(276) Liturgia –12. Eucaristía, 7. Pro vobis et pro multis

–Después de la Liturgia del Sacrificio viene ahora el Padrenuestro y la Comunión… 

–Perdón. Sigo en la Liturgia sacrificial de la Eucaristía, tratando de la fórmula de la consagración.

En el artículo anterior analicé los elementos que integran la Liturgia del Sacrificio en la Eucaristía. Y traté brevemente acerca de la Consagración, que en la Eucaristía se realiza con el Relato de las palabras y gestos de Cristo en la Última Cena. Vuelvo sobre este momento central de la Misa, considerándolo en el rito antiguo de la Misa y en el nuevo, el posterior al Vaticano II.

Comienzo por recordar que, a solicitud del Concilio de Trento, el rito romano tradicional de la Eucaristía fue publicado de nuevo en el Misal de San Pío V (1570), que fue objeto posteriormente de diversas ediciones típicas. La última, manteniendo los textos substancialmente idénticos, fue la de San Juan XXIII (1962). El Misal de Pablo VI (1969), accediendo de modo semejante a la petición del Concilio Vaticano II, crea un Novus Ordo, fundamentado, evidentemente, en las tradiciones litúrgicas anteriores.

Pues bien, en el Novus Ordo de la Misa se mantiene la fórmula tradicional de la consagración en el cáliz. En todas las actuales Plegarias eucarísticas, en sus ediciones típicas, es idéntica al texto de la consagración en la Misa antigua: «Accipite et bibite ex eo omnes: hic est enim calix Sanguinis mei novi et eterni testamenti, qui pro vobis et pro multis effundetur in remissionem peccatorum. Hoc facite in meam commemorationem». Sin embargo, en varias traducciones a las lenguas vernáculas el «por muchos» quedó traducido en «por todos». Los documentos que seguidamente transcribo describen el proceso y analizan la cuestión.

Los lectores que no se animen a leer los documentos que siguen, sino que se conformen con un resumen claro del tema, pueden hallarlo en el artículo de Joan Antoni Mateo García, Pro multis.

* * *

2006. Carta del Cardenal Francis Arinze, entonces presidente de la Congregación del Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos, sobre el «pro multis» a los Obispos católicos (17-X-2006). La reproduzco textualmente, pero abreviándola a veces y haciendo algunos subrayados.

1. El texto, correspondiente a las palabras «pro multis», entregado por la Iglesia a lo largo del tiempo –que constituye la fórmula que ha sido de uso en el Rito Romano desde los siglos más tempranos– en los últimos 30 años o términos cercanos, en algunos textos aprobados en lengua vernácula ha sido traducido en el sentido interpretativo de «por todos», «for all», «per tutti», o equivalentes.

2. No hay duda, en cualquier caso, sobre la validez de las Misas celebradas con el uso debidamente aprobado de la fórmula que contiene una fórmula equivalente a «por todos», como la Congregación para la Doctrina de la Fe ha declarado ya (25-I-1974)… Verdaderamente, la fórmula «por todos» seguramente correspondería a la intención del Señor expresada en el texto. Es dogma de fe que Cristo murió en la Cruz por todos los hombres y mujeres (cf. Juan 11:52; Corintios 5, 14-15; Tito 2,11; 1 Juan 2,2).

3) Hay, sin embargo, muchos argumentos en favor de una traducción más precisa de la fórmula tradicional «pro multis»:

a. Los Evangelios Sinópticos (Mt 26,28; Mc 14,24) hacen [al relatar la institución de la Eucaristía] una referencia específica a «muchos» [la palabra griega transliterada sería polloi] por los cuales el Señor está ofreciendo el Sacrificio, y estas palabras han sido remarcadas por algunos eruditos bíblicos relacionándolas con las palabras del profeta Isaías (53,11-12). Sería completamente posible que los Evangelios hubiesen dicho «por todos» (por ejemplo, cf. Lucas 12,41); pero, la fórmula de la narración de la institución [de la Eucaristía] dice «por muchos», y estas palabras han sido fielmente traducidas por la mayoría de las versiones bíblicas modernas.

