Terrorismo etarra, obispos y diálogos
El año 2002 fue quizás el año de más tensión entre el gobierno de Aznar, apoyado en esta tesitura por el PSOE, y los obispos españoles. La razón fue la negativa de los mismos a "obedecer" al por entonces presidente del gobierno, que les pedía que firmaran el Pacto por las libertades y contra el terrorismo. Sí, ese pacto que después de las últimas elecciones los socialistas convirtieron en agua de borrajas, aunque parece ser que ya lo habían traicionado antes dados los contactos entre socialistas vascos y el entorno etarra.
Aznar y sus muchachos, los mismos que aprobaron la píldora abortiva para España, pedían entonces a Rouco la excomunión de los etarras, así como una posicionamiento oficial de la Iglesia contra el terrorismo, que fuera supuestamente más contundente que lo hasta entonces expresado por la misma.
En esas estábamos cuando, ante la aprobación de la Ley de partidos que supondría la ilegalización de Batasuna, a los obispos vascos, Blázquez incluído, no se les ocurrió otra cosa que sacar una pastoral criticando dicha ley y advirtiendo de las desastrosas consecuencias que la misma podía traer a Euskadi.