«Un camino inesperado», también para mí

Un camino inesperado


Título: Un camino inesperado
Autor: Diego Blanco
Editorial: Ediciones Encuentro
Páginas: 438

Hacía tiempo que la lectura de un libro no me dejaba tan buen sabor de boca. No tenía nada a favor…, a mi favor, quiero decir. Pero surgió el «problema de los amigos». Era agosto, el buen E.O. me «recomienda» la lectura de un manuscrito: «Un camino inesperado», de Diego Blanco, aunque entonces, antes de que lo publicase Ediciones Encuentro, no se llamaba así (el libro, claro). No hay nada más terrible que alguien como E.O. te diga «ya me dirás».

El Señor de los Anillos es una obra a la que tengo especial cariño. Fue el primer «libro gordo» que compré de niño con mi dinero. Mi padre no lo había leído y no estaba en la biblioteca, era «mi tesoro». Caro de narices. Pasaron bastantes meses hasta que pude comprar el segundo tomo. Para el tercero se apiadaron mis padres y me echaron una mano. Lo terminé en uno de esos veranos felices de la niñez (las estibaciones de Gredos  para mí son las Montañas Nubladas).

No estaba dispuesto a que me contasen un rollito interpretativo que me fastidiase una buena novela. No sé si me explico, es como leer «La bella durmiente» con los ojos de Vladímir Propp, de Lévi-Strauss o de los de cualquier psicoanalista de tres al cuarto: un fastidio y el destrozo de un bello texto y una hermosa aventura. Porque también hay bienintencionados y cursis que lo estropean todo.

A todos estos inconvenientes de fondo habría que sumarle que no es un folletito, ¡¡son 400 páginas!!

Pues las cuatrocientas páginas se hacen cortas, con ganas de más. Lo comprobaréis si cometéis el mismo «error que yo»: leer la introducción  – no el prólogo que escribe Mons. Munilla –, la «introducción». Acercaros a una librería/biblioteca y haced la prueba.

Estoy seguro que esas 30 páginas habrían tenido éxito publicadas como un breve ensayo. Pero le habríamos reclamado al autor, yo lo habría hecho, que no desaprovechase la ocasión y  desarrollara la idea. En la introducción se encuentran tres elementos que se repiten en todo el libro: honradez, intimismo y celo apostólico.

Diego Blanco sabe de lo que habla, conoce la obra de Tolkien y muestra un buen manejo de historia de la literatura en general y de «literatura fantástica» en particular (en sentido amplio). No desvirtúa al autor, Tolkien «odiaba» las alegorías, El Señor de los Anillos es una obra de ficción, una mitología bien construida y coherente, un buen libro. Diego lo respeta, no fuerza, no moraliza, no pretende convertirlo en unas «Cronicas de Narnia». Tampoco lo manipula como si fuese una percha. No hay pasajes del tipo «es como cuando [Frodo, Aragorn, Saruman…], hicieron…», más bien como señala en el libro «las verdades más importantes que Tolkien quiere transmitirnos aparecen diseminadas por toda su novela no en los puntos más álgidos de su trama, sino en los giros más cotidianos y aparentemente de menor importancia. Con Tolkien, la explicación más sencilla suele ser la verdadera». Aprovecha pasajes, acompaña a la historia y la hace suya identificándose con los personajes.

No me atrevería a calificar el libro de autobiográfico o personal, lo dejo en íntimo. Es indudable que muchas situaciones y consejos y algunas anécdotas, las buenas y las malas, tienen detrás la fuerza de lo vivido en primera persona. No hace nada por demostrar teorías, le es suficiente con mostrar la realidad.

Frodo comienza a juguetear con las cosas que lleva en el bolsillo. Comienza a juguetear con el Anillo. Puede parecer tonto, pero es un hecho vital. Si Frodo no hubiese jugueteado con el Anillo, tal vez no hubiera sentido el deseo imperioso de ponérselo para escapar de aquella situación. Cualquier lector de este libro puede probar a meterse un anillo en el bolsillo junto con un par de monedas y ponerse a juguetear con ello. No me equivoco si digo que más tarde o más temprano el anillo acabará colándose en alguno de sus dedos, es inevitable. Es imposible juguetear con un anillo entre los dedos sin terminar por ponérselo. La forma se adapta perfectamente al dedo, y aunque se manipule sin ninguna intención de ponérselo, con toda seguridad terminará adornándote la mano.

