24.09.07

Un día tendrás que venir a María. Testimonio de un ex-Testigo de Jehová

Todavía no hemos tenido oportunidad de abrazarnos personalmente, pero José Luis Sansaloni es una de esas personas que Dios pone en tu vida y te marca para siempre. Te marca porque ves que cuando el hombre responde a la gracia de Dios, se producen auténticos milagros. No milagros de esos que superan las leyes de la naturaleza, aunque a veces también, sino de aquellos que transforman las almas para que sean cartas abiertas escritas por Cristo al mundo. Confieso que después de alguna de las largas charlas telefónicas que hemos mantenido, mis ojos han derramado alguna lágrima de gratitud al Señor por lo que ha hecho en las vidas de José Luis y su esposa.
Como bien dijo Bruno en su blog hace unos días, a veces desde dentro de la Iglesia no somos del todo conscientes del maravilloso don que tenemos por ser católicos, y son los conversos los que nos lo recuerdan. Soy de la opinión que es mejor no salir nunca de la Iglesia. Pero si el estar fuera de ella sirve para que, cuando regresamos, podamos dar testimonio de los tesoros que hay en su interior y que no se encuentran fuera, pues alabado sea Dios por ello.

Un día tendrás que venir a María
por José Luis Sansaloni

Es difícil saber por qué el Señor ha dicho "yo os escogí a vosotros y no vosotros a mí" y como suele cumplir eso -por regla general- con las personas que menos lo merecen.

Pero una y otra vez leo en su Palabra cosas que me confirman este hecho. Uno de mis versículos favoritos se encuentra en el libro del profeta Daniel en su capítulo 10 verso 12. Allí donde el ángel le dice Daniel: "No temas, Daniel, porque desde el primer dia en que tú intentaste de corazón comprender y te humillaste delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras y precisamente debido a tus palabras he venido yo."

¿Será eso tal vez lo que ha sucedido en el transcurso de estos más de cuarenta años en los cuales han pasado tantas cosas en mi vida? ¿Tendrá algo que ver con esto esa serie de milagros sobrenaturales que me han sucedido y que hacen que la vida que Dios me ha regalado, sea una continua aventura de amor y confianza en mi Dios y Señor?

Pienso… "es posible". El Señor, que siempre ha "manejado mi barca" lo sabe y en mí está el acercarme en temor y reverencia a El, mi amado Padre, que es para mí, mucho más grande que lo que mis torpes palabras puedan jamás explicar. No puedo dejar de nombrar a mi amada madre María, Madre de la Iglesia que me está compensando con creces todos mis años de alejamiento de ella.

Manuel, un veterano romero de la Virgen del Rocío, me dijo una vez en Sevilla hace unos años, mientras examinábamos un libro de la romería de esa preciosa advocación de la Virgen y tomábamos unas típicos aperitivos andaluces: "Tu amas demasiado al Señor -allí hizo larga pausa-, un día tendrás que venir a María."

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23.09.07

La América Nativa

Largo pero sustancioso artículo de Carlos Caso-Rosendi sobre la América que se encontró Colón, lo ocurrido desde el descubrimiento y lo que ocurre hoy en nuestras naciones.

La América Nativa
por Carlos Caso-Rosendi

Antes que el hombre llegara, en el principio América se extendía vasta y virgen entre el Atlántico y el Pacífico. Cordilleras nevadas, selvas, desiertos, punas y pampas esperaban al hombre, abundantes en extraños animales que el hombre no había visto jamás. A su tiempo-un tiempo muy discutido entre los especialistas-llegaron los hombres. Algunos se abrieron camino desde las estepas de Asia Oriental a través de las Aleutianas y Alaska, otros quizás llegaron cruzando el mar desde Oceanía. Los gigantes de la Isla de Pascua parecen esperar a sus ancestros, fija la mirada en el poniente. Los primeros americanos fueron cazadores y pescadores.

1 Aún no se había producido la revolución agrícola en la medialuna fértil que abarca los cursos del Tigris y el Eufrates. Los faraones de Egipto tardarían miles de años en aparecer. La aparición de los primeros americanos se pierde en los albores de la historia de la humanidad. Cuando la civilización llegó a Media, Egipto y China los primeros americanos ya vivían aislados y tuvieron que inventarlo todo desde la raíz. La agricultura y la escritura fueron inventadas sin el beneficio de poder copiar los exitosos experimentos asiáticos que precedieron a la Edad de Bronce.

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22.09.07

Otra vez Kasper, otra vez el ecumenismo.

He de confesar que cuando he leído las últimas declaraciones de Kasper sobre el ecumenismo, me ha invadido la preocupación. Siendo uno de los miembros menos conservadores del colegio cardenalicio y de la curia, resulta lógico pensar que es la persona ideal para el diálogo ecuménico. Pero anda tristón el cardenal alemán. Es como si se hubiera dado cuenta de que hay abismos que no se pueden cruzar ni con todo el voluntarismo del mundo. Pero lo que más preocupa es el desconocimiento de aquello que se supone que es la materia de la que se ocupa. Por ejemplo, me quedo perplejo al leer a su Ilustrísima decir esto:

¿Por qué se estancó el diálogo ecuménico?