b. El Rito Romano en latín siempre ha dicho «pro multis» y nunca «pro omnibus» en la consagración del cáliz.

c. Las anáforas de los distintos ritos orientales, sea el griego, el siríaco, el armenio, el eslavo, etc. contienen fórmulas verbales equivalentes al latin «pro multis» en sus respectivos idiomas.

d. «Por muchos» es una traducción fiel de «pro multis», en tanto que «por todos» es más bien una explicación más adecuada a la catequesis.

e. La expresión «por muchos», mientras permanece abierta a la inclusión de cada uno de los seres humanos, refleja, además el hecho de que esta salvación no es algo mecánico, sin el deseo o la participación voluntaria de cada uno; por el contrario, el creyente es invitado a aceptar por la fe el don que le es ofrecido y a recibir la vida sobrenatural que es dada a los que participan del misterio, viviéndolo en sus vidas de modo tal que sean parte del número de los «muchos» a los que se refiere el texto.

f. En concordancia con la Instrucción Liturgiam Authenticam, ha de hacerse un esfuerzo en las traducciones para ser más fieles a los textos latinos de las ediciones típicas.

4. A as Conferencias Episcopales de aquellos países donde la fórmula «por todos» o su equivalente está en vigencia en la actualidad se les solicita que emprendan una catequesis de los fieles sobre esta materia en el próximo año o dos para prepararlos a la introducción de una precisa traducción en lengua vernácula de la fórmula «pro multis» (por ejemplo, «for many», «por muchos», «per molti», etc.) en la próxima traducción del Misal Romano que los Obispos y la Santa Sede hayan de aprobar para el uso en su país.

En algunas Iglesia locales hace ya tiempo se realizó esa catequesis previa y esa modificación del texto litúrgico. Pero así como el mandato de incluir el nombre de «San José» en las diferentes Plegarias eucarísticas se cumplió inmediatamente a la disposición de la Santa Sede (1-V-2013), esta modificación en el texto mismo de la consagración eucarística no ha sido realizada todavía por algunas Conferencias Episcopales, como la de Alemania, según veremos en la carta que seguidamente cito.

* * *

2012. Carta del Papa Benedicto XVI al Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Robert Zollistsch  (14-IV-2012). Igualmente abrevio el texto y lo subrayo.

Con ocasión de su visita del 15 de marzo de 2012, me hizo usted saber que, por lo que se refiere a la traducción de las palabras «pro multis» en las Plegarias Eucarísticas de la Santa Misa, todavía no hay unidad entre los obispos de las áreas de lengua alemana. Al parecer, se corre el riesgo de que, ante la publicación de la nueva edición del «Gotteslob» [libro de cantos y oraciones], que se espera en breve, algunos sectores del ámbito lingüístico alemán deseen mantener la traducción «por todos», aún cuando la Conferencia Episcopal Alemana acordase escribir «por muchos», tal como ha sido indicado por la Santa Sede. (…) Esta carta que ahora dirijo por medio suyo a los miembros de la Conferencia Episcopal Alemana, se enviará también a los demás obispos de las áreas de lengua alemana.

Ante todo, permítame una breves palabras sobre el origen del problema. En los años sesenta, cuando hubo que traducir al alemán el Misal Romano, bajo la responsabilidad de los obispos, había un consenso exegético en que la palabra «los muchos», «muchos», en Isaías 53,11s, era una forma de expresión hebrea que indicaba la totalidad, «todos» (…) Con el tiempo, este consenso exegético se ha resquebrajado; ya no existe. En la narración de la Última Cena de la traducción ecuménica alemana de la Sagrada Escritura, puede leerse: «ésta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos» (Mc 14,24; cf. Mt 26,28). Con esto se pone de relieve algo muy importante: el paso del «pro multis» al «por todos» no era en modo alguno una simple traducción, sino una interpretación, que seguramente tenía y sigue teniendo fundamento, pero es ciertamente ya una interpretación y algo más que una traducción.

