(247) Notas bíblicas -6. Verdad e historicidad de los Evangelios. 1

–Ahora va a resultar que lo que dicen y cuentan los Evangelios es verdad de verdad.

–Eso es lo que la Iglesia siempre ha creído y sigue creyendo.

–La Sagrada Escritura es la primera en afirmar la veracidad y la historicidad auténtica de sí misma. Ella canta siempre la majestad y la belleza de la Palabra divina escrita, y a veces antes predicada: «Oráculo. Palabra del Señor para Israel. Oráculo del Señor que desplegó el cielo, cimentó la tierra y formó el espíritu del hombre dentro de él» (Zac 12,1). El judío piadoso reconoce en los Libros sagrados su luz, su roca, su fuerza, su camino:

Continuamente en la Biblia se refleja esta veneración suprema por los textos de la Escritura: «las palabras del Señor son palabras auténticas, como plata limpia de ganga, refinada siete veces» (Sal 11,7). El Salmo 118, el más largo del Salterio, alaba en todos sus versículos al Señor por el don inefable de su palabra y de sus mandatos: «me consumo ansiando tu salvación, y espero en tu palabra… Tu Palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo… Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero… El compendio de tu palabra es la verdad, y tus justos juicios son eternos».

La misma devoción a la Escritura se da entre los cristianos. El Maestro les ha asegurado: «las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida» (Jn 6,63). «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mt 24,35). Y los fieles responden: «tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68). El hombre adámico, sin la luz de la fe, permanece «en tinieblas y sombras de muerte» (Lc 1,79); pero Cristo, «luz del mundo», por obra del Espíritu Santo y por la predicación de los Apóstoles le enciende en la llama de la luz verdadera: «en medio de esta generación perversa y adúltera, aparecéis vosotros como antorchas en el mundo, que llevan en alto la Palabra de la vida» (Flp 2,15-16).

Los Apóstoles y evangelistas tienen conciencia de que su predicación y sus escritos son sagrados, inmutables como lo es Dios, porque son Palabra divina: «Si alguno os predica otro evangelio distinto del que habéis recibido, sea anatema» (Gál 1,9). «Yo [Juan] atestiguo a todo el que escucha mis palabras de la profecía de este libro que, si alguno añade a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas escritas en este libro. Y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, quitará Dios su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, que están escritas en este libro» (Ap 22,18-19).

–La Liturgia cristiana venera la Palabra divina, y de ella vive. En las celebraciones solemnes de la Eucaristía, el ambón (Cristo-palabra) y el altar (Cristo-pan de vida) reciben signos semejantes de honor y devoción: luces, inclinaciones, incienso, flores, cantos. El Señor Jesucristo, desde el Padre, nos vivifica y nos comunica su Espíritu tanto cuando nos «habla» como cuando se entrega a nosotros como «pan vivo bajado del cielo»; ya que «no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» ( )… No digo más sobre el tema, porque hace no mucho lo dije en mi artículo La Liturgia católica de la Palabra, luz y vida.

«La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura, como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo, pues sobre todo en la sagrada Liturgia, nunca ha cesado de tomar y repartir a los fieles el pan de vida que ofrece la mesa de la palabra de Dios y del cuerpo de Cristo» (Vat. II, Dei Verbum 21). Los Evangeliarios han sido siempre, en el culto y en el uso de los fieles que alcanzaban a tenerlos, libros sumamente preciosos, expresando así en su belleza que todas sus páginas son sagradas: son «Palabra de Dios». Y la Liturgia siempre ha sido consciente de que «el justo vive de la fe» (Rm 1,17); «la fe es por la predicación, y la predicación por la palabra de Cristo» (10,17). «Palabra del Señor».

Los Padres antiguos veneraban las Sagradas Escrituras, con certeza total de su verdad, porque en sus textos escuchaban y leían al mismo Dios. Cualquiera que conozca un poco la literatura patrística advierte en seguida que sus textos suelen abundar continuamente en citas bíblicas, entrelazando unas con otras, de tal modo que en cualquier página de los Padres hallamos una o dos docenas de frases de la sagrada Escritura. Y es que vivían de ella, la llevaban en el corazón, y eso se comprueba en sus escritos, pues «de la abundancia del corazón habla la boca» (Lc 6,45). Por no alargarme, citaré sólo dos testimonios.

Orígenes: «Los evangelistas no mienten ni incurren en error» (In Jn. 6,34). San Jerónimo: «“Estudiad las Escrituras”… Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría; de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo» (Com. a Isaías 1,2).

–El arrasamiento modernista de la Sagrada Escritura nos recuerda el salmo de la Viña devastada. «Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste». Disipaste, Señor, las tinieblas de las naciones, iluminándolas con la luz del Evangelio, y plantando la Vid de la Iglesia. Y ahora… «¿por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes, la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?» (Sal 79). La profanación de las Escrituras, especialmente del Evangelio, realizada por la exégesis protestante liberal y por el modernismo católico, puede considerarse como el mayor mal sufrido por la Iglesia en su historia, pues esa falsificación total del Evangelio es «el conjunto de todas las herejías», y ha logrado difundirse entre muchos católicos como si fuera una versión científica y moderna de la verdad auténtica de Cristo. Protestantes liberales y modernistas pueden ser considerados como una manada que invade un jardín precioso, pisoteando, devastando y ensuciando todo. «Estáis muy equivocados» (Mc 12,27). «Estáis equivocados, porque no entendéis las Escrituras ni el poder de Dios» (Mt 22,29). Mienten en todo lo que dicen. Y la resistencia que hallan hoy en la Iglesia es muy débil. Pueden difundir impunemente desde sus católicas cátedras y sus católicas librerías errores enormes:


Jesús, probablemente, nació de José y de María. Siendo un «buscador» de Dios, su encuentro con el Bautista cambió radicalmente su vida. Él nunca pensó en fundar una Iglesia distinta de Israel, y menos como una institución jerarquizada. Los Evangelios fueron escritos muy posteriormente a los hechos que narran. Por eso sus relatos, las palabras y las acciones que atribuyen a Jesús, no tienen valor histórico, sino que expresan la fe de las comunidades cristianas primeras. Los milagros de Jesús, sus grande signos, por ejemplo, la multiplicación de los panes, la sanación del ciego de nacimiento, la resurrección de Lázaro, la tempestad calmada, no son propiamente acontecimientos reales, sino relatos simbólicos que la comunidad cristiana empleaba para expresar su fe en la grandeza de Cristo, en su fuerza benéfica y en su dominio sobre el mal. El Jesús histórico no tenía conciencia de su mesianidad, ni se presentó como Dios, ni preconocía su muerte, ni la entendía como un sacrificio expiatorio en el que se cumplían las antiguas profecías. Tampoco pretendía la glorificación de Dios en el mundo, sino acrecentar en éste la justicia, el amor y la felicidad. Hay, pues, numerosas y grandes diferencias entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe de la Iglesia. Todo el ciclo evangélico de la infancia de Jesús, en Mateo y Lucas, carece de fiabilidad histórica. Y lo mismo ha de decirse de los relatos en que se dan detalles de la última Cena, de la Pasión en el Calvario, de la Resurrección y de las apariciones de Jesús resucitado a sus discípulos: todos carecen de historicidad. La escena de la Asunción del Señor a los cielos, concretamente, es una invención del evangelista Lucas. Pero todo esto no debe alarmarnos, pues, como escribe un exegeta católico, al leer el Evangelio, «quedarse en la materialidad del hecho es empobrecer radicalmente la significación del mismo». (Nota.–¿Sabría alguno explicarme qué significación puede tener un hecho no acontecido realmente?).

