El odio a la Cruz conduce a la destrucción del hombre
Días atrás (14 de septiembre) la Iglesia ha celebrado la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Reproducimos a continuación un interesante fragmento del gran G.K.Chesterton en su obra «La esfera y la cruz».
«El monje empuñó el timón… para, enderezándolo vigorosamente hacia la izquierda, impedir que la nave voladora se estrellase en la catedral de San Pablo.
Una nube plana, negruzca, se extendía en torno del remate de la cúpula de la catedral, de suerte que la esfera y la cruz parecían una boya anclada en un mar de plomo.
A través de la atmósfera densa de Londres, pudieron ver, abajo, el brillo de las luces de Londres.
—La cruz está en lo alto de la esfera —dijo sencillamente el profesor Lucifer—. Es un error, sin duda alguna. La esfera debía estar en lo alto de la cruz. La cruz no es más que un sostén bárbaro; la esfera es la perfección. La cruz, todo lo más, es el árbol amargo de la historia del hombre; la esfera es el fruto final, pingüe y maduro. El fruto debería estar en lo alto del árbol, no al pie.