Por qué ya no transmitimos "la misa por internet"

Luego de dos meses ininterrumpidos de transmitir la Santa Misa por internet, con tantos buenos frutos, hemos decidido, por el momento y hasta que todo vuelta a una relativa “normalidad", dejar de transmitir nuestras misas.

Las razones las encontrarán en el sermón que publicamos aquí abajo; como complemento, venga este sesudo artículo del Dr. Mario Caponnetto, enviado a nuestro sitio para su publicación.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE


Misa a distancia, ¿sobrevivirá a la pandemia?

Por el Dr. Mario Caponnetto

Para Que no te la cuenten…

A partir de la decisión y las entendibles razones del P. Javier Olivera Ravasi, SE, de no continuar con la transmisión de sus misas por internet compartimos estas líneas pensando en que, a estas alturas, no son pocos los que se preguntan si muchas de las medidas extraordinarias adoptadas por los gobiernos para hacer frente a la pandemia no permanecerán una vez pasada la peste y se volverán cuestiones ordinarias.

Preocupan, sobre todo, aquellas medidas que restringen gravemente la libertad y la privacidad de millones de seres humanos. Y estos temores no carecen de fundamento.

Pero tampoco son infundados los temores de muchos católicos respecto de qué pasará con nuestra participación en la Santa Misa en el mundo post pandemia, un mundo que algunos se encargan de configurar en términos bastante preocupantes por decir lo menos.

¿Se hará algo habitual y ordinario asistir a Misa por internet? ¿Se equipararán ambas formas de asistencia, la presencial y la virtual? No son estos, repetimos, temores carentes de fundamento.

Hace ya algunos años, el sacerdote jesuita Antonio Spadaro, Director de la otrora prestigiosa Revista Civiltá Cattolica, publicó un libro que tuvo suceso mundial. Su título, Ciberteología. Pensar el cristianismo en tiempos de la red (versión española, Herder, 2014). En esa obra aparece este novedoso concepto de “ciberteología” que, de acuerdo con el autor, consiste en una “comprensión de la fe, intellectus fidei, en tiempos de la red”, “una reflexión sobre la pensabilidad de la fe a la luz de la lógica dela red”. Y no es el único lugar.

Es curioso que alguien suponga que la fe pueda ser entendida o pensada a partir de un mero recurso técnico que, por importante que sea y lo es sin duda, no deja de ser algo instrumental, esto es, algo que afecta tan sólo la esfera de la racionalidad técnica. Ciertamente, el uso de la técnica plantea problemas de carácter moral y aún suscita la reflexión filosófica y teológica. Pero, en todo caso, antes que comprender la fe en tiempos de red lo que se impone es comprender estos tiempos de red a la luz de la fe; y para esto no hace falta inventar una nueva teología, la ciberteología: basta con la que ya conocemos.

Pero dejando estas consideraciones para mejor ocasión, nos interesa destacar ahora que según Spadaro, dado que la esfera digital no es un área separada sino un contexto que afecta a todas las áreas de la experiencia humana, su influencia se extiende ineludiblemente hasta la fe y la teología y hasta el modo mismo de asumir y vivir la fe: “cada vez más internet contribuye a construir la identidad religiosa de las personas”. De aquí a suponer que en un futuro la misma vida litúrgica y sacramental se torne virtual no hay sino un sequitur inevitable.

Se hace preciso, por tanto, insistir una y otra vez que las “misas virtuales” no son sino un recurso piadoso, un modo (y no el único) de cumplir el tercer mandamiento para aquellas personas que por fuerza mayor no puedan acudir presencialmente a misa. Insistir en que pasada la pandemia todo ha de volver, cuanto antes, a la “normalidad”. Y que va siendo hora de reabrir nuestros templos con cuantos recaudos sanitarios sean menester.

La Misa no es un espectáculo: es un acontecimiento del que no somos espectadores sino protagonistas. Es, además, el encuentro amoroso del alma con el Esposo Divino por lo que el alma, privada de ese encuentro, experimenta la dolencia del amor. Y ya lo dijo, admirablemente, San Juan de la Cruz: Mira que la dolencia de amor sólo se cura con la presencia y la figura. 

