Carta a una hermana
Dios es tan bueno conmigo que últimamente me ha permitido conocer casos de hermanos y hermanas que regresan o entran por primera vez a la plena comunión con su Iglesia. E incluso a veces esas conversiones se dan a pares, como es el caso de Beatriz y Katia. Esta última me ha pedido que escriba una carta de bienvenida a su amiga. Aquí la tenéis:
Estimada hermana, lo primero de todo quiero darte la enhorabuena. Has sido fiel al llamado del Señor y estás a punto de entrar en plena comunión con su Iglesia. Sin duda la gracia de Dios te ha movido a dar este paso pero, como dijo San Agustín, "el Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti". Cuando somos fieles a Dios, Él nos abre aún más las puertas de su gracia inagotable.