Liberalismo, escuela austríaca y catolicismo liberal. Entrevista a Daniel Marín Arribas

Para MILEI y espert que lo miran por TV jaja

Estimado padre Olivera.

Creo que antes de realizar la entrevista le convendría leer la crítica que le hizo hace unos meses el padre Francisco José Delgado al señor Marín en su artículo "El Papa, la renta básica y los pobres" (colgado en su blog de Infocatolica), en la sección de los comentarios.

https://www.infocatolica.com/blog/duropedernal.php/2005181112-el-papa-la-renta-basica-y-los

No tiene desperdicio alguno.
Reciba un cordial saludo.

Una de las falacias mas extendidas por los seguidores del liberalismo austriaco es que la escuela de Salamanca fue su predecesora con la teoria subjetiva del valor.
Ni el campo de estudio principal de la escuela de Salamanca fue la economia ni en ese tema defendieron los dogmas de la praxeologia de von Mises los doctores salmantinos.

En efecto, la Escuela Austriaca no apoya la teoría luterana de los dos reinos ni pretende construir el Reinado de Cristo en la tierra. Defiende el orden natural, conjugable con el libre albedrío tomista, pero no una utopía de hombre perfecto. Tampoco es compatible con los pretextos identitarios así como tampoco con los nacional-socialistas.
Estudien mejor a Woods, y lean a un párroco gallego: https://www.navarraconfidencial.com/2020/10/22/p-ripoll-la-defensa-del-libre-mercado-es-inherente-a-un-orden-economico-tradicional/.
En Polonia entendemos que el lutericionismo es tan cancerígeno como el socialismo del PIS votado por muchos católicos.
Un saludo.
Mateusz.

Tan falsa es la piedra angular del dogma de la escuela austriaca, que es el libre mercado como la piedra angular del dogma del marxismo que es la teoría del valor-trabajo.
Ambas no se dan en la realidad de la economía porque en ambos dogmas se tratan como mercancías a cosas que no lo son, como la naturaleza, el trabajo y el dinero.

El quid de la cuestión radica en comprender que uno no puede ser católico por sí mismo, debe ser bautizado por otro. Pero uno si puede adscribirse a las ideas liberales sin que otro intervenga. Ése es el punto de ruptura entre el catolicismo y el individualismo.

La disertación es interesante y certera pero habría que complementarla con una figura distinta: la del liberal católico. Porque la restricción en el comportamiento moral no puede venir dada, por su propia definición, por el liberalismo. Sin embargo, si puede serlo por un catolicismo reducido a un conjunto de normas o ideas, por el valor propio de esas normas. Hay ateos que sí creen en las normas de la Doctrina Social de la Iglesia.

Es el catolicismo lo que adjetiva y matiza a lo liberal y no al revés. Quizá el paso de lo liberal al liberalismo sea el que dan aquellos que hacen de la libertad una ideología prescindiendo del fundamento de cualquier concepción vital, la verdad. Y ése es el principal error del liberalismo, la negación del acceso a la verdad, la realidad de las cosas, y por ello de la misma existencia de la verdad. El catolicismo salva al liberal de su propia ideología.

Esto no puede decirse de la dupla cristiano socialista o socialismo cristiano porque, a diferencia del liberalismo, sí existen en las corrientes socialistas un deseo por substituir la religión por la política (o conciencia colectiva) o la política por una religión consensuada. En el liberalismo la religión es usurpada por la conciencia individual.

En el socialismo sí existe una "verdad", el consenso, y quien no se acomoda a esa "verdad" queda fuera de juego. No puede ser, por tanto, la Verdad si no todos pueden participar de ella.

Si el liberalismo suena tan extraño frente al socialismo es por dos motivos. Por una identificación de prójimo con lo social (doy cobijo y alimento a los pobres, prójimo remoto, pero no me hablo con mi mujer, prójimo real) frente al individualismo trascendente del liberalismo. Y por ser el liberalismo una irrupción reciente en la Historia porque lo consuetudinario en el hombre es la dependencia de un jefe tribal, de un patricio, de un señor feudal, de un partido o de una empresa.

Está tan arraigada esa costumbre que el primer vicio en el que cae el hombre liberal es el de la oligarquía (la banca, la industria, la política, la universidad...la casta), que no es más que la dimensión social llevada al extremo.

En favor del socialismo, como movimiento político, sí habría que decir que es causa segunda de los conflictos, como reacción a la incidencia del liberalismo en la sociedad (tulipanes a precio de oro, nacionalismo exacerbados, cracks financieros, hiperinflaciones versallescas, estafas piramidales, burbujas inmobiliarias...). El liberalismo es un arma de doble filo, capaz de lo mejor pero también de lo peor. El socialismo es un arma de un sólo filo ¡pero qué filo!

En definitiva, dos utopías enfrentadas y responsables de las mayores catástrofes que ha vivido la Humanidad por su fundamento común en el ateísmo, por pecado de omisión o comisión de pecado. Así que ni se imagine lo que puede dar de sí el socialismo liberal que es el entramado en el que hoy vivimos. "Todos somos iguales pero algunos somos más iguales que otros".

Quizá sea el momento de profundizar en la nueva encíclica papal -Fratelli Tutti-, ya que todos somos hijos de un mismo Dios.

Estimado padre Olivera.
Sobre una perspectiva católica de la Escuela Austriaca, creo que sería buena idea entrevistar al historiador Tom Woods, autor al que usted creo que ya conoce, y que es uno de los mayores divulgadores de dicha en el mundo anglosajón.

También, acerca de la Escuela de Salamanca, uno de los mayores especialistas es Francisco Gómez Camacho, profesor de la Universidad Pontifica de Comillas. Puede encontrar sus artículos y demás obras en dialnet.

Reciba un cordial saludo.