InfoCatólica / Que no te la cuenten / Archivos para: Marzo 2017

9.03.17

Luterándonos: de defensor a enemigo de la vida religiosa.

Ampliemos un poco lo que ya dijimos antes acerca de la vida religiosa[1]:

 

“Creo que de 200 años a esta parte, jamás ha sido mejor que ahora el hacerse religioso; hoy que los religiosos están más próximos a la cruz, siendo objeto de irrisión para el mundo, incluso para los obispos y clérigos seculares. Los religiosos, como si hubieran ya conseguido todo cuanto desean, deberían regocijarse cuando se ven despreciados por sus votos hechos con la vista en Dios[2].

 

Pero luego…, luego todo cambiará. Los religiosos serán lo execrable del mundo, el vómito de la sociedad y los más perversos de los hombres.

 

«los votos solemnemente pronunciados delante de Dios, son una renegación de Cristo, un engaño diabólico, contrarios al Evangelio, y en tal supuesto, son por ellos difamados como apóstatas aún los religiosos que se han mantenido fieles a Dios»[3].

«Mediante el voto de castidad se reniega de ser hombre, con lo cual cada uno de ellos es invitado a quebrantar los sagrados votos; adelante, pues, decididamente, teniendo ante los ojos a Dios en la recta fe, y volviendo la espalda al mundo con su batahola, taconazos y vocinglería; no escuchar ni mirar nada aunque detrás de nosotros se hundan Sodoma y Gomorra, ni preocuparse de su paradero»[4].

“ningún voto de monje es válido en presencia de Dios: los clérigos, los monjes y las monjas todos a una están obligados a desentenderse de sus votos cuando se sienten capaces de fecundar y de multiplicar las criaturas de Dios”[5].

 

En este sentido, como señala Denifle, “fue el odio contra la Iglesia, de la cual eran los religiosos las tropas auxiliares más aguerridas, pero de los cuales él tenía por entonces necesidad y fue su obstinación en no reconciliarse con la Iglesia la que le excitó a la guerra contra las órdenes monásticas y los votos”[6].

Pero en segundo lugar, creemos que hay algo que debió influir enormemente en la espiritualidad del fraile agustino que, con el tiempo, hará explosión en su alma. Nos referimos a la Devotio Moderna: esa corriente espiritual por entonces “de moda”, que terminaría por incidir en la formación del joven sacerdote[7].

Lo veremos enseguida.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi



[1] Seguimos aquí las fuentes citadas y cotejadas a partir de la monumental obra de Fray Heinrich Denifle (ya ofrecida en castellano aquí y, en francés aquí). Los originales que hemos consultado de Lutero, tanto en alemán y en latín, se encuentran aquí.

[2] Carta a los romanos, fol. 275v (Heinrich Denifle, Lutero y el luteranismo. Estudiados en sus fuentes,Tip. Col. Santo Tomás de Aquino, Manila 1920, 41).

[3] Weim., VIII, 604 (Heinrich Denifle, op. cit., 7).

[4] Weim., XII, 243 y s.

[5] Erl., 20, 59 (Heinrich Denifle, op. cit., 9).

[6] Heinrich Denifle, op. cit., 45-46.

[7] Ya nos hemos dedicado en otro lugar a analizar las notas fundamentales y características de la Devotio moderna (aquí).

7.03.17

Michael Jones en Argentina: invitación

Próxima visita a la Argentina del católico estadounidense Dr. E. Michael Jones

Hace un tiempo publicamos aquí  aquí y aquí algunos textos históricamente incorrectos de Michael Jones, a quien veníamos leyendo desde hace quince años gracias al consejo de buenos amigos.

Pues bien, entre el 26 y el 31 de marzo, lo tendremos por Buenos Aires.

¿De quién se trata? Originario de South Bend, Indiana (EE.UU.) el Dr. Jones es un prolífico intelectual, erudito, historiador y de gran valentía, que aún sigue aullando como un lobo en el desierto católico. Su singular y riguroso método de trabajo intelectual le ha permitido abordar una gran trama de temas complejos de la cultura sobre los cuales la ideología dominante de lo políticamente correcto impide hablar.

Autor de más de veinte obras, el Dr Jones dirige la editorial Fidelity Press y la importante revista digital Culture Wars, foro del más alto y desafiante nivel con lectores en el mundo entero. Recientemente ha disertado en Londres, Berlín, la India, Suiza, Polonia, Méjico, Washington DC y otras ciudades dentro de los EE.UU.  