Para Que no te la cuenten…

Dr. Mario Caponnetto

 


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13 comentarios

  
Palas Atenea
Estoy de acuerdo. Las retrasmisiones de las misas sine die pueden dar la impresión de que el coronavirus ha cambiado la situación para siempre y eso es peligroso.
25/05/20 1:37 PM
  
Dr.Gabriel Galán Imola-Profesor egresado del I.P.A. y Abogado
Estimado Hermano en Cristo Jesús.- Vi el video respecto a no celebrar la Misa por internet (u otra vía similar supongo esto personalmente radio etc....) Mi discrepancia es parcial. Debió aclararse que para los enfermos que no se pueden trasladar, antes y ahora por edad,enfermedad,distancia,soledad, la MISA transmitida es válida para el Señor sin dudas, y necesaria para el alma .- Puede ser hasta un acto de pedantería y soberbia basada en la fuerza de la juventud y salud negar Misa por internet a imposibilitados en Pandemias y Dictaduras como la de Iràn por ej. .- Para la gente sana está muy bien lo expuesto lo deseable e incluso debería ser un gusto acompañar al Señor en su Casa presencialmente.- Insisto mi discrepancia es que para todo el rebaño no es lo mismo. Como harían en China los seguidores de Cristo en la Iglesia Romana la verdadera y libre ? Como harían si no hubiera una emisora o internet a escondidas que la transmitiera? . Estimado Hermano, la MISA es una oración la más perfecta de todas, incluido el milagro Eucaristico en cada una de ellas al consagrar. Cristo resucitado está en la Eucaristía y pudiendo la Misa presencial es en la Asamblea (Iglesia) lo importante.- Para Dios no hay imposibles,El también está en internet y Esta, al servicio de Dios también, para aquellos que no pueden asistir.- Los donativos y canasta pueden hacerse por internet en cuantas digitales cuando hay imposibilidad real de concurrir o enviando un sobre a la parroquia..-
25/05/20 2:40 PM
  
claudio
Estimado Padre, si lo piensas desde "el centro del mundo católico" tiene una mirada, pero piénsalo desde lejos, donde no hay sacerdotes cerca y la web o la telefonía son lo único que queda a mano, si lo tienes, la realidad te mostrará las oportunidades que se pierden sin esas misas.
El virus actual ha cambiado las cosas gravemente, en el sentido que se ha prohibido el acceso a los Sacramentos o la ha limitado drásticamente y la tolerancia que demostramos es cercana a la cobardía, el miedo al virus nos ha apartado de los Sacramentos, el precepto Dominical puede ser levantado pero los Sacramentos no.
Te pregunto, cuántos niños han fallecido sin ser bautizados y cuántos ancianos que han muerto no por virus sin la unción en estos tiempos ?.
Vean que la disposición de la Penitenciaría Apostólica de marzo 2020 no habla de las misas, dice:

Esta Penitenciaría Apostólica, además, concede de buen grado, en las mismas condiciones, la Indulgencia Plenaria con ocasión de la actual epidemia mundial, también a aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o la lectura de la Sagrada Escritura durante al menos media hora, o el rezo del Santo Rosario, o del himno Akàthistos a la Madre di Dios, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o el rezo de la corona de la Divina Misericordia, o el Oficio de la Paràklisis a la Madre de Dios u otras formas de las respectivas tradiciones orientales de pertenencia, para implorar a Dios Todopoderoso el fin de la epidemia, el alivio de los afligidos y la salvación eterna de los que el Señor ha llamado a sí.
La Iglesia reza por los que estén imposibilitado de recibir el sacramento de la Unción de los enfermos y el Viático, encomendando a todos y cada uno de ellos a la Divina Misericordia en virtud de la comunión de los santos y concede a los fieles la Indulgencia plenaria en punto de muerte siempre que estén debidamente dispuestos y hayan rezado durante su vida algunas oraciones (en este caso la Iglesia suple a las tres condiciones habituales requeridas). Para obtener esta indulgencia se recomienda el uso del crucifijo o de la cruz (cf. Enchiridion indulgentiarum, n.12)”.
Que la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, Salud de los Enfermos y Auxilio de los Cristianos, Abogada nuestra, socorra a la humanidad doliente, ahuyentando de nosotros el mal de esta pandemia y obteniendo todo bien necesario para nuestra salvación y santificación.
El presente decreto es válido independientemente de cualquier disposición en contrario.
Dado en Roma, desde la sede de la Penitenciaría Apostólica, el 19 de marzo de 2020.
Mauro. Card. Piacenza Penitenciario Mayor Krzysztof Nykiel Regente

