¿Por qué la Iglesia condena la maternidad subrogada y la eutanasia?

Las tablas de la Ley

Una respuesta a Claudio Fantini

Daniel Iglesias Grèzes

El 11/04/2024 el diario El País de Montevideo publicó un artículo de Claudio Fantini que, en nombre de la compasión y la empatía, rechaza la condena moral de la maternidad subrogada y la eutanasia por parte de la Iglesia Católica, reafirmada por medio de un reciente documento vaticano. Ofreceré una respuesta a tres aspectos del artículo de Fantini.

A) Fantini dice: “Si el hecho de que una mujer conciba un hijo propio en el vientre de otra mujer es una aberración contra-natura, (…) entonces también lo es alterar el organismo de una persona remplazando sus órganos enfermos por órganos sanos de otras personas. Salvar vidas pasa a ser un pecado porque contradice el dogma según el cual sólo Dios da y quita la vida. Por eso, también aliviar mediante la eutanasia de sus padecimientos a una persona sin esperanzas de vida, es considerado una injerencia contra la voluntad divina”.

Es sabido que la doctrina católica no condena los trasplantes de órganos en general, siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones básicas como el respeto a la vida y la voluntad del donante de órganos. Por lo tanto, Fantini parece acusar aquí a la Iglesia de incoherencia. Su argumento falla porque, como veremos luego, la razón por la que la Iglesia condena la maternidad subrogada y la eutanasia no es su carácter de intervenciones técnicas artificiales.

B) Fantini dice: “El fin del dolor y el sufrimiento que puede conceder la eutanasia, así como la alegría de la maternidad que puede conceder el avance de la ciencia (…) deberían tener prioridad sobre dogmas sólo defendibles desde la Fe, y en absoluto desde la razón y la lógica.”

Fantini parece desconocer que todo el edificio de la moral cristiana descansa sobre un doble fundamento, puesto que contiene una filosofía moral, elaborada a la luz de la sola razón natural, y una teología moral, elaborada a la luz de la razón natural iluminada por la Revelación divina. Existe una fundamentación filosófica de la moral cristiana que no se basa en ningún dogma de fe.

C) Fantini afirma que la condena católica de la maternidad subrogada y la eutanasia revela “un déficit de compasión y empatía para acompañar a las personas, ayudarlas a una vida más amable y también aliviarlas en los padecimientos.”

Fantini se basa en una visión subjetivista de la moral, que tiende a convertir los deseos en derechos. Una mujer estéril desea tener un hijo; por ende, tiene derecho a tenerlo casi de cualquier manera, por ejemplo usando el vientre de otra mujer. Un hombre enfermo desea dejar de sufrir; por ende, tiene derecho a hacerlo casi de cualquier manera, por ejemplo haciendo que lo maten o lo ayuden a suicidarse. El problema de la moral subjetivista es que no tiene ningún fundamento objetivo, por lo que en última instancia el empeño moral se reduce a obtener el poder suficiente para imponer la voluntad propia a los demás.

Para terminar procuraré presentar de un modo sumamente breve los fundamentos filosóficos de la moral cristiana en general y de la condena católica de la eutanasia y la maternidad subrogada en particular.

La moral cristiana sólo puede ser comprendida y defendida con base en tres conceptos fundamentales: la naturaleza humana (lo que el ser humano es), el fin último del hombre (lo que el ser humano está llamado a ser) y la ley moral: el camino que el ser humano debe recorrer para llegar a ser lo que está llamado a ser a partir de lo que es. El ser humano es una unidad sustancial de cuerpo material y alma espiritual e inmortal y está llamado a la comunión perfecta de amor con Dios, su Creador. Para ello debe amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. Todo esto implica que hay un orden moral objetivo: los actos humanos compatibles con el fin último del hombre son buenos y los incompatibles con dicho fin son malos. El amor cristiano no es un mero sentimiento romántico sino la voluntad de hacer el bien, que se manifiesta en actos moralmente buenos.

La filosofía moral permite fundamentar el rechazo a la eutanasia en dos silogismos concatenados: a) siempre se debe hacer el bien y evitar el mal; he aquí que matar a un ser humano inocente (homicidio) es intrínsecamente malo; ergo, nunca se debe cometer un homicidio; b) nunca se debe cometer un homicidio; he aquí que la eutanasia es un homicidio; ergo, nunca se debe cometer una eutanasia.

También el rechazo a la maternidad subrogada se puede fundar en un razonamiento silogístico: se debe evitar el mal; he aquí que engendrar un hijo fuera de la unión conyugal es intrínsecamente malo; ergo, no se debe engendrar un hijo fuera de la unión conyugal; he aquí que la maternidad subrogada engendra un hijo fuera de la unión conyugal; ergo, no se debe recurrir a la maternidad subrogada.

Traduciendo esto al lenguaje de los derechos humanos, podríamos decir lo siguiente. Los derechos humanos auténticos son los que tienen como contrapartida los deberes humanos de los demás. Pedro tiene derecho a la vida porque todos los demás tenemos el deber de respetar y salvaguardar su vida, lo que implica, entre otras cosas, que no debemos matarlo salvo en un caso de legítima defensa. Pues bien, los derechos humanos naturales son inalienables e incondicionales. Que Pedro sea un enfermo terminal que sufre mucho no le quita su derecho a la vida. Lo que debemos hacer con Pedro no es matarlo sino aliviar su sufrimiento y acompañar con paciencia y cariño su última etapa en esta vida. Por otra parte, aunque sea estéril, María no tiene un derecho a la maternidad subrogada porque ninguna otra mujer tiene el deber ni el derecho de prestar (y mucho menos de alquilar) su cuerpo para gestar durante casi nueve meses un hijo de María.


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3 comentarios

  
Marta de Jesús
Blanco y en botella. Clarísimo.

Muy bien explicado, en especial para los sencillos.
03/05/24 6:07 PM
  
Victor Burgos
Muy claro y conciso su artículo, Sr. Iglesias. El párrafo sobre la visión subjetivista de la moral es demoledor. Además, creo que cabe señalar, que esa visión subjetivista donde el deseo individual pretender estar por encima del Orden Natural de las cosas, del Derecho y demás, es cada vez más común y se propaga cada vez con mayor facilidad.

Qué Dios lo bendiga.

PD: por cierto, soy paisano "legal" suyo.

Un abrazo.
03/05/24 8:38 PM
  
sofía
Gracias por la explicación.
12/05/24 10:53 AM

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