10.11.25

Sma Virgen María Corredentora y Mediadora de todas las gracias: la voz de numerosos santos, doctores y del Magisterio

Co-redentora y Mediadora de todas las gracias

No pudieron haberse equivocado: la voz de los Santos, los Doctores de la Iglesia

y del Magisterio Ordinario de la Iglesia al afirmar que María es

«Corredentora» y «Mediadora de todas las gracias»

por el obispo Athanasius Schneider

A lo largo del tiempo, el Magisterio Ordinario, junto con numerosos Santos y Doctores de la Iglesia, han enseñado las doctrinas marianas de la corredención y la mediación, empleando, entre otras expresiones, los títulos específicos de «Corredentora» y «Mediadora de todas las gracias». Por consiguiente, no se puede sostener que el Magisterio ordinario, junto con los Santos y Doctores de la Iglesia a lo largo de tantos siglos, haya podido desviar a los fieles mediante un uso consistentemente inadecuado de estos títulos marianos. Además, a lo largo de los siglos, esta doctrina mariana y el uso de estos títulos también han expresado el sensus fidei, el sentido de la fe de los fieles. Por lo tanto, al adherirse a la enseñanza tradicional del Magisterio Ordinario sobre la Corredención y la Mediación, y al reconocer la legitimidad de los títulos «Corredentora» y «Mediadora de todas las gracias», los fieles no se apartan del camino recto de la fe ni de una piedad sana y bien fundamentada hacia Cristo y su Madre.

En la Iglesia primitiva, San Ireneo, Doctor de la Iglesia del siglo II, sentó las bases esenciales para las doctrinas marianas de la corredención y la mediación, que más tarde serían desarrolladas por otros Doctores de la Iglesia y el Magisterio Ordinario de los Pontífices Romanos. Él escribió: «María, por su obediencia, se convirtió en causa de salvación, tanto para sí misma como para toda la raza humana».1

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12.08.25

Parresía en la defensa de la verdad. Entrevista a Mons. Joseph Strickland.

Entrevista de S. E. Monseñor Joseph Strickland, en Catholic Herald

Fecha: 11 de agosto de 2025

Monseñor Strickland

El obispo Joseph Strickland es un prelado bien conocido y muy querido por muchos católicos conservadores. Ordenado para la Diócesis de Dallas en 1985 y nombrado Obispo de Tyler, Texas, por el Papa Benedicto XVI en 2012, en años recientes se ha convertido en un crítico vocal de ciertas políticas del Vaticano que, según él, van en contra de “la verdad del Evangelio”. Fue destituido como Obispo de Tyler en 2023 después de que una investigación del Vaticano concluyera que “la continuación en el cargo del Obispo Strickland no era factible”.

En esta entrevista exclusiva, discute sus percepciones iniciales sobre el pontificado del Papa León XIV, la respuesta de sus compañeros obispos a su destitución, y sus reflexiones sobre la vida del Arzobispo Marcel Lefebvre, fundador de la FSSPX.

(Hemos puesto subtítulos para facilitar la lectura).


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28.04.25

Llamamiento a una cruzada mundial de oración por el próximo cónclave – Mons. Schneider

Jesús, el Señor, salva a Pedro (Mt 14,22-33)

Monseñor Athanasius Schneider, en un artículo aparecido en el portal de Edward Pentin ha publicado un «Llamamiento a una cruzada mundial de oración por el próximo Cónclave».

Dada la complejidad de la situación de la Iglesia, y confiando en que …

«Tu es Petrus, et super hanc petram ædificabo ecclesiam meam,

et portæ inferi non prævalebunt adversus eam.»(Mt 16, 18)

(Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella),

… nos confiamos a los medios sobrenaturales, los únicos que pueden sacarnos de la situación de confusión, división y sobre todo ambiguedad que hoy vive nuestra Madre la Iglesia.

Monseñor Schneider nos llama a utilizar los siguientes medios sobrenaturales para pedir por el próximo Cónclave y la elección de un Papa santo y prudente:

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29.09.24

Profesión de Fe en Jesucristo y Su Iglesia como único camino hacia Dios y hacia la salvación eterna

Creemos y profesamos inquebrantablemente lo que el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia ha enseñado, de manera continua e infalible, desde los tiempos de los Apóstoles, a saber:

Que la fe en Jesucristo, Hijo encarnado de Dios y único Salvador de la humanidad, es la única religión querida por Dios.