Todo este cúmulo de herejías ha ido infectando en mayor o menor medida la mentalidad de no pocas Iglesias locales católicas, causando la apostasía más brusca y amplia de la historia de la Iglesia. Esas herejías, primeramente formuladas en círculos intelectuales mínimos, ya en esas Iglesias se han generalizado en Seminarios, Facultades, Noviciados, parroquias, catequesis, publicaciones, librerías y revistas católicas. La negación de la verdad del Evangelio, iniciada en la Ilustración del siglo XVIII y desarrollada por minorías intelectuales del protestantismo liberal y del modernismo católico en el XIX –como ya describimos en artículos anteriores (239), (243) y (245)–, ha logrado afectar a una buena parte del pueblo cristiano. Creo que puede decirse, si vale la expresión, que está de moda entre muchos católicos no creer en los Evangelios. El feligrés que un domingo acude a una Misa parroquial tiene muchas posibilidades de escuchar cómo el sacerdote, aunque sea lerdo y no erudito, niega en la homilía la realidad histórica de lo que él mismo «proclama» leyendo el Evangelio.

El Magisterio apostólico, por el contrario, ha reafirmado con frecuencia la veracidad e historicidad de los Evangelios, partiendo siempre de que es Dios el Autor principal de todas las sagradas Escrituras. Y ha reprobado la doctrina de quienes, ya desde los comienzos del siglo XIX, niegan o ponen en duda esa veracidad histórica.

León XIII, en la Providentissimus Deus (1893) afirma que siendo todos los libros sagrados íntegramente inspirados por el Espíritu Santo, están exentos de error, pues «es necesario que Dios, Verdad suma, no sea autor de ningún error» (45). Si es que lo hubiera, «Él no sería el autor de toda la Sagrada Escritura» (46).

«Todos los Padres y Doctores estaban persuadidos de que las divinas Letras, tales cuales salieron de manos de los hagiógrafos, eran inmunes de todo error… [y eran] unánimes en afirmar que dichos libros, en su totalidad y cada una de sus partes, procedía por igual de la inspiración divina, y que el mismo Dios, hablando por los autores sagrados, nada podía decir ajeno a la verdad» (48). Pío XII, en la Divina afflante Spiritu (1943), cita y asume esta misma doctrina (1-3).

San Pío X, en la encíclica Pascendi (1907), explica por qué y cómo el modernismo, partiendo de gravísimos errores filosóficos, rechaza la historicidad de los Evangelios.

En la exégesis de la Escritura «entra en escena el filósofo, y manda al historiador que ordene sus estudios conforme a lo que prescriben los preceptos y leyes de la evolución» (30). Así pues, «está claro cuál es el método de los modernistas en la cuestión histórica. Precede el filósofo; sigue el historiador; luego ya vienen la crítica interna y la crítica textual… Es evidente que semejante crítica no es una crítica cualquiera, sino que con razón se la llama agnóstica, inmanentista, evolucionista; de donde se deduce que el que la profesa y usa [en la exégesis de las Escrituras], profesa los errores implícitos en ella, y contradice la doctrina católica» (32). El conocimiento, dicen, no va más allá de los fenómenos, pues no alcanza la realidad, si ésta existe; no puede aceptar tampoco luces externas que no sean inmanentes al propio conocimiento humano; y por otra parte, al aplicar estos principios a la Escritura, «es necesario admitir la evolución vital de los Libros Sagrados, que nace del desenvolvimiento [evolutivo] de la fe y es siempre paralela a ella» (31).

Pablo VI afirma con gran fuerza La verdad histórica de los Evangelios en la Instrucción de la Pontificia Comisión Bíblica De historica evangeliorum veritate (21-IV-1964), por él impulsada y ratificada. Y reafirma esta fe católica en un tiempo difícil de la Iglesia, en el que el modernismo va levantando de nuevo la cabeza en graves cuestiones, concretamente en la exégesis bíblica. Como se dice al comienzo de la Instrucción, «se van difundiendo muchos escritos en los que se pone en duda la verdad de los dichos y hechos contenidos en los Evangelios. Por esta causa, la Pontificia comisión para los estudios bíblicos, cumpliendo la tarea que el Sumo Pontífice le confía, ha estimado conveniente exponer e inculcar», etc.


Más aún: la Instrucción se publica en un momento extremadamente conflictivo del Vaticano II (abril 1964), cuando la discusión del esquema sobre la Biblia, el segundo de los temas tratados en el Concilio, parece estar en un callejón sin salida. El esquema ha sido distribuido en julio de 1962, y tanto en las discusiones conciliares de noviembre como en su votación final exploratoria (1.368 en contra, 822 favorables) se pone de manifiesto el contraste de dos tendencias difícilmente armonizables. Juan XXIII, aunque el rechazo no alcanza los dos tercios reglamentarios, retira el esquema, y encarga a una Comisión presidida por los Cardenales Ottaviani y Bea la reelaboración del texto, que es distribuido en abril de1963. Miles de observaciones escritas aconsejan una nueva reelaboración del esquema, que finalmente Pablo VI envía a los Padres conciliares en julio de 1964.

Es evidente, pues, conociendo la circunstancia, que la Instrucción de Pablo VI, De historica evangeliorum veritate (abril 1964), fue para algunos una intromisión intolerable del Papa en el Concilio, para inclinar decisivamente la balanza en el sentido ortodoxo. Y efectivamente, gracias a Dios, consiguió que la Constitución dogmática Dei Verbum mantuviera las grandes verdades de la fe en la Sagrada Escritura. Se logra así finalmente, por obra del Espíritu Santo, el acuerdo común de los Padres, que parecía imposible, cuando en noviembre se celebra su debate en el Concilio: 2.344 votos favorables y 6 en contra. (Nota.–La memoria de Pablo VI debe ser honrada por los siglos, aunque sólo sea por su intervención en la Lumen gentium sobre la colegialidad episcopal; su defensa de los Evangelios, De historica evangeliorum veritate –que será seguida por la Dei Verbum–; su reafirmación de la verdaddel matrimonio, Humanæ vitæ; de laEucaristía, Mysterium fidei; del celibato en la Iglesia latina, Sacerdotalis coelibatus).

Esta Instrucción de la PCB (1964), después de señalar que son muchos los errores difundidos en el campo de la exégesis, recuerda en el número (1) al exegeta católico su deber de sujetarse a «la guía del Magisterio eclesiástico, y de aprovechar los resultados obtenidos por los exegetas católicos precedentes, especialmente por los santos Padres y doctores de la Iglesia». Vuelve a autorizar los métodos modernos, que se unen a los tradicionales para el mejor conocimiento de la Palabra divina escrita; concretamente «el método de la historia de las formas». Si bien, en este último, habrá de proceder «con cautela, porque frecuentemente dicho método está unido a principios filosóficos y teológicos inadmisibles, que vician no raramente sea el mismo método, sea las conclusiones en materia literaria». Describe las desviaciones racionalistas de aquellos estudios bíblicos que niegan la historicidad de los textos sagrados y cierran la exégesis a todo lo sobrenatural, concretamente a las profecías y los milagros, conduciendo así a una fe falsificada. Señala también que esas erróneas exégesis «dan poca importancia a la autoridad de los apóstoles en cuanto testigos de Jesucristo, y también a la autoridad de su oficio e influjo en la comunidad primitiva, y exageran el poder creativo de dicha comunidad». Sigue a estas advertencias negativas una clara afirmación positiva de la veracidad histórica del Evangelio, que se desarrolló «en tres estadios»(2). Resumo el texto, y subrayo algunas palabras.

[1] –«Cristo Señor elige a sus discípulos, que le siguieron desde el principio (Lc 1,2; Hch 1,21-22), vieron sus obras, oyeron sus palabras, y así llegaron a estar en situación de ser testigos de su vida y de su enseñanza (Lc 24,48; Jn 15,27; Hch 1,8; 10,39; 13,31). El Señor, al exponer verbalmente su enseñanza, seguía las formas de pensamiento y expresión entonces usuales, adaptándose así a la mentalidad de los oyentes, y procurando también que cuanto él enseñaba se imprimiera firmemente en su mente y pudiese ser recordado con facilidad por los discípulos. Éstos entendieron bien los milagros y los otros sucesos de la vida de Jesús como realizados y dispuestos con el fin de mover a la fe en Cristo, y para hacerles abrazar con la fe el mensaje de la salvación.