Esta fusión entre traducción e interpretación pertenece en cierto sentido a los principios que, inmediatamente después del Concilio, orientaron la traducción de los libros litúrgicos en las lenguas modernas. Se tenía conciencia de cuán lejos estaban la Biblia y los textos litúrgicos del modo de pensar y de hablar del hombre de hoy, de modo que, incluso traducidos, seguían siendo en buena parte incomprensibles para los participantes en la liturgia (…)

Hasta un cierto punto, el principio de una traducción del contenido del texto base, y no necesariamente literal, sigue estando justificado. Desde que debo recitar continuamente las oraciones litúrgicas en lenguas diferentes, me doy cuenta de que no es posible encontrar a veces casi nada en común entre las diversas traducciones, y que el texto único, que está en la base, con frecuencia es sólo lejanamente reconocible. Además, hay ciertas banalizaciones que comportan una auténtica pérdida. Así, a lo largo de los años, también a mí personalmente me ha resultado cada vez más claro que el principio de la correspondencia no literal, sino estructural, como guía en las traducciones tiene sus límites. Estas consideraciones han llevado a la Instrucción sobre las traducciones «Liturgiam authenticam», emanada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el 28 de marzo de 2001, a poner de nuevo en primer plano el principio de la correspondencia literal, sin prescribir obviamente un verbalismo unilateral. La contribución importante que está en la base de esta instrucción consiste en la distinción entre traducción e interpretación, de la que he hablado al principio. Esta es necesaria tanto respecto a la palabra de la Escritura, como de los textos litúrgicos. Por un lado, la palabra sagrada debe presentarse lo más posible tal como es, incluso en lo que tiene de extraño y con los interrogantes que comporta; por otro lado, a la Iglesia se le ha encomendado el cometido de la interpretación, con el fin de que –en los límites de nuestra comprensión actual– nos llegue ese mensaje que el Señor nos ha destinado. Ni siquiera la traducción más esmerada puede sustituir a la interpretación: pertenece a la estructura de la revelación el que la Palabra de Dios sea leída en la comunidad interpretativa de la Iglesia, y que la fidelidad y la actualización estén enlazadas recíprocamente. La Palabra debe estar presente tal y como es, en su forma propia, tal vez extraña para nosotros; la interpretación debe confrontarse con la fidelidad a la Palabra misma, pero, al mismo tiempo, ha de hacerla accesible al oyente de hoy.

En este contexto, la Santa Sede ha decidido que, en la nueva traducción del Misal, la expresión «pro multis» deba ser traducida tal y como es, y no al mismo tiempo ya interpretada. En lugar de la versión interpretada «por todos», ha de ponerse la simple traducción «por muchos». Quisiera hacer notar aquí que ni en Mateo ni en Marcos hay artículo, así pues, no «por los muchos», sino «por muchos». Si bien esta decisión, como espero, es absolutamente comprensible a la luz de la correlación fundamental entre traducción e interpretación, soy consciente sin embargo de que representa un reto enorme para todos aquellos que tienen el cometido de exponer la Palabra de Dios en la Iglesia. En efecto, para quienes participan habitualmente en la Santa Misa, esto parece casi inevitablemente como una ruptura precisamente en el corazón de lo sagrado. Ellos se dirán: Pero Cristo, ¿no ha muerto por todos? ¿Ha modificado la Iglesia su doctrina? ¿Puede y está autorizada para hacerlo? ¿Se está produciendo aquí una reacción que quiere destruir la herencia del Concilio? Por la experiencia de los últimos 50 años, todos sabemos cuán profundamente impactan en el ánimo de las personas los cambios de formas y textos litúrgicos; lo mucho que puede inquietar una modificación del texto en un punto tan importante. Por este motivo, en el momento en que, en virtud de la distinción entre traducción e interpretación, se optó por la traducción «por muchos», se decidió al mismo tiempo que esta traducción fuera precedida en cada área lingüística de una esmerada catequesis, por medio de la cual los obispos deberían hacer comprender concretamente a sus sacerdotes y, a través de ellos, a todos los fieles por qué se hace. Hacer preceder la catequesis es la condición esencial para la entrada en vigor de la nueva traducción. Por lo que sé, una catequesis como ésta no se ha hecho hasta ahora en el área lingüística alemana. El propósito de mi carta es pediros con la mayor urgencia a todos vosotros, queridos hermanos, la elaboración de una catequesis de este tipo, para hablar después de esto con los sacerdotes y hacerlo al mismo tiempo accesible a los fieles.

