(229) El Jesús de Pagola, 10ª edición –2

–¿Y no se cansa usted de escribir sobre Pagola?

–Sí me canso. Y me aburro. Por gusto no lo hago. Pero al menos de vez en cuando debo hacerlo. Sobre todo porque no lo hacen otros.

–La encarnación del Verbo. Todos los domingos en la santa Misa el pueblo cristiano recita el Credo, y se atreve a afirmar en él verdades grandiosas, por decirlo así, increíbles: «Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos; por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, [y aquí todos se inclinan, en las palabras que siguen, hasta se hizo hombre] y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre».

Debemos preguntarnos: «¿Y de dónde sabe esto la Iglesia, dónde lo fundamenta?» Es un hecho histórico, el más importante desde la creación del mundo. «¿Cómo la Iglesia ha llegado a conocer ese acontecimiento histórico, fundamentando en él toda su fe?»… Lo ha conocido por el testimonio de «los Evangelios de la infancia» (Mt-Lc), en los que el ángel Gabriel es enviado de parte de Dios a una doncella de Nazaret, llamada María, para decirle: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios» (Lc 1,26-38). Acepta María este peligro de muerte, que podría llevarla a la lapidación (una mujer, ya desposada, que concibe aparte de su esposo), y fiándose absolutamente de Dios, da su asentimiento: «fiat». Y efectivamente, «antes de que conviviesen [María y José], se halló que había concebido María del Espíritu Santo» (Mt 1,18). Y «de María nació Jesús, llamado Cristo» (1,16).

Pagola, sin embargo, deja a un lado estas palabras que fundamentan la fe cristiana, cuando en sus aproximación histórica a Jesús, desecha «los Evangelios de la infancia», que no considera históricos, sino «composiciones cristianas elaboradas a la luz de la fe en Cristo resucitado»:

«Tanto el evangelio de Mateo como el de Lucas ofrecen en sus dos primeros capítulos un conjunto de relatos en torno a la concepción, nacimiento e infancia de Jesús. Son conocidos tradicionalmente como “evangelios de la infancia”. Ambos ofrecen notables diferencias entre sí en cuanto al contenido, estructura general, redacción literaria y centros de interés. El análisis de los procedimientos literarios utilizados muestra que más que relatos de carácter biográfico son composiciones cristianas elaboradas a la luz de la fe en Cristo resucitado. Se aproximan mucho a un género literario llamado midrás hagádico, que describe el nacimiento de Jesús a la luz de hechos, personajes o textos del Antiguo Testamento. No fueron redactados para informar sobre los hechos ocurridos (probablemente se sabía poco), sino para proclamar la Buena Noticia de que Jesús es el Mesías davídico esperando en Israel y el Hijo de Dios nacido para salvar a la humanidad» (49). Pagola, entre los autores que cita en apoyo de esta tesis, menciona a René Laurentin, que como puede comprobarse en un artículo mío de este blog (77), defiende apasionamente la historicidad de los evangelios de la infancia, y refuta detenidamente esta tesis del midrás,característica de la exégesis racionalista del protestantismo liberal y del modernismo.

El Catecismo de la Iglesia,que afirma sin vacilar «la historicidad de los Evangelios» (126), nos asegura que «desde las primeras formulaciones de la fe, la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso» (496). Por el contrario, si es verdad lo que afirma Pagola, esa fe universal de la Iglesia no se fundamenta en la Palabra de Dios, ni en el testimonio de apóstoles y evangelistas, ya que los relatos que éstos hacen en los «Evangelios de la infancia» de Jesús no son históricos, auténticamente biográficos, sino más bien ideaciones de la comunidad cristiana postpascual, hechas a la luz de la resurrección de Cristo. Y lo mismo habrá de decirse, mutatis mutandis, del prólogo del evangelio de San Juan (Jn 1,1-14).

Hago notar aquí que los Pagola –son hoy innumerables–, «eliminando», o si se quiere, «prescindiendo» de los Evangelios de la infancia, de hecho suprimen, por decirlo así, Nazaret, la Anunciación del Señor, la Llena-de-gracia, la condición virginal de María, José, Zacarías, Isabel, el Ave María, el Benedictus, el Magnificat y el Nunc dimittis, la Visitación de María, la Natividad santificada de Juan Bautista, Belén, la Natividad de Jesús, con ángeles y pastores, la Presentación en el Templo, la matanza de los Inocentes, la Epifanía, los Reyes magos, la huída a Egipto… ¿Debemos aceptar este arrasamiento como una exigencia científica de la exégesis histórico-crítica?… Pagola, al hacer una «aproximación histórica» a Jesús, considerando que todos esos relatos evangélicos no son históricos, no los toma en cuenta. Y el hecho de que en la 9ª y 10ª edición revisada de su Jesús, en el capítulo 15, añada prudentemente Pagola a las ediciones anteriores diez páginas (463-473), en las que resume lo que dicen los cuatro Evangelios, no cambia nada. «París bien vale una Misa».

–La Virgen María. En su aproximación histórica a Jesús, trata Pagola brevemente de si tuvo Jesús hermanos y hermanas, a los que se alude a veces en los Evangelios. En las ocho primeras ediciones de su obra, decía en una nota (pg. 43): «Meier, tal vez el investigador católico de mayor prestigio en estos momentos, después de un estudio exhaustivo concluye que “la opinión más probable es que los hermanos y hermanas de Jesús los fueron realmente"». Y al parecer, ésta era para él la opinión más probable. Por el contrario, en la edición revisada de su libro (9ª y 10ª), modifica considerablemente esa nota, y aunque sigue señalando la tesis de Meier y de otros estudiosos, sin refutarla, indica la interpretación que siempre ha mantenido en esta grave cuestión la Iglesia católica. Dice así ahora la nota modificada, que reproduzco entera (53):

«Según Marcos 6,3, los habitantes de Nazaret se expresan así: “¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón?, ¿no están sus hermanas aquí entre nosotros?». En la Iglesia antigua había ya diversas respuestas al abordar la interpretación de este texto y de otros que hablan de “hermanos” y “hermanas” de Jesús (Marcos 3,31-32; 1 Corintios 9,5; Gálatas 1,19). La interpretación más divulgada hasta nuestros días ha sido la de Jerónimo, que los considera ”primos o parientes cercanos”. Los estudios de Meier y otros exegetas descartan hoy esta interpretación por razones sobre todo filológicas, y consideran que estos textos hablan de “hermanos” reales de Jesús. Estas conclusiones hay que situarlas en el contexto de una cultura patriarcal basada en la agnatio (descendencia a través de varones): en esta cultura, lo único que se afirma cuando se dice que dos personas son “hermanos” es que tienen el mismo padre. La Iglesia católica siempre ha entendido que estos pasajes no se refieren a otros hijos de la Virgen María» (53).