[2] –«Los apóstoles anunciaron ante todo la muerte y la resurrección del Señor, dando testimonio de Jesús (Lc 24,44-48; Hch 2,32; 3,15; 5,30-32), y referían de él con fidelidad episodios de su vida y sus palabras (Hch 10,36-41). Después que Jesús resucitó de entre los muertos y de que su divinidad se manifestó de modo claro (Hch 2,36; Jn 20,28), la fe no sólo no les hizo olvidar la memoria de los acontecimientos, sino que la confirmó, puesto que su fe se fundaba en aquello que Jesús había hecho y enseñado (Hch 2,22; 10,37-39). A causa del culto, con el que después los discípulos honraban a Jesús como Señor e Hijo de Dios, no se verificó una transformación de él en una persona “mítica”, ni se produjo una deformación de su enseñanza. Es innegable, pues, que los apóstoles comunicaron a sus oyentes todo cuanto Jesús realmente había dicho y obrado con aquella inteligencia plena de la que gozaban ahora (Jn 2,22; 12,16; 11,51-52; 14,26; 16,12-13; 7,39), después de los gloriosos sucesos de Cristo y de la iluminación del Espíritu de la verdad.

«Y así como Jesús mismo después de su resurrección “les interpretó” (Lc 24,27) las palabras del A.T. y las suyas propias (Lc 24,44-45; Hch 1,3), así también ellos explicaron sus hechos y palabras según las exigencias del auditorio. “Constantes en el ministerio de la palabra” (Hch 6,4), predicaron empleando modos de expresión adaptados a su finalidad específica y a la mentalidad de sus oyentes, ya que habían de dirigirse «a griegos y a bárbaros, a sabios y a ignorantes” (Rm 1,14). Y en su predicación al anunciar a Cristo, emplearon modos diversos: catequesis, narraciones, testimonios, himnos, doxologías, oraciones y otras formas literarias semejantes, que aparecen en las Sagradas Escrituras y estaban en uso entre los hombres de su tiempo.

[3] –«Esta instrucción primitiva, hecha al principio oralmente, y después por escrito –pues de hecho, pronto fueron muchos los que procuraron “componer un relato de los hechos” (Lc 1,1) referentes al Señor Jesús–, fue consignada por los autores sagrados en los cuatro evangelios, con el método que correspondía al fin que cada uno se proponía, para el bien de la Iglesia… Entre todo el material de que disponían, los hagiógrafos eligieron concretamente aquello que se adaptaba más a las condiciones diferentes de los fieles y al fin que se proponían… Dependiendo el sentido de un enunciado del contexto, cuando los evangelistas refieren los dichos y los hechos del Salvador, presentan contextos diversos, mirando siempre la utilidad de los lectores. Por eso el exegeta investiga cuál era la intención del evangelista [la intención redaccional] al exponer un dicho o un hecho de un cierto modo o en un cierto contexto». En todo caso, es preciso que los exegetas «no olviden que los apóstoles predicaron la Buena Noticia llenos del Espíritu Santo, y que los evangelios fueron escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, que preservaba a los autores de todo error».

De la Instrucción presente quiero destacar algunas enseñanzas doctrinales de especial importancia, que pasaron directamente a la Dei Verbum. Y recordemos que los documentos de la Comisión Bíblica todavía en 1964 tenían valor magisterial. 1.–Se están difundiendo muchos errores en el campo de la exégesis. 2.–El exegeta católica debe en su labor aceptar la guía de los Padres, doctores de la Iglesia y del Magisterio apostólico. 3.––La historia de las formas es un método válido, pero exige cautela en su aplicación, pues frecuentemente está unido a principios filosóficos y teológicos inadmisibles. 4.–Los Evangelios están escritos por «hombres elegidos» por Dios para que sean testigos fide-dignos de los hechos y dichos de Jesús, no por las comunidades cristianas posteriores. 5.–Los milagros fueron realizados por Cristo para suscitar y confirma la fe de los discípulos. 6.–La fe y la experiencia del culto no disminuye en los hagiógrafos de ningún modo la capacidad de dar en los Evangelios, con absoluta veracidad e historicidad, la verdad de lo que ellos vieron y oyeron de Jesús, sino que contribuyen a iluminar más su sentido. 7.–La predicación oral comenzó a hacerse escrita «pronto» (mox, subito) (cf. Lc 1,1), no a los cuarenta, cincuenta o más años de la vida pública de Jesús.

La Constitución dogmática Dei Verbum del sagrado Concilio Ecuménico Vaticano II (18-XI-1965), teniendo sin duda muy en cuenta la Instrucción aludida, afirmó con toda precisión la veracidad y la historicidad de los cuatro Evangelios, tanto en las palabras dichas por Jesús como en los hechos, a veces milagrosos, que realizó en su vida. Los Apóstoles y evangelistas fueron en sus escritos testigos fidelísimos que, asistidos infaliblemente por el Espíritu Santo, transmitieron para todos los siglos la vida, las palabras, los hechos, la muerte y la resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

«Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de sus facultades y talentos», para escribir los Evangelios; «de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería. Como todo lo que afirman los hagiógrafos, o autores inspirados, lo afirma el Espíritu Santo, se sigue que los Libros sagrados enseñan firmemente, fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra» (Dei Verbum 11).

De esa fe procede que «la santa madre Iglesia ha mantenido y mantiene con firmeza y máxima constancia que los cuatro Evangelios, cuya historicidad afirma sin dudar, narran fielmente lo que Jesús, el Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente hasta el día de la ascensión (Hch 1,1-2)». Por tanto, «los autores sagrados que compusieron los cuatro Evangelios… nos transmitieron datos auténticos y genuinos acerca de Jesús. Sacándolo de su memoria o del testimonio de los que “asistieron desde el principio y fueron ministros de la palabra”, lo escribieron para que conozcamos la “verdad” de lo que nos enseñaban (Lc 1,2-4)» (19).

Doctrinas tan claras del Concilio Vaticano II hacían esperar una reafirmación de la ortodoxia en el campo de la exégesis católica; pero, por el contrario, la exégesis modernista resurgió con fuerza poco tiempo después, logrando en los años siguientes una difusión y una preeminencia abrumadoras en las Iglesias locales de Occidente más ilustradas. Ése será, Dios mediante, el tema del próximo artículo.

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía

33 comentarios

  
Eleuterio
Estimado P.Iraburu.

Por más datos, libros, textos, etc. que usted aporte sobre la verdad de los Evangelios y sobre el hecho incontrovertible de que contienen datos que responden a realidades, siempre habrá quien crea que todo esto no es más que una confabulación de unas cuantas personas que querían perpetuarse en el poder religioso que suponía la persona de Jesús (si es que existió, claro, qué todo habría que verlo)

Ciertamente, ni siquiera con las pruebas aparecidas, y que acabarán por aparecer, de que ciertos lugares de verdad existieron, que ciertas casas donde vivieron los apóstoles de verdad existieron, restos de la cruz de Cristo, etc. el Demonio siempre sembrará en los corazones de muchos hijos de Dios (muchos de ellos católicos) que, al fin y al cabo no importa y que lo que sí importa es lo que pudiéramos pensar de Jesucristo. Es como querer decir que cuando el sol aparece por oriente no es que esté amaneciendo sino que podemos darle otra significación que no significa lo mismo sino todo lo contrario.

La verdad, con lo fácil que es aceptar la verdad, no sé cómo es posible que haya tanto panoli por el mundo que, a lo mejor, tiene que mantener su chiringuito opositor de costumbre.

Recemos, de todas formas por tales personas para que, con el favor de Dios, se enmienden y vuelvan a la senda segura que lleva al definitivo Reino de Dios.

¡Anda! ¿y si no existe el definitivo Reino de Dios!...

Y es que esto es empezar y no acabar o, por decirlo de otra forma, como tratar de convencer a su habitual interlocutor con el que empieza cada artículo, de que la verdad es la verdad, la diga Agamenón o la diga su porquero.
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JMI.-Pues sí, Eleuterio.
Orar y trabajar. Ora et labora.
Y siepre con gran esperanza en el poder salvador de Cristo.
25/11/13 1:55 PM
  
Antonio
El Antonio que ha escrito el texto anterior no es el que está debatiendo en blogs de Bruno,el padre Jorge, Remedios, etc.