Después de la institución de la Nueva y eterna Alianza en Jesucristo, nadie puede salvarse por la adhesión a las enseñanzas y prácticas de religiones no cristianas. Porque “la oración, que se dirige a Dios, debe estar ligada a Cristo, el Señor de todos los hombres, el único Mediador (1 Tim 2,5; Hebr 8,6; 9,15; 12,24), y sólo a través de Él tenemos acceso a Dios (Rm 5,2; Ef 2,18; 3,12)”. (Instrucción general de la Liturgia de las Horas, n. 6)

Creemos firmemente que “no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, por el que podamos ser salvos” (Hechos 4,12), excepto el nombre de nuestro Señor Jesucristo, el que fue crucificado, a quien Dios resucitó de entre los muertos (cf. Hechos 4,10).

Creemos que es “contrario a la fe católica considerar la Iglesia como un camino de salvación al lado de aquellos constituidos por las otras religiones, como si fueran complementarias a la Iglesia, o incluso substancialmente equivalentes a ella, incluso si se dice que estas convergen con la Iglesia hacia el reino escatológico de Dios” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Dominus Iesus, 21).

Sostenemos además que la Revelación Divina, fielmente transmitida por el Magisterio perenne de la Iglesia, prohíbe afirmar:

Que todas las religiones son caminos hacia Dios,

Que la diversidad de las identidades religiosas es un don de Dios, y

Que la diversidad de las religiones es una expresión de la sabia voluntad de Dios Creador.

Por lo tanto, sostenemos que los cristianos no son simplemente “compañeros de viaje” junto con los seguidores de religiones falsas, las cuales Dios prohíbe.

Imploramos fervientemente la ayuda de la gracia divina para todos aquellos eclesiásticos de nuestro tiempo que, con sus palabras y hechos, contradicen la verdad divinamente revelada sobre Jesucristo y Su Iglesia como el único camino por el cual los hombres pueden alcanzar a Dios y la salvación eterna. Que con la ayuda de la gracia divina, estos clérigos puedan ofrecer una retractación pública, necesaria para el bien de su propia alma y de las almas de los demás. Porque “¡no aceptar a Cristo es el mayor peligro para el mundo!” (San Hilario de Poitiers, In Matth. 18).

Que por las oraciones, lágrimas y sacrificios de todos los verdaderos hijos e hijas de la Iglesia, y especialmente de los “pequeños”, los Pastores de la Iglesia, especialmente el Papa Francisco, reciban la gracia de seguir los pasos de los Apóstoles, innumerables mártires, numerosos santos Pontífices Romanos y de muchos santos, especialmente san Francisco de Asís, que “era un hombre católico y enteramente apostólico, que se empeñó personalmente y mandaba a sus discípulos ocuparse ante todo de la conversión de los paganos a la Fe y Ley de Cristo”. (Papa Pío XI, Encíclica Rite Expiatis, 37)

Creemos y, con la gracia de Dios, estamos dispuestos a dar nuestra vida por esta verdad divina pronunciada por Jesucristo:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Nadie va al Padre sino por mí” (Juan 14,6).

+ Athanasius Schneider

Obispo auxiliar de la archidiócesis de María Santísima en Astana

con los Participantes de la Conferencia de la Identidad Católica 2024

Pittsburgh, 29 de septiembre de 2024.

And He Shall Reign

17.05.24

Dignitatis Humanae y el Magisterio perenne de la Iglesia

San Juan Bautista, profeta y mártir de la verdad ante Herodes Antipas

(San Juan Bautista, profeta y mártir de la verdad ante Herodes Antipas)

El documento acerca de la Libertad Religiosa del Concilio Vaticano II ha sido extensamente debatido y objeto de controversia. No ocurrió así, por ejemplo, con ningún texto ni canon del Concilio de Trento, ni en muchos otros Concilios de la Iglesia. Esto es el resultado de abandonar el lenguaje tradicional de la Iglesia, lo que tiene en sí graves consecuencias -como puede apreciarse en el caso que estudiamos y muchos otros-.

Muchos autores bien intencionados y de probada fidelidad a la Iglesia, defienden una adhesión al Vaticano II en su totalidad, en la literalidad de sus textos, como si tal actitud se identificara con la indefectibilidad de la Iglesia. Aunque algunos admitan que «los textos no tuvieron la mejor redacción», no permiten realizar ninguna crítica a los textos mismos en su contenido y los defienden contra viento y marea. En cambio, han sido los mismos Papas los que en la convocatoria del Vaticano II dijeron que se trataba de un Concilio Pastoral, que no pretendía hacer afirmaciones definitivas. Y esto no se puede olvidar ni obviar en cualquier análisis serio que se haga de los textos.

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