En efecto, el Catecismo de la Iglesia afirma la muy antigua fe católica de Oriente y Occidente en María como la Siempre-virgen, «Aeiparthénon» (499). Obviamente, todas las generaciones cristianas han conocido esos textos aducidos por quienes niegan la virginidad perpetua de María. Pero «la Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María. En efecto, Santiago y José “hermanos de Jesús” (Mt 13,55) son los hijos de una María discípula de Cristo [Mt 27,56] que se designa de manera muy significativa como “la otra María” (Mt 28,1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento [cf. Gen 13,8; 14,16; 29,15; etc.]» (500). Por tanto, Jesús «es el único Hijo de María» (501).

«María virgen» es el término usual en los primeros Símbolos de la fe (215, Traditio apostolica: Dz 10; 391, San Agustín: Dz 14; 404, Tyrannius Rufinus: Dz 16; 414, Nicetas: Dz 19; etc.). «María siempre virgen» (aeiparthénon) es así llamada en el Símbolo de Epifanio (374: Dz 44). Y el título se reitera una y otra vez: en el V Concilio de Constantinopla (553), en el Sínodo de Letrán (653), en el concilio de Lyon (1274), etc. También el concilio Vaticano II confiesa a «la gloriosa siempre Virgen María» (Lumen gentium 52; cf. Unitatis redintegratio 15). Pablo VI, en el Credo del Pueblo de Dios (1968), confiesa como dogma de la fe que «María permaneció siempre Virgen» (n.14). También entre los autores principales de la Reforma protestante es ésta una convicción intocable. Lutero dedica calificativos injuriosos, según su estilo, a quienes niegan la virginidad perpetua de María. Y lo mismo cree Calvino. Una confesión de fe calvinista de mediados del XVII afirma que «Jesús nació de la Virgen María y que permaneció Virgen antes y después del parto». Esta es, por supuesto, la fe unánime de la Ortodoxia. Y el Islam profesa también su fe en la pureza perpetua y total de Myriam, la madre de Jesús.

Por el contrario, el racionalismo de los protestantes liberales, de los modernistas y de algunos estudiosos actuales, también católicos, les lleva al convencimiento contrario: la Virgen María no fue virgen, sino madre de familia numerosa.

Por otra parte, estima Pagola que María pensó que su hijo Jesús estaba loco, y que lo más conveniente era hacerlo volver a casa, abandonando su ministerio público.

En aquella escena que se narra en Marcos 3,20-21.31-35, escribe Pagola: «De pronto avisan a Jesús de que han llegado su madre y sus hermanos con la intención de llevárselo, pues piensan que está loco. Se quedan “fuera”, tal vez para no mezclarse con ese grupo extraño que rodea a su pariente». Y añade en nota: «El episodio ha sido retocado en la comunidad cristiana, pero conserva sustancialmente su núcleo histórico. Después de Pascua, ningún cristiano se hubiera atrevido a “inventar” que Jesús había sido tenido por loco por su propia madre» (236). Si el evangelista lo narra, es porque así fue. «Al parecer, los familiares de Jesús no vieron con simpatía su actividad por Galilea. No entendían su comportamiento. En un determinado momento, su madre y sus hermanos vinieron para llevárselo a casa, pues pensaban que estaba loco» (292).

Así habla Pagola de la santísima Virgen María, la madre del Verbo encarnado, la que es bienaventurada porque «ha creído que se cumplirá [todo] lo que se le ha dicho de parte del Señor» (Lc 1,45). Considerando ella que su hijo «está loco», se mantiene distanciada de Jesús durante su ministerio evangelizador.

«Llama la atención ver que ninguno de los familiares de Jesús fue seguidor suyo. Solamente después de su muerte, su madre y sus hermanos se unieron a los discípulos (Hch 1,14)» (289, en nota).

Jamás, nunca en veinte siglos, ha interpretado la Iglesia así esos textos del Evangelio. Por el contrario, la convicción cristiana unánime de Oriente y de Occidente es la que expresa el Concilio Vaticano II: «la unión de la madre con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo hasta su muerte» (Lumen gentium 57). «En la vida pública de Jesús aparece reveladoramente su Madre desde el principio», desde las bodas de Caná, «a lo largo de su predicación», al pie de la Cruz (58), y hasta el nacimiento de la Iglesia, en Pentecostés (59), cuando los discípulos, reunidos en oración, «con María, la Madre de Jesús» (Hch 1,14), reciben al Espíritu Santo.

–Jesús, «buscador de Dios», acude al Bautismo de Juan. En su aproximación histórica a Jesús, no alcanza Pagola a expresar la fe católica en el misterio de «Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, por obra del Espíritu Santo, se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre». Para Pagola es Jesús un hombre, muy perfectamente unido a Dios por el amor y la fidelidad, pero un hombre. El título del capítulo 3 de su Jesús lo expresa bien: «Buscador de Dios»… ¿Ignora Jesús quién es Él mismo?

«La hondura y madurez de su talante religioso hace pensar a algunos que Jesús vivió un período de búsqueda antes de encontrarse con el Bautista» (73). «Todo lleva a pensar que busca a Dios como “fuerza de salvación” para su pueblo […] Jesús no tiene todavía un proyecto propio cuando se encuentra con el Bautista. Inmediatamente queda seducido por este profeta del desierto […] Es sin duda, el hombre que marcará como nadie la trayectoria de Jesús» (73-74). En ese encuentro del Jordán se producirá «La “conversión” de Jesús […] Para Jesús es un momento decisivo, pues significa un giro total en su vida. Aquel joven artesano oriundo de una pequeña aldea de Galilea no vuelve ya a Nazaret […] Al parecer, Jesús no tiene todavía un proyecto propio bien definido[…] Si acepta “el bautismo de Juan”, esto significa que comparte su visión sobre la situación desesperada de Israel[…] También Jesús quiere concretar su “conversión”, y lo hace tomando una primera determinación: en adelante se dedicará a colaborar con el Bautista en su servicio al pueblo» (83-85).