En dicha catequesis, se deberá explicar brevemente en primer lugar por qué, en la traducción del Misal tras el Concilio, la palabra «muchos» fue sustituida por «todos»: para expresar de modo inequívoco, en el sentido querido por Jesús, la universalidad de la salvación que de él proviene.

Pero surge inmediatamente la pregunta: Si Jesús ha muerto por todos, ¿por qué en las palabras de la Ultima Cena él dijo «por muchos»? Y, ¿por qué nosotros ahora nos atenemos a estas palabras de la institución de Jesús? A este punto, es necesario añadir ante todo que, según Mateo y Marcos, Jesús ha dicho «por muchos», mientras según Lucas y Pablo ha dicho «por vosotros». Aparentemente, así se restringe aún más el círculo. Y, sin embargo, es precisamente partiendo de esto como se puede llegar a la solución. Los discípulos saben que la misión de Jesús va más allá de ellos y de su grupo; que él ha venido para reunir a los hijos de Dios dispersos por el mundo (cf. Jn 11,52). Pero el «por vosotros» hace que la misión de Jesús aparezca de forma absolutamente concreta para los presentes. Ellos no son miembros cualquiera de una enorme totalidad, sino que cada uno sabe que el Señor ha muerto «por mí», «por nosotros». El «por vosotros» se extiende al pasado y al futuro, se refiere a mí de manera totalmente personal; nosotros, que estamos aquí reunidos, somos conocidos y amados por Jesús en cuanto tales. Por consiguiente, este «por vosotros» no es una restricción, sino una concretización, que vale para cada comunidad que celebra la Eucaristía y que la une concretamente al amor de Jesús. En las palabras de la consagración, el Canon Romano ha unido las dos lecturas bíblicas y, de acuerdo con esto, dice: «por vosotros y por muchos». Esta fórmula fue retomada luego por la reforma litúrgica en todas las Plegarias Eucarísticas.

Pero, una vez más: ¿Por qué «por muchos»? ¿Acaso el Señor no ha muerto por todos? El hecho de que Jesucristo, en cuanto Hijo de Dios hecho hombre, sea el hombre para todos los hombres, el nuevo Adán, forma parte de las certezas fundamentales de nuestra fe. Sobre este punto, quisiera recordar solamente tres textos de la Escritura: Dios entregó a su Hijo «por todos», afirma Pablo en la Carta a los Romanos (Rm 8,32). «Uno murió por todos», dice en la Segunda Carta a los Corintios, hablando de la muerte de Jesús (2Co 5,14). Jesús «se entrego en rescate por todos», escribe en la Primera Carta a Timoteo(1Tm 2,6). Pero entonces, con mayor razón, una vez más, debemos preguntarnos: si esto es así de claro, ¿por qué en la Plegaria Eucarística esta escrito «por muchos»? Ahora bien, la Iglesia ha tomado esta fórmula de los relatos de la institución en el Nuevo Testamento. Lo dice así por respeto a la palabra de Jesús, por permanecer fiel a él incluso en las palabras. El respeto reverencial por la palabra misma de Jesús es la razón de la fórmula de la Plegaria Eucarística. Pero ahora nos preguntamos: ¿Por qué Jesús mismo lo ha dicho precisamente así? La razón verdadera y propia consiste en que, con esto, Jesús se ha hecho reconocer como el Siervo de Dios de Isaías 53, ha mostrado ser aquella figura que la palabra del profeta estaba esperando. Respeto reverencial de la Iglesia por la palabra de Jesús, fidelidad de Jesús a la palabra de la «Escritura»: esta doble fidelidad es la razón concreta de la fórmula «por muchos». En esta cadena de reverente fidelidad, nos insertamos nosotros con la traducción literal de las palabras de la Escritura.

