Cuando los Papas se equivocan: el error y la condena del Papa Honorio

Sobre el eterno tema de la posibilidad de que los Papas se puedan o no equivocar, resumimos aquí abajo un excelente artículo que sigue en todo el excelente libro del Padre John Chapman titulado “La condena del Papa Honorio”, publicado en 1907 por primera vez, luego de la definición del dogma de la infalibilidad papal.

El resumen que ahora traducimos y comentamos puede leerse AQUÍ.

Vamos nomás entonces.

*     *     *

Se dice que un Papa habla ex cathedra o “desde la cátedra” cuando presenta solemnemente alguna enseñanza de una manera que pretende ser definitiva y absolutamente vinculante. Esto también se conoce como ejercicio del magisterio extraordinario del Papa , y su objetivo es resolver de una vez por todas cuestiones en disputa relativas a la fe o la moral. El Concilio Vaticano I (Constitución dogmática Pastor Aeternus) enseñó que tales definiciones doctrinales ex cathedra son infalibles y, por tanto, irreformables. 

El magisterio ordinario de la Iglesia también (ya sea en la persona del Papa o de algún otro obispo o cuerpo de obispos) a veces puede enseñar de manera infalible, cuando simplemente reitera alguna doctrina que siempre y en todas partes se ha enseñado. 

La Iglesia no sostiene, sin embargo, que los Papas siempre enseñen de manera infalible cuando no hablan ex cátedra. Una razón para afirmar esto es que ha habido unos pocos papas (aunque sólo unos pocos) que se equivocaron al no ejercer su magisterio extraordinario. Quizás, el caso más espectacular es el del Papa Honorio I (papa del 625 al 638 d.C.), quien enseñó un error cristológico que facilitó la difusión de la herejía monotelita, y fue formalmente condenado por ello por varios concilios de la Iglesia y papas posteriores. 

El caso de Honorio se analiza en muchas historias de la Iglesia y obras de referencia, pero se puede encontrar un relato especialmente detallado en el breve libro de John Chapman La condenación del Papa Honorio , que fue publicado en 1907 (puede leerse AQUÍ) .   Chapman es también el autor del artículo sobre el Papa Honorio en la Enciclopedia Católica de 1910 , que presenta un relato más breve pero sustancial.   

1. ¿Pero cuál fue el error del Papa Honorio?

La herejía monotelita surgió como secuela de la herejía monofisita.   La cristología ortodoxa sostiene que Cristo es una Persona con dos naturalezas, divina y humana.   El monofisismo sostiene que Cristo tiene una sola naturaleza, la divina.   El monotelismo (“monos”, uno y “thélo”, quiero) puede entenderse como un intento de encontrar una posición intermedia entre el monofisismo y la ortodoxia.   Sostiene que si bien hay dos naturalezas en Cristo, solo hay una voluntad .   Desde el punto de vista de la ortodoxia, esto es inaceptable, porque la voluntad es parte integral de la naturaleza.   Por tanto, negar la realidad de dos voluntades en Cristo es implícitamente negar que tenga dos naturalezas.

Los problemas para el Papa Honorio comenzaron cuando Sergio, patriarca de Constantinopla, le escribió sobre el tema de la voluntad de Cristo y propuso un compromiso que podría atraer a los monofisitas descontentos.  En su respuesta, Honorio afirmó que es mejor evitar hablar de “una o dos operaciones” en Cristo , e incluso afirmó que hay “una voluntad” en Cristo.   El problema es que la primera afirmación parece dejar margen de maniobra al monotelismo, y la segunda parece afirmarlo positivamente.

Sin duda, como han argumentado los defensores de Honorio y como permite Chapman, la intención de Honorio no era herética; era más bien política: quería acercar a los alejados por esa herejía cristológica, es decir, dogmática. Pero las declaraciones de Honorio dieron argumentos a los monotelitas, quienes trataron sus palabras como una definición doctrinal y apelaron a ellos en apoyo de su posición.  