Puras fabulaciones, sin base alguna en los Evangelios, que muestran siempre al Bautista, la Voz, como inferior a Jesús, la Palabra encarnada. Si nada cierto sabe Pagola acerca de Jesús antes de su bautismo, pues prescinde de los Evangelios de la infancia, ¿cómo se atreve a afirmar que Él experimentó «un giro total en su vida» al encontrarse con Juan? ¿O es que conoce Pagola qué pensaba y qué quería Jesús antes de ese encuentro?… ¿Qué fuentes históricas le permiten darnos esa información? Tampoco alcanzamos a saber cómo Pagola, en su «aproximación histórica», estrictamente científica, llega a conocer que Jesús se hizo discípulo de Juan el Bautista… Nos vemos obligados a entender ambas afirmaciones como «creaciones» ideológicas suyas, sin base histórica alguna:

«Jesús no solo acogió el proyecto de Juan, sino que se adhirió a este grupo de discípulos y colaboradores (sic). Las fuentes [¿qué fuentes?] no nos permiten decir mucho más» (86). «Jesús comenzó a verlo todo desde un horizonte nuevo» (88). Vuelto a Nazaret, se ven todos sorprendidos por su cambio: «aquel Jesús no era el que habían conocido» (289).

Benedicto XVI, en su Jesús de Nazaret (La Esfera, Madrid 2008, 2ª ed.), advierte que «una amplia corriente de la teología liberal ha interpretado el bautismo de Jesús como una experiencia vocacional: Jesús, que hasta entonces había llevado una vida del todo normal en la provincia de Galilea, habría tenido una experiencia estremecedora; en ella habría tomado conciencia de una relación especial con Dios y de su misión religiosa[…] Pero nada de esto se encuentra en los textos. Por mucha erudición con que se quiera presentar esta tesis, corresponde más al género de las novelas sobre Jesús que a la verdadera interpretación de los textos» (42). Estamos en una plena fabulación arbitraria, con la apariencia de una aproximación «histórico-crítica» a Jesús.

–Jesús es el «creyente fiel» en Dios. Así titula Pagola el capítulo 11 de su libro. Jesús, el buscador de Dios, el convertido por el Bautista, es un fiel creyente, como lo dice en cien ocasiones, y aunque tiene una «profunda experiencia de Dios» (501), «también él tiene que vivir de la fe» (478).

Ahora bien, por mucho que investiguemos en las fuentes históricas sobre Jesús no hallamos texto alguno en el que se afirme que Jesús «creía» en Dios. Encontraremos, por el contrario, afirmaciones de que Jesús ve al Padre y da testimonio de lo que ve (Jn 1,18; 3,11; 6,46). Hallaremos, más aún, que Cristo exige «fe» en su propia persona: «creéis en Dios, creed también en mí» (Jn 14,1). Comprobaremos que Él incluso se aplica las palabras que Dios dice de sí mismo: «Yo soy» (Jn 8,24.28.58), llegando a afirmar: «si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados» (Jn 10,33). Por eso los judíos, que no eran tontos, entendían bien en qué sentido hablaba de sí mismo Jesús: «tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios» (Jn 10,33).

–La divinidad de Jesús. Pagola rehuye sistemáticamente los textos del Nuevo Testamento que más claramente expresan la divinidad de Jesús. No le interesa saber que Jesús se dice «anterior a Abraham», capaz de «perdonar los pecados» y de alimentar espiritualmente a los hombres como «pan vivo bajado del cielo». No recoge la palabra de Cristo cuando dice que Él es «venido del Padre», y que el Padre y Él son «una sola cosa». Si Pagola ignora, omite y oculta éstos y otros textos decisivos, será porque no los considera históricos, sino «creaciones» postpascuales de los exaltados creyentes. Y su libro, de unas 550 páginas, nada cambia con las diez páginas añadidas en su capítulo 15 revisado, en el que nos dice lo que dicen los cuatro Evangelios.

El «rigor» metodológico de Pagola muestra toda su miseria, por ejemplo, cuando se autoriza a ignorar los anuncios que Jesús hizo de su pasión. Tengamos en cuenta que él mismo advierte en el Anexo 4 de su libro que entre los varios «criterios de historicidad» más fiables tienen especial fuerza el «criterio de testimonio múltiple» y el «criterio de dificultad» (516-517).

Pues bien, en los tres anuncios que hace Cristo de su pasión, primero (Mc 8,31-33; Mt 16,21-23; Lc 9,22), segundo (Mc 9,30-32; Mt 17,22-23; Lc 9,43-45) y tercero (Mc 10,32-34; Mt 20,17-19; 18,31-34), se da el «criterio del testimonio múltiple» y coincidente. Pero se da también además el «criterio de dificultad», ya que es impensable que los evangelistas, conociendo la veneración que los cristianos primeros tenían por los Apóstoles, se atrevieran a «crear» unos relatos que los dejan en una posición tan lamentable. Los Apóstoles «no entendieron nada de lo que Él decía, y no se atrevían a preguntarle». Y Simón Pedro, el más prestigioso de ellos, es humillado por Cristo con palabras durísimas: «¡apártate de mí, Satanás! Tú piensas según los hombres, no según Dios». Estas escenas, pues, tienen una garantía clara de historicidad.

Pero Pagola no lo estima así, y en su aproximación histórica a Jesús ignora por completo esos tres anuncios de la Pasión, sencillamente porque no encajan en su ideología sobre Jesús. Si reconociera que Él pre-conocía su muerte y la anunciaba a sus discípulos con toda seguridad, confesaría demasiado la realidad de su personalidad divina. Estos textos, por tanto, no son históricamente válidos. Prescinde, pues, de ellos tranquilamente, los omite, para poder darnos en cambio una descripción muy diversa del estado de ánimo de Jesús ante la proximidad de su muerte, como más adelante veremos.

Ignora Pagola igualmente, como ya sabemos, todos los más altos textos del Nuevo Testamento sobre la majestad divina de Cristo. Ignora el prólogo de San Juan: «el Verbo era Dios, Él estaba desde el principio en Dios, y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho. Hemos visto la gloria del Unigénito del Padre. Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, ése nos lo ha dado a conocer». El rigor científico de su investigación histórica sobre Jesús no le permite tampoco conocer y reconocer los himnos cristológico-litúrgicos de San Pablo, como Colosenses 1,13-20 o Filipenses 2,6-11. O el comienzo sobrecogedor de la carta a los Hebreos. La autenticidad de estos textos es cierta, pero al proceder de «creyentes», es decir, al ser testimonios de su fe en Jesús, se ven despojados de todo valor histórico.

El libro de Pagola tiene 569 páginas. Y es cierto que en su Presentación afirma Pagola su fe en «Jesucristo, Hijo de Dios encarnado» (7). También dice en el capítulo 15, el único notablemente aumentado en la 9ª y 10ª edición, que «para Mateo, Jesús no es solo un profeta o un enviado de Dios. Es su Hijo» (465).