Así como hemos visto anteriormente que el «por vosotros» de la traducción lucano-paulina no restringe, sino que concretiza, así podemos reconocer ahora que la dialéctica «muchos»-«todos» tiene su propio significado. «Todos» se mueve en el plano ontológico: el ser y obrar de Jesús, abarca a toda la humanidad, al pasado, al presente y al futuro. Pero históricamente, en la comunidad concreta de aquellos que celebran la Eucaristía, él llega de hecho sólo a «muchos». Entonces es posible reconocer un triple significado de la correlación entre «muchos» y «todos». En primer lugar, para nosotros, que podemos sentarnos a su mesa, debería significar sorpresa, alegría y gratitud, porque él me ha llamado, porque puedo estar con él y puedo conocerlo. «Estoy agradecido al Señor, que por gracia me ha llamado a su Iglesia…» [Canto religioso «Fest soll mein Taufbund immer steen», estrofa 1]. En segundo lugar, significa también responsabilidad. Cómo el Señor, a su modo, llegue a los otros –a «todos»– es a fin de cuentas un misterio suyo. Pero, indudablemente, es una responsabilidad el hecho de ser llamado por él directamente a su mesa, de manera que puedo oír: «por vosotros», «por mí», él ha sufrido. Los muchos tienen responsabilidad por todos. La comunidad de los muchos debe ser luz en el candelero, ciudad puesta en lo alto de un monte, levadura para todos. Esta es una vocación que concierne a cada uno de manera totalmente personal. Los muchos, que somos nosotros, deben llevar consigo la responsabilidad por el todo, conscientes de la propia misión. Finalmente, se puede añadir un tercer aspecto. En la sociedad actual tenemos la sensación de no ser en absoluto «muchos», sino muy pocos, una pequeña multitud, que se reduce continuamente. Pero no, somos «muchos»: «Después de esto vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lengua», dice el Apocalipsis de Juan (Ap 7,9). Nosotros somos muchos y representamos a todos. Así, ambas palabras, «muchos» y «todos» van juntas y se relacionan una con otra en la responsabilidad y en la promesa (…)

Benedictus PP. XVI

* * *

Ya la Conferencia Episcopal Española decidió incorporar esta grave modificación del texto de la consagración del cáliz en el nuevo Misal Romano que se va a editar en español. En todo caso, conviene recordar brevemente los términos principales de la cuestión. Y quiera Dios que estas transcripciones documentales que he hecho colaboren a la necesaria catequesis de preparación para el cambio del «por todos» al «por muchos».

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía

16 comentarios

  
Juan Argento
Noto un pequeño error. Donde dice:

Misal de San Pío V (1970)

debe ser:

Misal de San Pío V (1570)

----------------------
JMI.-Despiste. Gracias. Corregido.
12/07/14 9:44 PM
  
Fran
Excelente exposición, Padre. Espero también que algún día comente por qué el "dimite nobis debita nostra" se nos obligue a transformarlo en " perdona nuestras ofensas" en lugar del genuino "nuestras deudas", por ejemplo, cuando comente el "Pater noster".
13/07/14 3:52 AM
  
vicente
entonces qué se ha de decir??? por los muchos???
----------------------------------
JMI.-Hay que decir "por todos", lo que dice actualmente el Misal Romano en español, hasta que la CEE cambie el término.
13/07/14 9:59 AM
  
JCA
«…hasta que la CEE cambie el término.» Esto es lo que me alucina. ¿Tanto poder tienen las Conferencias Episcopales para hacer y deshacer en Liturgia? ¿Su función no era de meros traductores del misal latino?

En el caso del misal en catalán se ha ido más lejos al eliminar completamente el «por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa» por no sé que razones bizantinas de ser una «manifestación propia de otros tiempos»… o eso se decía.