Ahora, hayan sido cuales hayan sido las intenciones de Honorio, como dice Chapman, “en una definición son las palabras las que importan” más que la intención detrás de ellas, y, se quiera o no las palabras de Honorio eran “más allá de toda duda, heréticas” (p. 16), porque iban, al final de cuentas, contra el dogma de doble naturaleza del Señor. 

Ahora bien, Honorio no estaba proponiendo, de hecho, una formulación definitiva ex cathedra , por lo que su error no es incompatible con las enseñanzas del Vaticano I sobre las condiciones de la infalibilidad papal.  Pero no es cierto decir (como algunos han hecho en defensa de Honorio) que hablaba simplemente como un teólogo privado.   Él no estaba haciendo eso: Sergio le había escrito pidiendo un consejo autorizado del obispo de Roma, y ​​Honorio respondió en esa calidad.  Y el error fue extremadamente grave, porque, como señala Chapman, la herejía monotelita en realidad sólo cobró impulso después de la respuesta de Honorio a Sergio y, en parte como resultado de ella.

Los papas que siguieron a Honorio comenzaron a corregir la situación afirmando la enseñanza ortodoxa, e inicialmente intentaron dar a las palabras de Honorio un sentido ortodoxo o simplemente ignorarlas.   Pero a medida que la controversia crecía, se hacía cada vez más difícil defender al Papa Honorio.

2. La condena de Honorio

Casi cincuenta años después de la muerte de Honorio, el conflicto subsistía por lo que en el tercer Concilio de Constantinopla (680-681 d. C.), también conocido como Sexto Concilio Ecuménico (reconocido como autorizado por la Iglesia Católica) fue convocado para hacer frente a la crisis que, finalmente, condenó muy duramente con estas palabras la postura de Honorio respecto de Sergio:

“Después de haber reconsiderado… las cartas doctrinales de Sergio… a Honorio algún tiempo Papa de la Antigua Roma, así como la carta de este último al mismo Sergio, encontramos que estos documentos son bastante ajenos a los dogmas apostólicos, a las declaraciones de los santos Concilios, y a todos los Padres aceptados, y que siguen las falsas enseñanzas de los herejes; por lo tanto, los rechazamos por completo y los execramos como perjudiciales para el alma .

Pero no sólo sus palabras fueron condenadas, sino la propia persona de Honorio fue, asimismo, execrada:

“Definimos que será expulsado de la santa Iglesia de Dios y anatematizado Honorio, que fue algún tiempo Papa de la Antigua Roma , porque encontramos que, en lo que ha escrito a Sergio, seguía su punto de vista y confirmaba sus doctrinas impías”.

Tanto fue así que el difunto Papa fue incluido por ese gran Concilio en una larga lista de herejes anatematizados:

“¡A Teodoro de Pharan, el hereje, anatema!

¡A Sergio, el hereje, anatema!

¡Anatema para el hereje Pirro!

¡A Honorio, el hereje, anatema!”

Etc.

Y otra vez:

“Expulsamos de la Iglesia y sometemos con razón al anatema, a todas las novedades superfluas, así como a sus inventores: a saber, Teodoro de Faran, Sergio y Pablo, Pirro y Pedro (que fueron arzobispos de Constantinopla)… y con ellos a Honorio, que era gobernante de Roma, mientras los seguía en estas cosas”.

Claro que de ninguna manera esto reflejó una animadversión contra Roma, ni un rechazo a la autoridad papal. Al contrario, como subraya Chapman, los decretos del Concilio fueron firmados por los representantes del Papa de entonces, el Papa San Agatón confirmando lo dicho en ese concilio el papa siguiente, San León II, quien añadió su propia condena personal de Honorio afirmando :

“Anatematizamos a los inventores del nuevo error (el del monotelismo)… y también a Honorio, que no intentó santificar esta Iglesia Apostólica con las enseñanzas de la tradición apostólica, sino que con traición profana permitió que se contaminara su pureza”.

Pero esto no fue lo último.

