John Henry Newman, precursor del Concilio Vaticano II (3)
4. El principio de la comunión con Roma
La tercera conversión: del anglicanismo al catolicismo
El 14 de julio de 1833 John Keble predicó desde el púlpito de Santa María un sermón sobre la apostasía nacional, que Newman consideró como el comienzo del célebre “Movimiento de Oxford”. Un pequeño grupo de seguidores de la High Church se movilizó rápidamente. Su primer objetivo era defender la libertad de la Iglesia respecto del Estado, basándola en el origen apostólico de la autoridad eclesiástica. A propuesta de Newman comenzó la publicación de “Folletos de Actualidad” (Tracts for the Times). Pronto los tracts se vendieron en grandes cantidades. Newman dedicó gran parte de sus energías al movimiento que estaba en marcha. Asistía a reuniones y asambleas de todo tipo, a cenas y veladas, y mantenía abundante correspondencia.
Al ir recuperando el ciclo completo de las verdades cristianas, Newman dio la impresión de estar difundiendo la doctrina de la Iglesia de Roma. Por eso fue acusado de “papismo”, la acusación más nociva que podía formularse en la Inglaterra de esa época. Teniendo esto en cuenta, Newman dedicó tres tracts a la cuestión de la Iglesia romana. En ellos sostuvo que la Iglesia anglicana estaba situada en la Via media entre los reformadores protestantes y los seguidores de Roma, que la única Iglesia visible se había dividido en tres ramas, la romana, la griega y la anglicana, y que la verdad revelada debía hallarse íntegra antes de la división, en la doctrina de la antigüedad. El propio Newman señalaba la grave dificultad de su teoría: hasta entonces la Via media sólo había existido en el papel, pero nunca había sido puesta en práctica.