--------------------------
JMI.-No puedo-podemos ahora exponer con exactitud cuál es el campo de la autoridad apostólica de la CEE a la hora de regular en concreto las formas de la liturgia en España; hasta dónde llega y hasta dónde no. Los poderes de la CEE en estas cuestiones son los que marca el Derecho canónico y los documentos "ad casum" emanados, por ejemplo, de la propia Congregación del Culto Divino.
13/07/14 7:16 PM
  
J
Personalmente, "por todos" y "por muchos" lo veo aristotelismo puro, cosa que simplifica la comprensión:

- "por todos": estado potencial, la salvación es ofrecida en libertad para toda la humanidad, desde Adán hasta el último nacido en el Fin del Mundo.

- "por muchos": estado actual, la salvación sólo se concretará para todos los que no sufran la segunda muerte.

El Apocalipsis demuestra que la traducción correcta es "por muchos", porque indica que habrán muchas almas condenadas al infierno.

Por tanto, para todos va la salvación ("por todos"), pero no todos se salvarán ("pro multis").

Para mí, prevale el estado actual, es decir, el resultado final por el cual sólo se salva una parte [importante] de la humanidad, pues de lo contrario, si se salvara toda la entera humanidad, entonces me da la sensación que se cae en una especie de herejía del origenismo, por la que Orígenes establecía erróneamente que los ángeles apostáticos o demonios y las almas de los condenados podían ser redimidos y salvados de la condenación eterna por la misericordia de Dios en el Juicio Final.
14/07/14 2:19 PM
  
J.
Personalmente, el Vaticano II ha inagurado, con esta confusión en las misas en castellano con el "por muchos" y el "por todos", a la liturgia de las variaciones: por ejemplo, en el rito de misa y del exorcismo, donde hay diversas opciones: A, B, C...

El contraste con antes es evidente: un rito, un canon; hoy, mucha variación, mucha confusión, aunque sean fórmulas válidas y legítimas.

Este caso del "por muchos" y "por todos" ejemplifica este liturgismo de la variación del Vaticano II que no veo que haya dado muchos frutos.

Además, me parece que también esta fórmula dual (todos-muchos) indica una pobreza de la teología, de la filología latina, de la lógica y de la catequesis: "multis" es muchos, una gran parte, nunca el total entero completo.

En mi opinión, la misa del Vaticano II es, a la práctica, muy pobre y muy débil en relación a la misa tridentina:

- pobre, porque, de hecho, casi todos los sacerdotes sólo siguen la segunda plegaria eucarística (la propia de la misa del cohete de los 15 minutos: rápidamente despachada sin homilía alguna)

- débil, porque es muy fácilmente atacable por el espíritu del abuso litúrgico del ritualismo libre progresista; si fuera mal pensado, diría que la variación ha sido diseñada para excusar el paso a la liturgia del retorcimiento [del cuello del rito]

Da la sensación de que, amparados por la abundancia de posibilidades formularias y la diversidad de cambios (se admite la comunión de pie y en las manos), es mucho más sencillo colar "morcillas" en la misa.

Yo mismo he visto y oido (y sigo viendo aún) cambios en las palabras y gestos en la misa y en la misma consagración, además de misas con rito verdaderamente libre (especialmente en misas para niños y para jóvenes), lecturas cortadas o ampliadas, peticiones de intercesión sin orden ni estructuración, fervorines a cada momento, y formas de administración de la comunión diversas: de pie, de rodillas en el suelo o en un reclinatorio, en la boca, en las manos (y de cualquier manera), dada por el sacerdote o cogida por el fiel del copón que está en manos del sacerdote, un fiel o encima de una mesa o el altar; intintada por el sacerdote o por el fiel; dada por el sacerdote, un diácono o un fiel (hombre o mujer); sin o con preocupación por el estado de gracia de quien comulga...