El Séptimo Concilio Ecuménico de 787 d.C. (también conocido como Segundo Concilio de Nicea) reiteró la condena del concilio anterior diciendo:

“Afirmamos que en Cristo hay dos voluntades y dos operaciones según la realidad de cada naturaleza, como también enseñó el Sexto Sínodo, celebrado en Constantinopla, expulsando a Sergio, Honorio , Ciro, Pirro, Macario y a los que están de acuerdo con ellos”.

Y otra vez:

“También hemos anatematizado… la doctrina de una voluntad sostenida por Sergio, Honorio , Ciro y Pirro”.

El Octavo Concilio Ecuménico de 869-870 d.C. (también conocido como el Cuarto Concilio de Constantinopla) reiteró la condena una vez más:

“Anatematizamos a Teodoro, que fue obispo de Farán, a Sergio, Pirro, a Pablo y a Pedro, los impíos prelados de la iglesia de Constantinopla, y con estos a Honorio de Roma”.

Como señala Chapman, además de estos repetidos anatemas, a partir de entonces, cada nuevo Papa que jurase su cargo entre el siglo VIII y el XI debía prometer combatir los errores de varios herejes,

“ Junto con Honorio, que añadió combustible a sus perversas afirmaciones(págs. 115-16)

Además de eso, Chapman añade: “Honorio fue mencionado como hereje en las lecturas del Breviario Romano del 28 de junio fiesta de San León II, hasta el siglo XVIII” (p. 116).

Pasaron más de cuarenta años entre la muerte de Honorio y su condena por el primero de los concilios mencionados.   Pero una vez que fue condenado, la condena fue reafirmada repetidamente en los niveles más altos de la Iglesia durante siglos.

Ahora bien, ¿es posible defender a Honorio?

Según Chapman “indiscutiblemente ningún católico tiene derecho a negar que Honorio fuera un hereje… un hereje en palabras, aunque no en intención”, repite (p. 116). Algunos han tratado de mostrar cómo las palabras de Honorio pueden leerse de manera ortodoxa, pero, como enfatizan Chapman y Butler, esto pasa por alto el punto de que la cuestión de si Honorio fue o no un hereje no puede resolverse con referencia únicamente a sus cartas.

El hecho de que los concilios y más tarde los propios papas lo hayan denunciado como hereje también es crucial, por lo que negar que fuera un hereje es desafiar el juicio de estos concilios y papas por lo que decir que Honorio no se equivocó, implica decir que los papas y los concilios posteriores (aprobados y reconocidos por la Iglesia) sí se equivocaron.

Es cierto que a través de los siglos ha habido quienes han tratado de defender a Honorio no por sí mismo, sino por el Papado mismo. Quizás el más eminente teólogo haya sido San Roberto Belarmino (en el Libro 4, Capítulo XI de Sobre el Soberano Pontífice) que, en tiempos del protestantismo, intentaba salvaguardar la autoridad de Roma.  Pero sus argumentos han sido siempre débiles y rechazados por teólogos católicos ortodoxos posteriores.

Por ejemplo, Belarmino propone que “quizás” la carta de Honorio a Sergio fue falsificada por los herejes; y aún cuando no hubiese sido falsificada, se podría interpretar católicamente…

3. La lección de Honorio

Como señala Chapman

Honorio era falible, estaba equivocado, era un hereje, precisamente porque no declaró, como debería haberlo hecho, con autoridad, la tradición petrina de la Iglesia romana.   No apeló a esa tradición, sino que simplemente aprobó y amplió el compromiso poco entusiasta de Sergio”. (pág.109)

Honorio era capaz de equivocarse en su propia carta porque no estaba allí hablando ex cátedra. Y realmente cayó en error en este caso porque no estaba enseñando en continuidad con la tradición. Después de todo, como enfatizó el Concilio Vaticano I al proclamar la infalibilidad papal, el objetivo de la infalibilidad no es autorizar al Papa a enseñar novedades, sino, por el contrario, garantizar que preserve la enseñanza tradicional:

“Porque el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro no para que, por su revelación, dieran a conocer alguna nueva doctrina, sino para que, con su ayuda, pudieran guardar religiosamente y exponer fielmente la revelación o depósito de fe transmitido por los apóstoles” (c. IV, Pastor Aeternus).

