Los abortistas alarmados porque la Ley de Texas permitirá que haya más niños con Síndrome de Down vivos
Supongo al lector enterado ya de la ingeniosa ley del latido del corazón de Texas, la SB 8 que salvará la vida de miles de niños. El terremoto que ha causado entre los abortistas solo es superado por la inmensa alegría de la muchedumbre que ve con esperanza el final de la barbaridad del aborto provocado.
Desconozco hasta donde llegará la ley, si conseguirá sortear la Corte Suprema definitivamente y si será la primera grieta que tire Roe vs Wade. No dejaría de tener gracia la ironía de que precisamente la demanda inicial de Roe fuese en Dallas, Texas.
Durante las primeras horas de la entrada en vigor de la nueva ley tejana, #Downsyndrome fue tendencia en Twitter. Todo lo inició el colaborador de Newsweek, Richard Hannaia:
Un tuit que si ya de por sí era nauseabundo lo remataba con el típico utilitarismo:No se puede realizar una prueba de detección del síndrome de Down antes de las 10 semanas, y aproximadamente el 80% de los fetos con síndrome de Down son abortados. Si los estados rojos [republicanos] prohíben el aborto, podríamos ver un mundo en el que habrá cinco veces más niños con síndrome de Down y cifras similares para otras discapacidades.
¿Mantendrán su creencia en la pequeña red de seguridad y un menor gasto público en un mundo así? ¿Cambiarían los liberales de opinión sobre el gasto público si termina yendo a estados que tienen costos mucho más altos debido a estas leyes? Muchas cosas interesantes en las que pensar.
Sí. Hay muchas cosas en las que pensar y casi mejor no dejar por escrito. Rescato dos de las respuestas más contundentes, especialmente por quienes las hicieron:
Una del profesor de la Universidad de Princeton, Robert P. George
¿Por qué «Síndrome de Down» es tendencia en Twitter? Porque algunas personas argumentan que necesitamos leyes de aborto permisivas para poder «detectar» a las personas con Down y matarlas en el útero. Muy equivocado. Ningún miembro de la familia humana es intrínsecamente superior o inferior a otro en dignidad básica.
Luego George recordaba a dónde conducía esto:
A veces vale la pena recordar que lo que se conoció como el Holocausto no comenzó con el asesinato de judíos, eslavos o gitanos. Comenzó con la matanza de discapacitados y deficientes intelectuales. Fueron considerados ‘comedores inútiles’ y declarados ‘Lebensunwertes Leben’ [vidas indignas de ser vividas].
La ideología que sostenía que las personas con síndrome de Down y otros eran ‘vidas indignas de ser vividas’ no se originó con los nazis. Es anterior a su ascenso. Sus arquitectos eran personas sofisticadas, urbanas y progresistas, como el jurista Karl Binding y el médico especialista Alfred Hoche.
Y termina diciendo:
Afirmar que estamos ‘eliminando el síndrome de Down’ al matar a las personas con síndrome de Down, siempre y cuando los detectemos lo suficientemente temprano, es como afirmar que estamos ‘eliminando la pobreza’ al matar a los pobres. Es una barbarie y el solo pensarlo debería llenarnos de repulsión.
Otra respuesta interesante, y en la misma línea, fue la de Samuel Gregg del Acton Institute:
Bueno, una cosa que Twitter ha revelado hoy es que hay una gran cantidad de personas muy sofisticadas que creen que las personas con Síndrome de Down son, como dijeron el Dr. Mengele y otras personas de ideas afines, Lebensunwertes Leben (una vida indigna de ser vivida).
Son ciertas y oportunas las referencias al nazismo, por su desprecio a la dignidad humana y al método progresista de eliminar los problemas, eliminando a las personas que lo sufren. Pero me parecen incompletas. Los nazis solo le dieron mala fama a la eugenesia por haber llevado sus postulados a término y haber perdido la guerra. La eugenesia no nace en sistemas autoritarios, lo hace en Estados Unidos e Inglaterra.
En Nuremberg, los nazis, con razón, justificaron sus programas de exterminio y esterilización en leyes de los Estados Unidos, especialmente en las esterilizaciones forzadas de California.
La lista de «gente de bien» impulsora de programas eugenésicos es larga. No solo la fundadora de Planned Parenthood y líder feminista, Margaret Sanger. Políticos y empresarios de ambos lados del océano que querían mejorar la raza a costa del menor atisbo de la dignidad humana: Roosevelt, Churchill, Rockefeller, Ford, Gambler, Carnegie. También «pensadores» como Joseph Fletcher, creador de la ética de situación (que tantos estragos ha terminado haciendo en la moral católica) o el primer sistematizador moderno, Francis Galton, primo de Darwin y que a rebufo de sus ideas filosóficas estimaba que los procesos de la selección natural estaban siendo frustrados potencialmente por la civilización humana.
Me parece que, gracias a Dios, Galton tenía razón. Ya no es cuestión de ciencia. Fuera de algunos fanáticos ideologizados, nadie duda de cuándo científicamente empieza la vida. Simplemente no tienen problema en acabar con ella.
Es una cuestión de humanidad, del concepto que se tenga sobre la persona. De ver al otro con su dignidad, independiente de su grado de madurez biológica o de sus capacidades. Los romanos tampoco dudaban de lo que había en el seno materno y, sin embargo, podían no reconocer al hijo recién nacido dejando que los perros se los comiesen. Actualmente «pensadores» ateos sugieren algo parecido, aunque sin perros.
Como con el utilitarismo antiguo o la eugenesia moderna solo mirar con los ojos de Cristo al otro nos hará verle en su entera dignidad. La ciencia juega a nuestro favor, nos da la razón, pero no es suficiente. Ya no es un tema de ciencia, es de conciencia.
El infanticidio y aborto acabó con la difusión del cristianismo. El primer documento cristiano, incluso anterior a algunos libros del Nuevo Testamento, la Didache, ya lo menciona: «No matarás con el aborto al fruto del seno y no harás perecer al niño ya nacido»
La postura ante el aborto no es un tema secundario, como decía la Santa Teresa de Calcuta:
El país que acepta el aborto está enseñando a su pueblo a aplicar la violencia para lograr lo que se quiere.
Impresionante el discurso, valiente y sin complejos, profético, en la recepción del Premio Nobel de la Paz
7 comentarios
Eso fue el año 2000 ¿qué demonios ha pasado desde entonces?
El aborto de los niños con síndrome de Down es un verdadero genocidio, además literalmente, porque se los mata por una peculiaridad genética.
Dios quiera que esto sea el principio del fin.
Hoy sería impensable una película con un guión así.
Ya sabemos lo que sucedió cuando Gibson filmó "La Pasión de Cristo": la persecución blanda; no hay derramamiento de sangre, pero es más prolongada que el martirio.
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