Lo digo para evitar confusiones.
25/11/13 5:46 PM
  
Jaime Fernández de Córdoba
Disculpe padre mi ignorancia: es claro para mí que un católico debe creer en la literalidad histórica del Nuevo Testamento (esto a mí no me cuesta trabajo una vez que se acepta el Dios revelado). Pero creía que el Antiguo Testamento contenía pasajes que podían ser interpretados, o que podían ser metáforas pensadas para hacer más compresibles los asuntos tratados a aquellas gentes.
Y aunque Jesús dijo claramente que Él vino para dar cumplimiento a la Ley y a los profetas, también decía aquello de "se os ha dicho...pero Yo os digo..."

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JMI.-Si le entiendo bien, creo que es como Ud. bien dice.
25/11/13 5:51 PM
  
Alejandro Galván
A Antonio-con-dos-dedos-de-frente:

La "comunidad eclesial" a la que pertenece se encuentra al fondo a la izquierda. Se ha equivocado de portal; este es de la Iglesia Católica, Apostolica, Romana. De nada.
25/11/13 6:41 PM
  
Luis Fernando
Lo más peculiar de este asunto es que el primer Antonio no sería aceptado como cristiano ni por ortodoxos ni por protestantes evangélicos. Sí por protestantes liberales.

Me pregunto en base a qué argumento los católicos tenemos que aceptarle como católico.
25/11/13 7:15 PM
  
Investigador de los hechos
En todo lo que usted escribe aquí, P. Iraburu, no encuentro una sola prueba de que los hechos narrados en los Evangelios sean hechos históricos. Solo dice que las cosas sucedieron, porque así lo dice la Iglesia. Pero eso no prueba nada. De todo lo que escribe, solo el párrafo de ese autor "modernista" tiene algo de sentido, el resto es el mensaje de siempre, que hay que creer porque lo dice la Iglesia. Pero hoy nadie cree las cosas sin pruebas, de modo que, si de verdad quiere que creamos que los hechos del Evangelio son históricos (o sea, que Jesús resucitó a Lázaro y todo lo demás) denos las pruebas arqueológicas de que tales cosas ocurrieron. Pero no puede dar ninguna prueba, por lo que veo. Conste que yo soy un investigador serio a mi manera, estudio los hechos con objetividad y sin prejuicios. Pero en su articulo no he obtenido ninguna información interesante. Solo viene a decir "las cosas sucedieron como dicen los evangelios, porque lo dicen los evangelios" Veo que no tiene nada sólido que ofrecer.
Un saludo cordial.
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JMI.-Los Apóstoles y evangelistas, bajo inspiración de Dios, escriben en los Evangelios "lo que han visto y oído". Son ellos y los sucesores de los Apóstoles los que definen cuáles son los libros realmente inspirados por Dios. Creemos en los libros del NT porque la Iglesia los reconoce como divinamente inspirados, a diferencia de los apócrifos. Y la misma Iglesia que tiene autoridad para "distinguir" como sagrados-inspirados esos libros, tiene autoridad para "reconocer" su veracidad e historicidad, y también para "distinguir" qué interpretaciones son verdaderas, y cuáles son falsas, contrarias a la fe católica.

Sin la Iglesia, pues, no podría uno distinguir qué libros son sagrados-inspirados, en cuáles habla Dios a los hombres, y cuáles son apócrifos.

Sin la Iglesia, frases de Jesús como "esto es mi cuerpo", que admiten 826 interpretaciones diferentes (muchas más), no podríamos reconocer que la presencia eucarística de Cristo es "verdadera, real y substancial".

Llegamos, pues, con esto a una conclusión: que sólo quien "cree en la Iglesia" (CREDO in unum Deum...... Et unam sanctam catholicam et apostolicam Ecclesiam"), puede tener acceso a la fe católica y a la vida que brota de esa fe.

"Veo que no tiene nada sólido que ofrecer", termina Ud. diciendo.
Pues mire, yo le ofrezco algo bien sólido y firme, algo que ya lleva veinte siglos permaneciendo en la misma verdad. Le ofrezco la fe en la Iglesia Católica, que es en el mundo "la columna y el fundamento de la verdad" (1Tim 3,15), la que nos asegura la verdadera fe en el verdadero Cristo: "tú eres Pedro, y sobre esta piedra [mejor, roca] edificaré mi Iglesia" (Mt 16,18).
Espero que Ud. no estime que es fundamento más sólido "el libro examen".
Un cordial y católico saludo.
25/11/13 10:06 PM
  
Juan Argento
Al primer Antonio:

el Magisterio de la Iglesia Catolica de ninguna manera pone en pie de igualdad el grado de historicidad de la narracion en los Evangelios (y en los Hechos de los Apostoles) y el de narraciones como la del Diluvio y la torre de Babel. Menos aun la historicidad de las edades de los patriarcas de Adan a Noe, o de la misma existencia factica de esos patriarcas (excepto la de Adan obviamente, la cual es respaldada por el dato cientifico del "Adan cromosomico").

Tampoco tiene el mismo grado de historicidad el dato de que Jesus alimentó a cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños, en la primera multiplicacion de los panes, y el dato de que en el Exodo salieron de Egipto seiscientos mil hombres a pie, sin contar los niños, (Ex 13,37) o mas exactamente 603.550 (Num 1,46 y 2,32). Sobre este ultimo numero, recuerdo haber leido que es la suma del valor numerico de las letras en la expresion "todos los hijos de Israel, del primero al ultimo", en hebreo por supuesto.

Y hablando de interpretaciones simbolicas, puede ser util notar que las genealogias de Jesus NO son sucesos de la vida de Jesus, lo cual es evidente, sino marcos que ubican su venida en el esquema de la historia. Como tales, son susceptibles de interpretacion simbolica. Por ejemplo, Mateo lista desde Abraham a Jesus 42 generaciones, lo cual implica 6 grupos de 7 generaciones cada uno (el numero de plenitud en la mentalidad hebrea) tal que Jesus inaugura el septimo grupo, o sea el de plenitud.

Como comparacion, Enoc o Henoc, que es el septimo patriarca antediluviano (Adan, Set, Enós, Cainán, Malael, Jared, Henoc), vivio mucho menos que los patriarcas anteriores, 365 años versus 900 y pico, y, a diferencia de ellos, "Dios se lo llevó". Lo interpreto como figura de Jesus, quien vivio una vida terrena mucho mas corta que la potencial usual (36 años versus 90) y al termino de ella ascendio al cielo.

Volviendo a la historicidad de la narracion evangelica, es bueno notar que en los tres casos que yo conozco en que hay diferencias en detalles de tiempo y lugar entre el evangelio de Juan y los sinopticos, la informacion disponible indica que el que es historicamente exacto es el de Juan. (Los detalles en mi comentario de 30/09/13 6:50 PM bajo el primer articulo de esta serie). Esto es una MUY mala noticia para los pseudo-eruditos historico-criticos, porque ellos cuestionan sobre todo la historicidad del evangelio de Juan.

25/11/13 10:19 PM
  
Santi.
Buenos días,

He realizado estudios de ciencias en una importante universidad católica, concretamente del Opus Dei, y al explicarnos la evolución hacían referencia a Darwin, el evolucionismo, daban unas fechas acerca del hace cuanto se creo la Tierra que difieren por completo de los que da la Biblia...
No lo lo acabo de entender. ¿Obraban mal en mi universidad del Opus Dei al no afirmar que el origen del hombre es Adan y Eva, sino que daban por supuesto que procedemos de una evolución de otras especies? También me extraña que de acuerdo con la Biblia la Tierra fue creada hace unos miles de años (no sé decirle exactamente cuantos, usted seguro que lo sabe) mientras que los datos que veíamos era que la era mesozoica estaba el cretácico, el jurásico y el triásico que duraron millones de años. Por otro lado, en ningún momento habló nadie del diluvio universal, cosa que supongo que tendría importancia...

Agradecería que me ayudase pues el tema me preocupa. ¿Era falso lo que aprendí en mi universidad? ¿Esos datos de la Biblia si que son figuras retóricas?