25/05/20 6:17 PM
  
Juan.c
Entiendo su celo pero me cuesta apoyarlo, muchos tomamos como precepto seguir las misas por internet ante la imposibilidad de asistir personalmente, es lo que hay por ahora,
¿Lo quitarán también?
El México los cristeros a falta de templos, como se podía se celebraba al aire libre, hoy existe internet y tiene que servir para algo bueno, ¿no lo aprovecharemos?
La misma gente que se toma la obligación de ver respetuosamente la misa por internet es la que volverá a los templos, también ustedes los sacerdotes pueden explicar las diferencias y obligaciones para cuando esto acabe.
Me parece con todo respeto, que su actitud lo único que logra es negarnos una gracia.
Si exagera el celo, pronto negará repartir la eucaristía por miedo a la profanación.
Ánimo!!! Y un abrazo inmenso !!!
25/05/20 9:27 PM
  
sofía
Entiendo sus razones.
Respecto a lo que dice otro comentarista, no conocía yo ese decreto. Pero cuando leo:
"La Iglesia reza por los que estén imposibilitado de recibir el sacramento de la Unción de los enfermos y el Viático, encomendando a todos y cada uno de ellos a la Divina Misericordia en virtud de la comunión de los santos y concede a los fieles la Indulgencia plenaria en punto de muerte siempre que estén debidamente dispuestos y hayan rezado durante su vida algunas oraciones (en este caso la Iglesia suple a las tres condiciones habituales requeridas). Para obtener esta indulgencia se recomienda el uso del crucifijo o de la cruz (cf. Enchiridion indulgentiarum, n.12)”
No creo que se esté criticando esto ¿no?
Paz y Bien
25/05/20 9:53 PM
  
Tulkas
Pare: en mi opinión debe seguir transmitiendo las misas, advirtiendo en todas ellas que no se suple en absoluto el precepto dominical salvo caso de imposibilidad de acudir a la Iglesia, etc. Y me baso en san Pablo: "a tiempo y a destiempo". Y me baso en el cántico de Tobías también: " 13:3 Confitémini Dómino, fílii Israël, * et in conspéctu géntium laudáte eum:
13:4 Quóniam ídeo dispérsit vos inter gentes, quæ ignórant eum, * ut vos enarrétis mirabília ejus,
13:5 Et faciátis scire eos, * quia non est álius Deus omnípotens præter eum."

Sofía: esa cita del Enchiridion indulgentiarum es impresionante. Pero no te creas que soluciona nada... muchos te dirán, siguiendo a san Agustín, que Dios no siempre escucha las oraciones de los que suplican su propia salvación. Por lo tanto, dirán, eso de que que Dios que es bueno concede el Espíritu Santo a los que se lo pidan no es tal, sólo a los predestinados, etc. La Iglesia tiene dos caras: una es la que muestra y otra la que te encuentras cuando entras en sus entresijos teológicos. Sin duda esa cita del Enchiridion, dirán algunos, es sólo la cara "amable" de la doctrina de la Iglesia...
26/05/20 10:40 AM
  
Tulkas
Personalmente puedo tener una percepción equivocada, pero me parece que muy pocos de los que mueren en los hospitales, y no sólo en esta pandemia, solicitan los Sacramentos o bien son solicitados estos por los familiares. Igualmente, es raro que cuando sugieres a la familia llamar al sacerdote lo hagan.
Está muy bien que salga de vez en cuando un capellán de hospital diciendo cuán satisfecho está de su labor, y NO LO DUDO y es para dar gracias a Dios la labor de estos capellanes, pero me gustaría tener una estadística del porcentaje de pacientes que muere en los hospitales habiendo solicitado, ellos o la familia, los sacramentos. Me parece que una minoría muy minoritaria.

A mí esta realidad me abruma y me acongoja y he de decir que mis últimas lecturas de san Agustín no han hecho sino acrecentar esta pesadumbre. No sé si orar vale la pena o no vale la pena, en todo caso las oraciones sólo son efectivas para los que nacen predestinados, no para los demás. No sé de qué vale el bien que esas personas hayan hecho a lo largo de su vida movidos por la gracia. ¿De qué vale tener esperanza en la propia salvación cuando no hay razones para tener esperanza en la salvación de otros, a los que Dios ha decretado desde toda la eternidad abandonar, o como decía san Agustín "no perdonar"'?
26/05/20 11:33 AM
  
Tulkas
"Es curioso que alguien suponga que la fe pueda ser entendida o pensada a partir de un mero recurso técnico que, por importante que sea y lo es sin duda, no deja de ser algo instrumental, esto es, algo que afecta tan sólo la esfera de la racionalidad técnica."

¿Está hablando de ese libro que se llama Sagrada Escritura? No veo nada en este argumento que se pueda aplicar a Internet sin poder aplicarlo idénticamente a la Sagrada Escritura impresa.

Caponetto se pasa de frenada casi siempre.
26/05/20 12:10 PM
  
Tulkas
Con esto que digo no quiero decir que yo tenga certeza, sospecha, deseo, indicios de la condenación de nadie, sólo que es necedad tener esperanza de la salvación de alguien si la suerte ya está echada, como parece ser que lo está.
Resulta además que cabe la posibilidad de que un hombre cualquiera desee con mayor fuerza y eficacia la salvación de alguien en concreto que Dios mismo.