«Jesús es verdadero hombre; en él ha aparecido lo que es realmente ser humano: solidario, compasivo, liberador, servidor de los últimos, buscador del reino de Dios y su justicia… Es verdadero Dios; en él se hace presente el verdadero Dios, el Dios de las víctimas y los crucificados, el Dios Amor, el Dios que solo busca la vida y la dicha plena para todos sus hijos e hijas, empezando siempre por los crucificados» (484). «Es el Hijo que sube al que es su Padre y nuestro Padre»… «Jesús es el Hijo Unigénito, nuestro hermano mayor» (488).

«En él se hace presente»… Pero son tantas las páginas del libro en las que niega Pagola los fundamentos bíblicos e históricos en los que se apoya la fe de la Iglesia en la divinidad de Jesucristo, que esas pocas frases no logran hacernos creer que su presentación de Jesús sea conforme con la genuina fe católica. Estos reconstructores de la figura de Jesús, que tan diestros se muestran para reinterpretar «la intención redaccional» de los autores sagrados, habrán de aceptar que también nosotros, los lectores, reinterpretemos «la intención redaccional» de ellos mismos, autores no-sagrados, tan hondamente afectados por los pensamientos del mundo moderno. También nosotros tratamos de distinguir entre lo que dice un autor y lo que quiere decir.

Por eso cuando la Congregación de la Fe, como ya vimos en el artículo anterior, hace crítica de la 9ª edición del Jesús de Pagola, que es igual que la 10ª, en una carta al Cardenal Rouco (19-X-2011), aunque ya conoce esas confesiones de fe que hace Pagola, y que acabo de citar, estima que «en su reconstrucción histórica elimina preconcebidamente todo cuanto excede de una presentación de Jesús como “profeta del Reino”». El Jesús buscador de Dios, convertido por el Bautista, de quien se hace discípulo, creyente fiel, que tiene una profunda experiencia de Dios, es presentado por Pagola en la inmensa mayor parte de su obra de un modo que podría ser aceptado por los arrianos (s.IV), por los nestorianos (s.V), por los adopcionistas (ss.VIII-IX), o por quienes en el siglo XXI participan de esas desviaciones de la fe católica. Pero no por los católicos.

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía

32 comentarios

  
Luis López
"El Jesús buscador de Dios, convertido por el Bautista, de quien se hace discípulo, creyente fiel, que tiene una profunda experiencia de Dios, es presentado por Pagola en la inmensa mayor parte de su obra de un modo que podría ser aceptado por los arrianos (s.IV), por los nestorianos (s.V), por los adopcionistas (ss.VIII-IX), o por quienes en el siglo XXI participan de esas desviaciones de la fe católica. Pero no por los católicos"

Estoy absolutamente de acuerdo. Y por eso mismo no entiendo que la Congregación para la doctrina de la fe, diga que el libro "no contiene proposiciones directamente contrarias a la fe católica"
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JMI.-Puede atacarse la fe gravemente en forma directa o indirecta. Obviamente. Y quizá la indirecta haga más daño, sobre todo entre lectores católicos.
Por eso la Congregación habla de enfoque metodológico erróneo, de presentación de Jesús sólo como profeta del Reino: diagnósticos gravísimos. Y por eso, después de retirar a la obra el imprimatur de Mons. Uriarte, niega su propio imprimatur.
05/08/13 1:04 PM
  
Haddock.
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JMI.-Muy bueno.
Pero mejor no publicarlo.
05/08/13 1:33 PM
  
Haddock.
Uffff...Gracias P.Iraburu. Ya me había arrepentido.

Ha triunfado su sensatez.
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JMI.-Tranquilo.
¿Paquéstamos los moderadores de los comentarios, sino pamoderarlos?
05/08/13 3:26 PM
Vuelvo a insistir que esta serie de artículos me parece invaluable y muy necesaria ante las monstruosidades aberrantes que sostiene este teólogo herético, y que tanta difusión tiene entre el pueblo católico, por acción o omisión de tantas librerías "católicas".
05/08/13 4:34 PM
  
Raúl
El tema de los hermanos de Jesús es uno de los preferidos por todos los herejes modernos. No hay progresista heterodoxo que se precie que no haya sacado alguna vez el tema a colación. Y todos sacan los mismos pasajes evangélicos para demostrarlo científicamente. Pero sin embargo, ninguno sabe exactamente dónde se encontraban todos esos supuestos hermanos y hermanas de Jesús en el momento de la crucifixión, por ejemplo, cuando Jesús encomienda el cuidado de su madre a Juan. Sorprendentemente habían desaparecido todos en momento tan delicado para su madre...
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JMI.-Ése es un argumento muy fuerte y convincente. Pero hay una docena más, y si Dios quiere, tengo idea de exponerlos. Si Dios quiere.
Gracias.
05/08/13 4:43 PM
  
Joaquín
Cuanto tiempo desperdiciado con el bodrio de Pagola. Y mientras tanto, obras como las de Josef Blinzler sobre el proceso de Jesús nadie las reedita.
05/08/13 6:44 PM
  
Luis Fernando
Lo de aludir a Rene Laurentin para negar la historicidad de los evangelios de la infancia clama al cielo:

http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/el_jesus_de_pagola?page=3

Por cierto, dado que no tengo, ni pienso comprar, la 10ª edición de ese engendro de libro, pregunto:
¿De verdad que no ha cambiado una coma de lo que dice sobre los hermanos de Jesús?

Es más, pregunto:
¿Lo único que ha cambiado es el prólogo? ¿deja todo lo demás igual?
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JMI.-Gracias a tu pregunta sobre "los hermanos de Jesús" he comparado de nuevo lo que decía Pagola de este tema en la 4ª edición (y me figuro que hasta la 9ª, que es cuando revisó la obra) y lo que dice ahora en la versión "revisada" (9ª y 10ª). Y he debido modificar mi texto inicial, indicando que la nota a pie de página en la que trata del tema ha sido considerablemente cambiada y mejorada en relación a la fe de la Iglesia. Señala Pagola la tesis de Meier, hoy frecuente en no pocos estudiosos, María madre de familia numerosa, y aunque no la refuta a fondo, expone seguidamente la interpretación exegética y la enseñanza doctrinal que siempre ha mantenido la Iglesia. Parece, pues, distanciarse de la tesis de Meier y Cia, que en las anteriores ediciones aparecía como la opinión mejor fundada.

En cuanto a lo que preguntas de si sólo ha cambiado Pagola la Presentación, ya en mi anterior artículo (228) indico que en la edición revisada (9ª y 10ª) cambia el título del capítulo 15, y le añade diez páginas en las que resume lo que dicen los cuatro Evangelios.