Las lecciones del caso de Honorio son claras.   Cuando un Papa no habla ex cathedra , es posible que caiga en error. Y si, en ese contexto, enseña algo contrario a la enseñanza tradicional de la Iglesia, caerá en el error y, por lo tanto, puede inducir a otros a cometer el error también, con consecuencias catastróficas para la Iglesia.   Pero en tal situación la Iglesia se recuperará pronto y llegará a juzgar con dureza a cualquier Papa que haya fomentado tal crisis.

Es cuestión de esperar el juicio de la historia nomás. 

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

17 comentarios

  
Daniel
Tengo tres cosas que quisiera preguntar o comentar:

1er lugar: de por sí es infalible lo que afirmen los concilios, y sobre todo los ecumenicos, asistidos por el Espiritu Santo, por lo cual se ha de afirmar que Honorio en verdad fue un hereje, aunque por mi parte (ya que solo conozco por la informacion que nos brinda) no sé si en verdad mantuvo un pensamiento herético hasta el final de sus días (Dios quiera que no haya sido así, pero por lo que parece, a sus ojos lo fue).

En 2do lugar: Habiendo leido el objeto del error, me entra la duda por mi ignorancia, es decir, creo firmemente en las dos naturalezas de Cristo, ¿pero cómo es aquello de que son dos las voluntades de Cristo? ¿Ácaso ambas naturalezas no se unifican en una voluntad? (si el dogma dice que posee dos entonces por Lógica no, pero no entiendo que tenga dos voluntades y que significa ello) Perdoneme si caigo en error por esto, pero en verdad no comprendo esto.

En último lugar: Es acertado decir que los papas se pueden equivocar y que son infalibles solo en ciertas situaciones, más me parece exagerado comparar el caso del Papa Honorio (quien en verdad se puede decir que jugó con los dogmas) con la actualidad donde no solo no se jugó directamente con un dogma (pues en el documento se mantiene, al menos según aifrma el prefecto, la doctrina del matrimonio), sino que tampoco salió de la boca del papa ni mucho menos negaba la doctrina católica. Más (eso sí) se autorizó una declaración ambigua e innecesaria.
Usted no explicita nada (aunque el contexto aclare), pero se me hace exagerado insinuar el juicio de la historia comparando a un hereje excomulgado con el pontifice actual, que por más que no sea el más tradicional, no es moco de pavo afirmar que cayo en semejante crimen y que la historia dira si es culpable.

Muchas gracias por su lectura. Saludos y bendiciones!
27/12/23 2:03 AM
  
SS
Es peor, es ser del mundo.
27/12/23 6:26 AM
  
Luis López
Hace un tiempo estuve estudiando el tema de Honorio y escribí lo siguiente:

