Burdo montaje en torno a la condena de Queiruga

El director de Religión Digital, José Manuel Vidal, ha publicado hoy un artículo en Rumores de Ángeles que viene a completar una farsa urdida desde ese medio. Una farsa basada en medias verdades y en mentiras patentes.

Dice Vidal:

Unos cuantos talibanes tenían la hoguera preparada. Y querían quemar en ella (o simplemente chamuscar, tampoco dan para más) a Andrés Torres Queiruga. Al final, se impuso la cordura de unos cuantos obispos que decidieron echar agua y calmar el ardor inquisitorial de los talibanes de sacristía, más preocupados en hacer méritos y carrera que en la defensa de la fe y del mayor bien de la Iglesia. Y se imnpuso la cordura. Al menos, por ahora.

La verdad es la siguiente:

1- La teología de Torres Queiruga, como la de otros teólogos bastante conocidos por el sector “progresista” de la iglesia española, está siendo analizada desde hace ya bastante tiempo por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe.

2- En ningún caso se tenía previsto sacar una nota sobre el teólogo gallego en estos momentos. Por tanto es falso que unos cuantos obispos hayan echado agua ahora para calmar nada. Los únicos pirómanos son los que han anunciado algo que no iba a tener lugar en esta Permamente.

3- Con casi total seguridad se sacará una nota más adelante, cuando los miembros de “Docrina de la fe” así lo decidan y den traslado de la misma a la Permamente. Pero es incluso posible que antes de la nota sobre Queiruga se publiquen otras.

4- Crece por momentos la indignación de los miembros de la comisión ante el burdo montaje creado por el medio de comunicación dirigido por Vidal.

En cualquier caso, la estrategia es clara. Los amigos de Torres Queiruga han pretendido hacerle un favor anunciando con antelación su posible condena. Se han dicho: “vamos a darles caña a los obispos talibanes para que se acongojen y no hagan nada. Que ya se sabe que la actitud de los obispos ante los medios suelen ser de naturaleza medrosa". Y esos mismos luego pretenden hacer creer al personal que su actuación ha conseguido parar el proceso, para así colgarse la medalla del mérito de la ADH (Asociación de los Defensores de la Heterodoxia). Vamos, periodismo pata negra, excelso, veraz como pocos.

La verdad es que han conseguido todo lo contrario. Si había alguna posibilidad de que la carpeta con el expediente de Queiruga pasar a ser depositada en un archivo polvoriento, esta burda maniobra lo va a impedir. Los obispos españoles no se pueden permitir el lujo de aparecer ante los fieles como unos pastores débiles que se echan atrás por la campaña de un medio de comunicación sociorreligiosa, por muy importante que este sea. Más que nada porque hay otros medios, quizás menos importantes pero cada vez más influyentes, que criticarían sin ambages una actuación de ese cariz.

De todo este tema la única pregunta verdaderamente importante que requiere una respuesta clara es la siguiente: ¿la teología de Andrés Torres Queiruga, cuya influencia sobre muchos fieles católicos es ya manifiesta, es conforme a la fe de la Iglesia? Si la respuesta es sí, miel sobre hojuelas. Si la respuesta es no, los obispos tienen el deber de sacar las notas que sean precisas para cumplir aquello que dice la epístola de San Judas: “Queridos, tenía yo mucho empeño en escribiros acerca de nuestra común salvación y me he visto en la necesidad de hacerlo para exhortaros a combatir por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre” (Jud 3).

Luis Fernando Pérez Bustamante