(69) Gracia y libertad –IV. vida espiritual. I
–De acuerdo, sí, ya, me equivoqué, diciendo que el post anterior apenas iba a tener lectores.
–Usted, con tal de no quedarse calladito, dice cualquier cosa. Y luego ocurre lo que sucede.
De las premisas doctrinales ya expuestas en los artículos anteriores, iré sacando ahora consecuencias concretas para la vida espiritual.
¿Qué he de hacer, Señor? La perfección cristiana, la santidad, está en la total fidelidad a la gracia de Cristo. Y en la medida en que amamos a Cristo, en esa medida recibimos dócilmente su gracia. En otras palabras: ama al Señor el que cumple su voluntad.