(36) Cardenal Pie, obispo de Poitiers –IV el relativismo liberal vigente
–Lo reconozco, aunque me cuesta mucho: el tipo este, Pie, era un fenómeno, un tipo formidable.
–Ya se lo decía yo. «El tipo este», como usted dice, el Obispo de Poitiers, fue un gran Obispo católico, uno de los mayores de su tiempo.
El liberalismo, a partir del siglo XIX, impone el naturalismo en todos los ámbitos, en la política y las leyes, en la cultura y la educación, en la pedagogía y el arte, en todo. Su definición es muy sencilla. El liberalismo es la afirmación absoluta de la libertad del hombre por sí misma; es la afirmación soberana de su voluntad al margen de la voluntad de Dios o incluso contra ella. Es, pues, un rechazo de la soberanía de Dios, que viene a ser sustituida por la de los hombres, es decir, en términos políticos, por una presunta soberanía del pueblo, normalmente manipulada por una minoría política, bancaria y mediática. Históricamente, el liberalismo es, pues, un modo de naturalismo militante, un ateísmo práctico, una rebelión contra Dios. Así lo describió ya muy claramente León XIII en su encíclica Libertas, de 1888. Tanto Pie como León XIII distinguen grados muy diversos en el liberalismo, que algunos cristianos, por ejemplo, profesan solamente en referencia a la vida social y política. Pero también muestran cómo la substancia del liberalismo viene a darse en todas sus muy diversas modalidades.