Debemos colocar las cosas en perspectiva. Inicialmente se pensó que el proceso iba a ser más rápido, pero ahora se coincide en que será más lento. Hay menos euforia. El crecimiento de las iglesias pentecostales y ciertas diferencias con algunas de ellas, por ejemplo en cuestiones de bioética como aborto y eutanasia, dificultaron más las cosas.

A ver, ¿desde cuándo las iglesias pentecostales mantienen posturas diferentes de la Iglesia Católica en esas cuestiones? No existe ni una, pero lo que se dice ni una, iglesia pentecostal que no condene el aborto, la eutanasia y la manipulación de embriones. Así que una de dos. O el que ha traducido la entrevista ha traducido mal u omitido algo, o el cardenal no se entera. Y si no se entera de lo que creen las iglesias protestantes que más crecen numéricamente en el mundo, ya me contará cómo puede dialogar con ellos.

Walter Kasper vuelve a constatar un hecho que no puede sorprender cualquiera que conociera de verdad las enormes diferencias entre el catolicismo y el protestantismo:

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Oportunidades perdidas, oportunidad presente.

Lo sabemos, lo hemos experimentado en nuestras propias vidas, lo hemos visto en algunos de nuestros amigos o familiares. Hay trenes que nunca vuelven a pasar, oportunidades que no volverán, decisiones que luego no se pueden revertir. Si somos lo suficientemente humildes como para dejarnos guiar por Dios, podemos evitar parte de las consecuencias de los malos pasos dados, pero la suela de nuestras sandalias se habrá desgastado innecesariamente para desandar el mal camino antes de emprender el correcto. Y en esta corta vida no es tiempo precisamente lo que nos sobra.

Decía el cardenal Cañizares en la entrevista que le hizo Losantos ayer en la Cope, que una de las razones del desplome de la educación en España es que en su día no se produjo una oposición frontal a una ley que se adivinaba tan nefasta como ha resultado ser. Y añadía que ante lo de la EpC, podemos estar ante la misma tesitura. Bajar los brazos hoy, incluso disimulando que no se hace tal cosa al apelar a adecuaciones de la materia a un ideario que no se sabe al servicio de quién está, es abrir la puerta a un deterioro que quizás sea irreversible a medio-largo plazo.

Usando un simil que a muchos puede no gustar, cuando se tiene un ejército poderoso, pero los oficiales al mando ponen a sus soldados a hacer calceta mientras el enemigo avanza por el territorio propio, lo normal es que se pierda la batalla, el honor y la vergüenza. En la cuestión educativa, nunca tantos pudieron hacer tanto e hicieron tan poco.

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21.09.07

O santos o traidores. Nunca tibios

José Manuel Vidal entrevistó ayer para Religión Digital a Manuel de Castro, secretario general de FERE-CECA. Como no podía ser de otra forma, el tema fundamental fue la EpC. Y como no podía ser de otra forma, don Manuel se reafirmó en la línea de la FERE, defendiéndose de las acusaciones vertidas contra la patronal de los colegios católicos. Es más, da la sensación de que en algún momento se aludía directamente a argumentos y, sobre todo, adjetivos que han salido de los blogs de Religión Digital. Y afinando, de algún blog en concreto….

De toda la entrevista, hay dos o tres asuntos que me han alarmado bastante. Por ejemplo:

Los colegios católicos van a dar la asignatura y completa. "A los alumnos de hoy no hay nada que ocultarles. Es un error por parte de la escuela ocultarles cosas. Un error que cometimos, por ejemplo, en la educación sexual. No hay nada que ocultarles y menos hoy, cuando pueden acudir a todo tipo de información y están viviendo esas situaciones. La clave está en educar a los alumnos críticamente y con razones". Eso sí, "en nuestros colegios vamos a transmitir la visión cristiana de esos valores, sin ocultar las razones de los que dicen lo contrario".

Pregunto yo: ¿no serán los padres los que tengan algo que decir sobre si es conveniente que a sus hijos se les dé tal o cual tipo de educación sexual? ¿no serán los padres los que deben determinar si quieren que a sus retoños se les expliquen las razones de los que tienen una moralidad sexual contraria a la suya? ¿es lógico que en un colegio de curas o de monjas, aunque sea para rebatirlas, se explique a los alumnos las razones del lobby gay, de los partidarios del aborto y de la ideología de género? ¿no es contradictorio decir que fuera de la escuela los jóvenes acceden a todo tipo de información y al mismo tiempo se les va a dar también ese tipo de información dentro? ¿no será mejor aprovechar el poco tiempo de que se dispone para enseñarles sólo la moral católica y no volver a contarles lo que ya pueden "aprender" fuera? ¿acaso la aplastante mayoría de los medios de comunicación, auténticos malformadores de conciencias, dan lugar a explicar nuestras razones?

