InfoCatólica / Reforma o apostasía / Categoría: Esperanza

9.04.22

(681) Alegres en la esperanza. y 12

–Dígame, por favor, un par de buenos textos sobre la alegría cristiana. 

–La Misa del III domingo de Adviento, Dominica lætare. Y la exhortación apostólica de Pablo VI, Gaudete in Domino (9-V-1975).

 

Repeticiones justificadas

Podría ser que algunos lectores «ilustrados», despreciadores de la Tradición y de la memoria, se quejaran por las repeticiones que se dan en este artículo, e incluso en los 11 que le preceden en su serie. Respondeo dicendum:

«Repetitio est mater studiorum» es un principio didáctico muy antiguo de la cultura tradicional.

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23.03.22

(678) Alegres en la esperanza. 9.-Entre luz y tinieblas, la Providencia nos mantiene en la esperanza

Ucrania. Una familia huye de la guerra

–Entre luz y tinieblas…

–En realidad, viviendo en Cristo, que es “la Luz del mundo", “somos todos hijos de la luz e hijos del día; no de la noche, ni de las tinieblas” (1Tes 5,5). 

I) 

Estamos en paz

«Aquí estamos en paz, hay tranquilidad y no pasa nada»

Ateniéndose a ese «pensamiento» –más bien «pensación», los hombres «comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; pero en cuanto Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y acabó con todos. Lo mismo pasará el día en que se revele el Hijo del hombre» (Lc 17,28-30). Cuántos cristianos hoy, al menos entre aquellos que gozan de una relativa prosperidad y tienen una mentalidad liberal mundana, son moderados a la hora de considerar los males del mundo, en el que de ningún modo aceptan vivir «como peregrinos y forasteros» (1Pe 2,11), y menos aún como combatientes. Son «hombres terrenales»; mientras que los cristianos somos «hombres celestiales» (1Cor 15,48).

Piensan que no hay que dar crédito a los profetas alarmistas, y que los males del mundo actual son, con un poco de paciencia, tolerables. Tranquilos todos. En esta actitud, no pierden su tranquilidad aunque continuamente los medios de comunicación les informen de que crece la criminalidad, la droga, el espiritismo y los cultos satánicos, la promiscuidad sexual, las enfermedades mentales, la violencia, la pobreza de los países pobres, la homosexualidad, la irreligiosidad, el ateísmo y el agnosticismo, el laicismo contrario a Dios en todo, política, leyes, educación, sanidad, etc. ¿Y con todo esto pueden seguir pensando que no estamos en guerra?… Tendremos que encender en esta oscuridad la luz del Evangelio. 

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27.02.22

(675) Alegres en la esperanza. 6.–Todo lo que Dios creó, con su providencia lo conserva y gobierna

Pantocrator bizantino - Deésis - Kiko Argüello

–Con perdón. ¿Y qué tiene que ver Cristo con la Providencia divina, si puede saberse?

–Todas las acciones ad dextra de Dios uno y trino son comunes a las tres Personas divinas, y también, claro, las acciones de la Providencia. Pero es justo, equitativo y saludable que, si Dios entrega a Cristo resucitado «todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28,18), se atribuya a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Rey del universo, el gobierno providente de cielo y tierra. 

* * *

Vacunados convenientemente contra los principales errores sobre la Providencia divina, estamos ya bien preparados para conocer sus verdades y maravillosas realidades, dignas del Creador y Restaurador de todo lo creado.

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21.02.22

(674) Alegres en la esperanza. 5. – Errores sobre la Providencia

–No se olvide decir que Dios es omnipotente.

–Lo diré, sí, en este capítulo y en los siguientes. Si no lo fuera, no podría ser providente. No sería Señor y gobernador de la historia, sino mero Espectador.

Comienzo por exponer los errores principales sobre la Providencia. Sigo esta vez el ejemplo de Santo Tomás en la Summa Theologica.

Tratando de la Esperanza, por ejemplo, muestra primero los errores sobre ella: Videtur quod spes præcedat fidem. Y los refuta exponiendo la verdad: Sed contra est quod, etc. (STh II-II,17, 7). Lo blanco resplandece más con fondo negro.

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1.02.22

(671) Alegres en la esperanza. 2. –Profesión y defensa de la fe

–Tu palabra, Señor, es eterna…

–más estable que el cielo (Sal 118,89).

La fe es el fundamento de la Iglesia y de toda la vida cristiana. «El justo vive de la fe» (Rm 1,17). En la Biblia se reitera ese principio (p. e., Hab 2,4; Gál 3,11; Heb 10,38). «La fe es por la predicación, y la predicación es por la palabra de Cristo (Rm 10,17).

Si una Iglesia local se mantiene en la fe, por muchos pecados que cometan sus miembros, incluso algunos de sus Pastores, subsiste; debilitada, pero pervive. Siguen los sacramentos, se guarda la Misa dominical, hay vocaciones, los padres pasan su fe a los hijos, hay misioneros.

Si una Iglesia tolera que la fe, su fundamento, sea atacada, puesta en duda, gravemente falsificada, su edificio, atacado en sus cimientos, se derrumba, se hunde, se arruina. Es la apostasía. Cesan las vocaciones, la Eucaristía, los sacramentos, las misiones, todo. Es la situación en que malviven hoy no pocas Iglesia locales de Occidente.

Cito el diagnóstico de San Juan Pablo II: «Los cristianos de hoy, en gran parte, se sienten extraviados… Se han esparcido a manos llenas ideas contrarias a la verdad revelada y enseñada desde siempre. Se han propalado verdaderas y propias herejías» (disc. 6-02-1981).

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