Muchas gracias.
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JMI.-Ad secundum. Por supuesto que muchos "datos" del AT son "figuras retóricas", muy especialmente cuando en sus páginas se dan números. Pero eso hasta el más modesto exegeta católico y ortodoxo lo sabe de sobra.

Ad primum. No sabría decirle si era falso o verdadero lo que le enseñaron en esa Universidad, porque no sé qué le enseñaron. Tengo la edición de la SAGRADA BIBLIA que editaron en cinco tomos, y en sus comentarios, hasta ahora al menos, no he hallado ninguna interpretación ingenua y estúpida: saben distinguir perfectamente los géneros literarios. Como Ud. sabe, entre los que son miembros del Opus Dei, hay personas muy eminentes tanto en ciencias profanas como en la ciencia exegética y teológica.
25/11/13 11:09 PM
  
Luiscar
Las Escrituras son,nuclearmente,Verbo vivificado,Espiritu que da vida.Tienen varios niveles de interpretacion y de profundidaz,siendo el espiritual el que reafirma la experiencia profunda de la union del alma con Dios.No en vano es un libro religioso.Es decir,lo que esta escrito en el Espiritu,el mismo Espiritu lo encarna dando a Luz la viva interpretacion.
Por ejemplo;Juan bautista gritando en el desierto;"enderezad el camino del Señor,allanad sus senderos".Esto es lo que pasa en un alma antes de que el Señor venga a visitarla.Es la antesala de la conversion,esa voz que clama en nuestro interior;"convertios,porque esta cerca el Reino de Dios". Una persona que ha tocado fondo es llevada con la razon a examinarse a si misma y enfrentarse a la Verdad de su decadencia,a la culpa por sus terribles consecuencias,en el desierto de su angustia,en la soledad de su honda tristeza,en el desesperado silencio de su vacio; es humillada.
Despues,es llevada por el sentimiento;llega el copioso y profundo llanto,compasion por si mismo y por consiguiente por los demas,ya que el que padece se compadece;es purificada."Bienaventurados los limpios de corazon porque ellos veran a Dios"
Por ultimo,llega Cristo con la Luz,que nos despierta,con la Roca,que nos quebranta,con el Consuelo,que nos perdona,con la Caridad,que nos enamora; "Pero detras de mi viene el que es mas fuerte que yo,del cual no soy digno ni de descalzarle las sandalias,EL os bautizara con Espiritu Santo y fuego".
Ha llegado el Reino de Dios,los cielos se han abierto,tenemos comunicacion,empieza el camino de santificacion;se sube por la Cruz,que nos regenera,revierte el proceso de caida por las pasiones,al de subida por las virtudes y los dones.
Es experiencia,es Cristo naciendo en nosotros,redivivo.Es la verdadera realidad,la Palabra eficaz,encarnando y transformando vidas.
Damos Fe.
pd;El A.T esta lleno de tipos que son realidades vivificadas en nosotros.Todo el Exodo ,por ejemplo ,¿que es,sino la representacion de nuestro exodo interior de la esclavitud del pecado,a la conquista de la tierra prometida,pasando por las diferentes batallas contra el mismo pecado que nos persigue y con el que tenemos que convivir por nuestra debilidad,a pesar de que Dios esta de nuestro lado y nos manda exterminarle?.
Yo no niego ni dejo de negar la historicidad de muchos de esos acontecimientos,pero lo importante para nosotros,como bien se dice en el N.T ,son las enseñanzas para nuestra alma que camina,peregrina, a la union con Dios.
pd;Desde luego el N.T ,tambien son realidades historicas,no solo enseñanzas espirituales,son inseparables.
La Paz de Cristo.
26/11/13 6:37 AM
  
Luijo
Tuve, por un tiempo, un preceptor religioso ejemplar y una vez nos dijo, al equipo, que cuando se enteró que habían 20+ pruebas de la existencia de Dios, fue la única vez que dudó en su Fe. Un Dios que tiene que ser demostrado puede ser cualquier cosa, un teorema, por ejemplo, pero no ciertamente Dios. Los que no tenemos dos dedos de frente vamos en franca ventaja. Porque la Religión que seguimos es Testimonial y Revelada. La Fe para nosotros es un don. Creemos todo el paquete porque nos fue dado creer las cosas que fueron reveladas. Ni intuidas ni demostradas. Asi de estúpidos somos, pero felices. Se trata de una nube de testigos. Por eso, nuestro Señor dice: Te doy gracias Padre, no solo por estos sino por todos aquellos que le van a creer a su palabra (testimonio). Es muy fácil demostrar hasta gráficamente que "la suma de los cuadrados construídos sobre la hipotenusa de un triángulo rectángulo, es igual a la suma de los cuadrados construídos sobre los catetos" sin embargo no habrá quien se deje matar de un tiro en la nuca por esta verdad demostrada. En cambio, los testigos de la amistad con el resucitado entregaron sus vidas uno por uno por causa de la certeza de su relación de amor y amistad con él. Eso es una verdad revelada, experimentada, y si les creí a ellos lo que me contaron de Jesús, eso también es un don y como don lo único que puede alguien hacer es pedirlo. Generalmente cuando nos visita en el corazón el arrepentimiento de tanta maldad que hemos hecho en nuestras vidas. Ya quisiéramos nosotros, los que no somos tan inteligentes (perdóneseme la ironía) que el Dios del cielo y de la tierra diera su don a todos los hombres, pero al parecer hay que hacer filas y a cada uno le llegará cuando le toque y según parece "el que se quiere perder, hacia la perdición corre".

Por lo demás, gracias padre Iraburu,por esta entrega. No dude ni un solo momento que a muchos nos está haciendo mucho bien fundamentar con sus artículos las Verdades que creímos ya por el don precioso de la Fe en Jesucristo. Ore, por favor para que Dios aleje de nosotros, sus lectores, todo espíritu de Soberbia y Petulancia. Así sacaremos el máximo de cada letra que usted escriba.
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JMI.-Bien lo que dice. Ojo, sin embargo, con lo primero, que hace pensar que la razón no puede llegar al conocimiento de Dios. Y que nos arreglamos con el testimonio, la revelación, etc. Bueno, se expresa como puede, ya se entiende. Pero ojo con no caer en el fideismo. Mire Rm 1, y verá cómo SPablo dice que por las criaturas puede llegarse al conocimiento del Creador.
Pero sí, está bueno lo demás que dice.
26/11/13 7:28 AM
  
Luijo
Solo para compartir dos títulos con el grupo. Aunque no los he terminado de leer y a lo mejor ya los leyeron muchos:
Jesús de Nazaret de J. Ratzinguer y
La Iglesia que Jesús quería. de Gerhard Lohfink

Si, ya se que llegué tarde a estos títulos pero igual los estoy disfrutando.
Muchas bendiciones.
26/11/13 7:43 AM
  
Investigador de los hechos
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solo los tontos pueden creer lo que dice la Biblia,...
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Un saludo cordial, P. Iraburu. Cuídese.
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JMI.-Dejo solamente una frase de su largo comentario, para que los lectores comprendan por qué he eliminado todo el resto. Dejo también su cordial saludo.
Cordial saludo, señor Investigador de los hechos.
26/11/13 1:29 PM
  
Juan Argento
Algunas observaciones sobre el comentario de Luijo de 26/11/13 7:28 AM.

En primer lugar, si San Pablo en Rom 1,18-25, hablando de gentiles que no habian oido de la revelacion en ninguna de sus etapas, ni la del Antiguo Testamento ni la del Nuevo, les reprocha porque "habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde" (Rom 1,21), es porque ese conocimiento natural y racional de Dios, esa "fe filosofica", no es una mera posibilidad teorica sino real. No se reprocha a alguien por no haber adquirido algo que jamas estuvo realmente a su alcance.

En segundo lugar, el Ser Subsistente a cuyo conocimiento es posible llegar por medio de la recta razon, "ya que sus atributos invisibles –su poder eterno y su divinidad– se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras" (Rom 1,20), es el mismo Dios que se revelo en el Antiguo Testamento, "Yo Soy" en primera persona y "El Es" o "El hace ser", YHWH, en tercera persona, y que en el Nuevo se reveló como Padre de un Hijo eterno y consustancial.