De todas formas, es de agradecer que se nos diga que se va a dar TODA la EpC. Es decir, la adaptación al ideario del centro no consiste en evitar aquello que, de la asignatura. es más contrario a nuestra moral y nuestros valores. Pero es que la existencia de una asignatura que trata de una moral marcada por el Estado es en sí una aberración. Y con las aberraciones impuestas desde el poder no se pacta. Se las combate con todos nuestros medios. Si la FERE, en bloque, se hubiera opuesto a que en sus colegios se diera la EpC, hoy esa asignatura, al menos tal y como está concebida, sería historia. ¿O es que Manuel de Castro y todos los que le apoyan se creen de verdad que el Estado iba a tener el valor de cerrar sus centros o de retirarles a todos el concierto? Ellos son los responsables últimos de que la EpC siga adelante. Nos han dejado tirados a los padres que no queremos que el Estado marque las pautas en la educación moral de nuestros hijos. Es más, incluso se permiten regañarnos si osamos hacer objeción a la EpC en sus propios centros. Dice de Castro:

"Estamos de acuerdo en que los padres defiendan los valores en los que quieren educar a sus hijos. Pero, en nuestro colegios, hemos defendido siempre que la objeción es innecesaria y perjudicial. Innecesaria, porque el contenido se adecua al ideario propio de nuestro proyecto educativo. Peligrosa, porque el proyecto educativo ha sido siempre la salvaguarda ante los poderes públicos cuando intenta equiparar los colegios concertados a los públicos por recibir financiación estatal". Tanto es así que su temor es que "si ahora se admitiera por parte de un juez la objeción, se habría abierto un boquete, una brecha en este parapeto".

Déjeme que le diga una cosa, don Manuel. Más de uno, más de dos y más de tres nos estamos pensando si su actitud en esta cuestión no es suficiente como para que meditemos en si tiene sentido llevar a nuestros hijos a sus colegios. Más de uno empezamos a plantearnos si es adecuado dejar que eduquen a nuestros hijos aquellos que en vez de combatir el mal, pactan con él. Puede que más de uno y más de dos lleguemos a la conclusión de que la solución a esto será plantear la necesidad de que haya una escuela católica distinta, valiente, sin complejos, genuina, sin tibieza alguna en sus planteamientos, sin cobardía a la hora de plantar cara a una educación radicalmente laicista, impuesta desde un Estado que ni siquiera respeta a la carta magna que nos dimos todos tras el régimen franquista. Si sus centros no nos valen, tendremos que pensar en crear otros. Si no para nuestros hijos, para los que quizá sea tarde, sí para nuestros nietos.

Sólo quiero comentar otro punto de las palabras del secretario de la FERE. Dice:

Y añade: "Nosotros dijimos desde el principio que no queríamos la asignatura. Coincidiendo en eso con la mayoría del Consejo Escolar del Estado que suele votar a favor del Gobierno de turno. Lo único que, una vez aprobada la asignatura, somos demócratas. Ya nos gustaría que los valores cristianos fuesen introducidos en las legislaciones, pero entendemos que no es posible. Teníamos claro que teníamos que dar la asignatura, no seguir empeñados en ver si derrocamos a base de presión lo que el Parlamento ha aprobado, adaptándola a nuestro ideario".

Mire, don Manuel, yo también soy demócrata. Pero antes que demócrata, soy cristiano y soy padre. Y si la democracia atenta contra mi fe y mi derecho a educar a mis hijos conforme a los valores que profeso, pues reniego de esa democracia. En el credo que rezo en cada misa no hay un punto que diga: creo en las leyes que emanan del parlamento de mi nación. En la Escritura que es lámpara a mis pies veo que se me pide orar por mis gobernantes y dar al César lo que es del César. Pero la educación de mis hijos no es cosa del César. No es el César el que me ha dado a mis hijos. Ha sido Dios. Y a Dios le tengo que devolver unos hijos educados en su palabra, en su amor, en su gracia, en la necesidad de cumplir su voluntad. Lo podré hacer peor o mejor, y sin duda tengo claro que no he sido el padre ideal, pero la responsabilidad es mía y de mi esposa. No de Zapatero, Cabrera o Manuel de Castro.

Le veo a usted muy preocupado porque se les ha llamado traidores y quintacolumnistas. Vale, como quiera. A partir de ahora les llamaré tibios. Sí, ya sabe, de esos a los que Cristo vomita de su boca. Porque usted podrá convencerme de que no es un traidor ni un quintacolumnista. Pero no de que no es un tibio. Y si yerro en mi juicio, que me juzque Dios por ello.

Luis Fernando Pérez Bustamante

PD: Interesante artículo de Profesionales por la ética