El arte de insultar al enemigo. Terrorismo de género
Así debe expresarse el arte de insultar al enemigo; fuerte, franco y con humor.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
Terrorismo de género: los modernos retrógrados
Fuente: Red de Cabildos abiertos
Escupiendo odio por su derrota en el rechazo popular y la votación senatorial sobre el aborto, las minorías burocráticas pseudoprogresistas a sueldo de la Internacional de la Muerte se han lanzado con furia a emputecer la sociedad, concentrándose en la corrupción de menores (desde la más tierna infancia) a través de la llamada “Educación Sexual Integral”.
Las hordas de atacantes se potenciaron con el programa de propuestas lanzadas en Buenos Aires el 3 de octubre pasado por el W20, troupe “de afinidad” feminista que integra el circo montado durante todo este año en nuestro país y que culminará a fines de noviembre con la “cumbre” de mandatarios de países reunidos en el G20. Toda esta farándula de personajes – que no fueron elegidos por los votos de ningún pueblo – le prescriben al Estado Argentino que garantice la obligatoriedad de la educación sexual degenerante en las escuelas públicas o privadas, confesionales o laicas y en todos los niveles de la enseñanza, a partir del inicial. Además, por supuesto, del aborto “legal, seguro y gratuito” sin restricciones en cuanto al tiempo de gestación, bancando con dineros públicos las drogas y toda la cobertura para la “salud” (?) abortera.

Antes les ponían un chaleco de fuerza y les daban medicamento. Ahora, como parte del plan sistemático para desenganchar la sexualidad de la biología y convertirla en expresión arbitraria de la libertad, le hacen un artículo en el diario.
Por Enrique de Zwart
Fanny Bustos (un invertido disfrazado de mujer) integrante de la Asociación de Travestis, Transgéneros y Transexuales de Argentina (ATTTA), lo cuestionó en privado y -según su versión- recibió esto como como respuesta:






