Las cosas de palacio van despacio.... pero van
Como acabamos de informar en InfoCatólica, el expediente sobre la obra del teólogo Andrés Torres Queiruga en la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe sigue su curso. Ni se ha parado, como algunos sugieren hoy, ni estaba ya a punto de ser como la gallina cuando pone un huevo, como los mismos sugirieron días atrás. Ayer se trató sobre ese tema en la comisión, como de hecho ya ha ocurrido en otras ocasiones tanto con ese expediente como con otros. Y es que el trabajo se les acumula a los obispos de “Doctrina de la Fe". Lo de Queiruga está bastante avanzado pero ni siquiera es seguro que salga algo para la próxima Permanente de septiembre. Lo que sí puedo decir es que, salvo que pase algo muy raro, antes o después habrá nota sobre el gallego. Y sobre otros teólogos cuyas obras están siendo analizadas por la comisión.
Parece que la llegada del arzobispo de Granada a la presidencia de “Doctrina de la Fe” está suponiendo ya un impulso a su actividad. Por decirlo suavemente, hay menos reparos a la hora de ir cerrando determinadas carpetas que llevaban abiertas demasiado tiempo. Hay ganas de trabajar y eso se va a notar en los próximos años, siempre que desde la Permanente de la CEE no haga de lastre de la labor de la comisión. No lo veo probable.
En vista de que no había posibilidad alguna de que Queiruga fuera objeto de una nota en estos momentos, cabe preguntarse a qué ha venido todo el circo mediático que se han montado en torno a él. Si alguien dice que el anuncio anticipado de la nota ha conseguido pararla, miente. No es que diga una media verdad, no. Es que miente. Nada ha cambiado en relación a los trabajos de la comisión respecto al teólogo gallego. No se ha alterado ningún plan. Y, por lo que ya sé, nada va a cambiar en relación a otros expedientes y notas en el futuro. Es decir, ya pueden hacer los de siempre todas las campañas que quieran, que lo que tiene que salir saldrá. Y saldrá en el momento en que los obispos quieran. Y eso va para todos. También para mí, que desearía que se dieran más prisa.
Luis Fernando Pérez Bustamante