realiza en este blog.

Porque, aunque quizá me recuerde por las discrepancias en temas opinables que he demostrado alguna vez con sus opiniones, aún así, en cuanto a la doctrina de la fe, no podemos estar más ni menos de acuerdo, porque sus sentencias no son suyas, sino los de la santa Iglesia Romana, columna y baluarte de la verdad, fuera de la cual no hay salvación.

Dicho esto, habiéndome bañado recientemente con el baño de la gracia santificante, le ruego su bendición, porque en el camino por donde voy me han escondido una trampa, y sin la gracia de Dios, sin duda caeré. Desde ya se lo agradezco mucho.
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JMI.-Gracias, Ecclesiam, por sus buenas palabras.
Ecce quam bonum et quam iucundum habitare fratres in unum... (Sal 132,1)
Gran bendición +
27/07/21 8:20 PM

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