El "Jesús" de Pagola
Mi análisis sobre el libro de Pagola (II)
Viernes, 15 de Febrero de 2008
Cuando leí las reseñas sobre el libro “Jesús. Aproximación histórica” de J.A Pagola, me llamó la atención que todos, tanto los que le juzgaban severamente como los que le elogiaban, coincidían en que el libro estaba muy bien escrito estilísticamente. Quizás es un poco pronto para que me pronuncie pero creo que ya puedo afirmar que el libro se deja leer muy bien. Por tanto no estamos ante la típica obra científica que te lleva irremediablemente al sueño en las noches de insomnio. Pero por eso mismo, mientras que habría que felicitarse si nos encontráramos ante una obra que nos acercara al Jesús predicado por la Iglesia, igualmente deberíamos lamentarnos si nos desvía de ese Jesús, que en realidad es el único Jesús real que deben de conocer y aceptar los hombres. Al fin y al cabo, este libro ha sido escrito por un sacerdote católico que ha contribuido a formar a muchos sacerdotes y que sigue ejerciendo una influencia considerable sobre muchos fieles, que le tienen en muy alta estima y están predispuestos a aceptar sus tesis. Por muy buena intención que haya en el autor y los lectores afines, si este libro da una imagen de Jesús que no concuerda con el de nuestra Iglesia, la carta pastoral de Monseñor Demetrio Fernández debería ser sólo la primera de la lista de cartas de obispos advirtiendo del peligro para la fe de los fieles.
Confieso que ya en la página 7 me encuentro con una afirmación que me causa cierta desazón:
No basta confesar que Jesús es la encarnación de Dios si luego no nos preocupa saber cómo era, qué vivía o cómo actuaba ese hombre en el que Dios se ha encarnado.
No diré que esa frase no puede leerse conforme a la ortodoxia, pero la encarnación de Dios se explica mucho mejor diciendo que Dios, en la persona del Hijo, se hizo hombre, que diciendo que hubo un hombre en el que se encarnó Dios, afirmación que destila cierto tufillo a adopcionismo o incluso, más aún, a nestorianismo, pues en Pagola el Dios que se encarna en el hombre llamado Jesús parece una persona diferente del propio Jesús. En cuanto que digo parece, queda claro que no afirmo. Al menos por ahora.
Unas cuantas páginas más adelante, concretamente en la número 15, me encuentro con la primera inconsistencia seria del libro. Inconsistencia que parte de un apriorismo que aparece con más claridad en la nota nº 1 del capítulo 2, del que ya hablaré unas líneas más abajo. El caso es que Pagola nos presenta a Herodes el Grande como un tipo cruel, obsesionado con que le arrebataran su reino, capaz por ello de asesinar a sus familiares, mujer e hijos incluídos, uno de los cuales fue ejecutado sólo cinco días antes de la muerte de esa bestia. Pues bien, eso no impide a Pagola afimar en una nota a pie de página que todo eso no deja de ser “el trasfondo del relato legendario de la matanza de los inocentes en Belén a manos de los soldados”. Y digo yo, ¿no sería más lógico, más sensato, más conforme al sentido común y al análisis histórico imparcial, afirmar que la matanza de los inocentes en Belén es un hecho histórico que encaja con lo que sabemos de la personalidad de Herodes el Grande? ¿A cuento de qué Pagola coloca a esa matanza en el terreno de la leyenda, si los datos que tenemos empujan a creer que la matanza efectivamente tuvo lugar? Pido al lector imparcial que se sitúe ante la frialdad de los datos y responda a la pregunta: sabiendo lo que sabemos de la personalidad del rey Herodes, ¿qué es más fácil creer? ¿que el tipo decidió cargarse a todos los niños de Belén y alrededores para acabar con la amenaza del rey Mesías, o que la matanza de marras es un relato legendario?
Mas como he señalado, Pagola parte de un apriorismo que, en mi opinión, sí atenta contra la enseñanza de la Iglesia. En la página 39 del libro leemos, dentro de la nota nº 1, lo siguiente acerca de los conocidos como “evangelios de la infancia”:
… El análisis de los procedimientos literarios utilizados muestra que más que relatos de carácter biográfico [los evangelios de la infancia] son composiciones cristianas elaboradas a la luz de la fe en Cristo resucitado…. No fueron redactados para informar sobre los hechos ocurridos (probablemente se sabía poco), sino para proclamar la Buena Noticia de que Jesús es el Mesías davídico esperado en Israel y el Hijo de Dios para salvar a la humanidad….. De ahí que la mayoría de los investigadores sobre Jesús comiencen su estudio a partir del bautismo en el Jordán.
O sea, señores. Según Pagola y los eruditos que cita, ni la Anunciación, ni la visita de María a Isabel, ni el nacimiento en Belén, ni la matanza de los inocentes, ni la visita de los magos, ni la presentación en el Templo, ni la huida a Egipto y posterior regreso a Nazaret, ni la pérdida de Jesús en el templo con doce años, ni nada de lo que los evangelios nos cuentan de Cristo antes de su bautismo, es histórico. Da lo mismo que Lucas afirme que lo que él quiere hacer es precisamente es contarnos cronológicamente la historia de Jesús. Nada, nada. Eso es mero recurso literario que no refleja de verdad la intención del autor del evangelio o, lo que es peor, un intento de convencernos de que lo que nos va a contar es historia cuando él sabe que es mera elaboración teológica. Pues el caso es que el Concilio Vaticano II afirma lo siguiente en la Dei Verbum:
19. La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo.
La Iglesia del Concilio Vaticano II afirma sin vacilar la historicidad de los evangelios, sin hacer diferencia entre los evangelios de la infancia y lo que hizo Jesús tras su bautismo. Pagola y sus colegas afirman sin vacilar la no historicidad de una parte importantísima de los evangelios. Es decir, la Iglesia afirma una cosa. Pagola la contraria. ¿Y qué afirmo yo? Lo mismo que la Iglesia. Básicamente por una razón. Me basta leer los primeros versículos de Lucas:
Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo (Luc 1,1-3)
Si creemos a Pagola, Lucas es un mentiroso. Pues señores, yo prefiero creer a la Escritura y a la Iglesia. Una cosa es que haya problemas, supuestos o reales, para conciliar la historicidad de lo que nos cuenta Lucas con la de lo que nos cuenta Mateo, y otra muy diferente negar la historicidad de ambos evangelios. Historicidad que, insisto, la Iglesia sanciona sin duda alguna. Aunque sólo fuera por esta cuestión, habría que afirmar con total tranquilidad que el Jesús de Pagola no es el Jesús de los evangelios, el Jesús de la fe cristiana, el Jesús de la historia.
Continuará…
Luis Fernando Pérez Bustamante