Compulsar los cambios que haya podido haber en las distintas ediciones del Jesús de Pagola, libro de más de 500 páginas, me ha resultado sumamente fatigoso y mareante. Y no excluyo que en algún punto haya podido tener yo algún otro despiste de interpretación, que agradeceré me lo indique aquel que lo advierta, para que inmediatamente lo corrija.
05/08/13 6:51 PM
  
amauta
Cuando estudié un par de cursos la carrera de Psicología en la UNED (abandoné por diversas circunstancias), en primer curso teníamos la asignatura Antropología Cultural. Teníamos un manual, el del Marvin Harris que estaba enfocado desde el materialismo cultural, como se ve nada piadoso. En el tema de la familia y la parentela, se estudiaba los diferentes sistemas de filiación (tres se estudiaban como paradigmáticos), uno de ellos si no me equivoco pues lo digo de memoria después de muchos años, era el hawayano, en ese sistema sólo se distingue sexo y generaciones. O sea padre y tío tienen el mismo nombre. Madre y tía tienen el mismo nombre. Hermano y primo tienen el mismo nombre. Hermana y prima tienen el mismo nombre. Supongo que el método de nombrar la parentela en el antiguo israel era este método propio de las familias extensas.
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JMI.-Así es en muchas culturas antiguas (de Haway no lo sé; será como Ud. dice). Espero, si Dios me lo da, dedicar un artículo completo a "los hermanos y hermanas de Jesús".
05/08/13 10:02 PM
  
Ana Maria Monzon
¿Por qué no deja usted en paz al P. Pagola? (es Padre como usted, ¿no?) ¿No serán celos? Quizás necesite una confesión urgente, P. Iraburu. Pagola, por otro lado, no parece inmutarse con lo que usted escribe. Le saca varias vueltas de ventaja, ya. No hace falta contestar a los perdedores.
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JMI.-Don José Antonio Pagola insiste en afirmar-negar lo que él piensa de Jesús, y lo hace con insistencia, no se cansa de hacerlo, cosa por lo demás bastante comprensible. Su libro sobre JESÚS, más de 500 pgs., va por la 10ª edición. Y la misma doctrina la ha repetido innumerables veces en artículos, conferencias y otros libros.

Que yo haya escrito media docena de artículos críticos sobre su JESÚS en unos cuatro años no es nada en su comparación, y ciertamente no es signo de una obsesión malsana. Es simplemente perseverancia en la defensa de la doctrina católica sobre Cristo, la historicidad de los evangelios, la necesidad de la conversión, el carácter eucarístico de la última cena, la realidad de las apariciones del Resucitado, la voluntad de Cristo de fundar una Iglesia distinta de Israel, dotada de ministerios apostólicos, etc. etc. etc. etc. etc. etc. No es manía. No son celos. Entiéndalo, no es tan difícil. No hace falta que me mande irme a confesar (que por cierto "me toca" ir hoy).
06/08/13 12:15 AM
  
Franco
Padre, leyendo las b... que escribe Pagola, me acabo de dar cuenta de algo, relacionado con el post anterior: ¿Como podria Jesus anunciar el Reino, perdonar pecados sin condicion alguna, si era solo un "creyente" de Juan?¿En ese caso no deberia haber sido Juan el "mesias"?
Otra cosa, lo que dice Pagola sobre la filiacion es falso, en varias partes del AT, en algunas genealogias, se menciona a la madre tambien, pero claro, Pagola no podia saberlo, jamas leyo la Biblia.
PD: ¿Es que hay personas que le creen a Pagola por su exito literario? Digo, porque por muchas ventas que tenga, la Biblia sigue siendo el libro mad vendido de la Historia.

Saludos.
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JMI.-No se pase, señor Franco, no se pase. Por supuesto que Pagola ha leído y estudiado la Biblia.
06/08/13 4:32 AM
  
Juan
Estimado Padre: gracias pr su artículo. He trabajado varios años con musulmanes y de ellos he aprendido a comprender algunos aspectos sobre todo del Antiguo Testamento que si no los vives en el contexto del desierto en culturas parecidas a la de Abraham son difíciles de captar. Del Nuevo aparte de que los musulmanes afirman la concepción virginal y la virginidad de la Santísima Virgen, aprendí que en árabe clásico y en arameo lengua semita hermana suya no existe la palabra primo hermano. Sólo existe hermano. Así los hijos de los tíos son hermanos. No existe la palabra primo. Así lo pude comprobar con mis alumnos y así me lo explicaron. Pienso que Pagola y todos los de la interpretación protestante liberal de la biblia no saben arameo, lengua en la que hablaba el Señor, su Madre, sus parientes y los apóstoles. Tampoco parecen conocer el contexto histórico y cultural de la época.
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JMI.-Sí que conoce Pagola el contexto cultural de la vida de Jesús. Ya ve Ud. que, acertadamente, en la versión revisada de su obra (9ª y 10ª ed.), Pagola sitúa la cuestión de hermanos y parientes "en el contexto de una cultura patriarcal basada en la agnatio (descendencia a través de varones)". Y que señala que la Iglesia siempre pensó que la Virgen no tuvo otros hijos, sino sólo a Jesús.
06/08/13 5:47 AM
  
María del Rosario García Valles
Ana María Monzon; si que hace falta contestar a los perdedores para darles la posibilidad de corregir sus propios errores. Y no sigan esparciendo por el mundo su patética mediocridad, que evidencian con su manera de argumentar o su aparente invulnerabilidad ante el reto de sustentar su trabajo por un tema que debiera apasionarles y del que se ufanan por creer conocer bastante hasta para escribir un libro. Me parece que eso sería de muy poco Cristiano. Aunque no se puede esperar mucho de personas que se atreven a "perfeccionar" a JESUS según su propia incapacidad para meditar con la fuerza de la Fé; quedándose solo con un razonamiento tan abstracto que resulta por mucho algo inverosímil. Por cierto, quizás seas tú quien necesita una confesión urgente; pues tanta suspicacia con el P. Iraburu me parece que te delata.
06/08/13 6:05 AM
  
Gonzalo Mª Mazarrasa Martín-Artajo
Don José María: que Dios le pague todo lo que está haciendo en defensa de la fe católica. Buena prueba de ello es que le atacan lo mismo "por un lado que por el otro". Son tiempos recios y es menester hacer espalda contra espalda, decía la Santa. Siga así. Unión de oraciones.
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JMI.-Abrazo, Gonzalo, y unión de oraciones.
06/08/13 10:18 AM
  
Amalia
Es curioso que Pagola no se inmute con las aclaraciones y análisis que hace Usted a su libro.
No digo yo que sea por orgullo o soberbia,pero no le vendría mal leer algo que hayan escrito otros, como le toca hacer a Usted con el tocho en cuestión.
Se agradece el esfuerzo que hace para que no caigamos en errores doctrinales, que tan fácilmente se cuelan en estos tiempos.

