InfoCatólica / La Mirada en Perspectiva / Categoría: Comentarios Católicos

1.08.19

(374) A vueltas con los valores

Comentario 1:

«En estas consideraciones ha de hablarse de algo que nos afecta a todos, a cada cual a su manera: esto es, de la virtud. Probablemente esta palabra empieza por sonarnos como algo extraño e incluso antipático: fácilmente suena a anticuada y a “moralizadora”»  […] «Scheler aludió a la transformación que han experimentado en el curso de la historia la palabra y el concepto “virtud”, hasta tomar el penoso carácter que todavía revisten»[1].

«Si nuestro lenguaje tuviera otra palabra [que no fuera “virtud”]», la usaríamos. Pero no tiene más que ésta, de modo que, desde el principio, hemos de ponernos de acuerdo en que significa algo vivo y hermoso»[2].

 

1.1.- Virtud, palabra poco actual.— A los personalistas en general no les gusta demasiado la palabra “virtud”. El vocablo y el concepto les parece antipático. Durante los últimos decenios, virtud ha sido palabra malsonante, un tabú. Un atavismo de la “era constantiniana”, un escolasticismo.

Los males de la sociedad actual, se dice, son la falta de valores, no la falta de virtud. Las escuelas católicas educan en valores inspirados en el humanismo cristiano, pero no en la virtud, palabra demasiado grave, demasiado venerable, demasiado moral, demasiado confesional. Y porque la virtud de unos implica el vicio de otros, demasiado poco igualitaria. A la sociedad, para que sea democrática, se le pide que tenga valores, pero no virtud

Leer más... »

7.02.19

(332) Comentarios Católicos, I: al Documento sobre la fraternidad humana, por la paz mundial y la convivencia común

«Por lo cual, no sólo exhortamos entonces a buscar la paz de Cristo en el reino de Cristo, sino que, además, prometimos que para dicho fin haríamos todo cuanto posible nos fuese. En el reino de Cristo, dijimos: pues estábamos persuadidos de que no hay medio más eficaz para restablecer y vigorizar la paz que procurar la restauración del reinado de Jesucristo.» (PÍO XI, Quas primas, 11 de diciembre de 1925)

«si se pregunta cuál es la religión que hay que seguir entre tantas religiones opuestas entre sí, la respuesta la dan al unísono la razón y naturaleza: la religión que Dios ha mandado» (LEÓN XIII, Libertas praestantissimum, 15)

 

Cito el texto del Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común en cursiva y aparte, y a continuación realizo mis comentarios.

Dado que el Documento se dirige explícitamente a los filósofos solicitando de alguna manera su reflexión, las apostillas críticas que siguen analizan la propuesta a la luz del pensamiento católico tradicional, sin otro interés que la defensa del mismo.

 

Comentario I

«la fe lleva al creyente a ver en el otro a un humano que debe sostener y amar»

La afirmación es cierta para el cristiano, que tiene fe y caridad teologales recibidas por el Santo Bautismo junto con la gracia santificante. Pero es falsa referida a los fieles de otras religiones, sectas o herejías, que carecen de fe teologal y de caridad infusa. La confusión es entre la fe teologal cristiana y las creencias e ideas de otras religiones, como explica la Dominus Iesus, 7:

«Debe ser, por lo tanto, firmemente retenida la distinción entre la fe teologal y la creencia en las otras religiones. […]No siempre tal distinción es tenida en consideración en la reflexión actual, por lo cual a menudo se identifica la fe teologal, que es la acogida de la verdad revelada por Dios Uno y Trino, y la creencia en las otras religiones […] Este es uno de los motivos por los cuales se tiende a reducir, y a veces incluso a anular, las diferencias entre el cristianismo y las otras religiones.»

No se debe nivelar la Religión revelada con las religiones adámicas, porque entonces se denigra la teologalidad de la fe, que es reducida a constructo adámico. Con esto se anula la diferencia que existe entre el orden de la redención y el orden caído, entre la gracia y la naturaleza herida, entre religatio sobrenatural y pseudo-religatio, entre doctrina y herejía.

 

Comentario II

«todos los seres humanos —iguales por su misericordia»

No es cierto que respecto a la misericordia divina todos los seres humanos sean iguales. Son iguales respecto a la dignidad ontológica, pero no en cuanto a su dignidad moral, que es dañada por el pecado y aumentada por la virtud y los méritos sobrenaturales. Y sobre todo, y ante todo, no es cierto bajo un punto de vista religioso, porque hay una parte del género humano que, al no haber recibido la gracia de la justificación, continúa en estado caído, en estado de enemistad, es decir en estado de pecado; y otra, que por haberla recibido, está en estado de amistad con Dios, es decir en estado de gracia. El mundo, por tanto, se divide en justificados y pecadores, en seres humanos redimidos y seres humanos no redimidos. El pasaje anula esta distinción entre estado de justicia y estado de pecado, que divide al linaje humano en dos, y que es de fe divina y católica definida.

Leer más... »