Voy a contar un cuentecillo: el mismo día caluroso en Hipona nacieron dos niños, ambos de padres paganos pero catecúmenos. Ambos padres quisieron recurrir al Bautismo, que la Iglesia no les podía demorar a sus hijos como se lo demoraba a ellos por el proceso necesario del catecumenado. Ambos cogieron al niño y salieron corriendo hacia la iglesia implorando para ellos el bautismo. El mismo Agustín los recibió, apreciando que el calor del mediodía había matado a uno de los dos niños preservando al otro. Se procedió al Bautismo del vivo, al que se le otorgó el perdón, la gracia, la filiación divina y el Espíritu, además de la regeneración y el ser injertado en Cristo. El obispo se expresó así: no tenemos certeza de su salvación, porque no sabemos si es de los elegidos o no lo es, pero debemos tener esperanza. Con respecto al otro a lo mejor no dijo nada, pero a lo mejor dijo lo que luego escribiría, que tenemos certeza de su condenación por haber muerto antes del Bautismo, y que de ahí se puede colegir sin duda que no pertenece al número de los elegidos, sino a la masa de perdición en Adán que no tiene parte alguna en Cristo sino servir de acicate a los electos para conocer con mayor certeza de dónde han sido rescatados.
Resulta que el padre, catecúmeno que trajo corriendo al niño al Bautismo tenía más deseos de salvación de la criatura que Dios mismo, que no permitió que llegara vivo al mismo. Dios dio al padre el desear la salvación del niño y el obrar por la salvación del niño y sin embargo no dio al niño el objeto de deseo del padre.
26/05/20 1:35 PM
  
sofía
Tulkas,
No acabo de entender el mensaje.
Yo creo q la Iglesia Católica no afirma eso.
Que se llame "predestinados" a los salvados no quiere decir q el libre albedrío sea una ilusión, puesto q se niega la predestinación de los condenados lo cual implica ponerle comillas a la de los salvados.
Dios quiere q todos se salven y quiere q se predique la conversión y q se ore para que todos conozcan q la misericordia divina les está esperando, si hacen el camino de vuelta. Porque Dios no quiere la muerte del pecador, sino q se arrepienta y viva.
Y respecto a los niños, la Iglesia los encomienda a la misericordia de Dios.
Por supuesto la iniciativa es de ese Dios misericordioso q nos está esperando a todos, aunque quiere q se responda libremente a su invitación, por lo cual quien no quiera volver, él mismo.
27/05/20 3:50 PM
  
Tulkas
Ya sé que la Iglesia NO dice eso, es san Agustín el que lo dice, tal y como yo te lo cuento.
Por eso decía arriba que en el contexto de ver morir a tanta gente las lecturas de san Agustín se me han indigestado y muy mucho.

Siempre me ha caïdo mal san Agustín porque al leerle da la impresión de que ama a Dios PORQUE Dios le salva, o porque le ha salvado. En ese sentido prefiero seguir a otro teólogo, Sancho Panza, cuando dice a Don Quijote volviendo de Sierra Morena que Dios ha de ser amado por sí mismo, independientemente de que se se espere de él premio o castigo. O a la Santa, cuando decía: "dadme Infierno, dadme Cielo, que a todo digo que sí" o a san Francisco de Sales cuando decía estar despreocupado de su propia salvación porque él lo que deseaba era amar a Dios simplemente.
28/05/20 12:09 AM
  
sofía
Gracias por la aclaración.
Me encanta San Francisco de Sales.
28/05/20 2:12 AM
  
Guadalupe
Nosotros vivimos en el campo, nos tenemos que trasladar unos km para tener wifi en una escuela rural, porque no hay señal en varios km, solo podemos descargar Misas por youtube go y verlas después en casa, la única Misa suya que pudimos descargar fue una donde decía que no hay que acostumbrarse a este tipo de Misas virtuales, Ud. Tiene toda la razón, mucha gente ve en directo por TV o internet y ya están acostumbrados al punto de que ya no tienen interés en buscar los sacramentos y volver a la normalidad sino hay tal comodidad con este sistema que de mirar un rato Misa se pasa a las noticias y otras cosas fácilmente como si esto fuera lo normal de ahora en más. A nosotros nos sirvió esa homilía suya para empezar a buscar la confesión y la Eucaristía a las que gracias A Dios pudimos acceder a través de un sacerdote que está a 100km de donde vivimos porque el que tenemos cerca no quiso aunque según nos dijeron hace una semana, acá no está prohibido.
01/06/20 1:53 PM

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