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JMI.-No sabemos si los lee. No sabemos si se inmuta.
En las mejoras que hay en 9-10ª ed. pueden haber influido advertencias de la Congregación de la Fe, Comisión Episcopal de la CEE y también nuestros informes críticos. No hay por qué descartarlo.
06/08/13 10:53 AM
  
Baruch de Spinoza
La tesis central de su artículo, padre Iraburu, es muy cierta. Pagola descarrila más por lo que calla y oculta que por lo que manifiesta. Entonces yo me pregunto: ¿Amputar aspectos esenciales del credo cristiano y de la profesión de fe recogida en el símbolo no es cuestión de mayor gravedad que errar en algín aspecto doctrinal? Pues a mí me parece que Pagola no es que se desvíe de algún contenido puntual en relación con la doctrina de la fe sino que dispara, y con armas de gran calibre, contra la nave capitana, contra el símbolo de la fe. ¿Es posible presentar a Jesús al margen del testimonio de fe de quienes le rodearon?¿Es lícito acercarse a Jesús envasándolo al margen de las certidumbres sobre su naturaleza y misión de quienes le acompañaron y vivieron consigo?¿Es decente hacernos creer que la primitiva comunidad era un suerte de máquina de inventos que falsificó el mensaje y la persona de Jesús el Cristo, que "trucó" su misión para engañarnos a todos?
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JMI.-Cuando termine mi serie, con el favor de Dios, veremos estos temas que alude, en los que se examine la licitud del método, del planteamiento gral., elegido para elaborar y difundir el JESÚS.
06/08/13 12:33 PM
  
Rafa
A Amauta: Creo recordar que fue Marshall Sahlins (Las Sociedades Tribales) quien estudió este tipo de relaciones de parentesco propias de las islas del Pacífico. Y, en efecto, en ellas las relaciones se establecían entre grados semejantes (´los tíos maternos se equiparan al padre, y los primos a los hermanos). Es posible que algo así (no necesariamente igual) sucediera en el Israel de tiempos de Jesús, donde todavía había recuerdo de pertenencia a las tribus y donde costumbres legales como el levirato daban un papel preponderante a los hermanos (paternos en este caso). Pero incluso en la España actual hablamos de "primos hermanos" cuando son de primer grado, posiblemente como recuerdo de esta situación. No sé por qué se insiste en esta cuestión porque, como dice el P. Igarburu [Iraburu], los testimonios textuales de que María no tuvo otros hijos son muy abundantes e incuestionables.
06/08/13 12:55 PM
  
Felipe de España
Hace unos días ví un video en You Tube en el que debatían el científico ateo Richard Dawkins con el cardenal George Pell y me disgustó bastante el comprobar la pobreza argumental del prelado, hasta el punto de desfigurar la verdadera enseñanza de la Iglesia en aspectos tan fundamentales como por ejemplo el pecado original reduciendo el relato "histórico" de la caída de Adán y Eva a pura mitología.

Dios quiera que esta nueva serie de artículos suyos sean leídos por todos, especialmente por aquellos qe en su formación teológica-filosofica fueron intruidos por profesores que les inculcaron en su juventud doctrinas erróneas y modernistas.
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JMI.-Las entrevistas a veces, si el entrevistado no es muy diestro en ello, fácilmente llevan a decir lo que no piensa exactamente. No hay que hacerles mucho caso. Otra cosa son los escritos, los documentos producidos y firmados por la persona.
Gracias.
06/08/13 5:55 PM
  
Anacoreta
Gracias Padre Iraburo. Me encanta leerle porque sus escritos, bien documentados, reconfortan el alma y no la dejan temblando como algunos seudo-teólogos empeñados en emponzoñar la fe.Que Dios le bendiga y bendigame también usted a mi. Le tengo presente en mis oraciones para que continúe clarificando los errores doctrinales y refutando herejías. Gracias
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JMI.-Bendición +
06/08/13 8:22 PM
  
Luis I. Amorós
Pagola, por los motivos que crea convenientes, es muy libre de jugar al ratón y al gato con la congregación para la doctrina de la fe. A fin de cuentas, es teólogo, y mañoso, y sabe muy bien qué decir y qué no para contar sus ideas bordeando la condena de sus textos. No es muy distinto de un abogado veterano, capaz de presentar como legal lo inmoral, siempre que se ajuste a los términos de las leyes y reglamentos.

A mi lo que me importa es la verdad: que Pagola no cree que Jesús sea Hijo de Dios, ni tenga naturaleza divina, ni siquiera que sea el Mesías esperado por Israel. Es decir, que no es que no sea católico, es que no es ni cristiano (lo pillara por banda Lutero con estas teorías y le diría de todo; Calvino lo hubiese quemado).

Pagola es jesusista. No jesusista por Jesús Pagola, claro, sino porque cree que Jesús de Nazaret fue un inspiradísimo maestro de sabiduría... pero plenamente humano.
Pagola es un producto del modernismo teológico: una "fe", que no es tal, incomprometida, intrascendente, alineada con el pensamiento débil, cómoda y fácilmente conformable con cualquier ideología buenista. Una fe manejable, muy apropiada para el desestructurado hombre moderno, que cambia de voluntad según sus intereses y la influencia externa, y que "necesita" que Dios se adapte a "su ritmo de vida".


No una fe que transforma radicalmente, no una fe que niega nuestro pecado, no una fe que nos empieza a convertir en ciudadanos del Cielo.

Por eso tiene tanto éxito, tantos seguidores y tanto bombo. Y defensores ardientes.
Encajaría perfectamente con la New Age: ya se sabe, Jesús fue un "maestro inspirado" por "la divinidad". Pero sólo uno más: como Buda, Mahoma, Confucio, Pitágoras o el lucero del alba.

Se puede ir a tomar chatos con Masiá. No está muy lejos de él, pese a sus constantes proclamas de amor a la Iglesia (¿por qué ama a la Iglesia, si según sus tesis es la responsable del falseamiento de las intenciones y pensamiento de Jesús? demencial).
06/08/13 11:41 PM
  
Isabel
¡Cuánto daño causan al pueblo cristiano, estas declaraciones que rozan las teorías del protestantismo e incluso las sobrepasan!

Divide y vencerás.

No sé si es lo que pretenden todos estos teólogos, pero desde luego lo están consiguiendo.

Muchos cristianos, han dejado la Iglesia y una de las razones, es que lo que antes nos han enseñado que era blanco, ahora todas estas teorías dicen que es negro.
Todo esto, lo único que hace es sembrar la confusión y con ella, el alejamiento del Mensaje Evangélico.