Tengo la percepción de que la misa del Vaticano II debería de ser reconsiderada, para volver o acercarse al sistema antiguo: canon único, rito único, fórmulas únicas, consagración única, comunión única, administración única, con excepciones bien tasadas.
14/07/14 2:57 PM
  
Catholicus
El Concilio dice claramente que el idioma de la Misa es el latín (salvo derecho particular ).

Se ahorrarían todas estas cosas si diesen ejemplo cumpliendo y haciendo cumplir el tan santo e inspirado Concilio para otras cosas.
14/07/14 6:50 PM
  
Hilario Secanto
Padre... una solicitud: ¿como es eso de que B.XVI no renuncio al munus petrinum? ¿sigue siendo papa? ¿se puede decir q hay dos papas? es por los dichos de V. Messori
---------------------------------
JMI.-Benedicto XVI sigue siendo Obispo, pero no ya de Roma, porque dimitió con razones personales sobradas. Ahora, pues, es Papa emérito, Obispo emérito de Roma: no "es" Obispo de Roma, no "es" Papa. Sólo hay un Papa, y hay sólo un Obispo de Roma: el Papa Francisco.
Decir que hay dos Papas es un gran error.
15/07/14 3:02 AM
  
Javier, OblSB
Efectivamente, he estudiado la Sacrosanctum Concilium y no se dice nada ni de eliminar el latín ni de arrinconar la música litúrgica de toda la vida. Pero, bueno, se ve que hoy hay que ser guay (perdón por el exabrupto).
16/07/14 1:08 PM
  
Ricardo de Argentina
Hermano Javier, tengo entendido que el desastre posconciliar no se basó en ningún escrito del CVII, sino que fue una maniobra bien urdida consistente en hacer creer que el CVII había dicho tal y cual cosa. Que no lo había dicho. Pero más de media Iglesia hizo como si lo hubiese dicho.

Existe el peligro de que en ocasión del próximo Sínodo sobre la Familia se repita el esquema: sea cual fuere su declaración final, es probable que en lo sucesivo muchos sacerdotes permitan abiertamente comulgar a los adúlteros ostensibles. Como creo que ya algunos lo hacen.
17/07/14 3:03 AM
  
rastri
1. El texto, correspondiente a las palabras «pro multis», entregado por la Iglesia a lo largo del tiempo –que constituye la fórmula que ha sido de uso en el Rito Romano desde los siglos más tempranos– en los últimos 30 años o términos cercanos, en algunos textos aprobados en lengua vernácula ha sido traducido en el sentido interpretativo de «por todos», «for all», «per tutti», o equivalentes.
___________________

Teóricamente el "por todos" se puede aceptar siempre y cuando "todos" sirviéndose correctamente de esta oferta de ofrenda se salvaran.

"Pro vobis (los discípulos) y "pro multis" (los que por esta ofrenda se salvan) se acerca más a la realidad profetizada de que a pesar dé no todos se salvarán.

Y aquí el dilema; ¿Porqué unos sí y otros no; Porqué la mayoría no se salva; Porqué?

¿Es la herencia genética, la que transmitida a través de los tiempos condiciona el saber y poder o no saber y no poder aprovechar esta oferta y ofrenda de salvación?


---------------------------------
JMI.-En este mismo blog (08-09) trato de "salvación-condenación" a la luz de la Revelación. Más cuestiones, como las que Ud. plantea, los estudia la teología y los enseña el Magisterio principalmente en el tema de la predestinación. Pero no es el asunto que se estudia en este artículo.
18/07/14 9:47 AM
  
Nelson
Padre excelente explicación, muy concreta y convincente, pero lamentablemente son ese tipo de explicaciones que tratan de justificar lo injustificable. Personalmente creo que esa traducción por "todos" es un gol de esos que metieron después del concilio está ala liberal, anticatolica que está inserta en la Iglesia y que después de este cambio trataron de negar el infierno, incluso confundiendo a varios Fieles en varias partes del mundo haciéndolos pensar que el Infierno no existe, donde los Santos Padres han tenido que intervenir en varias oraciones contra esta teoría nefasta.
Comparto plenamente el comentario anterior que dice que sí está parte se dijese en latín como se hace en varias partes del mundo, este problema no existiría o por lo menos sería menor.
Un abrazo desde Chile.