"Habría que señalar antes de todo que las cartas de la discordia y la polémica que envía Honorio al hereje Sergio en el 634 DC no son textos magisteriales (no cumplen los requisitos de una proclamación "excatedra"). Sin embargo son a mi juicio imprudentes (por tratar temas doctrinales complejos sin tener la sólida formación teológica de los cristianos orientales), ambiguas (por usar, sin condenarlas, expresiones monotelitas) y cobardes (por no responder con contundencia al sofista Sergio, quien -seguramente por ser hereje-, era bastante más inteligente que el Obispo romano y lo engatusó con habilidad). Lo más sorprendente es que Honorio reconoce que hay que "cortar los enredos de las cuestiones inextricables" y que hay cuestiones que "no deben preocuparnos a nosotros y hay que dejarlas a los gramáticos" (parece que ha olvidado que él es el Papa, y las cuestiones doctrinales no pueden dejarse en manos de gramáticos). En fin, desbordado por su inepcia, admite con turbadora franqueza que hay sutilezas doctrinales que él no alcanza. Sin embargo las trata con manifiesta torpeza en su carta, puesto que afirma "una sola voluntad en nuestro Señor Jesucristo", lo que no es ortodoxo. En descargo suyo diremos que el anzuelo para que cayese en esa respuesta equivocada se lo había puesto sagazmente delante el hereje Sergio de Constantinopla al preguntarle si las dos voluntades de Cristo -humana y divina- eran contrarias. Decir que sí era una clara herejía; decir que no significaría admitir una única voluntad (ya que la voluntad humana y la divina parecen difícilmente conciliables) Honorio no alcanzó otras explicaciones intermedias (o no quiso consultar con teólogos o no tenía tiempo, enfrascado en numerosos problemas como atestiguan las fuentes) y cayó en la trampa. Lo que parece que le quiso responder Honorio es que no existía dicha contradicción -lo que es ortodoxamente cierto-, pero no calando la magnitud teológica del problema, quiso evitar las sutilezas de la explicación -"cuestión inextricable" lo llamaba-, y simplificó la respuesta al afirmar que había una sola voluntad en Cristo. Posiblemente, si alguien le hubiera explicado con tiempo y serenidad que al igual que en Cristo hay dos naturalezas -humana y divina-, también hay dos voluntades, de modo que "las dos voluntades del único y mismo Cristo están coherentemente unidas en el único y el mismo Cristo Dios" (Sínodo de Letrán, 649 DC), es decir, dos voluntades unidas en la única persona del Verbo, lo hubiera aceptado. Honorio, que expresamente rechazaba la herejía de las dos voluntades contrarias de Cristo, huyendo de ella, pensó que los problemas se solventarían simplificando la respuesta y habló de una sola voluntad, si bien señalando dubitativo una frase que, si no le disculpa, sí puede servir para que dilucidemos su verdadera intención: "si por las obras de la divinidad y de la humanidad deben citarse una o dos operaciones derivadas, es cuestión que no debe preocuparnos a nosotros". Es decir, que no tenía ni idea del problema en ese nivel de complejidad teológica (eso no es reprochable, los Papas no están obligados a ser necesariamente unas lumbreras teológicas -Pedro no era Pablo, Pablo no era Pedro-, basta que confirmen la fe de la Iglesia -Lc. 22,32- aunque no la alcancen intelectivamente). Seguramente le hubiera gustado decir (pero no dijo por su poca inteligencia) que existe, no una voluntad, sino una unidad de voluntades y operaciones -sin confusión, mezcla y división- en la Persona única de Jesucristo. En fin, dejo el tema; la polémica sigue abierta, aunque a mi juicio muy amplificada por los numerosos sitios anticatólicos que pululan por la red. Honorio fue, a mi juicio, un Papa poco inteligente y bastante torpe, pero no un hereje. Por otro lado las fuentes lo presentan como un hombre piadoso, cuya trayectoria impecable quedó definitivamente emborronada para la posteridad por estas desafortunadas cartas, que si ser un "documento magisterial" (sino una mera correspondencia privada) han tenido más fama que muchos e importantes documentos verdaderamente magisteriales".
27/12/23 10:32 AM
  
clara
Interesantísima clase de Historia de la Iglesia. Gracias, Pater.
27/12/23 11:39 AM
  
Virginiano
Gracias, Padre.

