El boicot a Benetton ha de ser inteligente
Benetton es una empresa dirigida por miserables a los que les encanta provocar al mundo entero con campañas de publicidad indignas. Campañas que muestran la podedrumbre del alma de sus directivos. La última payasada ofensiva ha sido el fotomontaje de varios líderes mundiales besándose en la boca. Y, ¡cómo no!, le ha tocado la china al Papa Benedicto XVI, que ha aparecido besando a un imán egipcio.
Inmediatamente el Vaticano ha protestado contra esa infamia y el P. Lombardi ha amagado incluso con emprender acciones legales. El vicepresidente de Benetton ha anunciado la retirada de la imagen pero el daño ya está hecho. Ahora bien, también se ha conseguido lo que esa gentuza quería: publicidad mundial. Estoy convencido de que lo tenían todo previsto para lograr mayor repercusión de la campaña. No tienen vergüenza alguna y les encanta demostrar que no la tienen.
En España estamos siendo testigos del éxito de una campaña de boicot publicitario contra un programa de televisión que pagó para entrevistar a la madre de un asesino. La Noria se está quedando, literalmente, sin anunciantes. No sé si la cosa llegará hasta la retirada de dicho programa de la parrilla de Tele 5, pero en todo caso ha demostrado que cuando la gente se indigna y hace uso de su legítimo derecho a comprar o no comprar determinada marca dependiendo de donde se anuncie, se puede hacer mucha pupa a quienes creen que todo vale con tal de conseguir un alto índice de audiencia.

Casi un mes han tenido que esperar los fieles católicos colombianos para que un obispo haya replicado en los medios de comunicación al jesuita Carlos Novoa, profesor en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, que tuvo a bien defender la despenalización del aborto usando para ello como argumento la encíclica Evangelium Vitae de Juan Pablo II.
En el mundillo del progresismo eclesial, hay un dogma que es aceptado de manera unánime: Es profeta todo aquel que se signifique públicamente por oponerse al magisterio y sea criticado o condenado por ello. Profetas son Boff y Küng. Profetas son, faltaría más, Tamayo, Masiá, Pagola y Queiruga. Supongo que Sor Forcades está a punto de ser declarada como profetisa oficial del progresismo estatal. Digo estatal porque lo de nacional no les molará dado que la religiosa es catalana.
Esta semana ha sido bien interesante para la Iglesia en España. Hemos asistido a la publicación de una nota del arzobispado de Santiago de Compostela
El periodista Pedro Ontoso está especializado en la información religiosa que acontece en las diócesis vascas. Suele tener buenas fuentes, sospecho que mayormente del sector progre y/o nacionalista del clero vasco, así que nos sirve para hacernos una idea de por dónde sopla el viento en esas iglesias locales.


