Infierno, conversión y un muerto que habla
Narrando la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro, Nuestro Señor decía de quienes no quieren creer:
“«Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan». El (Epulón desde el infierno) dijo: «No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán». Le contestó: «Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite”» (Lc 16, 29-31).
Pues hay algunos que sí se convencieron, como es la historia de San Bruno, el gran fundador de los monjes cartujos, del cual ya hablamos hablamos en otra oportunidad y ahora presentamos en este pequeño vídeo para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
PD: un libro sencillo e interesantísimo donde se narra también esta historia es el clásico de Mons. De Ségur, que pueden encontrar aquí

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Más adelante, el Gobierno ordenaría la expulsión de toda la población armenia, que tuvo que caminar cientos de kilómetros por el desierto, sufriendo hambre, sed, pérdidas de vidas humanas, robos y violaciones por parte de los gendarmes musulmanes que debían protegerlos, a menudo en combinación con bandas de asesinos y bandoleros.
La axiología política de Pérez Reverte
Por razones de higiene mental, aunque sobre todo por la necesidad de una perspectiva histórica política que nos permita analizar con visión más amplia las mordeduras e insidias de la pandemia actual, dejemos de lado momentáneamente los terrores prensa-dirigidos, las contraacusaciones sobre el origen y las rutas del bicho, las guerras bacteriológicas, las conspiraciones de brujas (que las hay nomás…), las megamanipulaciones, las delaciones promovidas por tanto demócrata suelto con urgencias de dictadura y la imposición de solidaridades obedientes a las directivas de gurúes salvadores del mundo.