Las reflexiones sobre la prudencia, la debilidad, el no darse cuenta, surgen naturales.

«Un camino inesperado» no es un ejercicio de erudición, ni un acercamiento personal a una obra de literatura. Es una excusa para hablar de lo que el autor tiene dentro y que parece imposible de callar: Cristo. Lo hace oportune et importune, como lo hace Tolkien, como deberíamos hacerlo todos:

Vemos, pues, que para Tolkien evangelizar equivale a molestar, y no tiene mayor problema en admitirlo. Es bien sabido, por ejemplo, lo que llegó a molestar a C.S. Lewis hasta lograr su conversión. Sólo hay que leer las biografías de ambos para comprobarlo. Vivimos ahora un momento en el que algunos llaman proselitismo al anuncio del Evangelio, y piensan que no se debe importunar a las personas para hablarles de cosas tan extrañas para ellos (un muerto que vuelve a la vida, un Dios que ha descendido a sus tinieblas para salvarles de toda esclavitud que les atenaza) como hablar a un hobbit que fuma tranquilamente su pipa, acerca de dragones malvados, tesoros escondidos y reinos por recuperar.

Diego lo hace de un modo amable, al hilo de la historia de la Tierra Media, ofrece una mirada amorosa de la vida del cristiano, sin altanerías:

Frodo no puede atreverse a pensar que es mejor que Gollum sin convertirse en un loco orgulloso. Por eso tiene misericordia, porque Gollum es un hobbit como él. También a Sméagol le gustaba desayunar dos veces al día y sentarse junto al fuego a fumar una pipa. Gollum es él. Es en lo que él podría llegar a convertirse si no destruye el Anillo. En lo que él se está convirtiendo, aunque no se dé cuenta, con cada día que pasa sin haber llegado a destruirlo.

Esa experiencia de ser Frodo y Gollum al tiempo es un hilo conductor en todas las páginas, por las que desfilan otros personajes de la obra de Tolkien, y también el mismo Tolkien.

Creo que podríamos calificar a «Un camino inesperado» como una buena catequesis, a pesar de que quizá ese término no sea hoy en día el mejor marketing. Probablemente no recomendaría este libro por sus aspectos más evidentes, aunque también: un agradable tiempo de lectura aprovechada, una visión profunda de aspectos de la obra de Tolkien que a muchos se nos pueden haber escapado, unos consejos magníficos sobre la vida y la vida espiritual.

Lo recomendaría por dos aspectos implícitos en el libro que están relacionados.

Primero porque fomenta las ganas de vivir con lo que antes se llamaba unidad de vida. Lo que ha podido hacer Diego Blanco con El Señor de los Anillos no lo ha hecho porque sea un «libro con valores», lo ha hecho porque es un buen libro. Un buen libro escrito por un católico cabal. Sin ninguna referencia directa o alegórica a su fe, rezuma esta por los cuatro costados. Sinceramente, a mí me gustaría que el trabajo que desarrollo, el que sea, manual o intelectual, vistoso u oculto, fuese esa triada que decía San Josemaría: santificar el trabajo, santificarse con el trabajo, santificar a los demás con el trabajo.

Y segundo motivo, para todos, pero especialmente para catequistas, profesores de religión, predicadores, comunicadores…, «Un camino inesperado», es a la vez un manual y un ejemplo de cómo exponer la Buena Nueva aprovechando las maravillas del Señor, de cómo mirar con ojos de fe la realidad y en especial las cosas buenas, de cómo usar las cosas buenas para hacer el bien, de cómo exponer el Evangelio con referentes culturales más cercanos sin noñerías. Porque «Un camino inesperado» también es un buen libro.