@Daniel: la idea de recordar en estos tiempos el caso del Papa Honorio no es para comparar la situación actual con un herejía, sino para recordarnos a los católicos que algo no es cierto simplemente porque lo haya dicho el Papa. Es algo que muchos católicos habían o habíamos olvidado, sin duda porque los dos Papas anteriores, de bendita memoria, nunca dieron pie a ello.
27/12/23 1:15 PM
  
templario
El caso del papa Honorio es entendible porque siendo hombre se puede equivocar. Sin embargo el caso actual necesita mas investigación para entenderlo. Le sugiero la lectura del libro de Antonio Socci titulado "el secreto de B-XVI".
Por supuesto las declaraciones verbales y por escrito del cardenal Daneels, son indispensables: Entre yo y otros cardenales de la mafia de S. Galo, provocamos la renuncia de B-XVI y propiciamos la entrada de Bergoglio.
También las manifestaciones de Jesús a Matilde Oliva en Colombia en 1997, son impresionantes: "estando vivo el papa nombrarán a otro. El primero será el verdadero el segundo el falso".
Claro está le ayudarán mucho las citas bíblicas referentes a este caso.
2ª Tesalonicenses 2.
Apocalipsis 13 y 14.
Catecismo 675.
Non Nobis.
27/12/23 1:47 PM
  
Daniel
Quiero rectificar una cosa sobre el primer punto.

Dios no elige a cualquiera para ser papa, sino a aquel que desea poner en esas cirscunstancias, de lo contrario no se podría decir que la Iglesia es de Dios. Más aun, aquel que es elegido no solo es elegido por Dios sino que, por la misma razón de su asunción, debe ser especialmente asistido por Dios (y por toda la creación) pues, por más o menos formado que sea, tiene bajo si el deposito de la fe y su palabra se debe enmarcar dentro del magisterio, por más que en su obrar no escale hacia el cielo. En conclusión, en pos de salvaguardar la fe y mantener al pueblo fiel, el papa no puede errar doctrinalmente, pues no se podrís decir que el Espiritu santo asista a los papas, ni tampoco creo que eliga a alguien para sepultarlo en su propia condenación (en el caso de Saul, por ejemplo, o de otros reyes, se condenaron por su obrar al dejar a Dios), cosa que seria una tomadura de pelo, por lo cual todo papa debe ser asistido por Dios y más aun, debe decirse que no puede caer en herejía siendo pontifice.

Ahora bien, tampoco el concilio se puede equivocar sobre sus juicios, y excomulgar es muy grave, por lo cual hay una contradicción, pues es inadmisible que un concilio y un magisterio solemne se equivoque por lo cual si se tiene que negar a uno, es más probable que Honorio en verdad fue hereje. Sin embargo cabe la posibilidad de que se lo haya condenado para evitar mayores errores, cosa que es valida pero si se llega a excomulgarlo, ahí pareceria que se lo condeno formalmente.

Es algo confuso y que da para mucho material teológico.
27/12/23 2:40 PM
  
Rafael
Esperemos no tener que esperar mucho tiempo para corregir errores, que están haciendo mucho daño.
27/12/23 2:42 PM
  
Daniel
@Virginiano

Comprensible, precisaba confirmarlo. Si es así, concuerdo con la enseñanza.
27/12/23 2:43 PM
  
Mauricio
¿Todos se equivocan menos él, Por qué no hará un video exponiendo sus faltas y errores o creerá que no tiene?

Pero en la Iglesia católica no hubo ni habrá Papas que enseñen error porque sería afirmar que la Iglesia y el Papa no cuentan con el Espíritu Santo y satanás la venció.

Se equivoca el sacerdote, Honorio no enseñó herejía, porque era una carta privada y fue excomulgado después de su muerte por los orientales.
27/12/23 2:46 PM
  
Alfonso M.
Muchas gracias Pater, muy bien explicado y con todo detalle. Feliz Octava de Navidad
27/12/23 4:33 PM
  
Luis López
Daniel, el albedrío humano puede resistir al Espíritu Santo, por muy fuerte que sea la influencia de esta Persona Divina en los obispos de Roma.

¿Influyó en algo el Espíritu Santo para que el Papa Virgilio en el siglo VI aceptase por presiones una fórmula semiarriana?

La Infalibilidad Papal no significa que no puedan cometer graves errores doctrinales y morales. Sólo significa que cuando hablan con autoridad ex cathedra -es decir, en contadísimas ocasiones- no pueden cometer errores contra la fe y la moral.