Y en tercer lugar, los motivos de credibilidad para creer que Dios se reveló y que la Iglesia Catolica es el instrumento de esa revelacion son racionales, como dice el Catecismo en el punto 156 citando al Concilio Vaticano I.

Los contenidos de la fe son supra-racionales pero no irracionales, o sea van mas alla de la razon pero no la contradicen. Pero los motivos de credibilidad para abrazar la fe son racionales.

Tomemos el caso del apostol Tomas, que no estuvo presente durante la primera aparicion de Jesus resucitado a los apostoles. Cuando los otros diez apostoles le contaron del evento, la actitud racional de Tomas habria sido creerles. La alternativa de pensar que lo estaban engañando, o que habian tenido una alucinacion colectiva, no era racional.

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JMI.-Muy exacto. Gracias.
26/11/13 2:50 PM
  
Juan Argento
Sobre el comentario de Antonio de 26/11/13 1:57 PM.

Como dije en mi primer comentario, no se puede hablar de historicidad de la Biblia en general. El grado de historicidad es muy distinto entre las distintas narraciones del Antiguo Testamento, algunas de las cuales pueden describir eventos puramente misticos, otras eventos de base real con narracion "enriquecida" en sentido mistico, y otras eventos reales con narracion estrictamente realista.

Pero las narraciones de los Evangelios son estrictamente historicas en el sentido de que cuando los Evangelios dicen que Jesus hizo o dijo tal cosa, es porque realmente fue asi.

Este sentido de la historicidad de los Evangelios es compatible con que los evangelistas a veces hayan AGRUPADO sucesos y discursos de Jesus que facticamente tuvieron lugar en momentos y lugares distintos de su vida publica, porque la finalidad de sus escritos era catequetica, no escribir una narracion historica en el sentido moderno cientifico del termino. Pero agruparon sucesos y discursos reales, no inventaron nada.

26/11/13 3:23 PM
  
Pedro Pinto
Padre, la historicidad de la Biblia prueba que es un libro histórico, pero no que es palabra de Dios. Seguiré pendiente de su artículo donde prueba que la Biblia es palabra de Dios. Una prueba externa, por supuesto. Algo como el Código Secreto de la Biblia, por Michael Drossnin, donde dice que mediante procesos por computador efectuados sobre el pentateuco en hebreo, unos científicos israelitas descubrieron mensajes codificados, unos al lado de otros, y otros debajo de otros, en una sucesión infinita que sobrepasa cualquier explicación de que son obra humana. Lástima que esta prueba no sirvió, pues el libro ha sido invalidado por algunos de esos científicos mencionados. Pero una prueba de este tipo (pero cierta), como sí lo son los hallazgos científicos en la tilma de San Juan Diego y en la Sábana Santa, pondría en aprietos a los que niegan este dogma, al cual como católico me aferro fielmente. Disculpe la presión, pero ¿se imagina cuánto bien haría? Recuerde que los milagros eucarísticos y los de Lourdes han atraído a la Iglesia a muchos ateos. Y, en esta causa, si la fe no opera, que los hechos operen. Gracias, Padre.
26/11/13 6:27 PM
  
Luiscar
Y sin embargo,si nos preguntamos,¿que es mas milagro,sanar los ojos fisicos, o iluminar a la Verdad los espirituales?. Creo que el ciego del evangelio preferiria volverse a quedar ciego,que dejar de ver la Luz de Cristo que le ilumina el nuevo Camino.El cojo preferiria seguir cojo,pero saber andar rectamente con la alegria de saber que le acompaña Quien ha enderazo su Camino.Tambien un paralitico preferiria estar pegado a tierra,pero con su pensamiento y su corazon levantado al cielo por el Amor de Cristo.Todo Cristiano preferiria quedarse sordo,antes de dejar de oir la Voz guia del Espiritu Santo.¿Y el que puede lo mas,no podra hacer lo menos?.
LLamar del abismo tenebroso a un suicida,con la carga psicologica indecible que lleva a cuestas,y con SU Amor,Su Luz y Su Palabra,hacer desaparecer como grano que lleva el viento el peso de la depresion extrema,el vacio abisal,la voluntad huida,la personalidad fundida,¡una situacion sin salida! y en un momento,recobrar el aliento,de Vida,¿no es eso,nacer de nuevo?. Mayor es,que dar la vista a un ciego de nacimiento,dar un nuevo nacimiento.
En fin,al ciego Cristo le da la vista para que camine en la Fe,tambien ese es el fin principal de las curaciones fisicas sobrenaturales.
Lo que quiero decir es que,¿quien cura el alma,no va a curar el cuerpo,siendo EL Quien ha hecho ambos?.
Todo el mundo quisiera que le curaran alguna enfermedad o discapacidad del cuerpo,para seguir disfrutando del mundo de pecado,pero no son tantos los que quieren ser curados del espiritu y apartados del mundo para ser santos.Convencer a la voluntad para andar por el Camino de santidad,es el mayor milagro,siendo como somos,asnos.
La Paz de Cristo.

pd;Hay muchos que ni aunque vieran levantarse a un muerto,andar a paraliticos,hablar a mudos,oir a sordos,literalmente,se convertirian a Cristo para vivir en SU Espiritu,como esta escrito.

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JMI.-También hubo muchos que, viendo los milagros de Jesús, "creyeron en él", comenzando por los Apóstoles: en Caná "manifestó su gloria y creyeron en él sus discípulos" (Jn 2,11). "Creedme... creedme al menos por las obras" (Jn 14,11). Se ven muchos casos en el Evangelio.

Pero, por supuesto, es un milagro MUCHO MAYOR que curarle a un hombre de una ceguera física de nacimiento, hacerle pasar por la gracia desde las tinieblas de la incredulidad hasta la luminosidad radiante y vivificante de una fe firme. Obvio.

En Lourdes, p.ej., se suele decir, con toda razón, que los mayores milagros que realiza con el poder de Dios omnipotente la Virgen María son invisibles: son conversiones espirituales, son liberaciones de vicios, cambios profundos y duraderos del corazón, etc.
26/11/13 9:11 PM
  
Luiscar
Yo mismo soy un llamado de las tinieblas de mas de veinte años de heroina y otras toxicomanias a SU Luz admirable y tengo la profunda conviccion,de que los rezos y las visitas de mi madre a Lourdes durante años,a pesar de no vivir ella una vida en el Espiritu de Cristo(ni mucho menos),fueron mano de santo,de la santisima Virgen,en este caso."No es posible que se pierda un hijo de tantas lagrimas"(San Ambrosio a Santa Monica).
Ahora soy yo el que pido a Dios por su conversion,que a pesar de ver como Cristo ha irrumpido en mi vida de manera indecible(a grandes males,proporcion en los remedios),eficaz,radical("de modo que si alguno esta en Cristo,nueva criatura es.." ,"Yo hago nuevas todas las cosas") y duradera ,sigue donde estaba.Aunque se que Dios esta haciendo SU obra y el arbol da fruto a su tiempo.Entiendo que el Señor quiere que mi vida de santidad,juegue un papel importante.No solo en ella,con la que vivo,sino en la de todos los proximos,siguiendo la maxima;"No se enciende una lampara para esconderla debajo de la cama....". Asi de generoso y glorioso es Dios,que nos quiere hacer "co-rredentores" con Cristo, de la salvacion de las almas.¡Precioso nuestro Señor Jesucristo!.

¡Oh Señor ,no nos dejes a oscuras,porque si no podemos iluminar la tierra de TU Gloria,estamos peor que los muertos,habitamos ya en las tinieblas exteriores,donde tienen su morada los tibios,que dejaron apagar TU incendio de Amor,por prender el fuego de las pasiones y apegos del mundo!.


pd;No hace falta que publique este si no lo cree oportuno,Padre Iraburu.
Un abrazo en el Señor.

pd2; Si,tambien hubo muchos,humildes,que fueron enlatecidos de manera sublime,para gloria de Cristo,que junto con el Padre,en el Espiritu Santo,sea alabado y SU Nombre santificado por siempre.