Para colmo, es padre de seis hijos y, hace algunos años, hasta se dio el lujo de entrevistar al entonces Cardenal Joseph Ratzinger.


El viaje del Dr. Jones a la Argentina –con el auspicio de un grupo de amigos interesados en su obra- se inscribe en el marco de un tema general que preocupa al ilustre visitante: la guerra cultural que, sin solución de continuidad, se viene librando contra la Iglesia Católica desde hace más de 70 años.

El programa de disertaciones en castellano los realizará en base a los siguientes temas

- Liberación Sexual y Control Político.

- Pasado y Presente Hispano- Católico de los Estados Unidos.

- Historia del Capitalismo como Conflicto entre el Trabajo y la Usura.

- La Última Revolución: el Neoconservadorismo y su teoría de la Destrucción Creativa.

- La Herejía Americanista y la Guerra Doctrinaria de la CIA que cambió a la Iglesia Católica.

- Tolkien y el Capitalismo.

Lugares y horarios para agendar:

  • Lunes 27  a las 20 en el Colegio Ezpeleta, Avda san Martín 960,  Bella Vista.

  • Miércoles 29  a las 19 en Colegio San Pablo José Andrés Pacheco de Melo 2300), CABA.

  • Viernes 31 a las 20 en Centro San Ignacio, calle 46  Nro 846 , e  11 y 12. La Plata, Buenos Aires.

Contacto para más información:

[email protected]

5.03.17

Este es el futuro que los liberales quieren

Por Enrique de Zwart

La escena en un subterráneo de Nueva York se viralizó rápidamente. El drag queen sentado junto a la mujer del niqab.

¿Por qué esta foto pone el dedo en la llaga? Desde la perspectiva cristiana tradicional uno (¿o es una?) representa la degeneración de nuestra cultura de siempre, mientras que la otra representa su reemplazo por una antagonista. Los progres celebraron la imagen como una representación exacta de su ideal. El liberalismo es una enfermedad grave pues ataca el sistema inmunologico de la sociedad.

La BBC fue a Nueva York para entrevistar a la gente y preguntar qué pensaban de la imagen. Y resulta que los liberales realmente quieren este futuro de fanatismo religioso alienígeno y desviación sexual descarada – incompatibles uno con el otro. Todo el mundo en el video de la BBC, probablemente seleccionado, sostiene que esto es normal y maravilloso. Nos alientan a “celebrar” esta diversidad ya que hace a “occidente” único. Bueno, en eso estamos de acuerdo. Y si no nos sobreponemos, con ayuda de Arriba, “occidente” será en el futuro estudiado por arqueólogos chinos como un extraño caso de suicidio civilizacional asistido.

Enrique de Zwart

para…

www.quenotelacuenten.org

 

4.03.17

Libro en papel: Sermones sobre el Anticristo de San Vicente Ferrer

Hace algunos días publicábamos aquí la versión del libro sobre el Anticristo y el fin de los tiempos de San Vicente Ferrer.

Como varios lectores nos pedían poder adquirirlo en formato papel, hicimos la prueba y lo hemos publicado, por ahora, a través de la tienda Amazon. Por si están interesados, pueden verlo ingresando aquí.

Dios los guarde y Santa Cuaresma.

P. Javier Olivera Ravasi

2.03.17

Luterándonos: mentiras y restricción mental

La teología católica enseña que nunca es lícito mentir[1]; nunca. Sin embargo, a veces, en circunstancias extraordinarias, es lícito ocultar la verdad a quien no tiene el derecho de conocerla (es el caso de un confesor, el de un secreto profesional, el que intenta evitar un mal mayor, etc.).

Santo Tomás, hablando de la virtud de la veracidad, conexa a la de justicia, decía claramente:

“Por el hecho de ser animal social, un hombre le debe naturalmente a otro todo aquello sin lo cual la conservación de la sociedad sería imposible. Ahora bien: la convivencia humana no sería posible si los unos no se fían de los otros como de personas que en su trato mutuo dicen la verdad. Y, según esto, la virtud de la verdad tiene en cuenta de algún modo la razón de débito”[2].

Sin embargo, en circunstancias excepcionales, se podría omitir la verdad, pero jamás diciendo lo contrario a ella, de allí que los buenos confesores y los buenos moralistas, desaconsejan este tipo de recursos a raíz del fomes o mala inclinación que el hombre tiene desde el pecado original, como señala Royo Marín:

“en general hay que desaconsejar a todos el uso de las restricciones mentales, por lo fácil que es alucinarse sobre la existencia de causa proporcionada e incurrir en verdaderas mentiras. Solamente pueden usarse con verdadera y justa causa y a no poder más, o sea, cuando no hay ningún otro procedimiento menos turbio para ocultar una verdad que sea obligatorio callar”[3].

