Los quieren callados pero no callarán.
Pues sí, a la izquierda social de este país le molesta que los obispos hablen, se quejen y adviertan de las consecuencias funestas que para este país está teniendo el radicalismo del zapaterismo. Desde su totalitario deseo de impedir que los cristianos saquemos fuera de la sacristía nuestros valores éticos y morales, esa izquierda laicista y anticlerical amenaza con "enfadarse" con nuestros pastores. Y, ¿cómo no?, cuentan con el apoyo de cierto quintacolumnismo eclesial que se "escandaliza" más cuando un obispo habla con contundencia, que cuando sus correligionarios políticos se dedican a financiar obras blasfemas y a pretender imponer desde la escuela, pasando por encima del derecho de los padres, una serie de valores que en muchos aspectos van a chocar con el modelo de sociedad que un católico fiel a su Iglesia puede desear.
Se podrá estar más o menos de acuerdo con el tono de algunos discursos de los obispos. Cada cual es como es y obviamente los hay más agudos y los hay más moderados. Pero o estamos ciegos y no nos damos cuenta lo que se está cociendo en el actual panorama político-social, o estaremos de acuerdo en que determinado tipo de moderación sólo puede significar complicidad con quienes están utilizando España como conejillo de indias de un experimento masónico-laicista-izquierdista de primer orden.