 


Quizá a alguno le guste oir a Diego contando algo del libro y mucho más en el Congreso Católicos y Vida Pública de Bilbao

 

12 comentarios

  
Diego García
Buena experiencia me quede tocado, para leer el libro, por otra parte me gustaría escribir y tener un blog en infocatolica, gracias.
27/04/16 2:43 AM
  
zascandil
Bienvenido, Ingeniero. Se te echaba de menos, ya pensé que habías tirado la toalla con el tema de la exortación de marras. Aunque me gustaría conocer tu opinión te agradezco que varíes el tema. Los lectores también neceistamos algo de oxígeno.

Está muy bien escrita esta recomendación, se ve que te sale de dentro. Me ha picado la curiosidad.

El enlace que pones es de Amazon, ¿no puede comprarse en otro sitio?


27/04/16 3:02 AM
  
aiya_meldor
Este cae fijo. Gracias por la recomendación.
27/04/16 8:58 AM
  
Javier García
He leído el libro y es espectacular, coincido cien por cien con el blogger, lo aconsejo a todos
27/04/16 4:05 PM
  
Borja
Leído. Libro muy recomendable. Un auténtico homenaje a Tolkien que creo que ayudará a más de uno con su lectura divertida, amena y catequética.

Enorme Diego!
27/04/16 4:25 PM
  
Santiago
Mi hermana mayor ya tenía los tres tomos, por lo que pude leérmelos del tirón. Cuando llegué al final del segundo tomo, en el antro de Ella Laraña y el pobre Frodo cayó envenenado por ella, fui corriendo a donde mi hermana a quejarme de que aquello no podía acabar así.

¿Cuánto tuviste que esperar a que tus padres te compraran el tercer tomo? ¿Cómo pudiste aguantar la espera?
27/04/16 8:14 PM
  
Eru
Me lo terminé ayer.400 páginas y me quedé con ganas de más. Buenísimo.
Imprescindible si cumples sólo una de estas características:
a) cristiano
b) joven
c) fan de Tolkien
d) sacerdote
e) buscas a Dios en tu vida
f) no ves a Dios por ningún sitio

Si no cumples ninguna, igualmente muy recomendable, acabarás en alguna de las cinco primeras después de leerlo.
Muchas gracias al autor por haber escrito este libro, me ha ayudado en mi camino a Mordor. Me ha ayudado contra los orcos y los Balrogs, contra los Nazgul y me ha ayudado a ir a despertar a los que duermen.

28/04/16 10:27 AM
  
rastri
San Josemaría: santificar el trabajo, santificarse con el trabajo, santificar a los demás con el trabajo.
______________

Esto de santificar, amar y santificarse en el trabajo siempre me ha resultado algo así como un querer darle vuelta a la página de Dios cuando dijo a Adán aquello de los abrojos y de que por haber pecado morirás, sufrirás y te ganarás el pan con el sudor de tu frente.

Lo siento: -Una cosa es que yo tenga que penar sin desesperar la vida que tengo que vivir. Y otra cosa es que me guste esta forma de vivir.

Aunque tenga que trabajar para vivir, lo cierto es que no me gusta esclavizarme viviendo para trabajar.



28/04/16 7:43 PM
  
José Ramon García
Me ha encantado el libro, es como aire fresco, el blog muy acertado y el comentario de Edu buenísimo.
28/04/16 11:56 PM
  
Emilio Amadeo
He leido El Senor de los Anillos al menos cuatro veces, una en su traduccion al espanol, y las otras tres en ingles. Es un libro que siempr me atrapa. No hay mejor libro en toda la literatura universal. Tal vez los haya iguales, pero no mejores. Ese que nombra no lo conozco, pero si le gusta a usted, seguramente me gustara a mi.

_/\_
29/04/16 5:58 AM
  
Fjramiro
Felicidades Juanjo por este magnífico post que te convence de leer.
01/05/16 8:49 PM
  
Andrea
Qué post tan bueno. Si alguna vez escribo un libro me gustaría una crítica como esta.

Como dice Fjramiro, te convence de leer. Ya os contaré.

02/05/16 9:04 PM

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