Las religiosas rebeldes de EE.UU consideran inaceptable que los obispos revisen lo que hacen
“Creo que las indicaciones de dirección para el futuro, que los obispos estén revisando nuestros materiales, nuestras publicaciones y dirigiendo la asamblea es inaceptable“. Así de claro se expresa Sor Pat McDermott, superiora del Instituto de las Hermanas de la Misericordia, congregación religiosa a la que pertenecen once mil consagradas.
Resulta que del 13 al 16 de este mes de agosto tendrá lugar en Orlando la Asamblea General de la LCWR ( Leadership Conference of Women Religious - Conferencia de Superioras de Mujeres Religiosas) de Estados Unidos. Y siguiendo las instrucciones marcadas por la Santa Sede, y refrendadas por el Papa Francisco, dicha asamblea va a ser monitorizada por los obispos. Mons. Sartain, arzobispo de Seattle, acudirá como delegado apostólico.
Mc Dermott no es la única que tiene la mosca tras la oreja. Sor Theresa Kane, quien fue presidenta de la LCWR durante los años 1979-1980 advierte que Mons. Sartain tiene la intención de estar en Orlando todos los días en que tenga lugar el encuentro. Y considera que tal hecho implica que “nos está controlando. Es como una nube.. y estamos viviendo a través de ella“.

Si hay un término que este Papa está usando continuamente es el de “periferias existenciales”. En la última vigilia de Pentecostés, lo explicó así: “Una Iglesia cerrada es una Iglesia enferma. La Iglesia debe salir de sí misma. ¿Adónde? Hacia las periferias existenciales, cualesquiera que sean, pero salir“.
En el progre-eclesialismo español andan la mar de ilusionados esperando que el papa Francisco eche a patadas a los obispos que no son del gusto de esos paladines del mal. Piensan que el Santo Padre va a dedicarse a poner patas arriba la Iglesia en España y ya tienen fijada su hoja de ruta. Les caen mal Mons Munilla, Iceta, Sanz Montes, Demetrio Fernández, Reig Pla, Francisco Pérez, etc, y han llegado a la siguiente conclusión: “Como Francisco es de los nuestros, se va a cargar a los que no nos gustan".
En Finlandia tienen al frente del Ministerio de Interior a una cristiana luterana evangélica. Es decir, luterana de verdad, no como ese engendro en que se ha convertido el luteranismo infectado de liberalismo teológico, que por mucho que pretenda mantener el nombre de evangélico, hace tiempo que lo tiró por la letrina de su degeneración doctrinal y moral.
El ministro católico