Y así nos va.

Un afectuoso saludo Padre.
07/08/13 12:37 AM
  
Franco
Padre, seguro que Pagola ha estudiado la Biblia, o al menos, el 1% que no le contradice sus teorias. Ya estoy esperando su sgte. post. Saludos.
07/08/13 12:54 AM
  
Juan Argento
La afirmacion de su divinidad por parte de Jesús no tiene lugar solamente en el Evangelio de Juan. Por ejemplo, hay una afirmacion implicita pero inequívoca en el Sermon de la Montaña, especificamente en las 6 antítesis: "Habeis oido que se dijo a los antiguos: ... Pero yo os digo:..."

Para captar esto, hay que tener presente que en el Exodo, Levítico y Números cada grupo de preceptos es precedido por "El Señor habló a Moisés diciendo:", mientras que en el Deuteronomio Moises dice "Yo estaba entre el Señor y vosotros, para traeros sus palabras... El dijo:" (Dt 5, 5) y a continuacion sigue el Decálogo, y luego "Estos son los mandamientos, los preceptos y los juicios que el Señor, vuestro Dios, me mandó que os enseñase," (Dt 6, 1) y a continuacion siguen los otros preceptos.

En definitiva, Moises nunca habló en nombre propio, sino que retransmitio lo que Dios le había dicho. Por lo tanto, un Mesías humano que hubiese recibido de Dios un mandato profetico al mismo nivel que el de Moises, habria podido decir "Habeis oido que se dijo a los antiguos: ... Pero ahora el Señor os dice:..." Pero en cambio Jesús dijo "Pero YO os digo:..." Eso es una afirmacion inequivoca de divinidad, de que Jesús no era un retransmisor de los preceptos ordenados por Dios sino el Divino Legislador mismo. Esto fue evidente para los oyentes de aquel entonces (Mt 7, 28-29).

Lo mismo pasa con el perdón de los pecados al paralítico que descolgaron del techo y a la prostituta que le lavó los pies. El profeta Natán le habia dicho a David: "El Señor te ha perdonado tu pecado." (2 Sam 12, 13) Pero Jesús dijo en esas ocasiones: "Tus pecados te son perdonados." (Mt 9, 2; Mc 2, 5; Lc 5, 20; Lc 7, 48). Habló en nombre propio, por su propia potestad.

Esto lo entendieron claramente los escribas que lo oyeron (Mc 2, 6-7). Y la premisa de su razonamiento era totalmente correcta: Sólo Dios puede perdonar los pecados en nombre propio. Jesús no les dijo que esa premisa estaba equivocada, sino que les mostro, curando al paralítico, que El realmente tenia la potestad de perdonar los pecados, de manera que, aplicando la premisa en sentido inverso, pudieran llegar a la conclusion de que El era realmente Dios.


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JMI.-Todas esas argumentaciones son seguras, convincentes, no tienen falla alguna. Y otras semejantes hay en la misma línea... Pero no valen de nada para quien no cree en la historicidad de los Evangelios. Si fueron escritos MUCHÍIIIIIIISIMO más tarde de la vida de Cristo, expresan no lo que Él dijo e hizo, sino lo que de él pensaba la comunidad cristiana "a la luz de su resurrección". Por tanto, el estudioso puede dejar a un lado cualquier frase o acción de Cristo que no encaje en su ideología pseudo-cristológica, tomando sólo de los Evangelios aquello que refuerza lo que "él piensa" y enseña de Jesús. Bueno, lo que piensan él y los suyos.
07/08/13 3:32 AM
  
Juan Argento
Sobre la virginidad perpetua de Maria, hay una fundamentacion bíblica adicional del dogma de que María permaneció corporalmente virgen durante el nacimiento de Jesús, o en otras palabras, de que el nacimiento de Jesús fue milagroso y no un nacimiento ordinario: el salmo 22 (21 en la numeracion de la Vulgata), precisamente el salmo que Jesús recitó en primera persona en la cruz, y que por lo tanto sabemos con seguridad que se aplica de modo particular y especifico a El.

La primera mitad del versículo 10 dice: "Tú, Señor, me sacaste del seno materno". Esta afirmacion no es consistente con un nacimiento ordinario. No tiene ningun sentido que una persona (divina o humana, no viene al caso) que haya nacido de un modo ordinario, ya sea por parto natural o por cesarea, le diga a Dios: "Tú, Señor, me sacaste del seno materno". ¿Porque qué tendria su nacimiento de distinto al de cualquier otro ser humano? La unica manera logica de interpretar esta afirmación es que el nacimiento de Jesús involucró una intervencion especial de Dios: Dios sacó de un modo extraordinario y milagroso a Jesús del seno de Maria, quien por lo tanto mantuvo integra su virginidad y no sufrio dolores de parto.
07/08/13 3:41 AM
  
santi
Buenos días:

Supongo que ya tendrá pensado acerca de que escribir, pero me atrevo sugerirle que analizase la obra del Padre Estrada. Al menos en algunos de los ambientes en que yo me muevo goza de mucho prestigio y es muy leido. He leido casi todas sus obras y no encuentro herejías ni contradicciones con la doctrina de la Igesia, pero su fama me hace dudar. Especialmente me interesaría su opinión acerca de "La imposible teodicea" y "Religiosos en una sociedad secularizada"
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JMI.-Si no recuerdo mal, Mons. Sebastián, cuando estaba en Málaga, retiró de sus cátedras al P. Castillo y el P. Estrada. Y me figuro que con causa grave, porque si no, no los retira.
De Estrada no puedo decirle nada, porque no he leído nada suyo.

Por otra parte, como ya se imagina Ud., no puedo hacer crítica más que de "algún" escritor más difundido, como el caso de Pagola. Hacer crítica de cuantos andan como él, sería como ponerse a matar mosquitos en un pantano pantanoso empantanado. Misión imposible.
07/08/13 11:15 AM
  
Jaume
En el reciente libro Recuperar la fe en dos días,queda retratado el P. Pagola:
. En fin, el libro Jesús: Aproximación histórica, de José Antonio Pagola, de tanto éxito, constituye un claro ejemplo de lo dicho. Está escrito con mucha erudición, recoge toda la bibliografía moderna acerca de la personalidad humana de Cristo, pero deja un mal sabor de boca para el creyente, ya que minimiza la faceta sobrenatural de los milagros de Jesús y sobre todo pasa por alto el pasaje de la resurrección de Lázaro, algo más que sintomático. Se trata de un milagro histórico, difícil de poner en duda, ya que convirtió a muchos judíos y, según el evangelio de san Juan, precipitó la muerte de Jesús, largo tiempo auspiciada por las autoridades judías. Para alguien que quiera aproximarse históricamente a Jesús, no es lógico que se olvide de la resurrección de Lázaro, el mayor milagro obrado por Jesús y diríamos que en toda la historia, puesto que el cadáver de Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro y ya hedía. Si rechazamos la historicidad de la resurrección de Lázaro, no ya la de Jesús de otro orden, significa que nuestra fe está tocada, y este diagnóstico nos puede ser muy útil para conocernos a nosotros mismos y tomar las correspondientes medidas para sanar nuestra fe.
07/08/13 11:20 PM
  
