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30.06.14

Comentarios sobre el Instrumentum Laboris (II)

Segunda parte de la serie sobre el “Instrumentum laboris”. Vuelvo a recordar que el texto es más una descripción de la realidad que un manual de soluciones. Cuando me sea posible, citaré párrafos más cortos. Al indicar el número, cualquiera puede ir y leerlo entero.

El Capítulo III tiene como título “Evangelio de la familia y ley natural".

20. En el contexto de la acogida de la enseñanza de la Iglesia sobre matrimonio y familia es necesario tener presente el tema de la ley natural… La perplejidad acerca del concepto de ley natural —que hoy existe a gran escala— suele repercutir de modo problemático en algunos elementos de la doctrina cristiana sobre el tema.

21. …para la gran mayoría de las respuestas y observaciones, en los distintos contextos culturales, hoy el concepto de “ley natural” resulta ser, como tal, bastante problemático, incluso incomprensible. Se trata de una expresión que se entiende de modos diferentes o sencillamente no se entiende.

Difícilmente se puede aceptar aquello que no se entiende. La falta de conocimiento de lo que es la ley natural es prácticamente total fuera de la Iglesia, pero las cosas no están mucho mejor dentro de ella. A los fieles no se les explica en qué consiste. En Corazones.org leemos esta definición: “Distinta a la ley revelada, la ley natural es lo que los seres humanos podemos conocer, por medio de la razón. Es lo que está al alcance de la razón sin recurso a la fe. La ley natural es `La participación de la criatura racional en la ley eterna´” Ç(Sto. Tomás de Aquino; Summa Theologica, 1a, 2ae, quest. 91, art.2.)

El problema es que la razón, desde la caída de Adán, no pasa por buenos momentos, por decirlo suavamente. San Pablo lo explica de forma bastante contundente: “Os digo, pues, y os exhorto en el Señor a que no viváis ya como viven los gentiles, en la vanidad de sus pensamientos, oscurecida su razón, ajenos a la vida de Dios por su ignorancia y la ceguera de su corazón” (Ef 4,17-18). En Romanos 1,19-32 el apóstol explica el por qué de ese “oscurecimiento” y las consecuencias del mismo. Si leemos dichas consecuencias nos daremos cuenta de que muchas, por no decir todas, las tenemos hoy delante de nuestros ojos en medio de la sociedad.

Ahora bien, que los no creyentes no entiendan o rechacen la ley natural es lógico. El drama viene cuando ocurre lo mismo con alguien que se supone que está iluminado por la fe, de tal manera que su razón puede captar más fácilmente dicha ley. Cabe preguntarse si dicha persona tiene una fe viva o la tiene ahogada por el pecado y la influencia del mundo.

22. Asimismo, de las respuestas y observaciones resulta que el adjetivo “natural” suele ser interpretado según un matiz subjetivo de “espontáneo”. Las personas son orientadas a valorar el sentimiento y la emotividad; dimensiones consideradas “auténticas” y “originales” y, por tanto, que “naturalmente” hay que seguir.

La ley natural, en cuanto ley, tiene unas normas bien concretas. No depende de lo que a cada cual le parezca en un momento dado. Tampoco está sujeta a los vaivenes de una sociedad o de unas urnas. La gente actúa por “lo que me dicta el corazón” -o conciencia- sin dejar que el mismo sea moldeado por la ley divina. Pero como dice el profeta Jeremías, “Tortuoso es el corazón sobre todo y perverso. ¿Quién puede conocerle?” (Jer 17,9).

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