San John Henry Newman
Un Doctor de la Iglesia de nuestra época
Daniel Iglesias Grèzes
El 31/07/2025 el Papa León XIV anunció que próximamente conferirá el título de Doctor de la Iglesia a John Henry Newman, un gran teólogo inglés del siglo XIX. Newman fue beatificado en 2010 por Benedicto XVI y canonizado en 2019 por Francisco. Será el 38º miembro de la lista oficial de Doctores de la Iglesia y el segundo de la edad contemporánea, junto con Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897). La Iglesia Católica otorga el título de Doctor de la Iglesia a quienes cumplen tres condiciones: la eminencia doctrinal en materia de teología y culto, un elevado grado de santidad y una proclamación formal por parte de la Iglesia, afirmada por un Papa o Concilio ecuménico.
En una de sus encíclicas, San Juan Pablo II presentó una breve lista de pensadores cristianos de los últimos siglos que hicieron contribuciones ejemplares a la elaboración de una nueva síntesis entre la razón y la fe. Significativamente, esa lista está encabezada por Newman (cf. Juan Pablo II, Fides et Ratio, n. 74).
El pensamiento de Newman
Muchos aspectos de la teología de Newman constituyeron un anticipo y una fuente de inspiración de las doctrinas proclamadas en el Concilio Vaticano II (1962-1965). A continuación, mencionaré once de esos aspectos.
1) Su insistencia en la doctrina de la inhabitación divina, es decir la presencia del Espíritu Santo y, por medio de Él, del Padre y del Hijo, en el alma del cristiano.
2) Su insistencia en el carácter histórico de la revelación y en el puesto central de Jesucristo en la historia de la revelación y la salvación.
3) Su énfasis en el puesto central del misterio pascual (es decir, el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo) en la vida cristiana.
4) Su teoría del desarrollo del dogma, expuesta en su Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, que, de forma muy equilibrada, incorporó a la teología la idea de evolución histórica.
5) Su eclesiología (o sea, su doctrina teológica sobre la Iglesia), centrada en lo que él denominó el “sistema sacramental": la Iglesia tiene un carácter sacramental, es decir mistérico. Es una institución visible que hace presente en el mundo a Dios invisible por medio de los sacramentos, signos e instrumentos visibles de la gracia de Dios.
6) Su ecumenismo, es decir su empeño a favor de la restauración de la unidad de todos los cristianos en la única Iglesia de Cristo.
7) Su defensa de los derechos de la conciencia, considerada como el principio esencial y la confirmación de la religión en nuestro espíritu.
8) Su gran familiaridad con la teología patrística, es decir con los escritos de los Padres de la Iglesia.
9) Sus aportes para una mejor comprensión del dogma de la inerrancia bíblica, cuestionado por muchos a partir del avance de las ciencias y del estudio histórico-crítico de la Biblia.
10) Sus reflexiones sobre la autonomía de los asuntos temporales: si bien la razón no debe ser disociada de la fe, tiene cierta autonomía, por lo cual la Iglesia no puede pretender gobernar el progreso de la ciencia ni la sociedad política en cuanto tales, aunque deba ocuparse de los problemas religiosos y morales conexos.
11) Su fuerte impulso a la promoción del laicado, en una época en la que los fieles laicos, en la práctica, solían ser tratados como cristianos de segunda, menos perfectos que los sacerdotes y religiosos. La espiritualidad debe tomar muy en cuenta la importancia de las actividades mundanas (trabajo, estudio, etc.) como medios de santificación. Newman, con la mirada puesta en la Iglesia primitiva, comprendió bien que también los seglares estaban llamados a la santidad y que su función en la Iglesia era fundamental.
La vida de Newman
A lo largo de su vida, Newman pasó por tres conversiones sucesivas. Nació en 1801 en Londres, en una familia acomodada. A los 15 años, tras una crisis de fe, tuvo lugar su primera conversión, que lo llevó de una religiosidad nominal (o un anglicanismo convencional) al anglicanismo evangélico. De 1824 a 1841 se fue desprendiendo gradualmente de sus doctrinas protestantes, pasando del anglicanismo evangélico al “anglicanismo católico”. De 1833 a 1841, lideró el Movimiento de Oxford, que causó una gran revitalización del credo católico dentro de la Iglesia de Inglaterra. Por ello recibió múltiples acusaciones de “papismo” (la peor acusación posible en aquel ambiente) de parte de anglicanos de tendencia evangélica o liberal. En consecuencia, en 1841 se retiró a Littlemore, donde cuatro años más tarde ocurrió su tercera y definitiva conversión: del “anglicanismo católico” al catolicismo.
El Movimiento de Oxford inició lo que después de 1845 se transformó en una gran ola de conversiones a la Iglesia Católica. Convertirse al catolicismo en la Inglaterra de mediados del siglo XIX tenía consecuencias sociales muy graves. Los católicos sufrían fuertes discriminaciones y tenían sus derechos civiles recortados. La misma Iglesia Católica, tal como existía en concreto, le parecía a Newman poco atractiva. Sólo lo empujó a ella un estado de certeza inquebrantable. Abandonar el anglicanismo fue extremadamente doloroso para Newman, pues implicó la ruptura de la mayoría de sus familiares y amigos con él.
Después de su conversión al catolicismo, Newman ingresó al Oratorio de San Felipe Neri. Durante décadas, sufrió fuertes ataques de parte de católicos ultramontanos que lo consideraban demasiado liberal y tal vez un hereje. Recién alcanzó una relativa paz en 1879, cuando el Papa León XIII le dio un fuerte respaldo al nombrarlo Cardenal. Murió en el oratorio de Birmingham en 1890. A pedido suyo, en su lápida se esculpió la siguiente frase: Ex umbris et imaginibus in veritatem (De las sombras e imágenes hasta la verdad).
Newman fue un predicador excelente y un notable escritor. De su copiosa obra escrita destaco, además de las colecciones de sus homilías, tres libros principales: Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana (1845), Apologia pro vita sua (1864) y Gramática del asentimiento (1870).
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4 comentarios
De ser nombrado Cardenal a Doctor. De León XIII a León XIV. Desde el Cielo interceda por nosotros.
"La dificultad, en mi opinión, es que lo que Newman dijo realmente sobre estos temas es a menudo muy diferente en cuanto a enfoque, énfasis o contexto de lo que dijo el Concilio Vaticano II, y totalmente diferente de lo que dijeron e hicieron después los implementadores y defensores del Concilio Vaticano II".
https://elwanderer.com/2025/08/12/san-john-henry-newman-padre-del-concilio-vaticano-ii-o-padrino-del-movimiento-tradicionalista-parte-1/
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DIG: Lo vi. Discrepo con esa tesis y con la crítica general contra el Concilio Vaticano II.
Hago lo mismo con el Beato Carlos Acutis. Con todos, vaya. Una vez puestos en los altares, no veo el sentido de no trafucir sus nombres al español (siempre que tengan traducción, claro).
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