InfoCatólica / Que no te la cuenten / Archivos para: Septiembre 2020

3.09.20

Diplomado en (sana) Teología

Querido lectores de www.quenotelacuenten.org

Por gracia de Dios, hace ya un mes comenzamos con los “Cursos Que no te la cuenten” que, por gracia de Dios, han tenido una gran repercución.

Queremos agradecer, especialmente, a quienes han podido colaborar con alguna donación para poder afrontar los gastos de la plataforma y de la gente que está trabajando “detrás de cámara", como quien dice. Hubiésemos querido enviarle un correo a cada uno con nuestro agradecimiento, pero no ha sido posible. Tanto aquel que ayudó con poco o con algo, será recompensado por Dios y por nuestras pobres oraciones.

Esta vez, a pedido de varios amigos, la generosidad de la Universidad Unicervantes, de Colombia y gracias a la insistencia del Padre Federico Highton, se ha podido armar un Diplomado en Teología que durará un año, con clases virtuales en directo (luego quedarán grabadas para poder verlas en otro momento) y con titulación. Dejamos aquí el vídeo y el link para que puedan acceder al mismo en inscribirse allí: http://ateneose.org/

Para consultas o inscripciones a esta diplomatura, escribir a la siguiente dirección de correo: [email protected] o al siguiente número de whatsapp: +54 9 11 4188-7730

Que Dios los bendiga.

P. Javier Olivera Ravasi, SE

1.09.20

Crónicas de la Vendée (3-5). Charles Bonchamps, el perdón heroico

 
Charles Bonchamps
 

Vaivenes del marqués

Charles Melchior Arthus marqués de Bonchamps, nació en 1760 en el castillo de Crucifix, en la región de Anjou, en el seno de una familia de la más antigua nobleza, que se gloriaba de remontar sus orígenes hasta Carlomagno… Como la mayoría de los ilustres angevinos, el joven Charles entró en el ejército y a los 22 años ya era capitán de un regimiento de caballería en la campaña de la India, destacándose por su intrepidez y valentía.
Regresando en barco a su patria, una violenta enfermedad lo dejó en tal estado de letargo que los médicos lo dieron por muerto y ordenaron tirar su cuerpo al mar. Pero uno de sus sargentos les suplicó de rodillas darle un poco más de tiempo y, gracias a los cuidados prodigados por este buen amigo, Bonchamps recobró la salud contra toda esperanza. Evidentemente todavía no era su hora y Dios le reservaba otros caminos.

Leer más... »