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JMI.-Así te lo pedimos, Padre, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
26/11/13 11:58 PM
  
catolico
Padre Jose Maria ,oi comentar cierta vez sobre los evangelios apocrifos ., ? Que importancia poseen para la fe cristiana los evangelios apocrifos ? , Cristo le bendiga ,un saludo .
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JMI.-Para la fe no tienen ninguna importancia, porque son apócrifos.
27/11/13 12:41 AM
  
Joaquín
Para los que atacan la historicidad de los Evangelios basándose en sus "contradicciones":
-De cuantos vieron hundirse al Titanic, unos dicen que se hundió entero y otros que se partió poco antes de hundirse. Esa es una contradicción insoluble, y sin embargo no por eso ponemos en duda que el Titanic se hundiera o que ellos estuviesen allí.
-Unos historiadores romanos dicen que el emperador Tiberio murió de muerte natural y otros que asesinado. Pero no por eso afirmamos que Tiberio no muriera.
-De los testigos del asesinato de Kennedy, unos dicen que oyeron tres disparos, otros que cuatro y otros que cinco. Pero no por eso ponemos en duda que oyeran disparos.

Y hago notar también que este post está dedicado a la historicidad DE LOS EVANGELIOS. Que, a diferencia del relato de la Creación, del del Diluvio, o de la Torre de Babel, tienen lugar en una época y en un lugar bien precisos.

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JMI.-De acuerdo en todo, y si cabe, especialmente en el último párrafo.
El modo y grado de historicidad de la Torre de Babel y de la resurrección de Lázaro son inmensamente diferentes. Y mi artículo se titula y se centra en La veracidad histórica de los Evangelios.
27/11/13 1:05 PM
  
José Luis
Cuando empecé, muchos años, a leer la Santa Biblia, uno no deja de aprender y seguir adelante, caminando con Cristo. Un día, en una librería no religiosa, había un libro, los evangelios apócrifos, estuve ojeando, y me encontraba cada cosa que no me gustó, cogí tal aversión a los apócrifos que no quise saber nada. Yo me asusté, y lo dejé rápidamente en su sitio.

En los comentarios a las Sagradas Escrituras, las notas al pie, he encontrado mucha sabiduría, ya que en algunas ocasiones añaden el pensamiento de los Santos Padres y doctores de la Iglesia como San Agustín. Aparte, las enseñanzas de los Santos Padres, y también el Papa Emérito Benedicto XVI, he encontrado mucha ayuda para comprender.

Le pregunté a un sacerdote, del que el Señor se lo llevó al cielo, ¿Qué significaba aquella escena del Antiguo Testamento? y me lo explicó muy bien.

Gracias a la Iglesia Católica, a su Magisterio, el verdadero creyente no pone en duda aquello que lee en las Sagradas Escrituras.

Necesitamos de la Lectio Divina, sin este medio que nos ha dicho también el Emérito Benedicto XVI, uno acabaría fatal.

Si yo interpretase la Palabra de Dios a mi medida, sería el demonio quien me estaría enseñando, y la verdad esto no es conveniente para nadie.
27/11/13 5:57 PM
  
Luis Fernando
Hablando de Lourdes y sus milagros, yo obtuve la gracia de obtener uno de ellos hace casi 15 años:

Mi primer viaje a Lourdes

Luego he vuelto y he llegado a bañarme en las piscinas para ver si el Señor quería quitarme alguna de mis enfermedades, pero ninguna gracia será tan grande como esa primera.
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JMI.-De ti me acordaba al comentar antes un comentario.
Demos gracias a Dios y su Sma. Madre Virgen.
27/11/13 10:29 PM
  
María
Pues yo creo .....que sólo los tontos pueden creer en el derecho al aborto....que al fin de cuentas es un asesinato....y que sólo los tontos pueden creer en legalizar la Eutanasia....y también creo que sólo los tontos creen en el matrimonio homosexual y que sólo los tontos creen que las drogas... son medios para ser felices....y etc ,etc,etc..... porque hay muchas pruebas que dejan constancia, de que todo eso es perjudicial para el ser humano y por tanto para la sociedad.
27/11/13 10:46 PM
  
Luijo
>Juan Argento: Este comentario lo había enviado ayer pero el programa me dijo que había problemas con el servidor. De todos modos Juan,
Agradezco mucho tus observaciones a mi comentario de ayer. Estoy completamente de acuerdo. Gracias.Lo mismo por la advertencia del padre Iraburu de tener cuidado con el fideismo. Desde luego, se que el debate sobre fe y razón tiene ya muchas millas recorridas y diferentes escenarios han llegado ya a similares conclusiones: la Fe completa la razón y por tanto ésta la necesita. Tengo un conocido que en nuestras discusiones, el parece estar deificando la ciencia con lo cual cae en lo mismo que el critica. Me satisfizo tu resumen de que los contenidos de la Fe son supra-racionales pero no irracionales. En otra discusión con amigos ex-militantes la insistencia era que la castidad y el celibato eran "anti-naturales" y me di cuenta que les era imposible entender que cosa es un don sobre-natural. Todo lo que es sobrenatural suele ser incomprensible y limita mucho al que padece esa limitación. Cuando he preguntado a alguno si ha visto un caballo blanco y me contesta que SI, caemos en su imposibilidad de "demostrar" que lo ha visto pero el tiene la certeza de que si lo ha visto. Para mi, también la Fe es una certeza, muchas veces inexplicable. Gracias nueva vez Juan. Voy a releer tu post y a repasar la carta a los Romanos. Prometido. Un abrazo en Cristo Jesús.


PD. A propósito de religión testimonial, consideré muy valioso el testimonio personal de Luiscar. Esto es lo que somos y nada más: TESTIGOS. Muy edificante. Sigan lloviendo bendiciones sobre tu cabeza Luiscar.

***
28/11/13 6:55 AM
  
Isabel
La primera Biblia que empecé a leer, fue La Biblia de Jerusalén, a los 19 años. Me la había regalado como regalo de bodas, una cuñada mía. A pesar de haberme educado en colegios religiosos, no se leía la Biblia nada más que en las lecturas de las Eucaristías. Luego estudiábamos "Historia Sagrada", "Hemos Visto al Señor" (mi primer libro religioso en el colegio) y más adelante Religión; pero nunca la Biblia como tal.
Cuando empecé a leerla, llegué a pensar que era una Biblia protestante, precisamente por las anotaciones que venían al final de cada página. Aquellas anotaciones me descuadraban. Para mí el que dieran explicaciones de La Palabra de Dios, me parecía de lo más extraño, y tomé la decisión de dejar de leerla, porque más me perjudicaba su lectura que me ayudaba. Le daban a lo que para mí era puro milagro, una explicación racional, y eso para mí era una especie de herejía.

Después solamente la he cogido para leer alguna de las historias en particular "El Libro de Job", "Ruth" (que me parece una de las lecturas más hermosas de la Biblia)..., y Los Evangelios especialmente cuando no había oído bien el Evangelio de la misa o cuando no me había quedado muy claro. De hecho mi Biblia estaba preciosa y nuevecita. Ahora desde que a partir de entrar en determinado grupo de la Iglesia empecé a leerla con asiduidad, se ha desencuadernado. Tenía dentro de sus páginas, esquelas de familiares, dibujos infantiles de mis hijos, algunos artículos del periódico, y alguna flor; y supongo que al sacar estos recuerdos para ponerlos en otro sitio, junto al frecuente uso, ha hecho que se haya estropeado. Ahora tengo en la casa (además de esa, que tengo que llevarla a encuadernar), tres Biblias más, una de ellas en dos tomos, (Antiguo y Nuevo Testamento, y bellamente ilustrada), por cierto de la misma cuñada, que es coleccionista de bellos libros.

Saludos cordiales.
28/11/13 9:34 AM
  
Juan Argento
Luijo, de nada y me alegro de que te haya sido util.

Tan solo una acotacion sobre esto que dijiste:

"Para mi, también la Fe es una certeza"

Para tí y para cualquier cristiano la fe DEBE ser una certeza. Cito el punto 157 del Catecismo:

157 La fe es cierta, más cierta que todo conocimiento humano, porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir. Ciertamente las verdades reveladas pueden parecer oscuras a la razón y a la experiencia humanas, pero «la certeza que da la luz divina es mayor que la que da la luz de la razón natural» (Santo Tomás de Aquino, S.Th., 2-2, q.171, a. 5, 3). «Diez mil dificultades no hacen una sola duda» (J. H. Newman, Apologia pro vita sua, c. 5).