27/12/23 6:14 PM
  
Juan Clímaco
Mauricio:
Usted entra en contradicción pues el papa Honorio fue condenado...por los papas posteriores al aceptar y publicar los anatemas de esos concilios ecuménicos (fueron recibidos también por Hispania y la Galia como tales por lo que no fueron solo orientales). Ergo esos papas posteriores enseñaron el error al condenar como heréticas cosas que no lo eran.
Tampoco vale eso de que a Honorio se le malinterpretó y qué no decía lo que dijo. Tipico modo de argumentar de los jansenistas y condenado por Alejandro VII ya en el siglo XVII Puede que su intención no fuera esa pero scripta, scripta.
Por cierto, el propio Cristo llamó Satanás a S. Pedro (Mt.16, 21-23) y piedra de escándalo. Aviso fue del futuro cuando el papa habla como si fuera del mundo
28/12/23 1:39 PM
  
Josep
F. S. es una declaración, no es infalible.
28/12/23 8:41 PM
  
Vladimir
No creo que al Papa lo elige Dios: lo eligen hombres que piden la asistencia de Dios, pero que, al final deciden a partir de lo que alcanza su propio entendimiento y de lo que creen que es mejor.
Ya elegido el Papa (elegido por hombres), entonces sí, Dios lo continuará asistiendo, para que se mantenga fiel a la Fe Católica y confirme en ella a sus hermanos; pero, la asistencia divina, de ninguna manera impide la libertad humana.
Dios no tiene prisa (es dueño del tiempo) y los errores de ahora serán declarados como tales, cuando sea el momento, aunque talvez nosotros ya no estaremos en la iglesia militante.
28/12/23 10:34 PM
  
María M.
Excelente y clarificador Artículo, padre Javier. El desconocimiento nos hace vulnerables. infalible, Solo Dios!!.

Quisiera mencionar a los múltiples sacerdotes que tampoco son infalibles y que sostienen Herejías que arrastran al Cisma y al Protestantismo e incluso al paganismo a millares de católicos que fueron educados en La Verdad de nuestra Santo Magisterio de la Iglesia.

Y esto lo menciono, porque en mi propia familia entre mis primos hermanos con quienes me eduqué en la Fe cristiana de igual modo, tengo que ver como están confundidos y desnortados, ellos y sus hijos en manos de un cura Hereje, Fray Marcos, que todavía no entiendo como diciendo y haciendo lo que hace, que hasta se inventa sus propias misas y su propio Evangelio, continúa adoctrinando en un pueblo de Madrid.

¿¿Es que no hay ni un sólo Obispo que pueda actuar Santamente y sacar de ahí a este Fraile que ha perdido la Santa vergüenza y la Fe??

Me acabo de enterar y me ha amargado el día, Gracias a Dios, mi marido que sabe expresarse mejor que yo, le ha proclamado la Verdad a uno de mis primos con todo respeto, siendo implacable y defendiendo el Evangelio de Jesucristo, el cual, gracias a ese Fray Marcos, ya no se lo creen y se han reinventado. Ave Maria!!!

En infovaticana pueden leer algo sobre él.
29/12/23 11:05 AM
  
Tamayo
En 1524 Clemente VII autoriza a la Inquisición en la Corona de Aragón para juzgar la sodomía, con penas de latigazos, galeras e incluso la hoguera.
En el siglo XX Juan Pablo II publica un nuevo catecismo donde se dice que a los homosexuales hay que acogerlos con respeto pero que lo suyo sigue siendo pecado, y en las celebraciones del tercer milenio pide perdón por la Inquisición.
Ahora en el s XXI Francisco autoriza bendiciones para las parejas del mismo sexo.
¿Era un hereje Clemente VII, lo era Juan Pablo o lo es Francisco?
¿Puede cambiar la moral, antes era bueno combatir el pecado nefando con mano dura y ahora es bueno acogerlos con respeto e incluso bendecirlos?
29/12/23 3:58 PM

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