Ana Maria Monzon
Yo no me confieso, María del Rosario, yo no soy católica, vengo solo a alucinar con vosotros, leyendo estas cosas tan curiosas que escribís. Pero cuando veo que se le dedican dos posts larguísimos al P. Pagola, por el único delito de haber escrito un libro sobre Jesús, comprendo que si esto hubiese sucedido dos siglos atrás, el Padre Pagola estaría oliendo a chamusquina en alguna hoguera preparada para él por el Padre Iraburu y sus acólitos. Hoy, gracias a ¿Dios?, va contra la ley quemar herejes. Sin la hoguera no sois nadie, insisto. Resulta curioso leer vuestros arrebatos.
08/08/13 4:30 PM
  
Ricardo de Argentina
"...vengo solo a alucinar con vosotros, leyendo estas cosas tan curiosas que escribís."
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A ver Ana María, anímate y dilo: tú crees que son "locuras" lo que aquí se escribe.
Ya Jesús nos lo había advertido: el Evangelio es "locura" para el mundo. Y para los mundanos como tú.

Y fíjate qué perfecta simetría: a mí me parece "locura" que una mundana recién aterrizada se atreva mandar a confesarse al P. Iraburu.

¿Lo que son las cosas, no?
08/08/13 8:17 PM
  
Joaquin
Yo recomendaría no hacer mucho caso de los escritos de Pagola (como no sea para denunciar su heterodoxia) y leer otros textos sobre los Evangelios menos conocidos pero apasionantes, como son los escritos de María Valtorta (Poema del hombre Dios o el Evangelio como me ha sido revelado).
09/08/13 9:54 AM
  
JCA
Pagola se jacta de haber hecho una aproximación histórica a Jesús, pero por lo visto también soslaya o ignora las fuentes de Sus enemigos. En el Talmud se recoge también (aunque en este caso para atacarle calificándolo de blasfemo) la pretensión divina de su persona, lo que deja claro que los judíos de su época entendieron su mensaje clarísimamente, y que desde luego no se trata de una “composición piadosa a la luz de la fe”.

No me gusta hablar mal de un sacerdote, pero lo se ve cada vez más claro es que Pagola es //////////////////: cero pelotero.

Lo que me tiene la mosca tras la oreja es cómo consiguió este bodrio de libro ///////////////////////// el imprimatur inicial, que tanto contribuyó a su gran difusión inicial. ¿Se lo leyó?
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JMI.-Perdone, pero ya avisé que censuraría los insultos.
21/08/13 3:42 PM
  
Harold Segura
Respetado P. Iraburu, de todas maneras vale comentar sin descalificar. Mire Ud. que el Jesús de Pagola resulta más comprensible para nuestros jóvenes, no porque deja de ser bíblico, sino porque llega a ser más creíble que el Jesús de los dogmas. Lo entiendo a Ud., claro, como representante de la Iglesia es su deber y razón defender el Jesús de la Iglesia. A propósito, esta mañana conversaba sobre el Jesús de Pagola con mi hijo de 15 años.
Por mi parte, como protestante, me celebro que este Jesús presentado por Pagola sirva para aligerar el peregrinaje ecuménico. En esto, la historia, más que los dogmas particulares de Uds. y de nosotros, nos ayuda alegremente.
Con respeto fraterno,
Pastor Harold Segura (Colombia-Costa Rica)
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JMI.-Cristo vino al mundo para dar testimonio de la verdad. Y la verdad es para los hombres mundanos, normalmente, mucho más difícil de recibir que las mentiras del mundo. Más aún, sin la asistencia de la gracia divina se queda en la mentira y se cierra a la verdad.

El Jesús de Pagola es falso, es contrario a la verdad en muchos aspectos, tal como es enseñada la verdad por los Evangelios -que contra-dice innumerables veces-, y tal como los enseña la Iglesia, Madre y Maestra (en la que Ud., siendo protestante, no cree).

Que el Jesús de Pagola sea "más comprensible" no significa nada; o lo que significa es que es falso, más conforme a la mentalidad del hombre viejo y del mundo. Que su presentación de Jesús, siendo falsa, "aligere" el camino del encuentro ecuménico es también un error. Solamente podemos encontrarnos en la verdad, que UNA: la fe.

Opiniones, e interpretaciones de Jesús al margen de los Evangelios y de la enseñanza de la Iglesia hay MILES.
25/10/13 7:51 PM
  
Andrea
Padre José María, solo le escribo para agradecerle de todo corazón por tomar el tiempo de escribir y aclarar temas que confunden a la sociedad de hoy en día, más con conocidos autores que nos desvían de nuestros dogmas de fe y de la verdad de Cristo, yo tengo 23 años, soy joven y conozco a muchos otros que no queremos lo cómodo, queremos la verdad, queremos a Cristo y le agradezco su dedicación en este blog por quitar dudas, ya que estudio en Universidad Jesuita y ahora en nuestra clase de cristología nuestro libro de base es Jesús de Nazaret aproximación histórica según Pagola, me ha costado mucho la clase porque intento ser coherente con mi fe y mi madre iglesia.
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JMI.-Agárrese bien de la mano de la Iglesia, Madre y Maestra.
Uno de los mayores enemigos de los falsos doctores es el Catecismo de la Iglesia.
Dios lo guarde siempre en el esplendor de la verdad, libre de las tinieblas del error. Bendición +
24/08/15 5:25 AM
  
vals
¿alguien me quiere decir en que consiste lo que plantea el autor (pagola) con la conversion de jesus
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JMI.-Tendría que precisarlo el propio autor. Lo que podamos entender otros son suposiciones no más. La "conversión" de Jesús al conocer a Juan Bautista le trajo una nueva iluminación, un cambio, un entendimiento nuevo de su propia misión, etc. Es decir, implica que Jesús no era un hombre con persona divina, el Hijo del Padre, nacido antes de todos los siglos, luz de luz, Dios de Dios, por quien fueren hechas todas las cosas... sino un hombre todo lo santo que se quiera, pero que no es Dios y es hombre al mismo tiempo.
09/07/19 11:09 PM

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