28/11/13 8:27 PM
  
Chimo Vice
Antonio, las aparentes discrepancias que pudiera haber entre algunos textos de los Evangelios, no contradicciones, es uno de los factores que los hace históricamente creibles. Precisamente, la objetividad de los hechos relatados en los Evangelios hace posible la existencia de testigos diversos que puedan dar diferente enfoque a una misma realidad.

El carácter aséptico y objetivo de los relatos, con referencias constantes a situaciones de tiempo y espacio, sobre todo en Lucas y la sorprendente ausencia o escasez de adjetivos , ayuda a reconocer también esa historicidad.

Sorprende que en todo el Nuevo Testamento no haya ni una sola referencia a un rasgo físico a al aspecto externo de Jesucristo. Nada más lejos de las creaciones mitológicas que se esforzarían en todo lo contrario.

Y algo importante: ¿por qué existen estos textos en vez de no existir? Tiene que haber una razón muy poderosa que haya movido a los hagiógrafos a escribirlos y a unas comunidades de comunicación en el tiempo y el espacio a preservarlos íntegramente y a transmitirlos de generación en generación.
28/11/13 9:44 PM
  
Luiscar
Luijo;
Gracias a Cristo,que todos los dias sigue confirmando por medio de SU Espiritu en muchos corazones,que -EL ES-,quien dijo ser;la Palabra de Verdad,el Verbo que da la Luz de la Vida,para que demos fide-digno testimonio de lo que ha hecho en nosotros,como esta escrito que asi seria.Esto no es si o no,esto es el SI,de los martires,y no hay dios que nos pueda hacer negar esta Verdad tan grande,mientras permanezcamos en union con Aquel que nos da la fortaleza y el temor a perder el Amor de Jesucristo; a EL sea la gloria y la alabanza,la adoracion y accion de gracias,por siempre jamas.

pd; Asi es,la Fe es la certeza del que se sabe en Comunion con Dios.Es fruto del Espiritu Santo y por tanto,respuesta al Don.
Y por lo que se sabe,se puede creer lo que queda oculto.Si,es mucho lo que nos queda oculto,pero sabemos lo necesario para creerlo.
La Paz de Cristo

pd2: El comentario de Juan Argento de;
26/11/13 3:23 PM.
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Como dije en mi primer comentario, no se puede hablar de historicidad de la Biblia en general. El grado de historicidad es muy distinto entre las distintas narraciones del Antiguo Testamento, algunas de las cuales pueden describir eventos puramente misticos, otras eventos de base real con narracion "enriquecida" en sentido mistico, y otras eventos reales con narracion estrictamente realista.

Pero las narraciones de los Evangelios son estrictamente historicas en el sentido de que cuando los Evangelios dicen que Jesus hizo o dijo tal cosa, es porque realmente fue asi.
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Es exactamente lo que yo queria decir al respecto,pero que mi nivel de -cuasi-analfabetismo-,no me da para plasmar mis ideas en orden,claro y sencillo.No me queda otra que guiarme por una suerte de "inspiracion", que me cuesta Dios y ayuda o por mejor decir,si Dios no me ayuda,no me fluyen las ideas por la guerra que he estado haciendo a mis neuronas durante mucho tiempo y con bastante exito,para mi desgracia,... o no ,ya que;"Dios ordena todas las cosas para bien de los que le aman" y si bien,antes no le amaba,EL me ha amado desde antes de la fundacion del mundo para conforma-nos a imagen de SU Hijo.Lo que quiero decir,es que es obra del Espiritu Santo,reprogramarnos para la santidad y hacernos olvidar,tanta vida de vanidad. Asi pues,lo que por un lado me hacia tanto mal,por mi mala voluntad(freir mi cerebro),ahora por gracia de Dios,es un gran bien,depender mas de EL.
29/11/13 2:36 AM
  
Leonardo
En el Nuevo Testamento no hay mayormente descripciones físicas de las personas. Qué sabemos? Creo que sabemos que Zaqueo era muy bajito, y poco más ;-))
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JMI.-Lo más frecuente en las obras clásicas griegas o latinas es no dar descripciones físicas de los personajes de la obra.
Algo muy contrario a lo acostumbrado en los escritos modernos.
29/11/13 3:16 PM
  
Juan Argento
Tal vez convenga dejar en claro que, aunque el grado de historicidad de algunas narraciones del Antiguo Testamento sea bajo o incluso nulo, todas ellas tienen "realidad espiritual presente" para los cristianos, donde "presente" abarca desde la época de Jesús y San Pablo hasta que Jesús vuelva glorioso, y por "realidad espiritual" me refiero a lo que dice San Pablo en estos dos pasajes:

"Todo esto les sucedió simbólicamente, y está escrito para que nos sirva de lección a los que vivimos en el tiempo final." (1 Cor 10, 11)

"Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien." (2 Tim 3, 16-17)

Obviamente eso ocurre interpretando los pasajes en cuestion desde la perspectiva del Nuevo Testamento.

En contraste, las narraciones en los Evangelios tienen tanto "realidad espiritual presente" como "realidad factica pasada" exactamente como estan escritas, excepto por la posible agrupacion de eventos o discursos.
29/11/13 6:02 PM
  
María a
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JMI.-Siento no poder contestar su consulta. En una buena Biblia, seguro que en la introducción al libro le responde bien. Cordial saludo.
29/11/13 11:03 PM
  
María a
Gracias, santo Adviento
30/11/13 5:05 PM
  
carlos
Estimado Padre, leyendo algunos comentarios, hay personas que están en caida libre!!!Otras muy buenas, Luiscar, un abrazo!!!Soy otro converso!!!Odiamos la mediocridad.
Padre excelente sus relatos, debo leerlos, con más , hay una palabra espiritual que en esté momento no recuerdo,pero con más atención.
Le pregunto se es conciente, que el punto 837 del Catecismo, gran don de Juan Pablo II.
Dice se pude estar con el cuerpo, pero no con el alma, y esa persona se condena......Ese punto lo leo y lo vuelvo a leer.
Se es cosnciente que cualquier persona del cuerpo místico le deberá dar cuentas a Dios, omitir la Sacramentum Caritatis, el quirografo, pienso como Raúl que es tan urgente, que resolver el sufrimiento de la Humanidad, y claramente como la expresa el Cardenal Burke, tiene consecuencias sobre la humanidad, conque haremos apostolado, uno es una mentira total sin El Señor, y debemos seguir luchando, hasta la muerte,lo otro el ser bonachon, palmaditas, condecer, no hablar de conversión.
saludos, sepan que me siento muy bien acompañado por ustedes.A Cristo por Maria y con el Papa.
01/12/13 2:23 AM
  
Joaquín8
Por qué los católicos defendemos la presencia real de Cristo en la Eucaristía (...esto es mi cuerpo...) y damos la interpretación literal de los Evangelios y no utilizamos esa literalidad en... "Si tu mano, tu ojo te hace pecar, arráncatelo."
Es un argumento muy utilizado para quitar valor a la Misa.
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JMI.-Entendemos que la Eucaristía es realmente el cuerpo de Jesús porque él lo dijo en sentido real. Y entendemos en sentido figurado el "corta tu mano, saca tu ojo" etc. porque el Señor lo dijo en sentido figurado.

Es la Iglesia la que escribe los Evangelios (apóstoles y evangelistas). Es la Iglesia la que señala qué libros de inspirados y forman parte de la Sgda. Escritura y cuáles no, aunque se parezcan. Y es la Iglesia la que interpreta (la Tradición, los Concilios, el Papa y los Obispos, sucesores de los apóstoles) la que interpreta la Escritura con autoridad que Cristo le ha dado.
Si no cree en la Iglesia, estará más cómodo en una comunidad protestante donde se entiende la Escritura de tantos modos como cabezas hay.
14/07/15 7:04 PM

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