Feliz Año 2010. Y las peores noticias del 2009

Como buenas noticias hay muchas, y es difícil seleccionar, hago el ejercicio complementario. Una breve nota de las que considero las peores noticias para/de la Iglesia este año. Y aprovecho para desear un Feliz 2010 a todos los lectores, una felicidad que estará en correspondencia a la fidelidad al Señor.

En algunas zonas de Italia la tradición del 31 de diciembre, San Silvestre, es arrojar por la ventana trastos viejos, librarse de fardos pasados. Ojalá fuese tan fácil en otros ámbitos de la vida. El cambio de año no supone nada más que la lata de acostumbrarse en las dataciones, aún así es buen momento para dar gracias, pedir perdón y hacer algún propósito.

Haciendo balance del 2009, el primer medio año de InfoCatólica —sí, sólo seis meses y pico—, el resultado no puede ser más positivo: una aventura maravillosa. No voy a desvelar una historia que no me pertenece, pero sí dar gracias. No os podéis imaginar la talla humana del equipo que ha sacado esto adelante. No todos ellos son visibles. Soy afortunado por haberlos conocido. Gracias al resto de bloggers, cuando en mayo apostaron por este proyecto, como mínimo, mostraron valentía (o inconsciencia) y paciencia a raudales. Muchas gracias. Y por supuesto, a lectores y comentaristas y benefactores. Y gratitud por la generosidad, en tiempo y dinero, en apoyos y cariño humano y sobrenatural. Ser testigo en primera fila ha sido un lujo que envidiaría cualquiera.

Junto con tremendas alegrías (tremendo se usa mucho en la tierra de mis padres), hemos compartido con vosotros noticias dolorosas, siempre dadas con amor a la Verdad, que nos han movido a rezar y a hacer actos de reparación. Temas que aún seguirán coleando en 2010 y más allá. Mi selección es la siguiente, sin orden.

►El Caso Maciel. No puedo poner enlace, entonces creo que éramos golpistas. La dirección de la Legión de Cristo reconocía a principios de febrero la ‘conducta inapropiada’. A finales de marzo el Santo Padre anunció una Visita Apostólica que aclarase la situación. El futuro de la institución dependerá del resultado del informe que previsiblemente entreguen los visitadores en primavera. Tiempo de purificación para muchas buenas personas entregadas al Señor. Seguro que muchos hemos rezado y ofrecido mortificaciones (sí, todavía hay quien hace eso) por los frutos y por las decisiones que se tomen.

►Affaire Williamson. No tanto por las extemporáneas declaraciones del obispo, o por la gestión, o por el intento de boicoteo a la decisión del Papa de levantar las penas canónicas con la finalidad de alcanzar la plena comunión. Más bien por la profunda decepción que causó la respuesta de los lefebvrianos. Con actuaciones tan pintorescas como el Stephan Frey que reafirman lo expresado por Fellay de que no es un problema disciplinar, que lo es doctrinal. Las esperanzas que pudiesen sobrevenir del motu proprio Anglicanorum coetibus quedan enfriadas. Espero que este se aclaren ellos mismos, separen trigo de cizaña y podamos disfrutar contemplando otra herida cicatrizada.

►Josefinismo redivivo. Gerhard Wagner presentaba a Benedicto XVI su renuncia como obispo auxiliar de Linz .Grave quiebra de la comunión eclesial y reflorecimiento de tesis conciliaristas y presbiterianas. A ellas se sumó, meses más tarde el envío por parte del cardenal Schönborn de una carta al Papa pidiendo la abolición del celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres. La petición no es nueva, sí lo es el papel desempeñado por el primado austriaco. La descomposición de parte de la Iglesia centroeuropea parece imparable. Las ilusiones despertadas por el cardenal (yo me incluyo entre los ilusionados. en los dos sentidos del término) fueron un bluff. Si no es por los intereses, por la cantidad de personas que viven de las sacristías y del dinero de los feligreses estaríamos ante un proceso de holandización a gran escala. Y no me estoy refiriendo a los que viven de Cáritas ¿Me explico? Confiemos que no cunda el ejemplo, en España se está intentando con Mons. Munilla, pero en otras partes del mundo también.

►Fisichella vs Cardoso. Esperpento. El Presidente de la Pontificia Academia por la Vida ponía de ‘chupa de domine‘ al arzobispo de Recife a cuenta de su actuación en el caso del aborto provocado a una niña embarazada. Sin hacer intentos por enterarse de lo ocurrido, Mons. Fisichella optó por el discurso políticamente correcto arremetiendo desde las páginas de L´Osservatore y desautorizando la postura de la Iglesia. Felizmente, a lo vaticano, el curial se la envainó. Antes tuvimos que presenciar como Mons. Cardoso amenazaba con incoar proceso canónico, no para reparar las ofensas sino para defender a la Iglesia. Extrañeza con la rapidez con la que se quiso quedar bien ante la opinión pública, que contrasta con la lentitud en reprobar manifestaciones de otros clérigos.

►Los abusos en Irlanda. La publicación del Informe Ryan en mayo ponían en conocimiento público cientos de casos de abusos sexuales. El caso es distinto al de USA, el Santo Padre actuó con presteza, acompañamiento de las víctimas, llamada a asumir responsabilidades y petición de perdón. Pero que la gestión fuese ejemplar no quita un ápice de dolor y nos estimula en acciones de reparación. Quizá sea bueno recordar el Vía Crucis del 2005 del entonces cardenal Ratzinger:

¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia! ¡Qué poco respetamos el sacramento de la Reconciliación, en el cual él nos espera para levantarnos de nuestras caídas! También esto está presente en su pasión. La traición de los discípulos, la recepción indigna de su Cuerpo y de su Sangre, es ciertamente el mayor dolor del Redentor, el que le traspasa el corazón. No nos queda más que gritarle desde lo profundo del alma: Kyrie, eleison Señor, sálvanos (cf Mt 8,25).

 

Y para terminar esperanzados, también del mismo Vía Crucis:

Señor, frecuentemente tu Iglesia nos parece una barca a punto de hundirse, que hace aguas por todas partes. Y también en tu campo vemos más cizaña que trigo. Nos abruman su atuendo y su rostro tan sucios. Pero los empañamos nosotros mismos. Nosotros quienes te traicionamos, no obstante los gestos ampulosos y las palabras altisonantes. Ten piedad de tu Iglesia: también en ella Adán, el hombre, cae una y otra vez. Al caer, quedamos en tierra y Satanás se alegra, porque espera que ya nunca podremos levantarnos; espera que Tú, siendo arrastrado en la caída de tu Iglesia, quedes abatido para siempre. Pero tú te levantarás. Tú te has reincorporado, has resucitado y puedes levantarnos. Salva y santifica a tu Iglesia. Sálvanos y santifícanos a todos.

Feliz 2010.