--------------------------------------
JMI.-Juzga Ud. muy duramente las cosas de la Iglesia, en este caso a ciertos traductores, y posiblemente su juicio de intenciones sea temerario.
Quiera Dios juzgarle a Ud. con una misericordia infinitamente mayor.
18/07/14 2:19 PM
  
Agnes
No quiero meterme donde no me llaman, y no quiero importunar a nadie. Pero no obstante, quiero preguntarle una cosa: ¿Como podemos ser libres, si Dios lo sabe todo, pasado presente y futuro? Si todo está escrito en la mente omnisciente de Dios, no hay nada que hacer, ya lo aabe todo antes de que ocurra. Esta pregunta nunca me la supo responder ninguno de los curas del colegio de escolapios donde mis padres me enviaron en mi infancia, y donde pasé los dias más terribles de mi vida. Hoy ya está superado, no les odio. Les miro con compasion. Por supuesto ese Dios de ustedes no existe, y me siento libre. No digo que Dios no exista, pero no es el que ustedes predican. En fin, no he querido molestar. Si me responde, y no me convence, tendré que volver a esribir, pero no lo haré más de dos veces en cada capitulo, pues sería excesivo. Y si no quiere contestar, hare como con los escolapios, no se lo tendre´en cuenta. Cuidense.
---------------------------------
JMI.-Sobre el misterio de la Providencia divina puede Ud. leer en el Catecismo de la Iglesia Católica los nn. 302 y ss. Más explicadito puede verlo en nuestro libro RIVERA-IRABURU, "Síntesis de Espiritualidad Católica", cap. "Providencia", uno de los primeros. Está íntegro el texto en www.gratisdate.org. Lo encuentra fácil.

Pero sólo podrá entender-aceptar estos textos si da fe a la Iglesia, Madre y Maestra. "Es preciso hacerse como niños para entrar en el Reino". Si no acepta entrar en la S.Escritura de la mano de su Madre, la Iglesia, no entenderá nada.

Rezamos para que el Señor abra sus ojos a la fe en este tema y en todos.
Oremos.
20/07/14 12:00 AM
  
Pepito
Dios con voluntad antecedente quiere que "todos" los hombres se salven, y en este sentido se puede afirmar que la Sangre de Cristo se derrama por todos los seres humanos.

Pero con voluntad consecuente Dios no quiere que se salven todos hombres, sino sólo aquellos que mueren en estado de Gracia, y en este sentido se puede decir que la Sangre de Cristo, de manera consecuente, no aprovechará de facto a todos los hombres sino sólo a algunos o muchos de manera indeterminada sin poder precisar concretamente su número.

Se puede entender que el "pro multos" pone el acento en la eficacia parcial que de modo consecuente y de facto tendrá el derramamiento de la Sangre de Cristo, pero sin que ello quiera decir que de suyo y de manera antecedente el sacrificio de Cristo no tenga el valor suficiente para causar la salvación de todos.
22/07/14 12:06 AM
  
david
Padre, quisiera preguntarle por los plazos. Me explico: llevo sinceramente tiempo escuchando que la nueva edición española incluirá el "por muchos", pero sinceramente no sé cuándo se producirá ello. ¿Qué información me puede dar al respecto? Muchísimas gracias por sus artículos.
-----------------------------
JMI.-Lo único que sé es lo que digo en el último párrafo.
Me figuro que al haber nueva versión de todos los textos de la SEscritura (la oficial de la CEE) eso retrasará lo suyo la edición española del Nuevo Misal romano y de sus Leccionario.
Pero no sé más.
Oremos.
22/07/14 5:25 PM
  
Marqués
JMI.-He enviado su consulta a un Centro especializado, muy competente y de fiar.
Quizá tarden un poco en contestarle (les he dado su email), porque están menos a causa de las vacaciones. Pido al Señor que puedan aconsejarle bien. Bendición +
30/07/14 2:54 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.