Lamentablemente, esta excepción a la regla ha sido –y es– muchas veces quebrantada o malentendida por círculos religiosos (incluso católicos) que han vuelto de la excepción una regla y, como sabemos, las excepciones regladas, se vuelven reglas.

Algo análogo le sucedió a Lutero; por salvar “su obra”, por dejarse llevar por sus pasiones, Lutero inducirá a sus secuaces a convertirse en hipócritas, aconsejando la restricción mental[4]. Veamos algunos ejemplos.

Ante la ordenación de un subdiácono, en la cual el obispo debía preguntar al candidato, en plena ceremonia, si era o no libre de llevar el yugo de la castidad, Lutero aconseja al joven que responda un “sí” pero que, en su interior, agregue:

 

“En cuanto lo permite la fragilidad humana”[5].

 

Otro ejemplo hablando de lo mismo:

“Delante de Dios parece que la forma del voto debe ser ésta: hago voto de castidad hasta el punto que pueda guardarla, entendiéndose que desde el momento en que no pueda guardarla, me sea lícito casarme”[6].

Sus “restricciones mentales” (por momentos lisa y llanamente mentiras) no le traían ningún problema de conciencia al punto de declarar en 1520 (¡apenas tres años después de su apostasía!):

“Sé que no vivo en conformidad con lo que enseño[7].

Así de simple.

Como señala Denifle, “Lutero es quien arrastrará a los monjes a la más escandalosa hipocresía, a la mentira y al fraude. ¡A tener una cosa en los labios y otra distinta en el corazón!”[8]. Por eso no tendrá empacho al decir que:

“Contra la malicia y perversidad del papado, todo es lícito por el bien de las almas[9] (…) ¿qué mal habría en decir una mentira bien gordapara conseguir algún mejoramiento o provecho en la Iglesia cristiana”[10].

 “Porque ¿qué mal había en que un individuo en beneficio y utilidad de la iglesia cristiana (quiso decir luterana) dijese una mentira mayor de la marca?”[11].

Con estos mismos principios, aconsejará mantener en secreto un segundo matrimonio, así:

“Débese negar en público el doble matrimonio: ‘un tan secreto como éste (se trata del “consejo de confesión” de él y de los otros sobre poder añadir a la primera una segunda mujer), no puede convertirse en público, pues, de otro modo, secreto y público serían una misma cosa indistintamente, lo que no debe ni puede ser así. Por lo tanto el secreto deben continuar como un nopúblico, y viceversa”[12].

“Decir una mentira necesaria, una mentira útil, para ayudarse, no sería ofensa de Dios, y Él mismo cargaría con ella[13].

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

http://quenotelacuenten.org/


[1] Seguimos aquí las fuentes citadas y cotejadas a partir de la monumental obra de Fray Heinrich Denifle (ya ofrecida en castellano aquí y, en francés aquí). Los originales que hemos consultado de Lutero, tanto en alemán y en latín, se encuentran aquí.

[2] Santo Tomás de Aquino, Suma teológica, II-IIae, q. 109, a. 3, ad 2um.

[3] Antonio Royo Marín, Teología moral para seglares, T.1, BAC, Madrid 1996, 748.

[4] Cfr. Heinrich Denifle, Lutero y el luteranismo. Estudiados en sus fuentes,Tip. Col. Santo Tomás de Aquino, Manila 1920, 100.

[5] An den christl. Adel., Weim., VI, 441 y s. (Heinrich Denifle, op. cit., 101).

[6] Weim., VIII, 630 (Heinrich Denifle, op. cit., 103).

[7] Enders, II, 312 (Heinrich Denifle, op. cit., 113).

[8] Heinrich Denifle, op. cit., 103.

[9] Enders, II, 461.

[10] Heinrich Denifle, op. cit., 409, 130 y ssgtes.

[11] Kolde, Anal. Lutherana, p. 363 (Heinrich Denifle, op. cit., 139-140).

[12] Carta de 16 julio de 1540 en De Wette, VI, 263 (Heinrich Denifle, op. cit., 138).

[13] Lenz, p. 375, y s. (Heinrich Denifle, op. cit., 140).