(84) De sentimentalismos varios y las cosas al revés
1.- El diablo entiende de sentimentalismos, como buen sastre de errores que es. Vestidos de emotividad políticamente correcta, los más afilados desvaríos se vuelven entrañables y conmovedores. ¡Y cuán influenciable es el corazón de los inconversos!
2.- El peor sentimentalismo es el purpurado.